lunes, 30 de septiembre de 2013

UNA VUELTA POR EL VALLE DEL BASA

Otro finde de los que hay que improvisar sobre la marcha. De la primera intención que era irnos a Gipuzcoa ¡¡¡aivalahostia!! a bajar barrancos pasamos a podíamos ir al Forronías...no que dan agua y de allí al vayamierdaputotiempo...ya si eso nos llamamos.
El sábado amanece medio despejado después de llover toda la noche. Ni me lo pienso. Voy a darme una vuelta que hace días que tengo en mente.
Había estado en la Pardina San Juste hace muchos años, en bicicleta desde Ipies. Hoy voy a ir desde Allué, por unas sendas que limpiaron hace un tiempo un grupo de abuelos de Sabiñánigo y a los que nunca les agradeceremos suficiente la labor que hicieron y que todavía hacen.
A las nueve estoy aparcando en Allue, pueblo donde lo primero que encontramos es una preciosa iglesia románica, abierta y perfectamente restaurada, advocada a San Chuan. Este pueblo es uno de los que han renacido de sus cenizas. Recuerdo perfectamente, hace ya muchos años, que en un cursillo de fotografía que hice, vinimos aquí andando desde Sabiñánigo a poner en práctica lo aprendido. Bueno, pues aquel día todas las casas estaban abiertas de par en par y abandonadas. Hoy, afortunadamente, están todas
restauradas  o en proceso de.
Cruzo el pueblo, donde solo veo un perro aunque hay varios coches aparcados y emprendo un camino dirección sur. Al poco, un desvío señalizado a la izquierda me invita a ir dirección Sandiás, otro pueblo, este si que si, abandonado y prácticamente arrasado.
El camino cruza un barranco, sube muy fuerte al principio pero enseguida coge altura y hace una media ladera con pendientes muy suaves. Mires a donde mires solo ves monte. Ni rastro de presencia humana. Este territorio, el interfluvio entre el Basa y el Guarga, es uno de los más desconocidos de la comarca. Por aquí solo vienen cazadores (pocos porque hay que andar y muchos de los que conozco llegan hasta donde llegan los todoterrenos) algún senderista perdido y algún pirao en bicicleta. No hay picos importantes, no hay barrancos descendibles...solo hay naturaleza. De esto último mucha...paso al lado de enormes y añosos quejigos, por lugares que, dependiendo la orientación, se alternan en pocos metros arbolitos de marcada querencia mediterránea como las encinas y otros propios de oscuros y umbríos bosques septentrionales como las hayas. El camino también va esquivando o atraviesa numerosos estratos verticalizados. Son lugares donde abundan las rapaces y demás pajaritos que salen chillando cuando nos ven...si claro, voy con el perro.
Lástima de no poder perder demasiado tiempo. Me apetecería ir a ver la flora asociada a esos estratos y darme una vuelta por su base.
Pero se está nublando a toda hostia, así que, si quiero completar la circular sin mojarme, ya  puedo darme prisa.
Llego a un cruce de sendas, cojo la que va hacia el sur. Hay un par de trozos donde han puesto hasta cadenas para evitar caerte barranco abajo en algún lugar donde aflora la roca inclinada o donde se ha caído un trozo de camino por la erosión.
Sigue la misma tónica. senda ancha, perfectamente limpia y con un desnivel moderado. En un momento dado, el track me manda dejar la senda principal y coger una jabalinera que va paralela a otro barranco. De allí, una subida sin senda ni nada a una pequeña prominencia cubierta de erizones y tengo debajo mío la pardina de San Juste.
San Juste está documentada desde el año 1404 y nunca pasó de un fuego. Se encuentra en uno de los lugares más desolados, mas aislados y más perdidos de estas montañas. Puesto allí, imagínate una familia sola, en medio de una tormenta o una nevada en esos días de inverno que se hace de noche a las cuatro de la tarde y te haces idea de porqué se conservaron, hasta bien entrado el siglo XX, costumbres que arrancan en la prehistoria, creencias en brujas y malos espíritus...no era superstición,
era que aquella gente jamás salió de la edad media.
Me habían dicho que había una piedra con una inscripción. Efectivamente, en una esquinera hay grabadas las siglas U.G.T., un recuerdo de la guerra civil de 1936.
La vuelta la voy a hacer por otra senda así que tiro hacia sol poniente por una tiradera de madera convertida, hoy por hoy, en un barranco. No se si se es consciente, cuando se hace, de lo que supone abrir una pista en el monte. En lugares como este, con fuerte pendiente, si no se mantienen se convierten en regueros que a la vez se convierten en barrancos provocando erosiones brutales. Ahora mismo, esa pista no sirve ni para acceder con un todoterreno en caso de incendio.
Bueno pues tras varios km de pista sale, por fin, una senda a la derecha que me bajará nuevamente a Allué. Igual que por la que he subido, es una senda perfectamente trazada, que busca con habilidad los puntos débiles de la montaña y que atraviesa bosques y parajes realmente majos.
En un momento dado atraviesa una zona donde abundan las ruinas de casetas y algunos muros. Estamos en un yacimiento arqueológico. Allí, en la alta edad media, hubo un pueblo llamado Belmonde. Si nos fijamos con detenimiento todavía se puede encontrar en el suelo trozos de cerámica típicamente medievales. Una vez que el pueblo desaparece, las casas son la cantera para construir bordas y parideras por los alrededores a la vez que se generan leyendas en los pueblos de la redolada. La más repetida nos cuenta como, tras la muerte en época indeterminada de todos los habitantes de una aldea por una peste, sobreviven dos abuelas que mendigan asilo en los pueblos vecinos a cambio de la propiedad de las tierras del pueblo desaparecido. Estamos ante un mito que hunde sus raíces en la prehistoria. Probablemente no hubo peste y, por supuesto, no hubo abuelas supervivientes. Se trata de una leyenda arquetípica creada para justificar la apropiación de unas tierras que debió ser, como poco...digamos que irregular.
Lo que si que es cierto, es que estoy andando por sendas que ya las transitaron hombres en el neolítico. probablemente, estas que van de norte a sur y que comunican valles transversales, coinciden con antiguas rutas de emigración de herbívoros y de los cazadores que los seguían para
luego convertirse en rutas trashumantes. Acojona imaginar lo que han visto pasar esas piedras.
Con estas divagaciones llego a Allué justo cuando empiezan a caer las primeras gotas. Aún me doy un paseo por el pueblo acompañado de cuatro perros pesaos de cojones y entro en la iglesia donde rezar no rezo pero admiro la perfección de su bóveda de horno, me entretengo fotografiando murciélagos  y disfruto en soledad de ese ambiente único que se respira solo en las viejas iglesias medievales.
Pues no se...mañana habíamos quedao pa bajar barrancos y mira como se está poniendo este cielo.
Bueno, aquí tenéis el track de un recorrido muy recomendable para días que no se puede hacer nada por arriba.
Hala pues...

miércoles, 25 de septiembre de 2013

ERATA, ÚLTIMA LUNA DE SEPTIEMBRE

Ya hacía días que me rondaba por la cabeza hacer esto. El jueves 19, viendo salir una luna hermosa desde casa por Erata, decidí que el viernes era el día ideal para subir a la punta, ver anochecer y darme un baño de luna antes de bajar.
Dicho y hecho. El jueves a las seis de la tarde estamos aparcando en la ermita de San Chuan. Aparcar, aparco yo, el perro solo me hace compañía. Tenemos dos horas justas hasta que se ponga el sol y tres hasta que salga la luna así que, en vez de subir directos y enfilaos ladera arriba, cojemos la pista que, tras pasar por Mallata Lopina sube hasta Pelupín y luego, por la cuerda de la loma, nos llevará a San Benito. Subo despacio, saboreando la tarde. No estoy acostumbrado a andar tan tarde y los olores, las luces y los contrastes de las sombras hacen de una ruta mil veces recorrida algo diferente y novedoso.
Subo pensando que ambos topónimos tienen que ver con los lobos...cuántos habría y que mal lo pasarían los pastores en esos montes antes de que la estricnina y las escopetas acabara con un animal que, por lo demás, fue mitológico y casi legendario para las gentes del Pirineo.
Son las siete y media cuando llego a la ermita de San Benito. Saco entrada, me siento en primera fila y me dispongo a ver el espectáculo que está a punto de empezar. Para redondear la jugada, me he subido una empanada y dos cervezas en una mini nevera.
Conforme va bajando el sol lo hace la temperatura y se levanta el viento. Hay que abrigarse. Espectáculo lento pero bellísimo. Las sombras se van alargando, las montañas adquieren colores dorados, las nubes corren...hay gente que, pobrecicos míos, nunca disfrutarán de algo así.
Es curioso también como va corriendo la noche ladera arriba. Mientras las luces de Sabiñánigo (u Villacloro) y Biescas se encienden, aquí arriba todavía hay sol.
Bueno, pues llega un momento que el sol se esconde y las cervezas se acaban. Me voy a desplazar hasta la punta del Puerto de Yésero para ver salir la luna. Tengo casi una hora para ir hasta allí así que me lo tomo con auténtica parsimonia. Paro en la punta Erata, me siento un buen rato viendo como sigue anocheciendo mientras que, en un momento dado, una claridad alucinante empieza a salir justo por detrás de Monte Perdido. Está saliendo una luna que parece que se pueda tocar. Se ha parado el viento y hace una noche acojonante. Para poner la guinda al momento, un cárabo empieza a cantar en la ladera que da a Otal. Este espectáculo audiovisual se lleva repitiendo desde que el mundo es mundo. Esto es lo que debieron ver y oír los primeros hombres que adquirieron consciencia y sentido trascendente. La verdad es que esto es algo muy cercano a una experiencia mística, mucho más que la misa del domingo y ya no te digo nada la canción del capullo ese de Enrique Iglesias.
Se ha parado el viento y hace una noche que me arrepiento mil veces de haberme comprometido a currar el sábado. De haberlo sabido, me hubiera subido el saco y me habría quedado a pasarla allí.
Es imposible describir las sensaciones y el espectáculo. Por muchas fotos que hagas, por muchos videos que grabes, no hay forma de transmitir lo que se siente estando allá arriba en esas circunstancias. ¿Me estará volviendo un moñas? ¿O un licántropo hipersensible?
Son las doce de la noche cuando la luna está lo suficientemente alta como para permitirme bajar sin frontal. Y lo hago con pereza y muy despacio...la verdad es que no tengo ganas de volver a la civilización. Y eso que voy a Biescas, si tuviera que ir a una gran ciudad, decididamente, me quedaría allí...ya me daría calor el perro.
Bajo por la senda y, cuando estoy llegando a la collada de Yésero, el perro se me adelanta y saca un jabalí como un burro. Se ponen a dirimir sus diferencias allí, delante mío. Los esquivo a una prudente distancia y me voy, no vaya a ser que ese bicho (que no debe tener mucha inteligencia pero si muy mala hostia) le de por pensar que la culpa de que esté el perro allí es mía y decida venir a darme las buenas noches.
Bueno pues, sin más, cerca de la una, llego al coche.
Ha sido una experiencia para repetir...la próxima vez con vivac en la ermita.
Hala pues...

sábado, 21 de septiembre de 2013

OTURIA EN BICICLETA

Siempre es un placer subir a Sobrepuerto, pero cuando estás de vacaciones, entre semana y con un día casi primaveral pues más todavía. Hoy martes me voy a hacer una de las rutas clásicas, de las que hay que hacer si vives en este valle y pedaleas por bosques, cerros y colinas como lo haría Heidi si viviera en este siglo...ah!, no, que la habrían desauciao ya de su casita en las montañas y a su abuelo lo habrían detenido por pederasta.
Bueno, pues la vuelta consiste en subir por la pista de Oliván, llegar a la Cruz de Basarán, cruce de camino y ombligo de Sobrepuerto, ir hasta Cortillas e iniciar la larga y penosa subida hasta la cima de Oturia para luego bajar por el paco de Casbas y, de allí a Lárrede.
Hala pues, vamos al lío.
Ocho y media de la mañana y aparcando debajo de Oliván, en el cruce de pistas. Hace fresquete...¡qué coño fresquete! ¡¡¡Hace un frío que pela!!!! Lo mejor para el frío, el movimiento.
La pista se inicia justo debajo del pueblo, cruzamos (el perro y yo) el barranco de Oliván e iniciamos una larguísima subida, de más de 12 km que nos llevará a la Cruz de Basarán. Como norma sube bastante suave pero hay repechos que se te atragantan, sobre todo pasado el desvío a Ainielle. Además, aquí me empieza a pegar el sol y voy protegido del viento...estoy sudando como un pollo.
Cuando llego a la Cruz, paro a echar un bocao. Llega un coche con idea de buscar setas y allí estoy un rato charrando con ellos hasta que me quedo otra vez frío y el Yeti mostrándose excesivamente cariñoso con la señora. Arranco hacia Cortillas a donde llego enseguida.

Me planteo entrar en el pueblo, pero la verdad es que no hace demasiado calor, pese a ser casi las once. Además, tengo previsto volver a subir aquí el domingo que viene así que lo bordeo por la pista que va por el norte, paso al lado del barrón que sustentó, en su día, la cruz de término e inicio una larguísima, tediosa y dura subida que me llevará, tras pasar la arruinada mallata de Sta. Cruz, muy cerca de la Mallata San Cocobá.
Aquí si que me voy a acercar, más que nada para que beba el pobre perro que va detrás mío con una lengua que se le enrolla en las patas delanteras.
Anda que no estaba acalorao ni nada...nada más ver la fuente, se echa dentro del abrevadero y allí está un rato más feliz que chupilla haciéndose unos largos ante la mirada alelada de las vacas que no se atreven a acercarse a beber
A partir de aquí, la pista se deteriora notablemente y subo andando tranquilamente disfrutando del paisaje. Paso a la vertiente norte de Oturia, por una pista destrozada por las vacas hasta que la abandono para iniciar una subida que es corta pero que se me hace muy dura, por medio de la hierba y con la bici arrastro.
Raro es el día que subes a este monte y no te encuentras a alguien. Hoy ha sido un APN que está allí rastreando quebratahuesos a los que se les ha puesto un collar con un trasmisor. Charramos un buen rato, me explica como lo hacen (lo de rastrear quebrantahuesos, se entiende), compartimos almuerzo y tragos mientras los perros que portamos hacen amistad (que tampoco te creas que se llevan demasiado bien... )
Al final, después de disfrutar del paisaje y de la conversación un buen rato me voy para abajo.
Más rato desmontao que en bici, llego a la pista y enseguida cojo el camino que me llevará a Casbas.
Esta senda fue limpiada hace poco por voluntarios de Sabiñánigo y señalizada, de forma que se puede bajar muy bien montado en la burra sin tenerte que desmontar en ningún momento. Acorta notablemente la pista y además es bastante más majo y más entretenido. En un suspiro llegamos a Casbas donde se coge otro desvío que nos llevará a Lárrede previo descenso por una senda bastante más trialera que la que hemos seguido hasta aquí.
Mira que habré pasado veces por aquí, y sigue pareciéndome preciosa la vista  desde la senda de la torre con Oroel de fondo.
Hala, que ya no queda nada y voy a llegar a comer a casa a buena hora.
De Lárrede se va hacia Oliván un tramo por carretera, pero luego cojo la senda que, por encima de San Juan de Busa, va a cruzar el barranco (momento que el perro aprovecha para meterse hasta la punta el morro dentro de una badina) y de allí, en pocos minutos otra vez al coche.
Pues nada...se acabaron las vacaciones.
Aquí tenéis el track del recorrido.
Hala pues...

martes, 17 de septiembre de 2013

PALAS, 2974 M. HUYYYYYYY!!!!!!!! ¡¡¡¡¡POR POCO!!!!

Por poco no llega a la mítica cifra de 3000 m. Por 26 m. no entra en el selecto grupo de cimas, picos
y lometas visitados profusamente por senderistas, alpinistas, montañeros y domingueros en busca de su momento de gloria en la cumbre. Y sin embargo el Palas, como le pasa al Midí, al Lurién, a la Punta Escarra o a Telera, son montes preciosos, de los que hay que ganárselos y a los que hay que subir, al menos, una vez en la vida.
Y eso que no estaba previsto visitar este pico al que ya subí hace más de 20 años. La idea inicial era ir el sábado sabadete a Benasque y hacernos la cresta de Literola hasta el Perdiguero, de forma y manera que cabalgas un buen rato a 3000 m. y te haces nosecuantos para luego presumir con los amigotes en el bar y en esto de los blogs de montaña. Bueno, pues al final, la previsión del tiempo se encarga de desmontar lo previsto. Nubes en la vertiente norte, un frente que cruza la noche del sábado al domingo, nubosidad y precipitaciones el domingo hasta medio día...no parece un buen plan irse hasta Benasque para luego no poder hace nada...plan B. ¿Qué no habéis estao nunca en el Palas? ¡No jodas!...pues hala, no se hable más, pal Palas el sábado y el domingo a ver llover.
Sábado, siete y media de la mañana. Kankel, Robeto y el que esta crónica escribe. Cogemos al Yeti aunque sabemos que la última parte, donde hay que trepar, se va a tener que quedar castigado.
Café rápido y llegamos a la Sarra que está, a esta temprana hora, petada de coches y gente durmiendo por doquier.
El camino, mil veces recorrido, coincide con el de subida a Respomuso, al Arriel y a tantos y tantos picos visitados por esas latitudes. Hay sombra, sopla viento y hace frío así que no paramos demasiado.
Una vez rebasado el Paso l'onso, el camino empieza a subir con ganas. Nosotros lo abandonamos enseguida en un desvío señalizado a la izquierda por donde se mete un montón de gente que llevamos delante.
La senda a los ibones de Arriel es larga, cansada, pedregosa...sin embargo hoy subo como un pajarico...ni me canso, ni sudo...vamos adelantando gente hasta que, casi sin darnos cuenta, nos plantamos en el ibón inferior. Hosti tú....ha desaparecido la gente....o se han ido por el camino de la tubería a Respomuso o los han abducido aquí, delante nuestro. El caso es que el grupo numeroso que hemos adelantado han desaparecido.
Hala, venga, que todavía queda una calcetinada seria. Que nos hemos comido solo la mitad del desnivel. Aún así, hay que parar a echarle algo al cuerpo así que, en un bucólico prado al lado del camino paramos y nos comemos el almuerzo entre tragos de powerade azul que sabe a jarabe, que me he traído yo, y vino del somontano que se ha traído Kankel.
Una vez hidratados y resalinizados, emprendemos la marcha que nos llevará, bordeando ibones, a una pedrera que se ofrece ante nosotros, alta, larga y dura como un día sin pan. Antes, he dejado atado al Yeti aprovechando un puente de roca en un lugar con sombra y agua. Allí lo dejamos ladrando y mentando a nuestros muertos mientras enfilamos esa pedrera como hay que enfilarlas, despacio, con paciencia y un pie delante de otro.
Nos cuesta más de una hora colocarnos en la base de la pirámide cimera. Primero por trazas de senda, después por piedras de tamaño mediano y, al final, saltando de bolo en bolo.
La normal a este pikachu va por una chimenea llamada chimenea Ledormeur, llamada así por el pireneista, escritor y fotógrafo Georges Ledormeur autor de numerosas primeras ascensiones y de la
monumental Guía del Pirineo Central...ya veis, mientras aquí los picos y barrancos eran lugares prohibidos e inaccesibles (paqué vas a subir allí ¿hay hongos u que???)  en l'autre côté la gente escribía guías de montaña y hacía fotos a las flores alpinas. Así nos va, aún ahora.
Bueno, pues la mentada chimenea es el acceso a este pico. A partir de aquí, nos calzamos el casco, sorteamos las chapas, chapetas y chapillas que hay atornilladas y que nos recuerdan varios muertos o nos indican el camino correcto e iniciamos una trepada que, sin ser difícil, tiene su gracia. Máxime cuando la roca está en algunos trozos muy pulida pues debe haber subido mucha gente desde que desprecintó este recorrido el amigo Georges.
Conforme vamos subiendo, los ibones van quedando abajo, los horizontes se abren y el paisaje es cada vez más salvaje, más alpino y más majo. Únicamente nos juntamos con media docena de personas que ya bajan.
La chimenea termina en un hombro, donde se abre un abismo hacia el ibón de Arremoulit, y continúa por la vertiente sur. Un flanqueo y otra chimenea, mucho más tumbada que la precedente y bastante más fácil de subir, nos deja en la minúscula cima del pico ocupada toda ella por un hito, fita o cairn.
Imposible describir la belleza del paisaje. Imposible enumerar la cantidad de picos e ibones que se ven desde allí. Llamo a gritos a Pirene, que se que está en el Lurien y lo veo allí mismo, pero no me responde...igual es que ha cambiado de idea...luego me enteraré que no...que está por esos andurriales.
Bueno, pues fotos, más fotos, trago de powerade ¿esta mierda no se acaba nunca? y nos vamos para abajo.
Los destrepes siempre son más complicados que los trepes. Hay que mirar donde se pone el pinrel para, gracias a la ayuda de nuestra amiga la gravedad, no mandar piedras al cerebro del que está por debajo tuyo y no irte tú y tus amigas las piedras, a tomarpolculo. Así que con cariño, mirando lo que hacemos y despacico llegamos otra vez a la base de la chimenea.
Roberto se había dejado allí los bastones para que no le molestaran y constatamos con incredulidad que algún hijoputa se los ha mangao. Hace falta ser cabrón, desgraciao y cutre pa mangar dos bastones del decartón de a 12 leuros el par. Así que comentando esta divertida anécdota y deseándole al mangui una cagalera que le dure más que el culo, bajamos por el pedregal, arribamos a orillas del ibón superior y poco después a la altura del Yeti que está, pobrecico mío, afónico de ladrar.
Ahora, con la faena ya hecha, paramos a comer y a poner los pies a remojo en el barranco que baja de las Frondiellas e iniciamos un paseo tranquilo y relajado (aunque largo) que nos llevará a la Sarra y, sobre todo, a una macrogalimba que nos espera en el bar asador que hay allí y que esperábamos que estuviera cerrado ya en estas fechas.
Por cierto, ¿a qué mente instruida, lúcida, talentosa, preclara e iluminada se le habrá ocurrido que para llegar a Santiago hay que ir por el GR-11? ¿Será al mismo que ha ordenado jalonar todo el camino con postes de a 30 leuros la unidad más IVA y el montaje a parte? ¡Ah, claro! ¡Como no hemos caído! Como la tierra es redonda, si tú sales de La Sarra y vas dirección sol naciente, u orto, u oriente, previo paso por el collado de Tebarray,  San Pere de Rodes, Estambul, Sri Lanka, Rapa Nui, Iowa, Cuba y República Dominicana, mi amooool, Funchal y  Fisterra llegarás a Santiago...anda queeeeeee, no habrá cosas mejores para gastarse la pasta (que seguro que es pública) que en llenar el monte de leña pintada con colorines.
Estooooo, que se me olvidaba. Que por algo Roberto es cámara de Televisión. Cada uno por lo que le pega en esta vida. Aquí os dejo un vídeo que se ha currao...Hostia Taxugo Xicote ¡Qué bueno, tío!!!

Hala pues...

domingo, 15 de septiembre de 2013

PEÑA BLANCA-CORONA D'O MALLO Y PEÑA O CAMPANAL

Hace ya un tiempo, David hizo una actividad que me pareció muy interesante, justo en la puerta de mi casa, como el melonero de Villaconejos que de vez en cuando viene a ofrecerme melones a la puerta de mi casa y yo, cuando bajo le pregunto.....esto...¿qué os estaba contando? Ah Si! Que colgó en su blog una ruta que, desde el puerto de Piedrafita, se encaramaba a esas cimas situadas a la izquierda de Peña Telera y, por eso mismo, injustamente olvidadas.
Lo miro, me voy un día a investigar, le pregunto a David...y llego a la conclusión que en ese berenjenal (porque a priori parece un berenjenal...) no me meto solo ni con el perro...habrá que esperar a que haya algun@ disponible y que me quiera acompañar.
Pues al final el día elegido es el jueves y la que me va a acompañar es Montse, que también está libre y le apetece andar un poco.  ¡Pobrecica mía, no sabe lo que le espera!
Ocho y media de la mañana en Biescas. Entre café y pontebienestatequieto aparcamos en el parking de Lacuniacha a las nueve y pico. Temperatura ideal, cielo limpio y ni pizca de viento...no hemos podido elegir mejor día.
La ruta al principio discurre por el trilladísimo y conocidísimo camino al ibón de Piedrafita pero, en una curva a la derecha de la pista, sale una senda indicada como "Plana Terrosa". Nos desviamos por allí para llegar en breve a la plana previamente mencionada que es un espacio donde antes hubo un ibón que se colmató. Ahora está ocupada por un numeroso rebaño de ovejas que, comportándose como es propio en esos bichos tan lelos, van de un lado para otro perseguidos por unos perros que las llevan a donde les pasa por la punta del rabo (el del perro). La bucólica estampa nos sugiere una bonita metáfora con nuestra sociedad actual donde uno, dos perros a lo sumo, llevan y hacen con un rebaño apático y aborregado lo que quieren sin que intuyan que, al final, van a ir todas directas al matadero y los perros se comerán sus entrañas y sus huesos.
Bueno, pues dejamos las ovejas y los perros a lo suyo, pasamos justo por debajo del arco natural y enfilamos una canal conocida como Canal del Burro y que nos subirá, previa sudada, a la divisoria de la sierra.
La canal se sube bien, no hay demasiada piedra suelta pero se ganan 500 m. de desnivel en apenas 45 minutos. Justo antes de llegar hay en la pared (natural) una cueva cerrada con una pared (artificial), en la que hace años los pastores aguantarían las tronadas.
La vertiente sur de las sierras interiores es mucho menos abrupta. Vemos desde allí toda la ladera que baja al Puerto de Biescas, que es un karst de libro, dicho sea de paso, Burrambalo en frente y la mirada se pierde en la lejana Guara. Hacia el norte y el este, el valle de Tena despliega todos sus encantos pa nosotros solos. Un pequeño paseo por la cresta y llegamos a la primera cota del día, Peña Blanca de 2314 m, cm. arriba, cm. abajo. De allí hay que descender un poco por unos prados cubiertos de flor de nieve, grandes como panes, y trepar por gradas sencillas y trazas de senda de ganado hasta la cima de Peña Blanca Alta (2512 m.). Justo al lado, la cresta continúa hasta coronar una de las tres cabezas que forman la Corona del Mallo, 2535 m. y máxima altura del día. Desde allí la continuación no se ve nada clara. Sabemos que tenemos que bajar a la peña o Campanal que se ve muy lejos y muy abajo y, para ello, tenemos que cruzar un paso muy aéreo, destrepar un poco y coger una ladera inclinada de hierba y pequeñas terrazas que nos bajarán, previo flanqueo con abismos por todos lados, a la arista que muere en la Peña o Campanal. Pues porque me han prometido que por aquí hay paso y porque llevamos un track en el Gipi del que no nos separamos ni un metro que si no...parece imposible que esto tenga continuidad por algún lado...la verdad es que el ambiente de alta montaña es magnífico, la sensación de soledad abrumadora y los abismos que nos rodean por todas partes acojonantes.
Hala, al lío...Pues mira, al final ha resultado mucho más fácil de lo que parecía...eso sí, si llegamos a tropezar  nos perdemos la ceremonia de apertura de las olimpiadas de Madrid 2020 ¿que? ¡Ah!, que no las han dao...¡¡¡no jodas!!! ¡Juas, juas juas! Relaxin cup, tía, que seguro que invierten los 1200 millones que sí tenían para esta mierda en subir las pensiones, contratar más médicos o devolvernos la paga que nos robaron en navidad.
La peña o Campanal es como una proa gigantesca que avanza hacia el norte desde las paredes orientales de la sierra de Partacua. Y debe ser uno de los picos menos visitados de todo el Piri. Y eso que su cima es un bucólico prado cubierto de edelweis y que la vista que se descubre desde ella de la pared norte de Peña Parda y de todo el valle es de lo bueno lo mejor. Hasta hacemos un hito cimero que aún no tenía, pobrecica mía...
Desde aquí, ahora viene lo mejor. Tiene que haber una faja que rodea a media altura las gigantescas paredes que tenemos al sur y que desemboca, si no nos han engañado, a mitad de la canal de Cobacherizas, la vía normal pa subir a Telera. Pues en un colladito herboso, muy cerca de la cima, sale la dichosa, nombrada y esperada faja. Se trata de una fajeta, más o menos ancha, cubierta de derrubios de distinto calibre e inclinada hacia el abismo que se abre a nuestra derecha. Sin ser difícil, acojona andar por allí si te imaginas un resbalón tonto. Claro que la piedra está bastante bien asentada, la vira es amplia y la sensación de vértigo no es muy acusada.
Con cuidadín, al final,
llegamos a la amplia canal de Cobacherizas  donde respiramos tranquilos. Nos juntamos con un francés dichagachego que nos cuenta sus aventugas pog el Pigineo y con tres zagales que bajan pegando saltos por esas graveras.
Uno de ellos es el hijo de Samuel, con el que hice mucho monte hace años hasta que me di cuenta que, dicho con admiración, estaba muy loco y, sobretodo, estaba muy fuerte y que era imposible seguirlo. Dar una vuelta por su blog y juzgar vosotros y vosotras mismos y mismas, amiguitos y amiguitas.
Bueno, pues charrando con unos y con otros, llegamos al primer plano una vez pasada la canal y, poco después, al ibón de Piedrafita que está idílico a esas horas de la tarde con esas luces.
Poco más habría que contar....¡Hostia no!! ¡¡¡¡Espera, que viene lo más bueno!!! Cogemos la senda del refugio que baja al pueblo, salimos a la pista y, metros antes de llegar a los crómlechs de Las Lastras nos encontramos dos parejas de barranquistas con todos los aparejos, implementos, hierros y enseres necesarios para practicar su deporte encima, incluido el casco en la cabeza...el problema es que les falta el barranco.
Perdonar ¿a dónde vais?, les preguntamos. Al Gorgol, nos responden, como si fuera una obviedad.
Pues mira que os habéis equivocao...que el barranco lo tenéis de aquí, aproximadamente, a tomarpolculo a vuestra derecha...¡No jodas! ¡¡¡¿De verdad???!!! Ves, ya te lo decía yo...Yo estuve hace años y esto no me sonaba... en fin, que se dan la vuelta y esta tontería nos sirve para bajar partiéndonos el culo hasta el coche y dar por concluida, previa galimba, of course,  una hermosa jornada de montaña cientoporciento recomendable.
Eso sí, si lo intentáis necesitáis tres cosas a saber:
1.-Alguien que os acompañe, que os de conversación y que se sepa los pasos clave.
2.-En su defecto un GPS, con pilas cargadas preferentemente, para seguir el track escrupulosamente.
3.-Casco para transitar bajo las paredes que tienen la fea costumbre de soltar piedras cuando pasamos por debajo.
Hala pues...

miércoles, 11 de septiembre de 2013

LOS SECRETOS DE LAS PIEDRAS



He tenido la suerte de ser asesor y de participar en la grabación de varios capítulos de esta serie que empieza mañana dirigidos por Eugenio Monesma y producidos por Aragón TV.

Todos los jueves a las 23:05. Hora inmejorable, como podéis ver...mucho antes que la Teletienda y las Brujas del Tarot.
Redifusión los sábados sabadetes a las  19:10 antes del partido del Barça contra el Binaced.


 
 
Aquí tenéis la reseña del primer programa (en el que, lamentablemente, todavía no podréis disfrutar de mi belleza, porte, prestancia y saber hacer ante las cámaras)
Hala pues... 

lunes, 9 de septiembre de 2013

TORRETA DE MONTSÌA (764 m.)

Pues aquí estamos, en San Carles de la Rápita, disfrutando de una semana de calor, playa, sal y medusas...Claro que no todo va a ser rebozarte en arena, bañarte en agua caliente cual micción y leer tirao a la bartola mientras tu piel absorbe radiación UV para conseguir ese carcinoma que se te llevará a la tumba...también hay que buscar alternativas.
Hablo con Silvia y J.C y me comentan la existencia de dos ferratas, una en cada vertiente de la sierra del Montsia, muy cercana a donde nos hospedamos. Así que, antes de meterme solo en algún berenjenal, me voy a dar un rulo por esa montaña para ver el percal y decidir si hago alguna o me quedo con mis mujeres en la playa.
Como los días precedentes hace un calor que lo flipas, decido pegarme el madrugón del mes de forma y manera que a las cinco y media de la mañana estoy en la puerta del hotel semisobao y legañoso ya que ni me he lavao la cara para no hacer ruido y despertar a mis chicas.
Cojo el coche y tras dar mil vueltas por un desierto y oscuro San Carles, encuentro la ruta correcta que me lleva, por una estrecha carretera de montaña, hasta la zona conocida como Coco de Jordi, donde termina y hay un parking.
Joder...igual he madrugao mucho o que??? Es noche cerrada y no tiene ninguna pinta de amanecer
aún. Menos mal del GPS, en el que llevo un track que no me acaba de convencer, y del frontal. Bueno, me digo a mi mismo para animarme, así, además veré salir el sol cuando ya esté arriba en la ladera. Me imagino uno de esos amaneceres románticos de película moñas en la que el astro rey asoma por el horizonte mientras en la playa se apaga lentamente una hoguera y yo me desperezo abrazao a una mulata con la que he tenido una noche de amor febril y... UH-UH-UH-UH!!!!!!!!! Hostia tú, ¡Que susto, coño! Un cárabo acaba de cantar aquí al lado y otro le responde un poco más allá. Hala, déjate de gilipolleces y empieza a andar que casi hace fresquete.
Así que con el frontal y pendiente del GPS ando casi una hora, hasta una fuente señalizada como Font del Brugar donde mana un chorrete minúsculo y empieza a amanecer. Constato con creciente frustración que no solo no voy a despertar nunca abrazao a una mulata si no que tampoco voy a ver el amanecer romántico. Me doy cuenta que estoy metido dentro de un barranco sin vistas y, sobre todo, que está nublao que te cagas. ¡Hombre, no me jodas! ¡Será posible!
Sigo subiendo, cada vez con más claridad y con más nubes, hasta llegar a una zona llana donde encuentro las ruinas del pueblo de Mataredona. El camino está perfectamente definido y en los cruces muy bien señalizado así que no tengo problemas en seguirlo. Ahora, después de dejar las ruinas
envueltas en niebla atrás, ando por una especie de altiplano cubierto de coscojas, retamas, palmitos y unas aliagas que pinchan que te cagas (creo que es la Ulex europaeus) hasta que la senda gira a la derecha y me acerca a un collado que da vista (deduzco, porque verse, sigue sin verse nada...) a la vertiente occidental de la sierra.
A partir de aquí el camino desciende mucho. Salgo de la niebla y veo a mi derecha unas barranqueras que se pierden en el fondo de un valle donde debe estar la población de Ulldecona.
Una zona llana y llego a unas ruinas que se ven allí mismo. Se trata del Mas del Comú, lo que aquí, en esta tierra que nos movemos habitualmente, viene a ser una pardina de toda la vida. Como se ha levantado viento y voy sudao, me meto dentro de las ruinas a echar un bocao que ya me lo he ganado.
Tras mineralizarme, vitaminarme e hidratarme convenientemente, continúo por la senda que abandono enseguida para coger otra bastante menos marcada. La que llevaba baja a Ulldecona y yo, lo que quiero es subir a la cima más alta del macizo. No hay perdida. Pequeñas trepadas entre tramos de senda, marcas verdes en las rocas me llevan a un collado en el que me vuelve a envolver la niebla. De allí me queda un paso, según el GPS, a la cima a la que, efectivamente, llego enseguida.
Dos casetas de chapa cerradas, un vértice geodésico y una especie de mástil de bandera con los puntos cardinales ocupan una cima amplia y alargada donde las nubes van y vienen pero sin despejarse y sin ver el sol.
Joder, hace hasta frío, así que echo un trago de agua y me piro para abajo enseguida. He estado mirando por donde van, más o menos, la ferrata de Ulldecona y la de Roca Blanca y no lo acabo de ver claro. El pico este es como una especie de zigurat en el que se alternan estratos calizos horizontales (el grosor de dichos estratos será por donde se trepa) con otros más blandos de arenisca donde habrá sendas de enlace entre unos y otros. Bueno, ya me lo pensaré...
Vuelvo al collado e inicio una cresta que, sin ser difícil, al final se hace larga porque hay que ir continuamente trepando y destrepando. Son continuos sube y bajas en el que se coronan multitud de pequeñas cimas encadenadas. Por fin parece que se quiere ir aclarando esto y, aunque sigue habiendo nieblas, sopla viento y casi hace frío, de vez en cuando veo la costa y San Carles allá abajo.
La cresta acaba en una curiosa formación rocosa llamada la Foradada que, como su propio nombre dice y/o sugiere, es una roca con un gran agujero o forato desde donde se ve toda la bahía de los Alfaques, la punta de la Banya y el istmo (más bien un tómbolo) del Trabucador, donde está la una de las playas más majas en las que me he bañado, dicho sea de paso....
Aquí me encuentro con el primer ser humano de toda la mañana, un vasco que, como yo, es más bien alérgico a la arena, los tangas y las tetas al aire.
Charramos un rato (está alojao en el mismo hotel que yo), echamos un trago y él marcha a hacer lo que yo ya casi estoy terminando. Joder macho, pues que no te pase nada...ahora que ha salido el sol hace un calor de flipar aunque sigue soplando el aire y en la sombra casi hace frío.
Bueno, pues de aquí ya todo es bajada. Sigo por la senda perfectamente marcada y señalizada que se encamina decididamente hacia el barranco de subida.
En un momento concreto, la senda tira a la izquierda, a empalmar con la de subida y otra sigue hacia abajo. menos marcada pero sin problemas. Por hace una circular redonda, esférica y anular me tiro por allí rezándole a San Carles  y a la Mare de Déu de la Ràpita  para que aquello no sea una senda de porcs senglars (llamados comúnmente chabalíns en mi tierra) y que me lleve a algún lugar próximo al coche.
Pues sí, directo, sin demoras y recto aparezco a pocos metros del Coco de Jordi y del coche. Por cierto, no me hagáis mucho caso, pero creo que los cocos o cocós son, a parte de unos frutos tropicales peludos y un señor que se come a los niños que no se quieren ir a dormir, unos agujeros que se forman en las rocas por disolución de la caliza y donde se almacena el agua de lluvia. Allí mismo parte también una ruta llamada itinerari des fonts y cocós que también tiene buena pinta y que me la dejo para otra ocasión.
Pues nada, aún me da tiempo a llegar a la platja del Garbí  (en realidad he llegado hasta el chiringuito) donde me he apretao dos cervezas mientras las jefas desmontaban el tinglao que tenía allí montao y nos vamos a comer....bueno, yo más que comer lo que he hecho es asaltar el buffet ante la vergüenza de mi hija que no para de repetir que no me conoce de nada...
Decididamente las ferratas me las dejo para otra ocasión, con compañía a poder ser. Con esto y 106 km de bicicleta que me hice al día siguiente, llanos como la palma de la mano y parando cientos de veces a ver patos, patitos, zancudas, flamencos y demás bichos plumíferos propios de estas latitudes, vuelvo más que contento a casa.
Por cierto, un amanecer desde allá arriba en un día despejao debe ser algo parecido a esto y el track, por si os apetece ir algún día, está aquí.
Bueno, pues nada...que, aunque no viene a cuento, me voy a tomar una relaxin cap of café con leche in plaza mayor...hostia que vergüenza tú...y pensar que son éstos los que nos tienen que sacar de esta mierda en la que ellos mismos nos han metido...menos mal que, por lo menos, no nos han dao las olimpiadas de los cojones y toda la banda de sinvergüenzas que han debido ir allí a chupar del bote ya deben estar volviendo...yo es que me pongo malo pese a seguir de vacaciones.
Hala pues...