lunes, 30 de enero de 2012

FRAGINETO (1734 m.)

Siguiendo la política que llevamos últimamente, la de ir a donde no va nadie, hoy a tocado un pico secundario de la Sierra de Guara. La verdad es que la idea inicial era subir al tozal de Guara pero enseguida nos dimos cuenta de que ayer no era una idea demasiado buena. Para empezar, cuando salgo de casa a las seis y media está nevando. Están todas las calles blancas y soplaba un viento que me quita el sueño de golpe.
En Sabi cojo a Ana y Roberto. Decididamente, hay que ir al sur, como las grullas. Hoy, de Sabiñánigo para arriba, no se puede hacer otra cosa que dormir (a estas horas) o ir de tapas (cuando abran los garitos).
En una hora y poco, después de coger el desvío de Loporzano y pasar por Bandaliés, Sipán y Coscullano, nos desviamos a la izquierda en dirección a la ermita de San Cosme. En las casas de Estebañón encontramos tropezientos todoterrenos y un cartel que ponía algo así como ¡ATENCIÓN! Batida de caza mayor con armas largas rayadas ¡PROHIBIDO EL PASO! ¡Madre de Dios! ¡Qué miedo!. Yo tenía entendido que estos escopeteros no te podían prohibir el paso cuando están cazando. Te pueden sugerir, con la escopeta en la mano, con voz pastosa y mirada vidriosa después de almorzar, (como ya me ha pasado alguna vez) que no pases y si lo haces allá tú, pero de eso a prohibirte el paso...Porsiaca ni paramos y continuamos hasta la zona conocida como la Tejería, donde hay un parking.
El camino al principio llanea entre pinos y en poco rato llegamos a las casas de la Fabana. Qué lugar más majo. Merece la pena detenerse un momento y ver como una iglesia románica ha sufrido multitud de reformas a lo largo de los siglos hasta convertirla en una vivienda. Lugares éstos que surgieron en plena reconquista. Los cristianos llegados del norte iban construyendo pueblos en los últimos escarpes de los Pirineos con la vista puesta en el llano esperando a que los ejércitos lo reconquistaran y pudieran bajar allí a trabajar, por fín, tierras fértiles y a quitarse el hambre que debían arrastrar durante generaciones. Cuando se produjo la conquista de Huesca, por Pedro I en 1096, estas gentes debieron abandonar estos lugares bajando en masa a las fértiles tierras meridionales. Los edificios que dejaban atrás debieron pasar de mano en mano hasta su ruina total o, como este caso, se convirtieron en ermitas o pardinas. Por supuesto, la iglesia está en ruinas y no tardará mucho en venirse abajo. Como en tantos otros casos, es preferible fundir el dinero público en estupideces (ponga usted aquí la que se le ocurra) que en preservar el ingente legado patrimonial que atesoran estas montañas.
De la ermita baja una senda hasta el cauce del río. Hay que subir aguas arriba hasta introducirnos en una pequeña garganta. Ayer no había problemas para vadearlo pero, en primavera, la cosa debe cambiar. Esto es hacer barranquismo inverso, en vez de bajar por el cauce hay que subir hasta coger el barranco de los Valles. La subida es muy suave pero muy larga. Conforme subimos cada vez hace más viento y el tozal, que tenemos a la derecha, está todo cubierto de nubes. Habrá que cambiar de planes. En el collado de Petreñales el viento es insoportable. Roberto ha estado dos veces en el Tozal y yo cinco. Ana no ha subido aún pero, desde luego, hoy no es el día ideal para disfrutar de las vistas desde allá arriba. Un poco más bajo, y bastante más al sur, está el pico de Fragineto en el que no hemos estado ninguno de los tres. La decisión está clara. Nos vamos para allí. Del collado sale una senda que enseguida llega a la punta Corcurezo y continúa en una larga arista, llamada cresta de la Ronera, hasta la cima del pico. La cresta, sin ser difícil, era a ratos peligrosa. El viento te zarandeaba de tal manera que casi nos ha hecho caer en más de una ocasión y la caída, a ambos lados, es acojonante. Vistas preciosas en todas direcciones. A nuestra izquierda el Tozal de Guara, ahora despejado, deja a la vista toda su estructura de pliegues, anticlinales y cabalgamientos y a la derecha el valle del Guatizalema nos separa de la cresta de Gabardiella, que recorrimos hace poco. De la cima la cresta continúa ahora en bajada. Pues porque el jipi ese promete que hay un camino, que verse claro no se ve...aquello cada vez se afila más. Al final, baja en picado y una leve senda gira a la izquierda a buscar el valle de subida. Pese a la tecnología ( y a mi falta de práctica con el GPS) nos embarcamos. Poco, pero lo suficiente como para acojonar al perro y para que nosotros extrememos la precaución en un par de resaltes con piedra suelta. Al final cogemos el camino bueno que cada vez está más marcado, hasta llegar al collado que separa el pico del de Montidinera. De allí baja en picado, por medio de un pinar, hasta la entrada de las gargantas que ya hemos recorrido esta mañana. Vuelta a pasar por la Fabana y al coche donde comemos al sol y al resguardo del viento.
Como todavía es pronto, les digo de ir a que conozcan la piedra de los moros de Ayera que nos cae de paso. Increible el vendaval que nos sacude nada más salir del coche. Visita relámpago, envueltos en polvo que se mete dentro los ojos y la boca. La han señalizado y han colocado un cartelito de esos chorras que tan de moda están últimamente del estilo de " En este sitio tan chiripitiflaútico y curioso, fruto de la superstición de los aldeanos, ¿a que no sabes encontrar el pie de la princesa mora tallado en la piedra?" Por amor de Dios, ¡hombre!, un poco de respeto. Que allí se guardó grano con la esperanza que la Gran Madre le otorgara fertilidad y, probablemente, se realizaron cópulas rituales como remedio a para parejas estériles. Que puñetera manía de desacralizar lugares y convertirlo todo en un Port Aventura. Joder, cuanto más viejo me hago, más rancio e intolerante me vuelvo...bah, total, para lo que me sirve...me voy a ver Gran Hermano a ver quien hace edredoning hoy.
Hala pues...

lunes, 23 de enero de 2012

BTT POR LAS BARDENAS

Pues hombre, los Pirineos, los Pirineos no son...tal como se encabeza este blog...pero también hay monte....eso sí, a ver como lo digo yo para no levantar suspicacias. Es un monte...vamos a decir diferente al que estamos acostumbrados, con unos atractivos...diferentes a los que estamos acostumbrados...vamos, que la zona es fea de cojones. Habíamos oído hablar maravillas de esa zona para la práctica de la BTT, pero nos caía bastante lejos para bajar en el día. La oportunidad nos vino cuando la Asociación Boira de Ejea nos invitó a que, como unos Franciscos Umbrales cualquiera, bajáramos Pol y yo a hablar de nuestro libro para la capital de las Cinco Villas. Como nos temíamos, a la presentación del libro siguieron los tragos, la cena, los tragos y los tragos hasta que, evidentemente, hubo que quedarse a dormir allí. Porsiaca, ya nos habíamos llevado la bici para hacer algo al día siguiente y nos decidimos por una ruta por las Bardenas, de las que habíamos oído hablar muy bien. Así, de paso, estreno el GPS que me han traído los reyes.
El sábado sale despejado pero con bastante viento. Cogemos la carretera Ejea-Tudela confiando en que un parque natural debería estar bien indicado. Primer error. No hay ni una puñetera indicación en la carretera en la que ponga que está usted entrando en un paraje natural protegido y bla, bla bla, ni, por supuesto, indicación alguna de por dónde se puede o debe ir. Después de dar vueltas con el coche, nos metemos por una pista que enlaza con otra y esta con otra y esta con otra hasta que, después de hora y media dando vueltas por un paraje lunar, llegamos a donde arranca el track del GPS. Aparcamos en medio de la estepa, nos cambiamos y empezamos a pedalear. Km y km de pista recta y llana nos llevan a las inmediaciones de lo que parece un cuartel del ejercito epañó. Ya sabíamos que aquello es un campo de tiro para los aviones pero confiábamos que, con esto de la crisis, deben haber recortado también el presupuesto en bombas, misiles y gasoil, queroseno o con lo que coño rulen esos chismes. Pasado el cuartel la pista sigue por una inmensa paramera, con algunas formaciones curiosas hasta llegar al punto que todos hemos visto alguna vez, el Castildeterra. Aquí el track del GPS (se pronuncia el ji-pi-ese) nos saca de la pista y nos metemos en el barranco de las Cortinas durante unos cientos de metros. Esto, sin ser una maravilla, anima un poco. Volvemos a salir a la pista. Acojonante tú, estamos en el desierto y está empezando a llover. En efecto, boiras negras como mi conciencia se nos echan encima, se levanta una ventolera que paqué y, pa forro bota, pincho. Afortunadamente el viento se lleva las nubes enseguida y el pinchazo lo arreglamos en zerocoma.
Misma tónica. Más pistas llanas. Esta vez nos ameniza la marcha viento racheado lateral. Nos desviamos por una senda hasta situarnos enfrente de una zona que, esta sí, tiene buena pinta. Hay unos enormes paredones acarcavados que, aparentemente, nos cierran el paso. Subimos por un portillo (si no por el jipiise no lo encontramos) y nos metemos en el barranco del Rallón hasta que llegamos al famoso paso de los ciervos. ¡Amos no me jodas! hemos cogido el track al revés...¡Seré gilipollas!...esto ya no me volverá a pasar pero es que es la primera vez que uso un chisme de estos...si es que yo siempre he confiado en mi instinto ¡coño!...Bueno, no pasa nada. Lo subimos andando y lo volvemos a bajar. El paso en cuestión es una bajada que culebrea por el lomo de una cárcava. Hombre, tiene su gracia. Si te caes a cualquiera de los lados la hostia es fina, pero es muy corto y, si esto era lo mejor de la ruta, desde luego no compensa. La vista desde arriba, del conjunto del barranco, es curiosa y tenemos el sol de forma que se aprecia muy bien todo el relieve. Seguimos un tramos por senderos, en continuo sube y baja, hasta que cogemos otra pista que desemboca en la que traíamos antes de desviarnos y que rodea el perímetro del campo de tiro. Esta ya, sin dejarla, nos devuelve al coche después de 30 km y sobre cuatro horas de actividad con paradas, pinchazos, fotografías y subidas por donde deberíamos haber bajado.
Pues eso...que si la zona tiene algún atractivo (que lo tendrá, seguro. De hecho es Reserva de la Biosfera, Parque Natural y ZEPA) no se lo hemos sabido encontrar...claro que nosotros somos nativos de los umbrosos, fríos y húmedos bosques boreales situados allende de la depresión del Ebro y claro...estos parajes propios de tuaregs, mongoles, apaches, almendrones y otros pueblos del secano no acabamos de verles el encanto.
Por cierto, si a alguno le interesa, aquí está el track de la ruta.
Hala pues...

jueves, 19 de enero de 2012

VIDEO COJONUDO

Acabo de ver el telediario y está todo para echarse a llorar. El gasoil en máximos históricos, el FMI anunciando dos años de recesión, le PP anunciando ajustes, recortes y reformas en el mercado laboral sin acuerdo con los sindicatos, los putos mercados exprimiendo más si cabe la economía....bueno será echarse unas risas durante 10 minutos.
A ver si os sentís identificados en este monólogo.
A disfrutarlo.