
Este es el caso de la Spiranthes. Preciosa y diminuta orquídea propia de prados secos.
Si cogemos el mapa de distribución de esta especie, veremos que, en el Pirineo central no existe. La hay, claro, en Cataluña y Navarra pero aquí no. ¿Y sabéis porqué no hay? Pues símplemente por que no se ha buscado. Como en tantas otras cosas, nuestros vecinos nos llevan la delantera y mientras ellos llevan años estudiando su flora, aquí estamos todavía pensando en como hacernos ricos construyendo apartamentos y ampliando estaciones de esquí. Mira por donde, hace un par de años, encontré una población de más de 300 pies ¡dentro el cementerio de Biescas! ¡Pa cagarse!. Todos los años, desde que las controlo, vuelven a florecer y cada año hay más en un corro de apenas 100 m2. Habrá que rezar para que, mientras florece y fructifica, no se muera nadie ya que un tropel de gente llorosa pisándolas no creo que sea lo más adecuado para su conservación.
Hala pues...
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