lunes, 22 de julio de 2013

TRAVESÍA FAJALATA-PEÑA BLANCA-PEÑA ROYA

Nueva kedada de escritores, amigos, simpatizantes, lectores y allegados de este wonderful world of the blogs de montaña. Esta vez a propuesta de David  de "Buscando Bucardos". Vienen también, como va siendo ya tradicional en las últimas salidas J.C y Silvia de "Los del Termo". Estaba convocada también Pirene de "Montañera a tus montañas" aunque al final, pobrecica mía, se levanta indispuesta y se retira previo guasap a las seis de la mañana. Vienen también Iñaki, al que no teníamos el placer de conocer y Roberto al que sí que conocíamos (yo, por lo menos...los otros no.) Siete de la mañana en el Estacho, bar madrugador de Biescas donde los haya. Saludos, presentaciones, apretones de manos...¿Y Roberto? Pues ya es raro, ya...mira que es puntual...¡Có! ¿¿Andestás?? Joder, me contesta el susodicho con la voz pastosa y somnolienta, me he dormido. No ha tocado el despertador ni el móvil ni.....¡hala que te esperamos, sube echando leches.
Mientras Roberto se peina, acicala y sube nos entretenemos conversando, bebiendo café y estudiando el mapa de la travesía mientras vemos entrar todos los bolingas de Biescas que, a esas horas, entran pidiendo huevos fritos con jamón a voz en grito.
Bueno, al cosa es que entre que ha llegado la bella durmiente, nos hemos terminado los cafeses y alguno una napolitana supervitaminada y supermineralizada estamos aparcando los coches en la explanada del dolmen de Sta. Elena a las ocho en punto. De allí, se coge enseguida una senda que nos deja en la pista que sube a la ermita a la que llegamos charlando animadamente. En el castillo contiguo se coge otra senda, ya conocida de otras veces, que, entre espectaculares paisajes, nos lleva,
cruzando collados, hasta debajo del pico Fajalata, pico muy visible desde Biescas y casi mítico para la gente de esta población. Hasta aquí se ganan apenas 500 m. de desnivel por buena senda aunque un poco invadida ya de vegetación. Tenemos la enorme suerte de ver, todavía florecidas, dos de las plantas más buscadas por fotógrafos y naturalistas, el Lilium pyrenaicum y el Lilium martagon.
Llegamos al lomo d'os vascos y paramos a echar un bocao. Hemos sudado como goliñones hasta aquí. El día está pesado, sin nada de viento y con una calma chicha que no presagia nada bueno aunque, nosotros, felices y contentos, ni nos percatamos de lo que se nos va a venir encima en pocas horas.
Sorprendentemente, vemos venir un grupo. Llama la atención encontrar gente en esta senda...muy pocos la conocen a no ser que sean de Biescas o alrededores. Pues efectivamente, son de Biescas los que vienen pretendiendo hacer lo mismo que nosotros. A partir de aquí, empezamos a subir sin misericordia por una ladera empinada a ratos y empinadísima como bálano de enamorado la mayor parte hasta que llegamos, después de sudar abundantemente y de parar a ver florecillas silvestres, al collado entre Fajalata y Peña Blanca. Pues ya que estamos, nos desviamos durante unos minutos hasta hacer cima en la primera y sobrecogernos, a la vez que acojonarnos, con el precipicio que presenta en su cara norte. Unas cuantas fotos y volvemos sobre nuestros pasos para subir, esta vez sí, a Peña Blanca que parece que está cerca, la jodida, pero que se resiste. Hemos dejado atrás las areniscas calcáreas del Maastrichtense (sí, de donde el tratado que nos metió en el agujero y nos hizo súbditos de Merkel) y su relieve, mucho más blando y suave, para meternos de lleno en el paisaje lunar, descarnado y estéril de las calizas del Danomontiense que constituyen toda la cima de la sierra. Para eso, hay que franquear el único punto débil de la muralla que constituye, propiamente, lo que se conoce como Fajalata (Del latín fascia "Faja" y lata "ancha").
Aquí volvemos a coger el grupo de Biescas que nos acompaña hasta la cima de Peña Blanca (2556 m.)
Pues no, coño!! Que hoy no daban tormentas!! Entonces, amigo mío, ¿qué es aquella nube compacta, negra y espesa que se está formando encima de Peña Retona? Bahh....nada, nubes de evolución sin consecuencias...Aún así, vamos a aligerar, porsiaca...no vaya a ser que la meteorología no sea una ciencia exacta, como las matemáticas o la física.
Echamos un trago, comemos algo y nos piramos para abajo acompañados de un nutrido rebaño de cabras que nos siguen como si fuéramos sus amos. ¿será que olemos a choto? El Yeti, pobrecico mío, tiene que hacer auténticos esfuerzos para contenerse y no salir corriendo detrás de estos bichos que están empezando a mostrarse excesivamente confiados y fastidiosos. De Peña Blanca a Peña Roya hay un paseo sin apenas desnivel. En la cima hay un repetidor, convertido hoy por hoy en un montón de chatarra, que los dueños (creo que es de Arramón) deberían pensar en desmantelar. Más que nada porque no queda bien, ¿sabusté? Está muy feo eso de dejar basura por el monte, me da igual si es un envoltorio de gel superpowerenergeizeer que un montón de chapas, antenas y cables. Máxime si su dueño es una de las empresas que más cuidan las montañas de nuestro querido Pirineo (modo sarcasmo off).
La evolución de las nubes, ahora si que sí, nos hacen ver que es cuestión de tiempo y de suerte que no nos pille el marrón. Han pasado de ser inocentes cirroestratos para convertirse en cúmulos y éstos a su vez en cumulonimbos que llevan camino de ser, en no demasiado tiempo, cumulus congestus. Y estos, queridos y queridas amiguitos y amiguitas, descargan seguro granizo, rayos, truenos y viento huracanado...Kortatu....qué tiempos.
Bajamos más deprisa que despacio hacia Faja Señora, una amplia pradera donde pastan miles de ovejas que corren como gilipollas de un lado para otro cuando nos ven...desde luego, qué bichos más tontos...no me extraña que nos las comamos. En cambio tú, Yeti, tu si que eres agudo ¿verdad?.
Charrando y casi sin darnos cuenta atravesamos la cabecera del barranco de Lasieso. Todavía nos queda lo más bonito del día; bajar al fondo del valle por unas laderas (o por un barranco) en el que no se ve ni un solo paso practicable por laderas empinadas, descarnadas o boscosas respectivamente.
Comemos en el collado de Loba, rodeados de vacas mientras hace su aparición el viento Montoro llamado así porque su aparición no augura nada bueno. De hecho, mientras  damos cuenta de las suculentas viandas que portamos, al fondo, en el paraje conocido como Sobremonte, empiezan a intuirse espesas cortinas de agua mientras restalla en el firmamento, todavía lejano, el fulgor amenazador de los relámpagos Eeeeeeehhhhh!! Cuando quiero qué bien escribo ¿verdad? No se qué coño hago escribiendo aquí en vez de preparar mi primera novela.
Bueno, que hay que pirarse de aquí echando hostias. Ladera izquierda orográfica del barranco. Hierba resbaladiza, 60º + o - de inclinación...no hay secreto, J.C. le va preguntando al Yeti por donde se puede bajar y éste lo guía por entre la hierba primero y bosque cerrado después hasta que llegamos al cauce del barranco justo entre dos escarpes...hombre, no ha sido cómodo, pero en peores plazas hemos toreao...maeztro.
Ahora ya está, con un poco de suerte bajamos río abajo hasta llegar a la pista y poco después a los coches. Al poco de pronunciar estas palabras empiezan a caer gotas. Al principio pocas, pequeñas y espaciadas. Un trueno, al que le sigue otro y otro y otro hasta ser ya un rumor continuo, acompañan a un cambio de tendencia y lo que antes era llovizna se convierte en chubasco que, a la vez, se convierte en aguacero y éste deriva en lluvia monzónica. Algunos se ponen el gore tex y otros (el perro y yo concretamente) preferimos que la lluvia moje nuestro cuerpo serrano mientras cantamos la canción de Armando Marcelo...sí hombre esa que dice algo así como:
Lluvia que cae en tu cuerpo
te moja mas y mas
tu pelo mojado
pegado a tu piel
agua de lluvia
que calma mi sed
deja q recorra tu cuerpo...perro
 
Hala, qué repulsivamente tierno y qué nauseabundamente bonito. Pues con esa linda canción y con los truenos dándole el estribillo llegamos, completamente calaos al refugio forestal de Sibolás donde esperamos, pobre ilusos, que escampe.
Rato de tertulia. Solo nos falta un poco de fuego para estar aquí de maravilla mientras fuera llueve como si no lo hubiera hecho nunca.
 Una de dos, o encendemos fuego, merendamos y nos quedamos a dormir aquí, o seguimos bajo el diluvio a coger los coches. Las obligaciones laborales y familiares se imponen a la conversación y la molicie y emprendemos la bajada, que tampoco nos cuesta tanto, por una pista convertida, a ratos en un riachuelo de caudal impetuoso. ¿Lo adivináis? Pues sí. Justo cuando llegamos a los coches deja de llover y hasta quiere salir el sol. Rato que aprovechamos para las despedidas, los buenos deseos de volvernos a juntar, cambiarse, los que tienen, de ropa mientras David, sorprensivamente, saca del maletero unas galimbas acompañadas de patatas fritas.
Oye, ha estado bien hasta la tronada tú. Qué día más majo. 1700 m. de desnivel en 20 km, como pa una boda. Aquí os dejo el track aunque el GPS se ha vuelto loco dentro del bosque.
Hala pues...

martes, 16 de julio de 2013

TORONZUÉ, COMO PLAN B

Pues ya lo siento, pero no tengo demasiadas ganas de escribir lo que hicimos el sábado sabadete con Pirene y J.C & Silvia. Además parece que no va a llover en un rato, como novedad, así que me voy a ir en bici.
Como ell@s lo han descrito perfectamente y yo esta ruta la hice hace poco, pues os pongo alguna foto y algún enlace y daros por enterad@s.
Blog de Pirene
Blog de Silvia y J.C.
La misma ruta con Pol hace más de un año, día arriba, día abajo..
El track.
 
 
Espero que la perrería esta no dure mucho...
Hala pues...

viernes, 12 de julio de 2013

BERGUA-ESCARTÍN, UN DÍA INOLVIDABLE.

No os creáis. No pongo todo lo que hago (por el monte se entiende) Hay cosas que me las guardo porque considero que no debo, que no puedo o que no me da la gana ponerlas, sin más. Esta sería una de ellas, pero como es de bien nacidos el ser agradecido y como en Bergua, por lo visto y sorprendentemente, es el pueblo donde más seguidor@s tengo por habitante, os lo voy a contar.
Pues resulta, que llevo ya un tiempo colaborando con un conocido documentalista aragonés en un nuevo proyecto que se emitirá, a partir de septiembre, en Telemaño y que tiene que ver con una parte de nuestro patrimonio que a mí me interesa sobremanera. Hasta aquí, normal. Llevamos ya varios capítulos grabados, hemos estado en numerosos pueblos donde hemos coincidido con algunos de sus habitantes que, como norma, colaboran de buena gana.
Ayer teníamos intención de subir a grabar a Escartín, en el Sobrepuerto. Para eso nos acompañaría Luis, un antiguo habitante y su mujer que nos esperará en Bergua en casa de unos familiares.
La mañana transcurre plácida, grabamos donde nos habíamos propuesto, almorzamos bien y continuamos hasta que las tormentas anunciadas nos invitan a irnos hacia el pueblo donde también teníamos que grabar. Bueno, comemos a cubierto en el atrio de la iglesia y, si podemos, seguimos grabando por la tarde, pensamos.
Justo cuando llegamos empieza a llover. Nos encontramos con la sorpresa que, la mujer de Luis, Angelines,  junto con otros vecin@s nos habían preparado una comida digna de un día de fiesta. Y nosotros que nos habíamos traído un misérrimo bocata...
La comida, el ambiente, el trato, la conversación, las risas, la presencia de otros vecinos entre los que se encontraban la autora y el autor del precioso blog "Memoria de Pez", la exquisita hospitalidad hicieron de éste un día inolvidable.
Solo quería que lo supierais. Que en este mundo lleno de egoísmo, de hijo putas, de gente que solo busca su interés todavía queda gente buena, sana y con la que da gusto estar y conversar.
Muchas gracias a todos.
Por cierto, por la tarde ya no grabamos nada. Volveremos cualquier día de éstos a rematar la faena, si nos dejan. Y esta vez, el vino por lo menos, lo pondré yo.
Hala pues...

martes, 9 de julio de 2013

BALCÉS INTEGRAL, DOS DÍAS A REMOJO EN GUARA


Vamos a ver. Tú que eres un/a tierno/a lechoncillo/a recién llegado a este wonderful world of de barrancos, después de bajar la Peonera, el Mascún y el Formiga disfrutando de las multitudes variopintas y heterogéneas que pueblan este singular mundo los meses estivales, todavía te falta algo para añadir a tu currículum como aventurero arriesgado y adrenalítico. Y ese algo es, ni más ni menos, comerte un barranco de más de 30 km de vellón. ¿Qué es eso de barrancos de una, dos, tres horas a lo sumo, y salgo al solecico a beber cerveza con los amigotes en cualquier bar mientras te repasas ocularmente a las francesas? Para curtirse en estas lides hay que sufrir, hay que explorar y hay que sentir las rozaduras del neopreno de forma y manera que suspires por un poco de vaselina y ruegues al todopoderoso que se acabe aquello mientras ves, allá en lontananza, a lo menos el Delta del Ebro.
Pues eso hemos hecho este finde, el Balcés Integral. Lo de integral nada tiene que ver con su contenido en fibra y con que te ayude a regularizar tu tránsito intestinal, que también a ratos. Lo de integral es por que se baja el río desde donde nace (casi) a donde desemboca (casi también)
Antes de empezar a relatar la crónica y podáis sentir en vuestra piel, la emoción, el cansancio, los peligros que nos acecharon, que sepáis que, visto en perspectiva, ha estado muy, pero que muy bien. Pese a las rozaduras en mi piel fina y delicada, pese a la hernia discal que, decididamente, se me ha cronificado, pese a estar cansado como pocas veces he estado, pese a tener que acarrear y nadar con una mochila que pesaba un guebo y la núcula del otro,  la experiencia ha sido magnífica.
Y es que estas son cosas que poca gente hace. De hecho, probar a poner en San Google "Balcés
integral" y te saldrán aproximadamente  20.900.000 resultados sobre "Balances de Gestión Integral" y poco o nada del tema que nos interesaba.
Pese a la falta de información, afortunadamente, siempre encontramos gente pirada dispuesta a acompañarnos o que habían cabilado lo mismo que nosotros pero que no habían tenido con quién realizarlo. Este es el caso. En una conversación con Silvia y J.C sale el tema.  J.C dice que ni de coña pero al final Silvia, que pa eso es mujer y conoce los sutiles mecanismos de convicción propios de su sexo, convence a J.C. A  Pol no hace falta convencerlo. Dice a todo que sí y ya está...qué majo y qué descerebrao es.
Ponemos el día con tiempo y, conforme se va acercando el finde y la hora H, vemos que va a ser ideal. De hecho dan una ola de calor ¿Y dónde mejor que en un megabarrancodelamuerte para capear los rigores de la canícula?
Pues eso.
Siete y media de la mañana. Alberuela de la Liena. Dejamos un coche allí y con el otro nos vamos a Las Bellostas, lugar éste del Sobrarbe profundo, más cercano geográficamente a Ainsa que a Barbastro. En este lugarón, en el año 814, estuvo prisionero¡¡¡¡en un granero!!! García el Malo, conde de Sobrarbe y enemigo declarado de los carolingios. De nada, por el apunte histórico que os hará más felices y más sabios, si esto es posible.
De aquí parte un camino, marcado como GR-1 que enseguida nos bajaría al río pero nosotros, que somos gente aventurera y amantes de las emociones fuertes, cogemos otro indicado hacia Bagueste y que, en teoría, debería cruzar el río más abajo y evitarnos un trozo largo sin interés. Pero mira por donde, el caminillo en cuestión se aleja peligrosamente de donde queremos ir y decidimos, previa lectura del Gipiese,  coger otra senda que nos llevaría al río y de allí otra y otra más hasta que las perdemos todas y empezamos a jabalinear entre arizones (florecidos, eso sí) hasta dar con una pista que, a su vez, nos lleva al GR 1 y, a su vez nos deja en el río, a donde no queríamos llegar. (Por lo menos a esta parte) 1 hora y pico perdida. Bueno, pues da igual. Comemos un poco y al lío.
Un pequeño resalte, pozas de agua verde primavera y tenemos por delante 20 km de río en el que se suceden largos tramos de andar, algunas badinas y varios estrechos. Al principio llevamos la cosa con alegría, al final ya sabíamos que esto no iba a ser más que un paseo por terra ignota siguiendo el curso del isuala flumen. Grandes hayedos, mezclados sorprendentemente con encinas, vegetación salvaje del caribe, fauna que te va saliendo al paso, incluida una culebra comebarranquistas que se nos mira desafiante, como una cobra con medio cuerpo levantado y en actitud más que chulesca...el paisaje es digno de ver. Estamos a muchos km y a muchas horas del humano más cercano. Río, más río:
Wed go down to the river
 And into the river wed dive
Oh down to the river
we'd ride...
(Brus Esprigsting....and now we)
Algunos estrechos, pequeños caos, badinas en las que nos metemos, aunque no haga falta, para mitigar el calor. De repente, J.C. nota que la mochila le pesa más que al principio. La sospecha se convierte en certeza cuando abre el bote estanco y resulta que no era tan estanco como debería; la ropa, parte de la comida y lo más chungo, el saco de dormir, están chorreando. No hay problema, son las tres de la tarde, no hemos comido y el sol está justo en nuestra vertical. Si unimos a que estamos en julio, esas piedras planas y blancas de caliza cretácica son lo más parecido a un microondas. Paramos a comer, extendemos el tenderete y, en apenas media hora, está todo seco. Pues después de comer, sigue la misma tónica...grandes extensiones de grava, tramos de río que hay que vadear, algunos trozos francamente bonitos paisajísticamente...pero que ya va siendo hora de que acabe esto. Llegamos a la altura de una gran ventana a nuestra derecha y se nos cae el alma a los pies. Alguien dice que eso es, más-menos, la mitad del barranco y son las cinco de la tarde...pues así mal vamos si queremos dormir pasados los oscuros...La cosa es que seguimos y seguimos hasta que, a las siete de la tarde, ahora sí, vemos el tajo que hace el río para atravesar el tramo de los oscuros del Balcés, uno de los barrancos más frecuentados de Guara y que ahora lo tenemos para nosotros solos. Eso sí, ya nos podemos dar prisa porque si no vamos a tener que tirar de frontal en ese agujero que se abre a nuestros pies.
Un enorme caos en el que hay que buscarse la vida para pasar, algún sifón, dos rápeles cortos y una enorme, estrecha y oscura galería nos dejan en el lugar conocido como Tranco d'as olas donde tenemos intención de dormir. Son las nueve en punto de la tarde-noche cuando nos quitamos el neopreto y preparamos lo que va a ser nuestro nidito de amor...estoooooo, perdón, donde vamos a dormir bajo unas salceras (salix viminalis) y ante la atenta y vacía mirada de la calavera de un jabalina que hay colgada en una rama. Antes cenamos, claro, incluso charramos un rato mientras saboreamos un té aunque la conversación decae pronto a la vez que menguan las fuerzas después de un día largo, intenso, cansado y acuático...mañana será otro día...si se callan de una puñetera vez el millóndoscientosmil ranos que están dale que te pego declarando su amor a las ranas que los miran desdeñosas...igual que cuando tenía  20 años, tú, y desplegaba mis escasos encantos para la búsqueda de hembras receptivas.


Domingo, 8 de la mañana. Contrariamente a mis compañeros de aventura, he dormido como un ceporro. Ni me he enterao de un jabalí que ha revuelto cerca de nosotros, ni cuando se han levantao a mear, ni de los ranos enamoraos...y encima no me duele nada....a ver si tengo que cambiar el colchón viscolástico por un lecho de arena y hierbas...Le voy a preguntar a la jefa, a ver que opina...
Hoy nos van a acompañar parte de la cuadrilla del Termo a culminar el reto. En concreto Cristina, Javier, Miguel, Javi y Marina aparecen a las ocho y cuarto con madalenas y más despejaos que  paqué mientras nosotros nos sacudimos las legañas. Les hacemos los honores, nos volvemos a calzar el neopreto y hala, otra vez pa dentro el agua. Tenemos por delante los conocidos como Estrechos del Balcés, 7 km de río sin rápeles pero bellísimos por su estrechez y configuración geológica. Si no fuera porque ya estoy...como decirlo...hasta los cojones de agua los disfrutaría más.
Aún así, este tramo de barranco que bajé como hace 20 años, me ha encantado. En todas las guías pone que es largo, monótono, y con no demasiado interés...claro, si eres un megabarranquista que busca el peligro y los retos pues no, pero si lo que pretendes es pasar un día de excursión acuática en buena compañía, como es el caso, pues entonces sí...este es un barranco majo para eso.
4 horas y media, de la que ha sobrado la media última, es lo que nos ha costado bajar por este agujero que pone el colofón a un fin de semana inolvidable.
¿¿¿¿¿Como????? ¡¡¡¡¡Los cojones!!!! el final hay que ponerlo como Dios manda. Tras la inevitable combinación de vehículos el epílogo se pone en Colungo ante una buena, grande y refrescante cerveza previa a un plato de chiretas y a medio conejo asao que hacen las delicias de éste que suscribe. De postre, arroz con leche, café y orujo, que ya vale de comer de lata.
Y llegados a este punto, vosotras y vosotros, estimadas y estimados, lenchoncillos y lenchoncillas os preguntaréis con buen criterio ¿Lo repetirás algún día? Ni de coña, os contesto. ¿Ha merecido la pena? Decididamente si, por la compañía y por el buen ambiente, por la naturaleza salvaje y prístina que hemos disfrutado, por el sobo que les he apretao a mis articulaciones y que ha hecho que la espondilitis recule, porque ya tengo excusa para que me hagan un masaje relajante, porque voy a dormir como un bebe, con los puños prietos...
  
Ah!!!, por cierto, hemos dado respuesta a una de las preguntas que, junto con saber qué es un despido en diferido, más atormentan a la humanidad: ¿Quién vive en una piña debajo del mar?????

  Hala pues...