jueves, 21 de junio de 2012

ERATA, solsticio de verano

Como ya viene siendo habitual, he vuelto a subir a Erata esta tarde para celebrar, a mi manera, el solsticio de verano. Ya hace días que escribí sobre la relación de este monte (y en especialmente de la ermita de San Benito, situada casi en su cima) con este fenómeno astronómico.
Subo, si puedo y la salud me acompaña, tanto en el de invierno como el de verano. Este último es, sin duda, una subida mucho más agradecida. Aparte del paisaje, invariable pero siempre diferente, hay miles de flores por ver, fotografiar e identificar. Hoy la protagonista, sin duda, ha sido la Orchis ustulata. Había cientos y a cada cual más maja y más grande. (dentro de lo que son, claro. Apenas llegan a 10 o 15 cm.).
He subido también con idea de fotografiar la Coeloglossum viride pero las pocas que he encontrado no estaban muy p'allá, así que nada, para otro año.
Por lo demás, como siempre, mucha vaca, viento fresco en la punta y poco más que reseñar.
Ah, sí...afortunadamente, el estúpido cartel que puso el excelentísimo y acojonantísimo Ayuntamiento de Broto, ha desaparecido. El viento, o las vacas, han hecho bien su trabajo.
Hala pues...

lunes, 18 de junio de 2012

EMPACHO DE TRESMILES

Ya hacía días que no rebasábamos la barrera de los 3000 m. Y, hombre, aunque hay picos muy interesantes que no llegan a esa cifra y que, por supuesto, los visitamos, los subimos y los apreciamos, también es verdad que subir en altura tira y apetece. Lo que pasa es que, por no repetir, cada vez los tenemos un poco más lejos. Así que el viernes, con tres días enteros por delante, nos vamos a la Ball de Benás a conocer zonas que no hemos visitado todavía. En dos horas escasas estamos en el aparcamiento de la Ball de Estós. Pocos coches y mucho calor. Iniciamos el camino, ya conocido de otras ocasiones, que en dos horas justas nos lleva al refugio después de pasar por lugares tan majos como el llano de la Cabaña del Turmo o la desembocadura de las Gorgas Galantes. Pese a que otras veces hemos dormido en la puerta, esta vez vamos a dormir dentro, que uno ya no tiene edad para hacer según que cosas. Somos 15 a pasar la noche. La encargada del refugio nos mete a todos dentro de la misma habitación. Debe ser para que no se nos haga miedo (y para limpiar ella menos, supongo...). Aún nos da tiempo, antes de la cena, para echar alguna cerveza y charrar con unos mozos que llevan por ahí dos días y que nos indican como está de nieve por arriba. La idea nuestra es realizar la llamada Cresta de Gourgs Blancs, desde el pico Jean Arlaud acabando en el Giás. Salen, según las reseñas, algunos pasos de III, asequibles para unos cuarentones, uno de ellos espondilítico. Para eso hemos carriado hasta aquí, cuerdas, cascos y ferralla variada.
Lo cierto es que, con las informaciones que nos dan unos y otros (estado de la nieve, estado de la vía, estado del tiempo, estado mental....) decidimos al final que pasamos de hacer la parte más chungalí de la cresta y nos vamos a pegar una panzada de andar, pero sin trepes y destrepes, lo que nos ahorra cinco o seis kilos a cada uno en material en las costillas. Cenamos y nos vamos a dormir enseguida. Inolvidable la sesión de ronquidos, bufidos, toses, suspiros y demás ruidos, con la actuación estelar de un palomo que llegó a las doce y media de la noche y, en vez de meterse en el saco silenciosamente, se dedicó a sacar zarrios de la mochila y a comerse una bolsa de rufless, ganchitos, chetos o lo que cojones se comiera a esas horas. Deseándole con toda nuestra alma que se le cruzaran en el hiato esofágico y que el Sumo Hacedor tuviera a bien llamarlo a su vera, nos dormimos (a ratos) hasta las seis menos cuarto de la mañana que suena el despertador.
Una vez desayunados y pagada la cuenta, es la hora azul cuando marchamos subiendo al lado del torrente de Giás que se despeña desde muchos metros más arriba. La primera parte se gana desnivel sin conocimiento. En los sitios que son propicios hay un camino bien marcado pero la mayoría del trayecto se realiza por encima de enormes caos de bloques y por laderas de roca viva pulida y erosionada por los glaciares cuaternarios. Nos juntamos con un grupo de abuelos catalanes que han salido un poco antes que nosotros. Es que, nosaltres som de motor diesel y vosaltres sou de gasolina, nos dicen cuando los adelantamos. Sí, sí, ya querría tener yo el motor que tenéis vosotros. Yo, a vuestra edad, tendré la junta la culata rajada, la trócola del cigueñal paralelo doblada y la biela femoral cistitótica en el banco de pruebas. El caso es que subimos juntos hasta el ibón de Giás superior donde, definitivamente, los dejamos atrás.. Ahora, nuestros pasos y nuestras almas se encaminan al collado que tenemos a la izquierda donde llegamos en poco menos de media hora desde el Ibón. Desde aquí, tenemos a la vista todo lo que pretendemos recorrer hoy, tres aristas de las que estamos justo en el punto donde se separan. Optamos por ir a la derecha. Una ladera de piedras como lavadoras nos lleva hasta el primer tresmil del día, la punta Lourde-Rocheblave, de 3014 m. y dedicada al montañero francés Léonce L-R, fundador del Club Alpine Francaise de Burdeos y constructor, entre otros, del refugio de la brecha de Tucarroya. Desde allí, muy cerca se ve la torre Armengaud pero el paso acojona. Luego, una vez llegados a ella en pocos minutos, te das cuenta que no era para tanto. Algún paso de II en buena roca pero con un patio que, si se te va un pié, te vas de tragos esa noche con Freddy Mercury. Vuelta otra vez a la punta Lourde y bajamos por territorio francés hasta la punta Camboué. Manda huevos esto del tresmilismo. Acabo de subir a un tresmil bajando. Además, si el cálculo no me falla, es el que hace el número 100 de mi lista, cosa que, ni me preocupa lo más mínimo, ni pretendo hacer los 212 que dicen que hay. Esto servirá, únicamente, como excusa para celebrarlo con los colegas y echar güenos tragazos algún día de éstos. Bueno, el caso es que el destino, (que bonito), ha querido unir a mí, un humilde montañero mediocre y reumático, con Louis Camboué, un pireneista originario de Tarbes, que, el 13 de agosto de 1905, fué el primero que subió a este pico, a la sazón, el último 3000 virgen que quedaba en la France.. En ese pico, se inicia una cresta que, sin ser difícil, es entretenida, la que lo une con otro tresmil más, el Pico Saint Saud. Ya van cuatro, llevamos un buen rato pateando por aquí arriba y todavía nos queda tajo. Habría que echar un bocao pero, pese a que en el valle el día debe ser sofocante, aquí sopla mucho viento y hace un frío que pela. Vamos a buscar un resguardo. Cruzamos un nevero en diagonal, otra vez hacia el collado de Giás y, en un trasaire, echamos un bocao que nos sabe a gloria. Llegamos nuevamente al collado donde nos juntamos con los catalanes que bajan de los Clarabides y con un grupo de vascos que han subido desde Francia por el valle d'Aure. Esto era un catalán, un vasco y un aragonés que se juntan en el monte y va el catalán y diceeeee....no espera, era el vasco que le dice al catalán: Oye, y tu mujer cuando hacéis el amor ¿cuando grita más?, y va el aragones y diceeeee...no, espera que me estoy liando...dice el catalán...no, que no es así...bueno, que da igual, ya os lo contaré otro día. Total que subimos con los vascos al Clarabide oriental de 3012 m. y con ellos recorremos los tres picos homónimos desde los que tenemos unas magníficas vistas de todo lo recorrido hasta ahora y de la pirámide del Giás, a la que nos dirigimos. Parece muy difícil, pero no lo es. Una chimenea surca toda la cara norte de la cúpula somital y en un par de trepadas llegamos arriba. Pico Gias, 3011 m. y último del día. La bajada la vamos a hacer por la brecha de Giás, una ladera muy pendiente y cubierta de nieve. Bajamos del pico, nos calzamos los punchos, empezamos a bajar y, de repente, se suelta una enorme placa de nieve y arrastra a Pol ladera abajo. Aunque intenta detenerse con el piolet baja casi hasta abajo. Desde arriba, aparentemente, no se ha hecho nada pero bajo rápido y veo que (no me preguntéis cómo) se ha clavado los dos crampones. En cada rodilla lleva un agujero elegante del que sale abundante sangre. Joder, macho. Entre las greñas y los agujeros sangrantes pareces a Jesucristo ¿Puedes continuar? ¡Hala pues...! A partir de aquí la bajada ya no tiene misterio. Se trata de continuar el camino que hemos seguido esta mañana primero hasta el ibón y luego ladera abajo hasta el refugio al que llegamos a las tres en punto de la tarde. Antes de curar heridas ( a mí también me sangran las rodillas y no se dónde me lo he hecho) nos apretamos una galimba que, aunque a precio de Möet Chandón, nos sabe a gloria bendita. El track de la ruta aquí.
Comemos tranquilamente e iniciamos la bajada al valle que, presuponemos, va a resultar larga, pesada y aburrida. Pues no, amiguitos y amiguitas. Es lo que tiene ser aficionados a la botánica. Vamos clasificando y diciendo los nombres (científico, castellano y aragonés a poder ser) de toda especie verde que nos sale al paso. Así, además de no aburrirnos, nos sirve de repaso. (si, ya lo sé, es un coñazo venir con nosotros al monte.) De entre todas, destaca la extraordinaria abundancia de una bella flor conocida como leche de gallina, llamada por los listos Ornithogalum del latín Ornithos (pájaro) y galum (leche). Y vosotros y vosotras que tenéis mentes inquietas, reflexivas e inquisitoriales os preguntaréis que porqué se llama así esta singular planta. Pues porque los botánicos que la clasificaban, allá por el siglo XIX, año arriba, año abajo, decían que era una especie tan difícil de ver como un pájaro que diera leche. Obviamente, aquellos científicos no estuvieron la Ball de Estós.
Con estas disquisiciones, y alguna más que no viene a cuento, llegamos al parking donde nos espera el sufrido coche de Pol con un amortiguador petao, lo que no nos impide llegar a nuestros respectivos hogares, eso sí, tras abrevar convenientemente en un bar de Benás.
Hala pues....
...Y salta el Aragonés....la mía, cuando más grita, es cuando termino y me limpio la chorra con las cortinas....juas, juas, juas...

miércoles, 13 de junio de 2012

FAJALATA, 2156 m.

Dice el refranero popular pelaire que "Si o tuyo fillo no caga, puyalo ta Faxalata y, a la baxada, se cagará hasta en su padre"...Qué bonito. ¡Cuanta sabiduría contenida en una simple frase! Claro que para los/las que no seáis nativos/as de éstas tierras quizá os parezca una frase difícil de pronunciar y hasta procaz y malsonante...pero no os preocupéis amiguitos y amiguitas, os voy a explicar la profundidad de este aserto:
"Si o tuyo fillo no caga", se traduciría por "si tu hijo tiene problemas en su aparato digestivo tales como estiptiquez, estreñimiento, gastritis, dispepsia, enfermedad de Crohn o colon irritable entre otras" Puyalo ta Faxalata sería "súbelo a Fajalata, pico muy visible desde Biescas, de 2156 m. de altitud y cuyo topónimo proviene del íbero-nepalí donde Faxa es "Diosa" y Lata es "turquesa que vive en lo más alto de las montañas de la luna". "Y a la baxada" se traducirá por "Y al bajar de dicho pico" "se cagará hasta en su padre" se traduciría por "defecará sobre su progenitor". Esto, claro está, será en sentido figurado. La traducción correcta sería "blasfemará, pronunciará palabras malsonantes, maldecirá y hasta imprecará a su padre" ¿Veis que fácil? Y todo esto viene a cuento porque hoy, festividad de San Antonio Abad y fiesta pequeña de la Villa (y mía) me he subido hasta ese peñasco sin pretender buscar el sentido literal de la frase ya que mi tránsito intestinal es un reloj suizo, probablemente porque me como los kiwis sin pelar y en ayunas y porque....estoooooooo..... bueno, que me disperso.
Para saber cuanto desnivel hay desde el fondo del valle, aparco el coche a las ocho de la mañana en el zoque u oratorio de Sta Elena situado a la vera de la carretera. Cojo la pista que sube a la ermita y al fuerte y en apenas diez minutos de calentamiento me planto arriba. Hace frío. No fresco, no. A esta hora hace frío. Justo detrás del castillo sale una senda que, al principio, parece que no te va a llevar a ningún lado. Es estrecha y, a tramos, comida por la vegetación. Enseguida se mete dentro de un pinar y se vuelve ancha y fácil de seguir. En apenas diez minutos desde el castillo, veremos a la derecha el emplazamiento de una ametralladora antiaérea de la Línea P. La senda, aquí sube suave pero continua hasta llegar a un primer collado desde el que se ve ya todo el valle. Yeti va delante, como siempre. De repente desaparece a la izquierda y en apenas unos segundos oigo en la ladera encima mío ruido de ramas rotas y como riñe con un bicho. Antes de darme tiempo a reaccionar me sale un jabalí grande como un burro. No sé quién se ha asustao más, si él o yo. Se me planta delante derrapando en la hojarasca, emite una especie de gruñido que a sonado algo así como ¡¡¡¡Groooonffff!!!!!, chasquea los dientes con un ruido que me ha dao muy mal rollo y se pira ladera abajo dejando un tufo a cochín que mataba. ¡Mecagonmiputacalavera! ¡Joder que susto! ¡Yeti! ¿quieres dejar a los bichos (sobre todo si son más grandes que tú) en paz????. Tras este incidente continúo por la senda hasta que llego al llamado Cuello chico detrás justo de una de las agujas de Lasieso. Estas agujas, en realidad, son estratos verticalizados producidos por erosión diferencial llamados por los que tienen estudios Chevrons. Pasado el cuello chico se bordea la cabecera de un barranco y se llega al cuello grande o Cuello de San Felices. Antes de verlos ya los delata un intenso olor a semen. (sí, a semen) O ha habido aquí una orgía como las que salen en "El butanero, su mujer y otras cosas de meter" o en "Alicia en el país de las marranillas" o en "Colegialas jugueton..." estoooo, ejem, ejem. Decía que había cientos, quizá miles de matas de Lilium pyrenaicum en plena floración. No estoy seguro, pero creo que yo también he tenido un orgasmo. ¿Que pasa? Yo me excito y me apasiono cuando veo alguna especie botánica rara y otros lo hacen cuando gana La Roja y sus jugadores se embolsan primas astronómicas libres de impuestos con la que está cayendo. Estas son plantas robustas, altas, endémicas de los Pirineos, con una estructura floral poco común y muy buscadas por botánicos y fotógrafos.
Después de hacerles los honores y fotografiarlas desde todos los ángulos posibles, continúo por la senda cada vez más desdibujada. Bordeo la cabecera de otro barranco (la canal d'a lana, equipado para descenderlo y llamado equivocadamente barranco Zaricinera) y llego al poco a otro collado, el último, llamado Loma d'os vascos. Aquí paro a almorzar. Me ha costado dos horas justas. En frente parte una mínima senda que nos llevaría a otro barranco equipado, la canal d'as palomeras. Si hasta aquí ha habido senda ahora encontraremos hitos dispersos en una ladera completamente desprovista de árboles y que, tras 400 m. de desnivel que nos los comemos de vellón nos lleva a un collado en el que se abren los horizontes en todas direcciones. Vemos desde aquí, el embalse de Búbal justo debajo y todo los picos del valle de Tena en lontananza. Al sur, el valle de Lasieso en primer término, toda la Tierra de Biescas, la Canal Ancha, Oroel, Erata, Oturia e incluso el Moncayo. Solo tengo que hacer un flanqueo a la izquierda, siguiendo la línea de cresta hasta un pequeño collado y subir un poco hasta la punta de Fajalata, llamada, por los habitantes del otro lado (Hoz, Bubal, Pueyo, Panticosa...) Peña Rapita.
Hay un espaldadero acojonante hacia el norte. Conozco a dos personas de Sabiñánigo que escalaron esa pared, larga, umbría, desplomada y salvaje hace ya muchos años...eso si que era escalar. Aún me acerco, siguiendo la cresta hacia el oeste, hasta donde acaba en una pared. Desde allí se ve la punta Puyarcón, bastantes metros más abajo. Boira en Puyarcón, agua en todo Aragón, dicen en Biescas. Pues en Puyarcón no, pero en Peña blanca, situada al este, se están formando a toda ostia nubes orográficas que no me gustan nada. Me piro p'abajo.
La bajada, sin misterio siguiendo la misma traza de subida, la hago en apenas dos horas al no detenerme a hacer fotos a los Lilium ni ser sorprendido por jabalises asesinos.
El track aquí, aunque al GPS (el jipiese) se le ha ido la pinza un rato y ha marcado dos caminos paralelos. Los yanquis deben estar bombardeando Andorra y desvían los satélites para que no localicen los misiles o algo así.
Bueno, que me voy a echar un trago por ahí y a ver las jotas que baila mi niña.
Por cierto, Fajalata viene del latín Fascia "franja de terreno estrecha y alargada" y Lata "ancha", y no de lo que os he dicho antes, que os lo creéis todo.
Hala pues...

martes, 5 de junio de 2012

RETONA, 2775 DESDE ACUMUER. Walking on the wild valley of the Pyrenees.

Pues sí. Aunque parezca mentira aún hay valles salvajes en el Pirineo. Son lo que, comunmente, se llama "donde Cristo perdió as alpargatas". Sitios donde no van mas que cazadores, pastores y champiñoneros (especies, estas tres, en peligro de extinción), sin caminos definidos, sin hitos, sin marcas de Pr y GR y sin cartelitos de información turística. Cada vez deben quedar menos, me imagino, pero es que el Piri, pese a ser una cordillera pequeñita a nivel planetario, a escala humana es muy grande.
Ayer estuvimos en uno de estos lugares...y sin pegarnos una kilometrada, apenas 20 minutos de coche desde Biescas hasta Acumuer. Vamos a intentar subir a Peña Retona. Este será el cuarto intento para mí y el tercero para Pol. Lo intentamos una vez desde el norte, por la Canal Ancha. Una vez llegados arriba se nos echó a nevar y nos tuvimos que dar la vuelta. Otra vez lo intentamos por el este, desde el Puerto de Biescas. Cruzamos por o Pilón de Acumuer, subimos hasta el collado d'os Pazins y de allí a la Punta Pabellón y a la de Puerto Rico (nada que ver con el territorio caribeño con capital en San Juan de P.R. este topónimo viene de puerto "lugar donde pasta el ganado en verano" y rico en el sentido de "bueno, abundante" ) donde nos dimos la vuelta tras un sobo memorable. Una más lo había intentado yo, en mi más tierna adolescencia, por el oeste, por el zirco d'as canals de Acumuer sin una sola reseña, ni mapa ni gaitas, a las bravas, como se hacen las cosas con 16 o 18 años. Así nos fué... casi nos enriscamos y nos vimos el culo para salir de allí.
Bueno, pues metros antes de llegar a Acumuer arranca una pista, cerrada con una barrera, que tras ocho kilómetros, nos deja en la zona conocida como O churrón. Pese a que se hace larga, la pista discurre por un valle tapizado de una vegetación exuberante y recorre todos los pisos bioclimáticos del Pirineo, lo que hace muy amena la marcha. Desde o Churrón se ven las peñas de Somola a la izquierda y Retona a la derecha, hacia donde nos dirigimos. Poco antes del final de la pista vemos varios corzos pastando tranquilamente. Tan tranquilos están que hasta pasan de nosotros y todo. Los vemos y nos paramos en seco (los bichos mirándonos quietos), le doy los bastones a Pol (los bichos quietos) Saco la cámara (los bichos mirándonos quietos), la pongo en marcha con su musiquilla característica (los bichos mirando quietos pero ya un poco mosqueaos), enfoco (los cérvidos quietos ) y cuando voy a disparar los putos Capreolus capreolus salen corriendo como alma que lleva el diablo. Conclusión, una foto decente y otra movida. Un poco más adelante dejamos el camino principal, que lleva al Ibón de Bucuesa, y nos desviamos a la derecha. Hasta aquí hemos andado por territorio conocido. De hecho, la subida a Bucuesa era todo un clásico cuando eramos jóvenes. Era el paraje de alta montaña que teníamos más cerca. No hacía falta mas que una bici para subir de Sabi hasta Acumuer y ganas de andar después. Además, el paraje estaba envuelto en un mito que dió mucho que hablar durante años en toda la comarca. Allí, en el circo del ibón, se estrelló un avión durante la II Guerra Mundial y la gente se hacía mil y una pajas mentales sobre lo que llevaba o lo que había ocurrido. Aún me acuerdo de ver una rueda con tren de aterrizaje y todo dentro del ibón y una mallata de pastores, todavía hoy, tiene el tejado hecho con las chapas del fuselaje. Años más tarde, revolviendo por esto del internete, como hay gente pa tó, me enteré de la verdadera historia de ese vuelo aquí y aquí .
Bueno, pues dejamos el camino que sube al Ibón y, monte a través primero y siguiendo una senda después cruzamos un pequeño hayedo y llegamos a los prados del Rincón. ¡Que lugar más majo! Tiene toda la pinta de ser un ibón colmatado y ahora es un lugar completamente llano, cubierto de hierba verde, suave y jugosssa (quien fuera vaca) y rodeado por hayas, bojes y abozos. Vamos a parar a almorzar aquí, que el lugar lo merece. Nos hemos metido en un pequeño valle lateral, donde confluyen las calizas con el flysch, y que aprovecha el barranco d'as canals para ir discurriendo. Tras un rato de andar por el fondo, prácticamente llano, se acabó el paseo...a partír de aquí lo que toca es sudar la gota gorda. La primera pared de caliza se supera por una pequeña chimenea situada a la derecha. Se llega a un pequeño rellano en el que vemos, a nuestra izquierda, un anticlinal de libro. A nuestra derecha, los picos d'o Guerto lanzan agujas al cielo y escombros por toda la ladera dando la impresión de estar andando entre las ruinas de una ciudad de gigantes. Otro repecho, más largo y más duro que el anterior, nos deja en un valle colgado, entre las puntas de Puerto Rico y Retona. Joder. Llevamos ya un güebo subido y queda aún otro güebo.
El valle, menos mal, sube muy poco al principio lo que hace que nos recuperemos bastante. Empieza la nieve. Hay un nevero que tenemos que atravesar para llegar a las proximidades del collado de la Canal Ancha, a donde tenemos que llegar. Nos desviamos a la izquierda, sorteamos algún nevero más, pasamos por encima de una faja rocosa que nos impide el paso y nos colocamos en lo que los habitantes de estos valles llaman la Carretera Zaragoza. Una gigantesca faja colgada (que se ve de todas partes) cubierta de escombros, canchales y neveros. Justo encima, una última barrera rocosa, nos impide el paso para llegar a la punta. La bordeamos por la derecha, nos asomamos a los abismos de la cara norte y llegamos arriba después de cinco horas justas. Vistas soberbias en todas direcciones, como no podía ser de otra manera, para eso estamos en medio de las sierras interiores y en una de sus cimas más altas. Desde aquí, la punta Puerto Rico, es calcada al Pitón Carré del Vignemale (o Comachibosa). El Bisaurín, el Midí, Punta Escarra, Anayet, Infiernos, Balaitús...hasta montes tan lejanos como la Munia , Monte Perdido y el Bachimala se ven.
Estamos poco rato. Se están formando nubes de evolución a toda prisa y no nos deberían cojer aquí. Más abajo da igual, pero aquí...aquí no.
Para bajar por esos neveros nos ponemos los pinchos. Lo que nos ha costado subir sudor y lágrimas, lo bajamos en cuatro saltos. El valle colgado lo pasamos enseguida e iniciamos el descenso por los resaltes variando un poco el itinerario para ver cual de los dos lados es mejor. Al final, resultan iguales de desnivel y dificultad. En la subida apenas me he fijado en la flora. Ahora sí. Más relajados y bastante más descansados, alucinamos con la extraordinaria variedad botánica. Androsaces a miles, soldanellas, saxifragas, siemprevivas.... Paramos a comer en el fondo del valle. Se está aquí de vicio. Las nubes que nos han despachado de arriba se han deshecho y entre el sol y una ligera brisa que corre, dan ganas de echarse la siesta...pero hay que continuar, que aún nos queda una calcetinada elegante.
Vemos una senda más marcada. Vamos a cogerla a ver a donde nos lleva ¡meeeeeec! ¡error! Nos metemos en medio de un pinar espeso de cojones con sotobosque de enebros que nos dejan las piernas exfoliadas como si hubiéramos estado en el gabinete de belleza de la Srta. Pepis. Al final salimos al prado bucólico donde hemos almorzado esta mañana y de allí, en poco tiempo otra vez a la pista.
Ahora nos queda lo más duro. Con más de 1500 m. de desnivel en las piernas, chúpate ocho km. de pista a las cuatro de la tarde y con una chicharrina que nos hace ver visiones. Aún nos quedan ganas de parar a ver orquídeas que salen abundantes a orillas de la pista. Hacemos fotos a las primeras O. ustulata de esta temporada y vemos alguna Nigritella que empieza a salir. Al final, cautivos y desarmados (y cansados y sudorosos) llegamos al coche tras diez horas de marcha, casi 2000 m. de desnivel y 26 km de distancia. El track, como siempre aquí.
Paramos en Larrés un momento para hacerle una foto al castillo con el fondo de la peña que acabamos de subir y El día acaba en el bar Tebarray de Sabiñánigo con una jarra de cerveza que tal como entra se reparte, mediante ósmosis, por todas las células de nuestro cuerpo . Lo malo fue que, después empezó a llegar gente conocida y nos echamos otrrra, y empezzzzzzamos a chadar y nos plimplamos otga, y luegggggo otga y otga massss y, al final, ya ni teníamos sed, ni estábamos cansaos ni na de na. Acabemos todos siendo golegitas guapos y a un tris de cantar Astugias patgia guerida
Hala pues...

domingo, 3 de junio de 2012

III JORNADAS DE ORQUIDEOLOGÍA PIRENAICA. DESPEDIDA Y CIERRE

Con gran éxito de público y crítica (y con un buen tormentón) despedimos ayer las III jornadas de orquideología pirenaica celebradas en Biescas.
Más de 60 personas (y algún animal) se dieron cita ayer sábado a las ocho de la mañana con el único fin de pasar un estupendo día de campo y ver abundantes orquídeas y flora alpina. Hasta vino la televisión y todo, tú...como si fuéramos importantes. Hoy, en el informativo de las 14 h. de Telearagón, han abierto con las orquídeas en vez de con los recortes de Luisafernanda, toma ya.
Como siempre magnífico ambiente e inmejorable compañía la que tuvimos en este caluroso sábado.
Encontramos muchas menos que otros años pero más variedad de especies. Desde la abundantísima Platanthera bifolia hasta la extraña Ophrys subinsectifera pasando por Dactylorhizas, Anacampthis, Gymnadenias, Limodorum, Listeras, y numerosas Orchis. Por supuesto, visitamos también la Cypri, la reina (esta nos cuesta bastante menos dinero que la otra) de la flora pirenaica y la variada flora alpina del entorno del Portalet.
El día se cerró con una conferencia de Manuel Lorenzo sobre orquídeas del Valle de Tena y con la certeza y el convencimiento de todos de que esto hay que repetirlo al año que viene, más y mejor a poder ser.
Hala pues...