jueves, 29 de agosto de 2013

BARRANCO GABIETO

Supongo que a todos nos ha pasado alguna vez...hay días (la mayoría), en que no tienes a nadie para
ir al monte (si exceptúo al perro, que siempre está dispuesto) y otros, sin embargo, tienes tantas opciones que no sabes a donde acudir.
Eso es lo que pasó el domingo. Por un lado habíamos hablado con J.C. y Silvia de volver al barranco Gabieto, en Bujaruelo, ya que la semana pasada nos la tuvimos que envainar por la gran cantidad de agua que bajaba. Otra opción nos la da Pirene que sugiere paseo tranquilo al ibón y pico de Bernatuara, lugar de esos mágicos y magicos, que todo buen pirineista debe visitar al menos una vez. Pol, por su parte se marcha a la Pala de Ip con los críos-sarrio y David nos invita a realizar una travesía integral por la Sierra de Partacua, desde Retona hasta peña Parda. Vamos a ver...En Bernatuara y en la pala de Ip ya he estado. La travesía de la Partacua es algo especialmente atrayente pero los ¡¡¡2600 m de desnivel!!! y los ¡¡¡¡¡41 km!!!!! acojonan al más pintao. Desde hoy mismo, David pasa a ser uno de mis héroes, solo detrás de Maradona y de el torero Joselito...al final gana por goleada el Gabieto, que a mi esto de que se me resista un pico o un barranco me sabe un poco mal. Además, la primera idea siempre suele ser la correcta.
Así que reunión matutina en Biescas en el bar de siempre. Hoy nos acompaña también Kankel que,
pese a haberse desprecintado en esto de bajar barrancos tardíamente, se mueve en ese medio como tritón en el agua.
La ida hacia Bujaruelo la hacemos mirando todos los barrancos para constatar que bajan todos bastante mansos. Justo antes de llegar al parking podemos ver prácticamente todo el desarrollo del barranco en cuestión. En eso estamos cuando salta un guasap en nuestros teléfonos 4g ultramodernos y chipiriflaúticos. Se trata de Pirene, que está llegando al parking y que nos espera allí mismo. Pues allí nos juntamos. Besos, presentaciones y poco más porque hace un frío que pela y, o empezamos a andar y cada uno a lo nuestro, o nos metemos en el mesón, almorzamos un par de huevos con longaniza y ya si eso esperamos a que se haga la hora de comer y por ahí...
Varias furgonetas de barranquistas, alguna de espeleólogos, mucho senderista es lo que hay en el parking. Nos cambiamos en 0, nos quedamos en bañador y con los dientes casi castañeteando, cruzamos el puente para coger inmediatamente un sendero llano que discurre paralelo al río Ara. Oye tú, ni uno solo de los grupos de barranquistas viene para aquí...qué raro ¿no?.
Cuando llevamos apenas diez minutos andando, sale una senda a nuestra izquierda, marcada con una flecha roja pintada en un abeto. Se acabó lo bueno. Nos han dicho que es una senda empinadísima como picha de novio y jabalinera y vestida como axila de gipi. Pues lo primero si, lo segundo no. No es una senda, desde luego, como la que sube a la Cola de Caballo pero se ve claramente el trazado. Está pisada, hitada y han cortado abundantes ramas de forma que, con
un mínimo de intuición, se sigue bastante bien. Eso si, empinada lo es un rato. El frío de hace unos minutos se convierte en calor, calor que se convierte en sofoco y sofoco que se convierte en bochorno que nos hace sudar (a mi, por lo menos) abundantemente.
Otra cosa es saber donde podemos, o donde debemos, meternos en el barranco que llevamos todo el rato a nuestra derecha. Ya muy altos, tras una hora de ascenso y ante la atenta mirada de los picos Fenés y Otal a los que tenemos casi en frente, vemos un lugar más o menos propicio para bajar al cauce...y mira tú por dónde, que es por donde hay que entrar. Nos dejamos el rápel de inicio, de 52 m, pero en seco y de salida guarra así que no nos perdemos nada.
Parada al sol, un bocao y un trago vino y nos calzamos el neopreto para llegar en unos minutos al cauce en el que baja un hilo de agua.
Lo primero que vemos y que sufrimos es que resbala un huevo y la yema del otro. Los rápeles son largos, con destrepes delicados e instalaciones manifiestamente mejorables. Llevamos ya un rato cuando un afluente, el Grau de Gabieto, aporta abundante agua por nuestra izquierda lo que hace mejorar la estética y la deportividad del barranquillo en cuestión. Además, justo en la confluencia de los dos cauces, hay una hermosa colonia de Swertia perennis, florecilla rara  que siempre alegra encontrar. (si te interesa la botánica, claro. Si lo que te interesa es el fúmbol, o la historia del arte, pues supongo que ni te alegrará ni te entristecerá...simplemente no te dirá nada el hierbajo ese).
Bueno, pues a partir de este punto, si antes resbalaba ahora parece que esté todo untao con jabón. Voy que parece que piso huevos y en permanente tensión. No se si lo he contado alguna vez, pero el calzado que llevo para barranquiar no son unas five ten canyoneer xtrem ni nada parecido.  Soy bastante más cutre y perrillero y uso las botas que se me joden tras dos o tres temporadas de andar por el monte con la suela lisa como el culito de un bebé y descosidas en todas sus costuras.
Aunque el cauce no llega a estrecharse, hay algunas zonas más cerradas, algunos pasos de agua canalizada y alguna cascada en abanico francamente bonita...pero vamos, no como para echar cohetes, ni mucho menos...sin ir más lejos, el desconocido barranco de San Clemente, que bajamos la semana pasada, es bastante más bonito. Claro que esto de la belleza ya se sabe que es muy subjetivo, que yo, aunque soy y me considero extremadamente atractivo, hay chicas a las que, inexplicablemente, no les gusto. Supongo que será porque les parezco un adonis inalcanzable, por mi casi metronoventa, mi melena leonina, mi torso bien formado, mi trasero duro apolíneo y respingón y mis abdominales definidos...bueno, estoooo, ejem, ejem...que me vuelvo a dispersar.
Bueno pues que tras varias cascadas largas y resbaladizas pero sin dificultad y agradeciendo a J.C y Silvia el cursillo acelerado que nos han dado de manejo de cuerdas y nudos (hay que joderse, llevo más de 20 años bajando barrancos y he evolucionado menos que el Homo heidelbergensis. Yo me quedé en poner las cuerdas en doble y eso ahora, por lo visto, está más que superado...) Decía que tras varias cascadas resbaladizas aparece una senda a nuestra derecha que marca el fin del barranco y la proximidad del río Ara del que es tributario. Pues qué queréis que os diga...que ni fu ni fa. Que pa no repetir. Que bueno, que vale, que me alegro pero que no merece la pechada de subir para lo que te aporta luego y que hay rincones francamente bonitos pero que no volveré, casi seguro...

Con esta sensación volvemos a Bujaruelo donde encontramos a varios barranquistas recién salidos del barranco estrella del valle, el Lapazosa (ese si que merece la pena repetirlo, de hecho, yo lo habré bajado una docena de veces). Entre ellos está Alex, al que no conocía y autor de uno de los mejores blogs de montaña que conozco: A0 a vista, El blog es muy bueno, no sólo por las actividades que se curra, fuera totalmente de mis menguadas posibilidades, si no por los extraordinarios y trabajados artículos sobre toponimia, historia o reseñas de escalada.
Bueno pues charramos unos minutos (ahora ya le pondré cara cuando lo lea) y nos cambiamos para bajar al camping de abajo donde damos buena cuenta de la comida (son las cuatro y pico de la tarde) mientras nos apretamos una cerveza talla XL. Justo cuando estamos terminando, nos llama Pirene que, tras cumplir holgadamente con lo que se había propuesto, baja a nuestro encuentro para tomar el trago de la victoria. Así que allí estamos, entre magnífica compañía y mejor conversación hasta que decidimos que ya es hora, que cada uno tenemos nuestra vida y nuestra familia que nos esperan (o no) en casa y que ya está bien, que vivimos más en el monte que los jabalises y que mañana es lunes y hay que currar.
En la conversación, por supuesto, han salido proyectos a corto, medio y largo plazo que, no os quepa duda, llevaremos a cabo...otra cosa no, pero cabeza dura....
Hala pues...

lunes, 26 de agosto de 2013

PUNTA COCHATA (1911 M.) CIRCULAR DESDE ESCARRILLA.

Estimados señores de Corporación Dermoestética: He descubierto una forma revolucionaria para adelgazar y, de paso, depurar el organismo. Les agradecería que se pusieran en contacto conmigo para concretar la forma en la que firmar el acuerdo que, no me cabe duda, les satisfará.
Atentamente.
¿Qué cual es?, os preguntaréis vosotros y vosotras, amiguitos y amiguitas de este blog.  Pues subir a las cuatro de la tarde en agosto por el camino de los Forzados de Escarrilla...vais a ver como depuráis vuestro organismo y sudáis los cubatas de garrafón que bebisteis en vuestra adolescencia y que los tenéis cronificaos en el hígado. Con ese ánimo y esa idea, la de sudar los cubatas postfestivos y, de paso, subir a un pico que vemos todos los días que subimos al valle y que nunca nos da por subir porque es bajo, porque está alejado de cualquier sitio más o menos transitado, o por lo que sea, cojo al perro y a las tres de la tarde del viernes me planto en la explanada que hay justo antes de cruzar el túnel de Escarrilla. Cruzamos la carretera y, pocos metros más adelante, sale una senda perfectamente trazada que empieza a subir con ganas por medio de un espeso caxicar. Se llama, como tuvimos ocasión de comprobar y de sufrir, la senda del solano, también llamada "de los Forzados" porque, al parecer, por allí subían los prisioneros de las feroces hordas marxistas a construir el embalse de Escarra.
Ese primer tramo, con sol de frente, bajo paredes calizas que reverberan la radiación solar y con una subida en la que te comes 500 m. de desnivel en apenas dos km, se hace duro...pero vamos, era lo que buscaba. Al menos yo, el pobre Yeti, negro y peludo, no se si está tan de acuerdo...me adelanta para echarse largo en la primera sombra que encuentra. Afortunadamente, una vez rebasada la pared del Saldo la senda pierde inclinación y se mete en un bosquete bien majo de abetos, hayas y demás arbolitos que procuran sombra y cobijo a nuestros sudorosos cuerpos. Pasa por una zona despejada de vegetación donde abunda, extraordinariamente, la cicuta. Esta planta, bastante rara y difícil de encontrar, es una de las más venenosas del Piri. Apenas unos gramos disimulados en la comida y se acabarían los problemas de muchas personas...del que la consumiera y del que se la administrara...no sé... a mí se me ocurren al menos una decena de personas a las que se les podría aderezar la comida con esas hierbas exclusivas. Bueno, pues después de recoger varias matas, la senda sigue prácticamente llana hasta un cruce de caminos. A la derecha al Pacino, de frente al embalse y hacia atrás de donde vengo. Aquí incluso empieza a bajar hasta llegar a la pared de la presa. El Yeti, que ha olido el agua, a desaparecido hace ratos y ahora reaparece completamente empapao y persiguiendo marmotas que salen por todas partes.
Lo peor de todo es que, conforme va avanzando la tarde, se está nublando a marchas forzadas y lo que antes eran nubecillas simpaticonas que nos tapaban el sol canicular, se están convirtiendo en amenazantes cumulonimbos que cubre prácticamente toda la sierra de Partacua. Incluso he oído algún trueno lejano. Mecaguenmicalavera....ahora que me acuerdo había alerta amarilla por fenómenos atmosféricos adversos...¡anda que no estaría yo poco bien viendo el Diario de Patricia en vez de aquí, que me va a caer la mundial!
Bueno, pues aligerando el paso que, encima, se ha empezado a levantar viento pretormenta. Nada más cruzar la presa trazo una diagonal hacia el collado de Tarmañones subiendo por prados herbosos hasta colocarme justo debajo de la punta Cochata. Vista desde aquí acojona y parece que no haya forma de subir sin material adecuado o sin jugártela. ¿Aguantará?, le pregunto al perro. Yo creo que sí, me contesta. Lo ato en el único pino que veo ya que he leído que hay que trepar y no quiero que se me enralle (o enrisque para los que no sean fabloparlantes). Tiro parriba echando hostias, que el tiempo no está pa muchas florituras, mientras él, desde abajo, no hace más que increparme, llamarme cabrón y decirme que no lo abandone, que quiere subir también, que ten amigos para esto, que lo desate, que me caguen tus muertos  y más cosas que la decencia y la buena educación me impiden reproducir.
Total, que en apenas un cuarto de hora y sin apoyar las manos me planto arriba. Podría haber dejado subir al pobre bicho que sigue allá abajo mentando a mis antepasados.
Con el permiso de las hormigas con alas que pueblan la cima, hago una docena de fotos del paisaje magnífico que se ve, me bebo un trago de agua y me voy pabajo aunque bastante más tranquilo ya que parece que la tormenta se está deshaciendo o marchando a otro lado. Llama la atención la sombra del pico que se alarga hacia el este. Me recuerda a la Torre del Diablo de Estados Unidos ¿os acordáis de encuentros en la tercera fase? Allí salía aunque esa es de basalto y ésta es fruto del desmantelamiento de un estrato calizo. En fin, que empiezo a dispersarme y que me bajo ya.
Llego a donde está el Yeti, lo desato y, tras pasar por el collado de Tarmañones, emprendo la bajada por un camino más bien perdedor en el que se mezclan varias sendas que van y vienen. Pa qué quiero más...definitivamente se ha conjurado el peligro de tronada, se ha quedado una tarde bien maja y, además, oigo perfectamente la orquesta que está tocando en Escarrilla donde son fiestas. Sin problemas, disfrutando de un anochecer apacible y con buena temperatura, llego al coche....no puede ser....pero....¡¡¡¡si están tocando Paquito Chocolatero!!!!. Raudo y veloz me acerco a la carpa. Señorita, ya se que mis pintas no son las adecuadas, que voy sudao y probablemente huelo a choto pero...¿tendría la bondad de concederme este baile?.
Hala pues...

miércoles, 21 de agosto de 2013

BARRANCO SAN CLEMENTE O BERGAZO, EN EL CORAZÓN DE SOBREPUERTO

Sábado sabadete, ecuador de las fiestas de Biescas (bueno, ecuador no, casi trópico de cáncer). Habíamos quedado con Silvia y J.C. para ir a remojarnos por fuera ya que por dentro, al menos yo, ya casi llevo el cupo. Para eso, habíamos decidido ir al barranco de Gabieto, en la cabecera del valle de Bujaruelo.
El viernes previo había caído agua como si no hubiera llovido nunca y nosotros, pobres ignorantes, continuamos con el plan previsto. Viene también este que antes venía al monte con nosotros y que ahora hace días que ha desaparecido...si, ¿Cómo se llamaba?...si hombre, éste melenudo....¡¡¡¡Pol!!! eeeeso es...Vienen también, pues, Pol y Luisa. Nueve de la mañana en Biescas. Día espléndido postempestad. De esos que, cuando sales a la calle, te da por respirar y abrir bien los pulmones. J.C. Nos dice que en Yésero han caído 60 l / m2. Mal asunto...pero vamos, igual han desaguado ya...ayer dejó de diluviar a las 11 de la noche...así que marchamos con dos coches dirección Sobrarbe. Vamos mirando todos los barrancos que cruzamos, el Infierno, el Sía.... Todos con agua color chocolate y bastante más subidos de tono de lo que nos gustaría. De repente, se me enciende una bombilla ¡Si no me he cogido las botas!!!!Menos mal de la infinita paciencia de mis acompañantes que vuelven para atrás para que el niño se coja las botas otra vez en Biescas. Total que entre unas cosas y otras son las once cuando llegamos a Bujaruelo solo para constatar que barranquillo que pretendíamos descender baja como en pleno deshielo. Previamente habíamos pasado el salto del Carpín que bajaba con tobogán lanzadera incluido. Hala, media vuelta...vamos a trazar un plan B teniendo en cuenta que a cualquier sitio a donde vayamos llegaremos cerca de la una porque....¿un Furco o unas Gloces no os hacen? ¿no? ¡¡¡¡Nooooooooo!!!! ¿Y el de San Clemente en Escartín? Ese me lo guardaba para otoño pero hoy estará majo. Hala pues...camino Bergua (otra vez)
Llegada a Bergua, cambiarnos y coger el archiconocido, trilladísimo y mil veces recorrido camino hacia Escartín nos cuesta un suspiro. Aún así, son cerca de la una cuando comenzamos a andar.
Hay una posibilidad de evitar la primera parte del barranco si nos desviamos en curva del camino justo debajo de la Raja os moros. Con esto nos evitamos hora y media de aproximación y dos de descenso sin demasiado interés y nos metemos ya en la parte maja. Pallí que vamos guiados por Pol que, pese a no usarlo demasiado últimamente, no ha perdido su gen neanderthal.
Pues son las dos de la tarde cuando llegamos a cruzar el barranco. Solo lo había bajado una vez, una semana después de que lo abrieran, desde más arriba de Escartín y seco...está mucho más majo así...con un chorro de agua limpia y templadita.
Comemos en unas losas lisas, diseñadas para nuestro deleite y asueto, y vamos al lío, que dijo un chino...al lío...¿no lo entendéis?...como no saben pronunciar la "R" dicen lío en vez de río...juas, juas, juas...en fin, qué tontería.
Un rápel en abierto, un afluente que aporta un poco más de agua a nuestra izquierda y, de repente, aquello se cierra en una garganta preciosa. ¡Cuantas veces habremos bajado barrancos bastante más feos que este!. Una vez iniciados, los estrechos culebrean entre estratos de flysch en un paraje que, francamente, merecería más atención por parte del colectivo barranquista. y eso que equipao está equipao de fruta maiden...la Federación Aragonesa de Espeleología, por motivos que desconocemos, echó el resto en la equipación del barranco en cuestión, todo a base de parabolt de a 10 con anilla.
Hay una característica de este barranco que lo hace francamente curioso. Mientras que la mayoría tienen un suelo irregular debido a los desprendimientos o a los aportes del propio río,  en éste, el suelo es prácticamente llano, formado por una losa monolítica, como si fuera un pasillo de una casa entre altísimas paredes estratificadas.
Rápeles de mediana altura, pozas que no cubren, parajes francamente bonitos...este barranco realmente merece la pena venir a hacerlo. Llegamos a una especie de cueva formada por tosca, donde se forman casi unos oscuros, y un rápel largo nos deja, otra vez, en el camino de acceso a Escartín por donde hemos pasado ya esta mañana y donde la leyenda cuenta que se ahogó una mujer por una crecida súbita del barranco por el que estamos bajando.
Prácticamente no queda nada, les digo...un par de rápeles cortos y estamos en el Forcos.
Tú, zagal, deja de beber anda....resulta que nos quedaban los rápeles más largos, nada menos que seis todavía y en una zona encañonada bien guapa. Como para fiarme de mi memoria fotográfica. Bueno, pues como al final las tormentas previstas no han llegado y vamos bien de hora, una vez cruzado el camino de Otal y hecho el último rápel que nos deja en el cauce del Forcos, bajamos por éste último hasta las pasarelas de Bergua donde nos quitamos el neopreto.
Subimos al pueblo.
A la bajada Isabel, una de las habitantes de mi pueblo de adopción, nos había invitado a una fiesta  que habían organizado. Desgraciadamente, tengo que volver a Biescas porque había quedado a las ocho para ir a cenar con los colegas y no era plan de llegar sin duchar y oliendo a rana. (Que me conozco las lifaras de este pueblo y para ellos "un trago" es una cena con entrantes, primeros, segundos, terceros y postres más café y orujo...). Así pues, sintiéndolo mucho, nos bajamos a Fiscal y nos echamos una cerveza rápida antes de partir raudos y veloces a nuestros respectivos pueblos donde nos espera una buena ducha, una buena cena, una buena fiestuki y un buen...bueno, lo que cada uno sepa hacer...
Aquí os dejo la reseña del barranco y aquí el track de acceso. Si os gusta esto del barranquismo-exploración y huís de masificaciones, ir a bajarlo, que me lo agradeceréis...
Hala pues...

lunes, 19 de agosto de 2013

ANAYET, POR LA VÍA DEL SARRIO II+

Como todos los meses de agosto, al llegar la fiesta mayor, nos pondremos la muda bien limpia y del brazo saldremos los dos..... Fiestas patronales en honor a Nuestra Señora, Santa Elena y San Roque...hay tiempo pa tó. Se puede salir con los colegas, se puede beber, se puede salir a pasear, cenar y bailar con la jefa...y se puede ir de monte que es de lo que trata este blog. Las demás cosas os las imagináis.
Día 14. Empiezan esta tarde pero antes vamos a preparar el cuerpo, física y mentalmente, para lo que se nos viene encima. Es una suerte enorme tener por aquí a J.C. y Silvia. Mismos intereses, misma forma física y mismo grado de pirez hacen las salidas con ellos muy agradables. Hoy proponen subir al mítico Anayet por una vía que no conozco. He subido al monte en cuestión por la normal ni me acuerdo las veces, por la norte una y otra por el corredor de los franceses pero nunca había oído hablar de la vía del Sarrio. Me meto en esto del internete...no hay mucha información pero pone que el grado es II+, asumible para mis maltrechas articulaciones.
A las ocho en punto estamos aparcando en el concurrido (ya a estas horas) corral de las mulas. Se
mete María Bailón desde Francia y a ratos sopla un frío que pela...Y yo he salido en pantaloncito corto, cada día parezco más principiante. De todas formas, el día promete ser espléndido y el frío se pasa andando...vamos pal lío.
Subida archiconocida por el barranco hasta los ibones, desvío a la derecha como si fueras a Canal Roya y cuando nos parece nos acercamos a la base del pico, justo debajo de donde sale el corredor de los franceses, en un punto marcado por una antigua y visible mina de fluorita. Antes echamos un bocao ya que después no sabemos que nos deparará el destino.
El casco es fundamental, como la boina...¿lo entendéis? funda-mental, que tapa la mente, la cabeza....juas, juas, juas, juas. Bueno, pues que nos colocamos el casco y arreamos para arriba por un flanqueo mediante terracitas hacia un hombro herboso muy visible. De allí salen dos chimeneas. Cogemos la de la derecha y nos deja en una nueva terraza, bastante mas inclinada que la precedente y con piedra suelta que nos lleva a un collado situado a la izquierda de un visible gendarme (o aguja) que parte toda la cresta. Pues hasta aquí muy bien. Mis articulaciones responden, la roca es buena, en los puntos claves hay hitos que te permiten seguir la vía sin problemas y la dificultad suficiente para darle emoción pero no lo bastante como para ir con el culito preto.
Pasamos a la face nord of the mountain. El único inconveniente que le veo a esta subida son algunos flanqueos muy inclinados por terrazas cubiertas de hierba y/o piedra suelta y donde, si se te va un pie, te perderás, con toda seguridad, el desenlace de la Trama Gurtel y el placer de ver entrar en la cárcel a Ánsar,  la Cospe y Marianicu...¿que? ¡Ah!, Que aunque vivamos cien años tampoco lo veremos...pues también es verdad.
En vez de subir por el frontal, seguimos por la arista, ahora que le hemos cogido el gusto a esto y, sin apenas darnos cuenta, estamos en la cima solos. Ni una gota de viento, temperatura ideal... ¡Cullons! ¿Per on heu puyat?? suena una voz a nuestras espaldas. ¿Perdón?, le contestamos. Y usted, ¿no será, por casualidad, de Cáceres? ¡No, no! soy de Barna. Ah!! Ya me había parecido. La cosa que estamos un rato con el señor Cullons disfrutando del mar de nubes en la France y, al rato, llegan dos Guiris que dicen nada más llegar resoplando algo así como Mocho dificult...¡Oh, my God! cuando nos ven con los trastos y nos preguntan por donde hemos subido. Bueno, pues como eso se está convirtiendo en una reunión de la ONU y viendo la multitud que empieza a subir, bajamos nosotros por la normal para evitar en la medida de lo posible el arrojar piedras al cerebro de los que suben o, mucho peor y más probable, que nos las arrojen a nosotros.
Pues la normal, sin misterio. En apenas media hora estamos en el collado previo paso de la cadena quitamiedos que hay. Ho, el contraste entre los rojos volcánicos y los verdes  meadow spring  hacen de este sitio un lugar ideal de la muerte, Borja mari.
Bajada a los ibones y vuelta por la Cabaña de la glera, por eso de cambiar de ruta y de ir más en soledad ya que la subida por el barranco de Culibillas parece, mismamente, la calle Alfonso en día de rebajas.
La bajada la hacemos hasta la cabaña, abandonada, con ventanas rotas y rodeada de cables, palos y basura que afortunadamente, cuando lleguen los ejkiadores a pagar un pastizal por echarse allí una copa de champán, la nieve los habrá tapado. De aquí, disfrutando del maravilloso mundo del esquí estival, entre cañones de nieve, desmontes, cables y demás llegamos al parking de Anayet donde vamos a comer a la sombra de la telesilla.
Pues ya está, dos km de carretera hasta el coche y parada en la gasolinera de Formigal a echarnos una cerveza mientras hacemos planes para corto, medio y largo plazo.
Venga, el sábado sabadete nos volvemos a ver...De momento, aquí está el track del día aunque al gipi se le ha ido un poco la pinza con eso de la proximidad de las paredes.
Hala pues...

lunes, 12 de agosto de 2013

PIC DE GER (2613 m.), DESDE GOURETTE

Dicen los que entienden de esto, que en el Piri hay 50 picos imprescindibles y que, para ser pirineista, hay que subirlos todos, al menos una vez. Yo ya llevo bastantes, y, aunque no estoy muy de acuerdo con la lista en cuestión,
de vez en cuando me la miro para sacar ideas. Bueno, pues éste al que subimos el sábado sabadete, es uno de los que son imprescindibles junto con otro que tiene casi al lado, el Grand Gaziés.
Vayamos por partes. Quedamos con Kankel a las ocho ya que yo el viernes trasnocho y empiezo a estar un poco hasta los peltreques de dormir cinco horas diarias. Pues carretera hacia la frontière. Justo hasta la divisoria de aguas entre el Mediterráneo y el Atlántico hace un día radiante, espléndido, maravilloso, wonderful...pero amigo mío, en que empezamos a bajar el valle de Ossau se nos echa la niebla encima y el día se torna, en poquísimos minutos, en un día típicamente francés de cielos plomizos y humedad por todas partes. Jodeeeeer...bueno, no passa naaa, llevamos el track en el gipi y con un poco de suerte ¿Cuánto tiene ese monte? ¿2613? a lo mejor hasta tenemos sol y mar de nubes. La cosa es que pasamos Laruns, cogemos carretera al Col del Aubisque y no solo no tiene intención de despejar si no que empieza a llover. En Eaux bonnes vemos un montón de gente que se está preparando para andar...esto es una buena señal ¿no? alguno de estos francaises habrá mirao la previsión pa este côté...al final llegamos a Gourette. Ya no llueve y la
niebla, parece, es menos espesa. Hala, sin pensarlo...Aparcamos en un parking lleno de randoneurs que se dispersan en todas direcciones menos hacia donde tenemos que ir nosotros.
Pues hombre, el principio de la ruta, maja, lo que se dice maja, no es...hay que subir a cuchillo por medio de las pistas de ejkí buscándote un poco la vida ya que el palomo que grabó el track éste estaba muy fuerte y subía de frente.
mas de una hora subimos así, sin una gota de viento, entre niebla, sudando como cochinillos y sin saber exactamente a donde vamos...hasta que, de repente, rebasamos la niebla y aparece, como si fuera una manifestación celestial, el peñasco a donde queremos subir. A nuestras espaldas, un espeso mar de nubes cubre toda la France. Joderrrrr ¡Qué majo tío! Pues la verdad es que si, que pese a los hierros, cañones, cables, sirgas, edificios, desmontes, balsas, vallas y todos los trastos que son imprescindibles para practicar este deporte y que hemos dejado atrás, el Pic de Ger se presenta como una mole caliza con paredes verticales y extraplomadas, macizo y aparentemente inexpugnable. Llevamos un track para subir por lo que llaman la échelle d'es isards ...¿que? ¡ah!, que no sabéis idiomas...pobrecicos míos... pues la escala de los sarrios ¡hombre!, eso significa. Jodo, pues, por donde aparentemente va (la mentada escala), es poco menos que imposible subir...Aparece un señor. Bonjour Monsieur, vous savez où es le chemin pour aller a le échelle d'es isards? no, no, ye suis español, ye ne comprenpá, contesta. Joder, y yo también, aunque, como esto siga así, me voy a empadronar en Liechtenstein. Charramos un rato y llegamos a la conclusión que la echelle dichosa tiene que ser esa fisura que escasamente se marca en medio de una pared vertical y por donde se nos acaban de quitar las ganas de subir.
Vamos a almorzar, a ver si después de dos tragos de vino lo vemos más claro....
Pues pa mí que no, que vamos a subir por donde suben las personas y déjate de por donde suben los sarrios que ellos tienen cuatro patas y cuernos y nosotros tres y no tenemos cuernos....creo.
A partir de allí, se alcanza un collado, se deja atrás definitivamente la estación y entramos en un valle pedregoso en cuyo fondo vemos, todavía helados, dos ibones. Son los ibones de Pláa de Ségouné. Hemos entrado, de repente en un terreno lunar, sin apenas vegetación excepto pequeñas manchas de Salix pirenaica, la muy rara Ranunculus parnassifolius y la extraordinaria, bellísima y buscada Dryas octopetala. Ésta última abunda extraordinariamente y, aunque está un poco pasada la flor, todavía hay ejemplares que se dejan fotografiar, cosa que hago con sumo gusto contando con la paciencia de Kankel que me espera cada vez que me echo largo entre exclamaciones de asombro.
Lo que costaría pasar media hora casi nos cuesta una, pero es que la ocasión lo requiere.
La senda se empina, asciende por medio de una canchalera penosa, flanquea el pico de Rognon de Ger y nos lleva a un collado donde nos juntamos con varios franceses que ya bajan. En el collado se cambia de vertiente, incluso se baja un poco, para volver a coger otra enorme canchalera que flanquea toda la montaña por su cara oeste.
Se sube a otro colladito y se llega  un pequeño plano herboso completamente cubierto de Armeria alpina, y que también fotografío, por supuesto. Desde allí se ve, desafiante e enhiesta como picha de novio, la pirámide cimera del Pic.
Ese tramo es muy inclinado y, sin ser difícil, hay que apoyar las manos en alguna ocasión, incluida una pequeña chimenea que te deja en la misma cima. Joooooooooodo....ahora se por qué hay que subir este pico pese a la estación de ejkí. La vista es sublime, maravillosa, perfecta, ideal. Toda la face nord  del Piri en Full HD mientras que un espeso mar de nubes se pierde hacia el norte divisándose, perfectamente, la curvatura de la tierra.
Casi una hora estamos en la cima. Hasta me echo un minisueño con una temperatura ideal, sin nada de viento y sin perder el tiempo mandando guachas y gilipolleces de esas que hacemos últimamente cuando subimos a un pico pues, en la France, como no estés agudo, te meten una clavadas que lo flipas cuando llega la factura.
Al final, aunque esto es algo bastante cercano al paraíso, decidimos que deberíamos bajar ya, cosa que hacemos tras desentumecer los músculos que ya se habían acostumbrado a la apatía y dejadez que nos embargaba.
Pues la bajada, sin misterio. Volvemos a recorrer el camino de subida, parando otra vez a hacer alguna foto, y bajamos por las pistas que esquí acortando las lazadas de forma y manera que, cuando nos queremos dar cuenta, estamos otra vez en el parking de Gourette más contentos que chupilla. Mientras nos cambiamos tenemos una docena de maromos, depilaos, musculaos, aceitaos de crema solar y haciendo poses al lado nuestro mientras se abrazan y se hacen gestos procaces. Sin duda se trata de una delegación del Circuit Festival de Barcelona que ha debido venir a la France a publicitar el evento. 
Sin prisa, pero sin descuidarnos y sin agacharnos, nos cambiamos e iniciamos la vuelta. ¿Galima aquí o en la Frontera? En la frontera, por supuesto, pero en el lado español. Y no es por patriotismo, es que aquí te meten unas clavadas que la última aún me duele (que es muy cara la cerveza en Francia, quería decir, no me refería a otra cosa...).
Largas retenciones dos km antes de la frontera ya que ha habido un accidente. Una moto, que subía, se ha empotrao contra un coche y la moto y sus dos ocupantes están en el fondo del barranco atendidos por les pompiers y la gendarmerie mientras un helicóptero aterriza en un lugar que parece imposible que quepa.
Pues aún se nos ha hecho más sed después de esta retención...Pa mí una de litro, que el día lo ha merecido.
Hala pues...

miércoles, 7 de agosto de 2013

FIN DE SEMANA EN BACHIMAÑA Y ALREDEDORES

Finde bien completo y bien majo el que hemos pasado, si señor. Como el año pasado, Paco había organizado una ruta con sus amigos de Madrid. La tenía pensada desde enero y el refugio de Bachimaña reservado desde esa fecha. Al final vienen dos menos pero las plazas sobrantes las cubren Urbez y Teo.
Siete de la mañana en Biescas. Llega Pepe, Alfonso y Jacinto por parte de los madrileños, Paco por parte de los almendr...zaragozanos y Urbez y Yo por parte de los pelaires. Teo, que tiene que currar por la mañana, subirá esta tarde.
Aparcamos en el balneario e iniciamos la concurridísima ruta que sube al refugio nuevo de Bachimaña y en el que yo, todavía no he estado.
El año pasado por estas fechas bajamos el barranco de Caldarés en un día bien majo y bien intenso. Este año, mucho tiene que cambiar la cosa para que se pueda bajar éste con el mangazo de agua que llevamos a nuestra derecha.
Con toda tranquilidad, disfrutando del paisaje, del frescor salvaje del caribe y de la compañía llegamos a la cuesta el fraile y poco después al refugio de Bachimaña.
Escasamente entramos. Confirmamos la reserva, nos dejan unas taquillas para que dejemos sacos y demás aditamentos que no vamos a emplear hoy y nos vamos senda arriba bordeando el gigantesco ibón hasta el cruce de caminos que lleva al collado de Tebarray a la izquierda y el de Marcadau a la derecha. Como tenemos intención de subir a los Infiernos (O quixada de Pondiellos que ye como se clama n'aragonés ixe món) el domingo vamos a subir al pico de Marcadau, situado a la derecha del collado homónimo, paso natural que debió ser a la France de paqueteros o contrabandistas, huidos de guerras, legiones romanas y hoy de macuteros. montañeros y paseantes. Además, hay una cresta con pasos de II, a ver como se desenvuelven mis acompañantes en esos entornos antes de meterlos en berenjenales mayores.
El camino flanquea una ladera que se desprende desde la Punta Zarre, llanea e incluso baja a ratos hasta llegar a la altura de los ibones de Pezico todavía medio helados.
Aunque el día es bueno y apenas hay nubes, de un rato a esta aparte, se ha levantado un viento que va a más. El tramo de camino que hay desde el ibón de Pezico hasta el collado es ododoso...madre de Dios ¿de dónde coño ha salido este viento?  Viento racheado, de sur, que tratamos de esquivar como podemos hasta llegar al llamado en los mapas Pico de Marcadau Norte o pico de la Muga norte (2676 m. de vellón).Por supuesto, en estas condiciones ni nos planteamos hacer la cresta. Ha habido ratos subiendo que casi nos tiraba. Curiosamente, a pocos metros que bajes por el lado norte (y pocos que se puede bajar antes de despeñarte) se está de muerte. Así que amallatamos allí un rato, nos echamos cuatro tragos mientras disfrutamos del magnífico paisaje y decidimos que sí, que ya vale y que nos vamos para abajo tranquilamente.
Desandamos el camino hasta el cruce de sendas. Pues hambre, lo que se dice hambre, no hay mucha, pero aún así, vamos a comer algo. Paramos allí mientras desfilan delante nuestro decenas de personas y algunos animales. Los que bajan del collado de Tebarray, los que bajan de Marcadau, los que suben de Bachimaña...ese es el sitio ideal para ver la variada fauna estival que puebla estas montañas.
Después de comer, se apodera de nosotros una pereza acojonante. Si es que alguno se ha levantao a las cuatro de la mañana y otro se ha acostado a las dos...jamakuko que nos pega y que nos deja a todos fritos un rato.
Nos despertamos, nos desperezamos como los osos e iniciamos, otra vez el camino al refugio al que llegamos en apenas media hora.
Oooooooooohhhhhhhh!!!!!!!! ¡Pedazo refugio tíííío!!!!.
Me vais a permitir, llegados a este punto, una reflexión de abuelo cebolleta. Cuando empecé a subir por estos montes, allá por los años 80 y pico, los refugios eran eso. Apenas cuatro paredes con tejados con goteras, camastros (donde los había), mierda en el suelo, ratones que se te comían los bocatas y estanterías roñosas con sacos medio vacíos de sal, alguna botella de aceite rancio y pedazos de vela. En algunos, lujo supremo, había una emisora (que nunca supimos si funcionaba o no) para llamar a no sé quien en caso de marrón. Si excluimos los ratones y algún armiño, estaban poblados, por individuos del género masculino y muy pocas féminas aquejadas de androginia con lo que, aquello, olía a una mezcla de testosterona, sudor, tabaco y porros.
El refugio de Bachimaña, sin embargo, es un edificio grande, amplio, limpio, con habitaciones con literas donde te puedes cruzar dos si frotarte, taquillas nuevas con monedita estilo carro del mercadona y lleno de especímenes en los que abundan, afortunadamente, los del género femenino bien proporcionadas y con los atributos, propios de su sexo, muy bien puestos. Of course, no se puede fumar y como incluso ¡¡Tiene duchas con agua caliente!!! aquello no huele a nada característico.
La tarde la pasamos charrando con unos y con otros, echando cervezas, buscando cobertura como gilipollas (por suerte, no somos los únicos todos hacen el mismo gesto cuando salen...poner el teléfono en alto y andar como sonámbulos en busca de una rayita) y esperando a Teo que llegará para cenar. Yo, hasta bajo al refugio viejo (del que guardo muy gratos recuerdos) en un acto de nostalgia.
Cena a las ocho en un comedor atestado de gente. Mesas de a seis personas. Menú compuesto de macarrones como pa una boda, ensalada y un muslo de pollo per cápita. Agua ¡¡¡¡Y vino sin pedirlo!!!!. Decididamente los tiempos, abuelo, han cambiado a mejor.
Poco más da de si el día. Un té en la terraza, donde se está de muerte, y algunos nos subimos a dormir mientras otros se quedan charrando un rato.
No me entero cuando llegan pero a la mañana siguiente el primer comentario es, como no podía ser de otra forma, de lo bien y a gusto que duermo, de lo que resoplo y de que joder macho que envidia dormir así...pues que le vamos a hacer...tengo la conciencia tranquila y tengo facilidad para dormir...eso malo no es ¿no?
Después de desayunar, salimos del refugio una procesión enorme, yo calculo unos 60 a ojo y casi todos y todas en la misma dirección, a buscar nuestro momento de gloria en los dominios de Belcebú.
Hasta los ibones azules vamos todos en reata, como las ovejas, pero allí ya se van haciendo grupos y se va partiendo la caravana. Un primer nevero hace de esclusa. Muchos se quedan a equiparse con pinchos y demás y otros, más chulos que un ocho, subimos a pelo por una nieve que está blanda y suave como un osito de mimosín. Un trozo en seco, otro nevero y sin apenas darnos cuenta nos
plantamos en el collado de Tebarray, lugar espectacular donde los haya y donde los de la capital se quedan ojipláticos ante el espectáculo que se les ofrece.
Echamos un bocao y Jacinto dice que se queda, que a sus 68 años ya le vale y que ya ha hecho demasiado. Joder, ya me gustaría a mi llegar a esa edad como tú estás.
Después de almorzar emprendemos esa ladera a mala cara. No es difícil pero es un poco coñazo tanta piedra suelta y el camino tan empinado.
La normal presenta un nevero alargado y nostros nos desviamos a la izquierda para llegar al pico de Garmo Blanco, de 2980 m. y desde donde la arista hacia el infierno occidental acojona. Pues no se si será por eso, o por que hace viento o por otra cosa, pero Teo y Alfonso dicen que no pasan de aquí y que se bajan. Nos quedamos pues, Paco, Urbez, Pepe y el que suscribe. Destrepamos una chimenea y vamos a coger la normal  que va por el sur, por una vira justo donde contactan las corneanas calcáreas que forman la famosa marmolera con los esquistos, mucho más blandos y erosionables, que son predominantes. Nos unimos, nuevamente, a la romería y sin problemas llegamos a la cumbre occidental (3073 m. cm. arriba, cm. abajo). Fotos, apretones de mano y felicitaciones a Urbez pues hoy se ha desprecintao en esto de subir tresmiles y, como en otros eventos de esta vida, hay cosas que solo se pueden hacer una vez por primera vez. De allí al central, a donde se encamina la romería, hay un paseo aéreo por una cresta que merece la pena recorrer para sentir en tus carnes la llamada del abismo. Cosa que hacemos, claro. Infierno central (3082 m.) donde paramos a hacernos fotos y a charrar con unos y con otros durante un buen rato.
Se instala la relajación y el abandono en nuestros cuerpos serranos así que, mientras todo el mundo va a hacer el Infierno oriental, nosotros nos quedamos con tres chicas que, abandonadas por sus compañeros en pos de ganar unos metros más, tienen ganas de charrar con nosotros en vez de trepar y destrepar otro peñasco que, por lo demás, está allí mismo.
Bueno, que nos vamos, que nos están esperando abajo los demás.
Vuelta por el mismo sitio, esta vez solos, nuevo paso por la vira, nuevo trepe al Garmo blanco, donde paramos a comer mientras cientos, sí, sí, cientos de milanos planean sobre nuestras cabezas y bajada mortal romperrodillas al collado de Tebarray. Ya está todo hecho. Paseo hasta los ibones azules, petaos de gente y descenso al cruce de caminos donde nos están esperando los demás (durmiendo) para comer al sol.
Pues ya está. Bajada al refugio, recogemos algunas cosas que habíamos dejado allí, pagamos y por la cuesta el fraile colorín colorao esta andada se ha acabao...
Pa mí una jarra de litro, helada si pué ser.
Hala pues...