lunes, 23 de abril de 2012

SAN MARTÍN DE ALCANADRE, otro día más en Guara


Cuenta su hagiografía que Martín nació en Hungría en el año 316 aunque se educó en Pavia. A los 15 años entró a formar parte de la guardia Imperial romana. Estando acuartelados en la ciudad de Amiens, tuvo lugar el célebre episodio por el que se le recuerda. Era un día frío de invierno y un pobre yacía a los pies de la muralla semidesnudo. Martín bajó de su caballo, partió su capa y con la mitad de ella lo arropó. Aquella noche Jesucristo se le apareció vestido con la capa que le había entregado al mendigo. Años después, cuando Martín era ya oficialmente santo, la capa se depositó en un pequeño santuario dedicado a ella "El santuario de la capilla", de donde procede la palabra que empleamos para referirinos a un pequeño oratorio. Después del episodio del pobre, Martín abandona el ejército, se bautiza como cristiano y llega a ser obispo de Tours. Durante su vida pastoral se dedicó a evangelizar y a perseguir paganos a la vez que obró numerosos milagros, incluída la resurrección de varios muertos.

Vista de la ermita desde el mirador. Es ese puntito blanco.
Lo cierto es que sorprende la cantidad de iglesias y pequeñas ermitas dedicadas a este santo galo en esta vertiente del Pirineo. Sabemos que su culto empieza muy pronto, a partir del siglo VI, época en la que preocupa especialmente la evangelización de estas montañas. Muchas de estas ermitas tienen un denominador común, estar situadas en lugares más o menos inaccesibles, con abundancia de rocas, agua y vegetación...lo que Mircea Eliade llamó la "Trilogía hierofánica". (San Martín de Lecina, San Martín de la Bal d'Onsera, San Martín de Zercito, San Martín de Asán...) Lugares éstos donde se practicarían cultos de tipo telúrico fuertemente arraigados y que la iglesia trató de erradicar buscando un santo que "cuadrara" dentro de las prácticas y tradiciones que se llevaban a cabo en aquellos lugares ¿Por qué San Martín?, pues probablemente porque éste hombre también persiguió al paganismo y, sobre todo, porque su hagiografía nos dice que resucitó muertos. Ésta es la máxima expresión del triunfo sobre las divinidades ctónicas . Se les arrebata lo que, una vez ocurrida la muerte de la persona, les pertenece.

Fajana l'Ordio
Bueno, pues todo esto viene a cuento porque el sábado volvimos a Guara otra vez, y otra vez a visitar otra ermita y otra vez, como sagazmente habréis deducido, advocada a San Martín. Esta vez, en el río Alcanadre. Para ello nos desplazamos hasta Bierge Pol, los dos críos-sarrio y yo. De este pueblo cogemos la carretera que sube a Rodellar. Antes de llegar a la meca del barranquismo, en lo alto de la Sierra de Rufas, veremos una señal que indica la ermita y una explanada donde aparcar el coche. Bajamos por una pista hasta las ruinas de una tiña o paridera. Allí, una senda nos lleva en pocos minutos hasta el mirador de Alcanadre. Espectacular la vista desde allí del río y de la ermita situada bajo una enorme pared de color naranja. Una vez allí tenemos dos posibilidades. A nuestra derecha el camino de la Fajana l'ordio y a nuestra izquierda el camino de los gradones. Ambos nos bajan al río y ambos están debidamente señalizados con lo que se puede hacer una circular maja. Bajamos por el de la Fajana. La senda desciende buscando los puntos débiles de la pared hasta llegar a un lugar de esos preciosos que Guara esconde de vez en cuando. Una faja, apenas una línea en medio de una pared, que debemos de coger para llegar a orillas del río. Como ya nos lo imaginábamos, después de visitar San Martín de Lecina el otro día, para llegar a la ermita hay que descalzarse y vadear el río en dos o tres ocasiones. Esto en verano no debe tener ningún problema, hasta será divertido y todo. Hoy, sin embargo, baja un buen mangazo de agua y fría de cojones. Como no hay otra, nos descalzamos, nos arremangamos los pantalones y para abajo.
Hay que cruzar el río al menos en cuatro ocasiones. Bizén, como es chicote, lo pasa su padre al hombro recordando más a San Cristóbal que a San Martín. Después de varios remojones, de trepadas jabalineras y de descolgar a los críos por un pericueto por donde, en época romana o así, iba un camino, llegamos a la llamada badina d'o caxico donde llega el camino de los gradones y donde hay un puente para acceder a la ermita. Ahora solo tenemos que subir por una ladera muy empinada pero con camino perfectamente marcado, para llegar a ella.

Interior de la cueva
Por lo que vemos, ha sido recientemente consolidada aunque el interior sigue siendo un lugar donde duermen las cabras. Tampoco hubiera estado mal una puerta. Justo detrás de la ermita, en la pared que le sirve de cobijo, se abre una cueva que debió ser, con toda seguridad, la morada de esa divinidad primitiva a la que vino a destronar San Martín. Hay que subir a pulso por una cuerda por una roca escepcionalmente pulida, para entrar dentro y disfrutar de las mismas vistas que debieron tener esos sacerdotes arcaicos que rendían culto a la Gran Madre justo allí. Acojona solo el pensar lo que habrán visto esas paredes y los cientos de generaciones que habrán entrado allí implorando favores.
Ermita de San Martín de Alcanadre
La subida la vamos a hacer por el camino de los Gradones, del latín gradus "paso" de donde derivó "peldaño" o "escalón". Efectivamente, una vez cruzada la badina d'o caxico (donde hay dos hermosos ejemplares de quercíneas, a saber, un caxico y una carrasca casi juntos) la senda sube por una ladera cubierta de cascajo y piedra suelta hasta llegar a los grados o escalones (equipados con cadenas y alguna clavija que son completamente prescindibles) que nos suben nuevamente al mirador en apenas 45 minutos.
De allí tenemos un paseo hasta el coche mientras vemos como se nubla y empieza a descargar abundante agua en toda la cabecera del Mascún y del Alcanadre.
Trago en Bierge mientras se forma la tormenta perfecta encima de nuestras cabezas...jodo de qué nos hemos librado. En Monrrepós llovía como si no lo hubiera hecho nunca. Si nos llega a pillar ésto mientras descolgábamos estos críos por esa catarra...mañana salimos en el Heraldo procesados como maltratadores infantiles.
Me cago en el puñetero blogger éste o como se llame, que me han cambiao sin permiso la forma de hacer las entradas y me está costando un suplicio. Menos mal que está lloviendo y no hay nada mejor que hacer que si no....
Hala pues....


lunes, 16 de abril de 2012

POD LA CABECEDA DEL DÍO VERO

Queridas y queridos lectoras y lectores, subditas y subditos, me llena de odgullo y satisfacción relatados en este día tan señalado un paseo al que tuve ocasion de asistir ayer domingo en un madavilloso lugar de nuestra geografía patria. Hallábame yo, ocioso y meditabundo, cavilando si idme a pegad unos tiditos con mi nieto, a cazad osos a una depública del Caúcaso o elefantes, tigdes y pantedas a una depública de esas bananeras de Africa, cuando unos subditos míos, muy cachondos ellos, me propusiedon bajar unos badanquillos en la Sieda de Guada, allá por el indómito nodte de mi deino. De paso, me digedon, vedemos unas cuevas donde españoles primitivos y feos de cojones, que todavía no pagaban impuestos pada mantened vuestra regia casa los jodidos, pintadon monigotes y demás signos raros sin pagar un chavo a la Sgae, ni el iva de las pintudas ni el ibi pod ocupación de suelo público. Vamos pues, me dije. A ved si me olvido pod un día de yernos malversadores, nietos todpones y elefantas que fidman papeles sin leed lo que pone.
Bajamos a tan pintodesco enclave por la cadetera que, desde Ainsa lleva a Lecina. ¡Menos mal que no fuimos con mi coche oficial! Yo pensaba que en un país modedno y desadollado como es España no había cadetedas como esta. Clado, como yo no conduzco nunca, que siempde voy en avión pdivado... La cadeteda en cuestión es más bien una pista que, en dos hodas, sin coder podque no se puede, nos lleva a Lecina. En esta aldeílla, situada en los confines de la Sieda de Guada, padte una senda que en poco menos de 30 min, por un camino llano, nos lleva a la entrada del badanco de Basender. Es bonito el agujedo éste. Bajaba completamente seco aunque yo, con la habilidad que me cadactediza, metí el pie en alguna poza de agua demansada y me torcí un tobillo. Nada impodtante a decir de mi médico pdivado...los clavos que me puso hace dos meses cuando me caí esquiando en Baqueira, han aguantado bien. Con cuatdo o cinco dápeles muy limpios de ejecución se acaba el badanco después de habed pasado por enormes salas, algún pasillo estrecho y lugades francamente bonitos. Pese a ser un badanco muy frecuentado, a decir de mis subditos, solo vimos a seis vasallos más que conpadtían con nosotros el descenso de este singular enclave. Una vez tedminado, llegamos a odillas del Vedo, uno de los díos más bellos de mi feudo, donde almodzemos a base de manjades de esos con los que habitualmente se nutre la plebe. Hasta sacadon dos botas de vino. Mi decepción fue grande pues no estaban llenas de Vega Sicilia como hubieda sido menested si no de vino de tonel peleón y rasposo en nariz. Despues de degustad chorizos, gazpachos del medcadona y latas de sadinas ¡Que ordinariez, pod Dios! bajamos aguas abajo con intención de visitad la edmita rupestre de San Madtín de Lezina. Tuvimos que cruzar el dío dos veces descalzándonos y con agua hasta las codvas. En uno de los pasos, desbalé y casi me echo ladgo en el agua entre la hilaridad de mis subditos que, a estas altudas del día, me estaban empezando ya a tocad las deales gónadas. La edmita de San Madtin es muy pequeñita, nada que ved, podejemplo, con el Monastedio del Escodial pedo está en un sitio muy llamativo. Justo en la desembocaduda de otdo badanco llamado "La Choca". Me contadon los vasallos estos que me había tdaído hasta allí, que hay muchas edmitas dupestres advocadas a San Madtin, probablemente podque el culto a este santo es de los más antiguos del Pidineo, extendido pod los cadolingios, allá pod el siglo IX momento en el que había que edadicad cultos paganos vinculados con la fedtilidad y la Gran Madre. Además San Madtín se vincula con pdetéditos cultos telúricos ya que en su hagiografía se aseguda que luchó contra el paganismo en el país vecino y desucitó a vadios muedtos, que son, como todos debedíais sabed, los habitantes del infdamundo. Volvemos sobre nuestros deales pasos, volvemos a cruzar el dío dos veces y nos desviamos a otro lugad llamado "Camino de las escaledetas" que nos llevadá, Dios mediante, otda vez a Lezina. Pues esto debedía estad un poco mejor cuidado ¡Ehhhh!. Apenas hay trazas de camino y el GPS no funciona podque estamos dodeados de padedes gigantescas. Llegamos a unos abrigos de roca protegidos por unas vallas, tras subir pod unas escaledas dotas y movedizas donde algún día va ha habed alguna desgracia. Son los abrigos del Gallinedo, donde podemos ver monigotes, animales y rayas hechas pod vasallos del dey Chichinabo VI hace 6000 años, día adiba, día abajo. Volvemos a detomad el camino, pod llamadlo de alguna maneda. Bien se vale del subdito apodado Pol pod cuyas venas code sangde neandedtal y se maneja y odienta con soltuda pod este padaje arisco, áspedo y escabroso . Tras varias dudas, trepes y destrepes pod padedes hechas para cabras y aldeanos pidados y no pada nobles y aristócratas como yo, localizamos el paso más bonito de todo el tdayecto. Un agujedo en la roca nos pasa a la otda vedteinte donde una sirga sujeta ¡con clavos de carpintedoooo! hace de pasamanos. ¡Madre de Dios! Esto, en Botsuana sí, pedo aquí....aquí no debedía estad esto así...
De ese lugad, precioso, todo hay que decirlo, se anda pod una faja colgada y enseguida se sale a la meseta supediod donde cogemos ya un camino hecho pada pedsonas humanas y señaliado hacia los abrigos de Barfaluy hacia donde nos didigimos daudos y veloces. Estos abrigos están justo en el bodde supedior del barranco de la Choca. Estan también pdotegidos pod vallas y, junto a ellos, vemos lo que mis vasallos llaman arnas. Me cuentan que son colmenas hechas con cañas, ramas y fodadas de ¡miedda de vaca! y que se usaron hasta hace pocas décadas. El sitio, sin duda, es mágico. Se juntan, en apenas dos metdos cuadados, el neolítico, la edad media y el siglo XXI (el siglo XXI, somos nosotdos, se entiende, bueno... todos menos Pol que está todavía en el Paleolítico supediod). De allí volvemos a coged el camino que nos lleva, esta vez sí y sin contdatiempos, a Lezina donde queríamos echar una cerveza y no podemos al estad todas las tabernas, tascas, hostales, destaudantes y bades cedados. Aún aprovechamos pada acercarnos a ved una cadasca, o encina milenaria, apodada "La castañera" (¿¿Por qué se llamadá así, si no da castañas si no bellotas??) que es digna de ver.
Estos cabdones deben querer cometed magnicidio con mi deal pedsona podque, de allí, me llevan sin comed ni bebed mas que agua y vino de la bota al apadcamiento donde se inicia el badanco apelado de la Portiacha asegudándome que es uno de los más espectaculades de este dincón desconocido de mi impedio. En apenas cinco minutos desde el coche ya estamos otda vez con los hiedos puestos y tidando cuedda a un abismo que se abde ante nuestdos ojos. Más que badanco, la Podtiacha son dos circos calizos encadenados que nos baja al Vero en dos dápeles muy bonitos y espectaculades. Sobre todo el segundo que te deja a pocos metdos de la odilla del dío. Allí mismo se coge una senda que nos lleva ¡otda vez! a descalzarnos para coger la odilla contradia, pasar al lado del molino deduído de Lecina, cruzar por la estación de aforos y volver al aparcamiento no sin antes platicar con un aldeano vecino de Lecina (también subdito mío) que nos cuenta que el molino estuvo en funcionamiento hasta los años 60 del siglo XX y que se produjo electricidad en él hasta la década de los 70.
En el coche nos despedimos de estos chavalotes tan majos y tan campechanos con los que he descubiedto un padaje donde no hay elefantes ni bichos a los que dispadad pedo si otdas madavillas natudales dignas de ved.
¡Sedán cabdones! cuando paso con mi helicóptedo oficial pod encima de Colungo los veo echándose una cedveza tan dicamente en la tedaza de un bad...y a mí no me han invitado.
Hala pues...sed buenos, comedos las uvas sin atdagantados y pagad vuestdos impuestos.
Fdo. SAR.

lunes, 9 de abril de 2012

SEMANA SANTA PRIMAVEROINVERNAL

Ni un duro dábamos por esta semana santa. Y, hombre, pese a que el tiempo, fue joputaprimaveroinvernal, aún estuvimos en un par de sitios majos que, a continuación, por si os interesa y porque hoy no tengo nada que hacer, paso a relatar:
Jueves. Nuboso o muy nuboso con chubascos dispersos moderados o localmente fuertes...pues eso...sesión continua de tumbing, baring, televisioning e interneting. Si, si, también hubo tiempo para ver la procesión y para alguna cosa más que no os cuento, que luego todo se sabe.
Viernes. Lluvia continua y macronevada inesperada que nos animó la tarde. Desde las tres de la tarde hasta las siete, caían copos como boinas. Al final se quedó todo blanco como en pleno invierno.
El sábado anuncian mejoría por la mañana así que preparamos rápidamente algo para salir a ventilarnos y para volver a casa pronto ya que, por la tarde, anuncian otra vez lluvia. ¿Hacemos algo de senderismo cultural? Hala pues... a la ermita de la Virgen de la Peña de Santa Cilia.
Resulta que lo que iba a ser un rato de andar, fué conocer un lugar sorprendente, precioso, mágico. Otro más de los llamados "santuarios rupestres" desperdigados por todo el Pirineo de los que llevamos ya visitados unos cuantos. Algún día escribiré sobre ellos. En éste no habíamos estado y el viernes era el día perfecto.
Salimos Pol con los dos críos, Rubén y yo (y el Yeti, claro). En media hora estamos en Santa Cilia donde dejamos el coche. Enseguida cogemos una pista que se dirige recta hacia el sur, donde nos cierra el horizonte el monte Cuculo. Este trozo se puede hacer en coche, ya que la pista está muy bien, pero hemos venido a andar ¿no? Después de cuatro km la pista llega a un merendero donde termina. Antes habremos pasado por un campo donde hay una caseta de falsa cúpula, aparentemente recién restaurada, que merece la pena ver. Desde el merendero se inicia un camino con unas vistas preciosas hacia una especie de circo ciego donde, colgada de los escarpes, veremos blanquear la ermita. El camino sube muy suave y no tiene ninguna dificultad, al menos sin hielo o nieve. De todas formas, en los lugares más expuestos,hay barandillas de madera de esas que se han puesto tan de moda últimamente. Merece la pena hacer este tramo con pausa. Si nos gusta la botánica veremos mezcladas en extraña y buena armonía especies tan dispares como fabos y carrascas, enormes cantidades de Ruscus aculeatus, cuculetas, buxetas, telleras, bel taxo...un pequeño y remoto paraiso que se debió salvar, de milagro, de un incendio que hubo en 1994 y del que todavía se ven los efectos.
Los últimos metros antes de llegar a la ermita discurren por una estrecha faja bajo una enorme pared de conglomerado de la que se descuelgan dos o tres cursos de agua fruto de las lluvias de estos días pasados. La ermita es minúscula y está abierta, lo que se agradece. No creo que la gente que llegue hasta aquí venga con afán vandálico...aunque nunca se sabe. Tiene un altar barroco y en el centro hay una foto a tamaño natural de la talla románica que se guarda en el pueblo. Pese a que la mayoría de estas ermitas no tienen ningún interés artístico y /o arquietectónico son lugares, sin duda, mágicos. En ellos, por muy ateo, agnóstico o descreído que se sea, la combinación de rocas, agua, vegetación y fervor popular durante siglos han creado una atmósfera diferente a otros lugares. No son sitios comunes y eso, la mayoría de la gente, lo nota.
La vuelta, por el mismo camino, se hace cómoda y entretenida. Podemos ir a la par, con las manos en los bolsillos y charrando tranquilamente. Únicamente hay que vigilar por el rabillo del ojo una boira grande, gorda y negra que se nos ha puesto encima y que, de vez en cuando, nos manda alguna gota de agua. Excursión absolutamente recomendable para medio día. Si no se tiene tanto tiempo o se va con niños pequeños, se puede subir con el coche hasta el merendero quedándonos, en ese caso, apenas 40 min hasta la ermita. Pese a lo que pueda parecer vista desde allí, el acceso no tiene ningún problema con un mínimo de habilidad y/o costumbre de andar por lugares de estos. Desde luego, si solo habéis pisado asfalto ( y si acaso gravilla en el pipican del parque de vuestro barrio) absteneros. Para todos los demás aquí está el track.

Y el domingo, que todas las previsiones daban bueno....pues tampoco hizo un día wonderful . Mucho viento a las ocho de la mañana en Biescas. Jodo, y he quedao con Roberto para subir a la frontera a hacer el corredor del ejecutivo...ya nos podemos preparar.
En el Portalet, efectiviwonder hace un día desapacible a más no poder...como diría mi madre; Si os mandáramos subir ¡¡Parratosíbaishacercaso!!.
El caso es que, una vez que hemos subido, habrá que hacerlo ¿no? El corredor en cuestión está situado entre el pico Estrémère y la aguja del Portalet. Es un itinerario fácil de nieve y hielo, apto para iniciación en esto de "subir por o difícil" (frase típica también de nuestras madres) y que, dado el fácil acceso y retorno, lo hacen ideal para medio día.
Media hora escasa de aproximación hasta la base. Nos equipamos como si fuéramos a hacer las cosas bien. Cuerda, dos piolets, casco...la verdad es que no hacía falta más que un piolet pero son 40º mantenidos así que vamos a moniar un poco. En la primera parte la nieve está muy dura y se sube muy bien. A partir del estrechamiento encontramos nieve polvo en la que nos hundimos casi hasta los genitales y placas de nieve muy dura en la que hay que pedalear de cojón para clavar los fierros. El último tercio se empina un poco más y, encima, hay en la salida cornisa. Conforme te acercabas a ella somos acribillados por copos de nieve que se nos clavan por todas partes. En el collado hace un viento que te tira patrás. Podríamos subir a la cima en apenas 15 min pero el viento y la niebla que la cubre no la hacen demasiado atractiva. Optamos, al final, por lo cómodo, bajamos por la vía normal, enlazamos con la pista de Peiralún (pese al día malo que hace llena de raquetistas) y al coche donde echamos un bocao sin hambre (joder, ahora que lo pienso, he estado toda la mañana con un café...algún día me va a dar un lele) y una cerveza. Casi entraría mejor un chocolate con churros bien calentito pero las tradiciones son las tradiciones. Esto de la galimbilla postdeportiva es como lo del cigarrito postcoital, una cosa que no se debe perder...aunque, ahora que lo pienso, yo hace días que no fumo. No sé, no sé....
Hala pues....

lunes, 2 de abril de 2012

ORHI, 2017 m.

El Orhi, u Ori, u Orhy era uno de esos montes que teníamos metidos entre ceja y ceja ya hacia mucho. Concretamente, desde que lo vimos emerger, como si fuera una isla, en medio de un precioso mar de nubes desde la cima del Anie a principios del año pasado...Y luego empiezas a investigar...es el primer 2000 que hay viniendo del Atlántico, con lo que las vistas estarán aseguradas, es la cota más alta de la Selva de Irati, uno de los bosques mixtos mejor conservados de Europa, es una cumbre mítica para vascos y navarros. En sus faldas mora el Basajaun y en sus alturas Mari, uno de las muchas caras de la Gran Madre (aunque otras versiones la hacen morar en el Amboto, bastante más al oeste)...el caso que era un lugar al que merecía la pena acercarse, pese a su modesta altura. Después de varios intentos fallidos por una u otra causa, al final, este finde pasado, nos fuimos Pol, Kankel y yo. Se podría hacer incluso en el día, pegándote buena madrugada pero no merece la pena. Así pues, salimos el viernes tarde y en poco menos de dos horas estamos en el camping Asolaze de Isaba. Ya lo conocíamos de alguna otra vez. Magníficas habitaciones en el albergue, cena como pa una boda y un precio más que razonable...incluso nos dejan el desayuno preparado en termos porque nos queremos ir antes de las ocho de la mañana. Una vez bien cenados, bien dormidos y bien desayunados, volvemos otra vez hasta el pueblo de Isaba para coger una carretera que pasa del valle del Roncal al de Salazar. En el puerto de Laza, parte una carretera hacia el norte que nos sube hasta la estación de esquí de fondo de Abodi donde se corta. En verano se puede pasar a Francia por el puerto de Larrau pero en invierno solo se limpia hasta allí, permaneciendo cortada hasta bien entrada la primavera. Hay varias rutas para subir al Orhi. La más sencilla, desde donde dejamos el coche, es subir por la carretera y coger la arista este. En verano apenas son 45 min. Nosotros hemos elegido una circular larga, así conoceremos casi todas las caras de este monte. Empezamos por bajar valle abajo y meternos dentro del hayedo de Irati. Durante mas de una hora, seguimos una pista en descenso que nos introduce en el bosque que, pese a lo que hemos leído y oído, está muy antropizado. Pistas, trochas madereras, sendas, alcantarillas, canalizaciones de barrancos...no es esta la idea que teníamos de un bosque bien conservado (o sí, pero desde un punto de vista humano, no sé yo lo que pensarán los corzos, jabalíes y demás fauna autóctona...).
Una trocha que sube a piñón nos saca de la pista principal y durante buen rato sube haciendo lazadas hasta una zona donde hay cletas para el ganado y el bosque se aclara hasta desaparecer.
Desde allí, tenemos a la vista toda la arista suroeste hasta la cima que se ve todavía muy lejana.
Subimos por pastizales herbosos a una primera cima llamada Muxumurru (ignoro la etimología de tan curioso topónimo aunque no creo que tenga que ver con la abundancia de hocicos en tan singular paraje ) desde la que se domina ya toda la selva de Irati. Desde aquí, hay que volver a bajar a un collado para acometer los últimos 600 m. de desnivel hasta la cima.
Empieza a haber nieve. No mucha, pero pisamos nieve y aquello cada vez se empina más. Nos llama poderosamente la atención la abundancia de Narcissus asturianensis y sobre todo de Diente de perro una preciosa liliácea, a la que consideraba calcífuga...y mira por dónde, en una montaña caliza la encontramos a patadas. La cresta se me hace muy larga. Pese al paisaje, cada vez más abierto y majo, me están empezando a doler los tendones de Aquiles después de varios años sin darme la tabarra y no estoy disfrutando nada. Al final, después de muchas paradas y algún que otro juramento, llegamos arriba. Hemos elegido un día que ni pintao. Hacia el oeste se ve la curvatura de la tierra, hacia el este todo el Pirineo en full HD y tecnicolor y a nuestros pies la selva de Irati. Largo rato en la cima mientras echamos un bocao. Al final se levanta viento y, sin hacer demasiado frío, nos invita a marchar hacia abajo. La bajada la hacemos por la vía normal, la que sale desde el túnel del puerto. Tenemos que pasar algunos neveros muy inclinados en los que no hay huella trazada pero sin ningún problema, la nieve está perfecta para andar. Nos encontramos varios grupos subiendo hasta que llegamos a la zona conocida como "La trinchera" donde se coge un GR que nos va a llevar, nuevamente, al coche paralelos a la carretera pero más altos. En total han sido 14 km y más de 1100 m. de desnivel que, para un monte que apenas llega a los 2000 m., ya está bien. El track de la ruta aquí.
La antigua aduana que hace las veces de bar y que esta mañana estaba cerrada, ahora está abierta y las galimbas llamándonos a gritos desde la nevera. Por supuesto, no nos resistimos.
La vuelta a casa la hacemos por el valle de Salazar, pasando por Ochagavía y parando en Navascués donde hay una preciosa iglesia romanica.
Hala pues...