miércoles, 27 de noviembre de 2013

FINDE VENTOSO

Decidido. Voy a pedir asilo meteorológico y político en algún país tropical. Yo no aguanto otro invierno como el pasado o como éste que se avecina y que ya asoma el morro. Vamos a ver....tiene que ser un lugar donde haya montañas, buen clima todo el año, preferiblemente sin 300 días de viento racheado, que no haya monarquías hereditarias llenas de vagos y los políticos sean honestos y trabajen por los ciudadanos.... estooooooo...... pues.......  estoooooo.....¡Ya se! La república popular de Cuba mi amoooool. ¿Tú sabes? Aquí tenemos buen clima todo el año, solo tenemos un compañero comandante que trabaja por el pueblo, mi amooool y en vez de 300 días de viento tenemos dos días de 300 km/h cuando viene el Huracán Margarita. ¿Y los montes? Hay mi amoool, eso es lo mejol...tenemos montones de Montes de Venus a los que subil....¡hecho! voy a inicial (perdón, a iniciar) los trámites.
Y ¿a santo de qué viene esta tontería? Pues a que este finde ha sido frío, ventoso, desapacible....una mierda en lo meteorológico, vamos.
Sábado. Obligaciones de vidas pasadas me retienen en Biescas y no me dejan ir con David, Elena, J.C, Silvia y Pol a una ruta bien maja por los pueblos de la solana. Tengo que estar en casa a las dos de la tarde así que me voy cerca para poder llegar pronto, ducharme, acicalarme y maquillarme.
Pues me voy pa la Sierra de San Pedro, que hace muchos años que no estoy por allí.
La Sierra de San Pedro es una modesta elevación que cierra la depresión media por el sur. Se trata de uno de los flancos del anticlinal desmantelado que le dieron forma y es, sobre todo, una alternativa rápida y cómoda de hacer algo de monte para los habitantes de Villacloro (entre los que me contaba yo hasta hace 15 años). Pues eso, que debe hacer como 15 o 20 años que no ando por alli y me han dicho que se han abierto muchas sendas que permiten hacer muchas y buenas combinaciones.
Aparco en las piscinas del Puente Sardas, cruzo el Basa por el puente de la carretera e inmediatamente, la senda y las indicaciones, me hacen pasar las obras de la autovía por debajo de un puente y subir por una pista llena de barro que hoy, afortunadamente, está helada. Llego a lo que queda de una explanada que en su día fue uno de los picaderos VIP de Sabiñánigo. ¡Hostia si esos pinos hablaran!...a determinadas horas de la noche del sábado al domingo había más gente allí que en los bares y flotaba más amor (y más sexo) en el ambiente que en un programa de Mujeres y Hombres y Viceversa.
Bueno, pues en esa explanada que en su día fue un picadero y en la que cabían más de 30 simcamiles, se coge un sendero que enfila hacia el sur al principio y durante un rato bordeando los taludes de la carretera. Luego gira a la izquierda y coge la ladera sur de la montaña abandonando, definitivamente, los destrozos antrópicos. Subimos por una ladera orientada al sur, protegida del viento, donde me da el sol por primera vez  y con vegetación propia de latitudes más meridionales. Es el camino del carrascal, limpiado y recuperado recientemente por la misma persona que limpió y recuperó el de las Arruyualas. Casi sin darme cuenta, me planto en la cuerda de la loma muy cerca de las ruinas de San Pedro a donde me acerco en apenas dos minutos.
La ermita era un edificio del siglo XVI, propiedad de los vecinos de Sardas a la que se subía en romería el día de su patrón. Durante los días 21 y 22 de octubre de 1937, justo aquí, donde ahora estoy sentado almorzando tranquilamente, tuvo lugar una cruenta batalla para la toma de la ermita donde se habían atrincherado (y desde donde bombardeaban las fábricas de Sabiñánigo) combatientes de la 72 Brigada Mixta Republicana.
260 muertos republicanos y 415 sublevados (de los cuales más de la mitad eran moros del VI tabor de Melilla y el V de Lareche), de los 2500 que intervinieron, costó tomar ese montón de piedras. Contaban los abuelos que los republicanos muertos y algunos heridos, fueron amontonados dentro de la ermita y se derribó lo que quedaba de las paredes sobre ellos para enterrarlos juntos, vivos y muertos, y que allí siguen sus cuerpos.
Joder, entre el frío, el viento e imaginarme lo que pasó allí, casi se me ha puesto mal cuerpo.
Retrocedo sobre mis pasos unos metros y cojo otro camino que baja, esta vez por la ladera norte. Precioso, limpio, con pendiente moderada, la senda me lleva a orillas del río Basa. Desvío a la izquierda y otra senda sube hacia arriba. Como es pronto todavía vuelvo a subir por una tercera senda para bajar por la única que conocía. Es decir, primera subida por la senda del carrascal, bajada por la de Sardas, vuelta a subir por otra desconocida pero muy maja, ermita nuevamente y bajada por la de toda la vida. Pues mira, este es un recorrido bien majo que nadie diría que está aquí al lado y muy digno para hacer metros en una mañana tonta como esta...¡Jodo! al final, 9 km y más de 700 m. de desnivel...me voy a echar un vermú y a ducharme que, pese al frío que hace, he sudao como un gorrino. Aquí tenéis el track de la jugada

Y no escarmentamos, tú. El domingo vuelta a salir al monte, esta vez con Silvia, J.C y Pol. En Biescas, a las ocho de la mañana, ¡¡¡¡¡¡No hace viento!!!!!
Quedamos en Sabi, echamos un café y nos dirigimos a Murillo donde pretendemos subir a Peña Ruaba por la ferrata Varela Portillo y descender por el barranco Refollau que, pese a lo que os ha venido a tod@s a la cabeza, no tiene nada que ver con hacer dos veces el acto sexual, coital y folletil. Se trata del nombre que pusieron sus aperturistas y que se corresponde con una torta típica de Ayerbe. ¿Porqué? Pues ni idea... a saber lo que les pasó por la cabeza mientras clavaban spits.
El caso es que llegamos a Murillo y al parking donde se inicia la ferrata y, nada más salir del coche, nos azotan vientos catabáticos venidos de oscuras latitudes septentrionales que hacen bajar nuestra temperatura (y sobre todo nuestra moral) por debajo de 0º. Vamos, que en estas circunstancias, ni por asomo nos paseamos por esa arista de Peña Ruaba pese a la línea de vida que hay. (Y porque, además, alguien melenudo que no quiero decir su nombre se ha olvidao el arnés y el casco en casa)
Gabinete de crisis en el bar más próximo. Gana por goleada el Peiró (en el que no hemos estado nadie de los que estamos aquí) y bajar por otro barranco seco que hay allí llamado barrancoquenoconocenidiosyquenotenemosniputaideadecomoestánidelascuerdasquehacenfalta.
Vuelta por la Bal de Rasal. Pasamos este pueblo, Bentué -cuidao que está esto todo helao- -¡¡Cuidao con ese de la moto que viene haciendo eses!!!- hasta que, en un collado, una pista indicada parte a la derecha.
Aparcamos, nos preparamos y cogemos una pista que, tras un par de curvas, sigue hacia Arguis. Nosotros cogemos un sendero que sube a cuchillo ladera arriba pero que, afortunadamente, está perfectamente marcado, señalizado, urbanizado y preparado (modo sarcasmo off). Desde el primer momento está lleno de nieve que no molesta pero que resbala que no veas.
Se sube por medio de un pinar de repoblación hasta que la pendiente disminuye y te introduce en un hayedo residual muy majo si no fuera por la estúpida intervención que se hizo en forma de barreras antisuicidios, señales y sirgas inútiles. Bueno, que no me voy a explayar en criticar, que bastante ha dado que hablar ya esa forma de dilapidar dinero público. Pa muestra, esto, por ejemplo.
Pasado el bosque mágico y chipiriflaútico de las princesitas Disney, la senda cruza el barranco que pretendemos bajar y que, para resumir, vamos a llamarlo barranco del Peiró. Sigue subiendo otra vez con buena pendiente. Aquí se les debió acabar el presupuesto porque ya no hay cartelitos, ni balizas ni vallas. Únicamente hitos de piedra, como corresponde. Sin pérdida y sin peligro, pese a la ausencia total de elementos de seguridad homologados y reconocidos por la CEE, llegamos a un collado donde se abren los horizontes y poco después a la cresta que da acceso a la cima situada a 1579 m., cm. arriba, cm. abajo. Arriba nos encontramos con Lorenzo Ortas, una eminencia del montañismo aragonés y que, al contrario que otros que rulan por el monte, no hizo en ningún momento gala de sus logros ni de sus hazañas pese al rato que estuvimos conversando con él mientras dábamos buena cuenta de los dátiles, las almendras y el vino que portábamos.
Venga va, si hemos de hacer algo ya...que se nos va a hacer de noche.
¿Por dónde entramos? Por un cauce lateral que se veía limpio. Sí, sí...limpio los cojones. Aliagas, artos, espinos, erizones y demás matas pinchudas amenizan el intento a la vez que los bojes nos echan la nieve que llevan encima por el cogote proporcionándonos un frescor salvaje del caribe y una gratísima sensación refrescante.
Vuelta a jabalinear para salir al camino. Me resbalo y apoyo la mano sobre un arizón (llevo 23 operaciones para extirparme otras tantas punchas) y salimos al camino para volver a intentar el acceso por otro lado, más nevado pero bastante más limpio de vegetación.
Resbalones, buchos nevados que nos caen por encima, ramas que hay que apartar o que crujen y se rompen al pisarlas....llegamos a un punto en que no hay vuelta atrás. Si bajamos ya no subimos y habrá que hacerlo por abajo...si sabemos. Las dos y media de la tarde, hace ratos que se ha escondido el sol, hace un frío que pela, hay mucha nieve e hielo y no sabemos como estará más abajo. Contra todo pronóstico se impone la prudencia y no es que nos retiremos, lo que hacemos es dar media vuelta y avanzar hasta volver al camino y bajar tranquilamente a los coches. A veces, los elementos y los dioses conspiran para que las cosas salgan de otra manera a la prevista. pero tampoco está mal, tú.
Visto de lejos, ha sido un finde majo, sencillo pero con momentos y descubrimiento de lugares interesantes. No siempre hay que subir a un tresmil por una ruta megaguay ni bajar un barranco difícil de la muerte. Muchas veces basta con dar una vuelta para hacer gana, comer o cenar con buena gente y disfrutar de un trago con amigos mientras se hacen planes pa cuando haga bueno.
A eso vamos. Galimba en la Foz de Arguis mientras charramos y vemos pasar lo que queda de tarde.
Hala pues...

martes, 19 de noviembre de 2013

VIEJOS-NUEVOS CAMINOS EN SOBREPUERTO

Creo que ya lo debéis saber todos. A mí, si hay una zona que me motiva, que me atrae y con la que tengo una relación especial es, sin duda, el Sobrepuerto. De allí desciende parte de mi familia, allí fueron mis primeros pasos en esto de subir montañas y allí vuelvo cada vez que tengo ocasión.
Hace un tiempo que acabé ya de recorrer y trackear los senderos que se limpiaron y marcaron en su día y que, el año que viene, publicaremos en la que va a ser la guía definitiva de este espacio. Sin embargo faltaba uno. Para ir desde la ermita de Sta. Orosia, punto de referencia, de unión, de espiritualidad y de fervor popular de los habitantes de Sobrepuerto, a cualquiera de los pueblos que lo componen, solo se podía ir por pista. Dábamos por sentado que, las pistas, se hicieron sobre el trazado de los viejos caminos y que éstos habían desaparecido. Sin embargo, siempre hay personas inquietas, activas y que tienen el suficiente amor al territorio  (y que están lo suficiente piradas) como para meterse a jabalinear monte a través, localizar el trazado de viejos caminos y embarcarse, día tras día, sin cobrar y sin tener ninguna obligación, en su limpieza. Una labor, lo digo por experiencia, lenta, ardua, cansada y silenciosa, sobre todo silenciosa. Porque así es, queridos y queridas amiguitos y amiguitas, en este país, si robas más de 1 millón de leuros, si engañas a la ciudadanía y no cumples las promesas para las que te han votado, si hundes un petrolero y llenas de mierda toda la costa, si eres hija y yerno de alguien influyente y has robado a manos llenas no te va a pasar nada...pero si grabas con el móvil a la policía mientras le dan de hostias a una ancianita, si insultas o intentas darle una patada en los huevos al hijo de puta que te está desalojando de tu casa o si cortas un pino sin permiso date por jodido...como dijo uno de los payasos de la tele "La justicia es igual para todos".
¿Qué a qué viene esto? Pues a que ayer tuve el placer de compartir el día con una persona (disculpar que no diga el nombre) que ha decidido localizar y limpiar algunos de los caminos que unían los lugares de Sobrepuerto. Lo ha hecho porque sí, porque quería, porque así tenemos más lugares por donde disfrutar de la naturaleza...pero lo ha tenido que hacer en silencio, procurando que no se enterara ni el forestal de turno, ni el seprona ni el cazador que le arrancó varias de las estacas que puso porque cree que el monte es de uso exclusivo y privativo suyo y de otros de su calaña ya que "pagan coto".
Su primera intervención en esta zona, que ya es perfectamente transitable, es el camino de unión de Sta. Orosia con Cortillas, la que fue la capital de Sobrepuerto y, por tanto, con cualquier otro lugar de este espacio. Esta senda nos ahorra subir hasta el collado de San Cocobá, nos ahorra ir por pista y nos descubre la Balle Cortillas, una espectacular barranquera, afluente del Forcos, cubierta de hayedos en la cara norte y de fajas y bosque de caxicos en la sur.
A las nueve de la mañana estamos aparcando junto a la ermita de Sta. Orosia en un día otoñal con tintes invernales en el que no nos libra ni la mártir bohemia de acabar empapaos tal y como pinta el cielo.
Del santuario, cogemos la pista de Sasa durante 1 km hasta que un cartel (de momento está) nos desvía ala izquierda. Estamos en as fajas de Migalé, debajo d'o reguero d'Auturía. Atravesamos prados salpicados de acebos y serbales, cruzamos varias veces el incipiente barranco Laballe y
siguiendo la línea de nivel, sin apenas ganar ni perder altura, faldeamos el flanco sureste de Oturia.
Es sorprendente y radical el contraste de vegetación entre la ladera orientada al norte, cubierta de hayas y otras caducifolias, con la sur, por donde vamos, donde solo hay fajas yermas cubiertas de aliagas, arizones y algún caxico que está empezando a medrar.
Cruzamos un barranco que baja de Oturia cargado de agua, es el barranco las Navarras y llegamos a un lugar precioso conocido como Artica Plana. Se trata de una zona plana, en altura, desde la que se domina buena parte del Sobrepuerto y que está toda cerrada de paredes y salpicada de casetas. De allí ya, por un camino completamente delimitado por paredes ciclópeas llegamos a Cortillas tras haber pasado por la Fuén de Fondanás y por la arruinada fuente d'o lugar.
Un frío que pela y un color de cielo conocido como "color caldo nabos". Buscamos un resguardo para echar un bocao mientras se nos acerca un pastor. Le puede más la curiosidad que la reticencia a hablar con dos jipis con un perro que han aparecido por allí con este tiempo y en un lunes. Charramos un rato, le preguntamos, nos pregunta...y nos dice que el camino que une Cortillas con Yebra está todavía bastante transitable y  que no tiene pérdida.
Ni nos lo pensamos. Nos indica por donde se coge y a ello que vamos.
Al principio baja entre paredes, con zonas llenas de gabarderas y otras plantas pinchudas que nos hacen buscar mejor paso por los lados, hasta llegar a otra fuente. Es la Fuen de Fontanellas. Hasta aquí vamos bien. Cruce de caminos. Dudas. Vuelta paquí, vuelta pallá...efectivamente, por donde parecía que no era, por allí es. Una vez en la senda, esta no tiene pérdida hasta llegar al fondo del barranco. Como corresponde a un camino de esta importancia (debió ser el de comunicación de todo el valle con Yebra, con Huesca y con todo el mundo exterior) se mantiene ancho, empedrado y delimitado por paredes la mayor parte del trazado.
Peeeeeero, al llegar al fondo del barranco, amigo mío, pierde gran parte de su interés. ¿Por qué? Pues porque la civilización llegó aquí, al culo del mundo, en forma de pilonas de electricidad y, a partir de ahora, la senda es sustituida por una pista. Aún vemos pequeños detalles como algunos muros que se salvaron de la excavadora, una fuente (fuente Canalilla) con su abrevadero al lado de la pista, algún tramo de empedrado...pero la senda ya no es tal.
Hombre, aún con todo, el sitio es muy majo. Nos metemos en el barranco que discurre entre la Punta a Selba y la Punta o Pueyo que está completamente cubierto de hayas.
Subida fuerte en algunos tramos hasta llegar a un pequeño collado lleno de serbales donde ¡¡¡¡sale el sol!!!  Hasta paramos un rato y todo a disfrutar del calor mientras el astro rey baña de luz nuestros tirabuzones dorados...
Bueno, después de este baño de sol y de estupidez, salimos a la pista que, desde Sta. Orosia, lleva a Sasa. Solo tenemos que seguirla hacia poniente para llegar al coche.
Sin embargo, una consulta al gipi,  me dice que la senda sigue y debe estar bien marcada porque la tengo en la cartografía. Así que le pido a mi acompañante, por favor y si no le importa, que vaya a coger el coche por la pista mientras yo trato de seguirlo hasta que corte la pista de subida al puerto. Así lo hacemos, mi acompañante marcha por camino sin pérdida y yo continúo trocha arriba hasta llegar a un collado donde el ambiente cambia radicalmente. Si hasta ahora había andado por un espeso bosque de caducifolias, nada más cambiar de vertiente y empezar a bajar, ando por un monte arrasado de margas, arizones y buxos raquíticos. Pa forro bota, una niebla que no se de dónde coño a salido, me envuelve  no dejándome ver
más de tres o cuatro metros delante. Menos mal del gipi, que sigue marcando la senda, y de la presencia de la línea de luz que me marca un poco el trazado. Paso por la cabecera del barranco o Pozo, que vierte aguas ya al Basa, y descubro, por casualidad, el único paso practicable que hay para salvar un muro de conglomerado. Allí, tallaron el camino en la roca y colocaron grandes bloques para evitar que personas y animales se fueran barranco abajo.
Poco más. La pista está muy cerca y llego a ella sin problemas aunque sigo envuelto en niebla y hace un frío que pela.
Subo pista arriba hasta que, casi llegando a la ermita, me recoge mi acompañante que también le ha costado lo suyo recorrer los muchos km de pista empinada que le quedaban hasta llegar al coche.
Muy bien, muy bien. Esto hay que celebrarlo. Tenemos dos sendas más conocidas y trackeadas.
Te invito a echar una caña...o dos... ¡¡¡¡Jodo qué pinta tiene ese chorizo...!!! Ahora que lo pienso...no hemos comido ¿verdad? ¡¡Jefe!! ¡¡Háganos un par de bocadillos calientes con ese chorizo!!! Y solo pa mí y cortao pa este.
Aquí tenéis el track. Hacer esta ruta, que os gustará.
Hala pues...

martes, 12 de noviembre de 2013

FERRATAS DE OBARRA Y DE GRAUS

Tantos días oyendo hablar de la ferrata Croqueta de Obarra que teníamos que ir a catarla. Que si era muy maja, que si era muy dura, que si es la mejor de Aragón...así que el domingo pasado organizamos una expedición pelaire-monzonera formada por Teo, Urbez, Vicente, Pol (bueno este, de momento, no es ni pelaire ni monzonero) y yo mismo. (que tampoco soy pelaire de pura raza pero llevo aquí ya un montón de años). Por la parte de Tierra baja vienen J. C. y Silvia acompañados de Ramón.
Quedamos a las siete y media. Llueve como si tuviéramos encima el tifón Yolanda y nosotros que, pese a todo y con fe ciega en las previsiones, nos vamos hacia sol naciente.
Lo cierto es que, una vez pasado el túnel de Petralba (que lleva camino de convertirse, junto con el de Escarrilla y los de Olvena en otro túnel del tiempo) el ambiente atmosférico, está bastante más sosegado. Sin más, y con buena conversación, nos plantamos sin enterarnos en Campo. Aquí partía en tiempos una mala carretera que, por la base del Turbón, nos llevaba al valle del Isábena donde está la ferrata en cuestión. Pues el caso es que, lo que antes era una carretera de montaña llena de curvas, se está convirtiendo en una carretera recién asfaltada y con un ancho suficiente como para ir a una velocidad que cunde y no a paso de burro. La cosa es que, entre la Yebra-Fiscal, la de Foradada y la
del Turbón,  Biescas-Beranuy nos ha costado apenas hora y media. Conforme avanzábamos al este, veíamos que el tiempo mejoraba notablemente hasta el punto que, llegados a Beranuy, luce un sol radiante aunque calor, lo que se dice calor, no hace. Paramos en el único bar que encontramos abierto a estas horas, echamos un café rodeaos de jabalises disecaos y fotografiaos, trofeos de caza y demás ornamentos cinegéticos y esperamos a que lleguen los montisonenses precedidos por el famoso, en todos los valles pirenaicos, bizcocho carpiano al aroma de Chivas. De allí, en unos minutos, llegamos al parking donde se dejan los coches para iniciar la ferrata. Desde el aparcadero se ve perfectamente la aguja de la croqueta, por donde discurre y comentamos que, al menos desde aquí, no parece gran cosa.
Bueno, pues nos equipamos, andamos diez minutos por la carretera y ya estamos, justo a la salida de un túnel, en el inicio de la vía.
Empieza flojeta. Muchas grapas brillantes, mucha rampa aunque hay algún tramo vertical y alguno que incluso escupe pero sin ningún problema. Las grapas están puestas de forma y manera que sirven para las manos pero hay que ir buscándose un poco la vida para los pieses. Lo mejor de este tramo, sin duda, es la temperatura que nos hace ponernos de manga corta y lo que va a ser una constante en todo el trayecto, las vistas preciosas al valle del Isábena con sus mejores galas otoñales y el
monasterio de Obarra que vemos a nuestros pies y tal como lo deben ver los buitres que nos sobrevuelan constantemente.
Terminado este primer tramo, se avanza unos minutos por una senda en medio de un carrascal hasta situarnos a pie de pared otra vez.
¡¡¡Hombre!!!!, ¡¡¡¡Esto ya es otra cosa!!!!. La pared adquiere la consistencia, verticalidad e inclinación de una picha adolescente a las nueve de la mañana. Se deja subir bien pero va adquiriendo dureza a cada paso.
Un primer puente tibetano, nepalí o de oriente medio, no estoy muy seguro, nos lleva a una primera aguja donde paramos a descansar y, alguno, a echarse un cigarro. Bajamos un poco y otro puente de las mismas características nos lleva a un pequeño collado donde hay un escape hacia la izquierda.
A partir de allí, viene lo mejor de la ruta. Si hasta ahora está siendo muy majo, ahora nos esperan flanqueos en los que faltan grapas donde agarrarse, presas de mano pegadas a la pared con sika, abismos a nuestra izquierda...estoy disfrutando y sudando como un gorrino en un patatal. Pa forro bota, nos espera otro puente, aquí ya se ve que iban jodidos de pasta los equipadores, consistente en cuatros sirgas, una para la línea de vida, dos para las manos y una sola pa los pies. Yo, es que todavía no me acabo de acostumbrar a esto. Digamos que no pasé miedo pero si precaución, no se si me entendéis....
Bueno, pues después del puente dichoso, todavía nos queda un rato de tirar de brazos hasta llegar a la punta de la aguja ante la atenta mirada de un buitre que lo tenemos allí a apenas diez metros relamiéndose ante la posibilidad de que alguno de nosotros se vaya a hacerle de palmero a Manolo Escobar, cosa que no pasa, a Dios gracias.
Una hora cuarenta minutos nos ha costado parando dos veces a fumar (alguno) y a rehidratarnos (todos menos Pol que sigue con el termostato jodido). Para terminar, se destrepa por un trozo guarrete equipado con sirgas que son más un quitamiedos que otra cosa porque si te resbalas la hostia te la pegas sí o sí y se coge un sendero, marcado como Gr que, en apenas 20 minutos, te lleva a Ballabriga pueblo con sonoro topónimo indoeuropeo para unos (donde el sufijo briga sería fortaleza) y latino para otros (de Vallis aprica, Valle soleado). Visto el día, la temperatura para ser noviembre y la vegetación que nos rodea, casi que nos inclinamos más hacia el segundo étimo...
Después de esta clase de filología pirenaica, queridos y queridas amiguitos y amiguitas, deciros que, por carretera, llegamos nuevamente al coche más contentos que chupilla pues, no en vano, habíamos conocido, y casi cohabitado íntimamente con una de las ferratas más majas que hemos hecho en los últimos años. Las hay mejores, si, pero están más lejos. Descripción chachi y detallada aquí y aquí.

Parecía que habíamos acabado ¿verdad? Pues no, que son la una del mediodía y hay que aprovechar el viaje...Silvia, J.C. y Ramón se van a Tierra baja, como las grullas, pero nosotros decidimos bajar a intentar la ferrata de Graus. Claro que antes hay que comer. Así que nos llegamos a Graus y buscamos un lugar para echar un bocao.
Joder, un bocao no. Siete primeros, siete segundos y variedad de postres regados con buen vino del somontano y a un precio más que razonable. ¿Quién se resiste a una ensalada de salmón, queso fresco y nueces y a una carrillera en su salsa y un zurito de yogurt "riquissimo"? Pues eso, que comemos como ugetistas andaluces pero pagando la comida.
Bueno, a lo que hemos venido. Contra todo pronóstico (yo cuando he visto la comida, el vino y los orujos no daba un duro por hacer algo después aparte de dormitar en el coche) nos encaminamos a la basílica de la Peña donde, en la peña que le da nombre, se ha instalado otra mini ferrata que, por lo menos, servirá para hacernos bajar las viandas. Nada que ver con la otra claro. Esto es como si has tenido una noche de lujuria y pasión con Penélope Cruz y al día siguiente la tienes con Rossi de Palma....pues bueno, pues sí, pues vale, pues habrá gustos para todo pero, decididamente, no es lo mismo.
La ferrata en cuestión arranca al norte del santuarios a los pies de la peña donde se asentaba el castillo musulmán cuya conquista le costó la vida a Ramiro I. Hay que joderse, si llega a estar construida en 1063, igual la historia hubiera sido otra. Los musulmanes estaban allí, en la punta la peña, parapetados y con apoyo de tropas castellanas en las que, seguramente, estaba el Cid. Sí, sí, moros y
cristianos (y un contingente grande de mercenarios entre los que estaba Rodrigo Díaz de Vivar) luchando juntos contra el aragonés. Cuentan las crónicas que, para romper el cerco al que fueron sometidos, un moro se disfrazó de cristiano, se infiltró entre las filas cristianas y le clavó una lanza en el ojo al rey. Muerto el rey, cundió el desánimo y los aragoneses huyeron. ¿Sabéis que pasa? que en aquella época, los reyes eran los primeros en ir a la batalla y dar ejemplo ante sus súbditos. Igualito, igualito que ahora...la justicia es igual para todos.
¿Dónde estábamos? ¡Ah, si! Que la ferrata sube por un peñasco de conglomerado deltáico del oligoceno y que está compuesta por un primer resalte con grapas que nos lleva a una antiestética escalera y ésta a una travesía muy maja  por una estrecha cornisa. De la cornisa se sale por un ligero extraplomo donde  el descojono se generaliza ante los tropezones, resbalones y demás tonterías que hacemos más por el alto nivel de alcohol en sangre que por la dificultad, que no la tiene.
Pues ya está, llegamos a una especie de Cristo de Corcovado que domina la población (mais sem belas garotas, amigo meu) donde hay una vista preciosa de todo el valle y por un cómodo camino volvemos otra vez a la basílica que, ante nuestro regocijo, está abierta y se puede visitar.
El anochecer nos llega admirando la preciosa plaza porticada y comentando el día que ha sido largo, fructífero y entretenido.
Tenemos, desde aquí, hora y media de coche hasta nuestro lugar de habitación...vamos a tomárnoslo con calma.
Hala pues...

viernes, 8 de noviembre de 2013

DEC DE LHURS (2.165 m.)

Nueva quedada de blogueros, esta vez a propuesta de David. Creo que es la primera vez que nos juntamos todos con nuestras respectivas parejas para realizar una de estas actividades chachipirulis in the mountain. Así, David viene con Elena (¿con "H" o sin "H"? se lo tendré que preguntar la próxima vez), Pirene viene con su Bonito del Norte, Silvia y J.C, indisolubles en la salud y en la montaña, Pol viene con Luisa y yo que voy con el Yeti. (que obviamente no es mi pareja afectivo-sexual pero es una de mis parejas de monte, que mi pareja afectivo-sexual es una santa que no le gusta el monte y que se dedica a otras cosas como hacer teatro y...y... y que....¿pero porqué coño os estoy contando yo esto????). Bueno, pues eso que nos juntamos el domingo, a propuesta de David, 9 bípedos y un cuadrúpedo para intentar subir a un pico de nombre impronunciable que está en el famoso circo de Lescún (ou cirque de Lescun pour les habitants de la vallée)
No se madruga porque cada uno venimos de una parte de nuestra geografía patria y algunos tienen buena panzada de km hasta llegar a Jaca.
Saludos y presentaciones. Café rápido y partimos rumbo al norte en dos furgonetas.Pues si en la versant sud el tiempo es anticiclónico, en la norte, nada más cruzar el túnel de Somport, nos sorprende un marrón tirando a negro de nubes bajas, calabobos (u escañacrabas en el decir del país) y humedad relativa del 300%.
Carretera abajo, en vez de mejorar empeora. Desvío a Lescún y, antes de llegar, cogemos una red de pistas y carreteritas asfaltadas, todas señalizadas, hasta llegar al parking de Anapia. Desde aquí, a decir de los que ya han estado, la vista es soberbia. Hoy lo único que se ve es boira por todas partes y paisaje cercano en tonos grises.

¿Salimos o nos vamos a Olorón a comprar bombones? Salimos, claro...pa una vez que nos juntamos todos.... además, la meteo promete una mejoría après midi y son.....las once. Además tengo un goretex nuevo que es el día ideal para estrenarlo....ah, no, que me lo he dejao en casa. ¡listo, que eres un listo!
Cogemos una pista que avanza entre felquerales hasta que se introduce en un bosque mixto que rezuma otoño por todos sus poros. Aunque, no se porqué, pensábamos que habría más colorines.
Aún así, el bosque en otoño y con este ambiente brumoso tiene un toque onírico, mitológico, mágico...subimos hablando del Basajaun, de las hadas, de los duendes y de los neandertales, del imaginario mitológico pirenaico...y de otras cosas más prosaicas que no vienen a cuento ahora porque me estropean el párrafo. La pista se convierte en senda. Atravesamos bosques, zonas rocosas, algún barranco... siempre con una pendiente moderada hasta llegar, ya fuera del bosque, a una zona kárstica donde el camino disminuye su pendiente ostensiblemente. Estamos ya muy cerca del ibón de Lhurs que surge entre la niebla como el lago donde mora Nyneve o Viviana, la Dama del Lago de las leyendas Artúricas.
Pues no, ni Viviana ni Moras d'os ibons. Lo único que encontramos son dos francaises que están parapetados detrás de unas piedras almorzando o comiendo.
Un tramo más y llegamos al refugio-cabane de Claveranne que encontramos, como debe ser, abierto.
Joooooder. Se podría comer en el suelo de lo limpia y cuidada que está...mismamente como los refugios de por aquí que, el que no está cerrado sirve de cagadero ¡Con lo grande que es el monte!.
Bueno, pues hasta aquí hemos llegado. No llueve pero no despeja y vamos calaos. No hace frío pero hace frío aquí dentro. No vamos a ver nada así que para qué vamos a subir al pico que debe estar aquí encima. Encendemos una estufa que hay con cuatro ramitas para intentar secar la ropa y nos damos a un festival gastronómico donde no falta ni dulce ni salado ni caldos variados.
Alguien sale afuera y vuelve diciendo ¡Oh, sorpresa! que no solo no llueve si no que se está despejando y que incluso se ve el pico. Como movidos por un resorte, nos levantamos todos y salimos afuera a contemplar como el Dec de Lhurs emerge de entre la niebla.
En menos de lo que cuesta escribirlo estamos todos vestidos y preparados para acometer los últimos 400 m. de desnivel que nos separan de la cumbre. Bueno, todos no...Elena (con H o sin H?), con más conocimiento que el resto, se queda en el refugio guardándonos mochilas y ropa chorreante.
David enfila esa ladera como si le fuera la vida en ello y los demás, hartos de comida y vino, hacemos lo que podemos para seguirlo. A mí, por intentar mantener el ritmo, me pega un pajarón del que ya no me recuperaré hasta llegar arriba. Menos mal de los cuidados y ánimos de Silvia y Pirene que me acompañan y se preocupan por mi porque mi pareja de monte, el bicho cabrón, se va siempre con el que va el primero.
Llegamos a un primer collado donde se abren los horizontes y seguimos una arista herbosa que, al poco, muere en una antecima de rocas afiladas. Un pequeño llano pedregoso y una trepada sin ningún misterio nos dejan en la cima del pikachu.
El ambiente es absolutamente espectacular. Por todas partes emergen agujas de piedra, picos, (algunos conocidos y otros no), valles entretejidos por girones de niebla...hemos llegado en el momento justo para disfrutar del espectáculo que nos han preparado los dioses ¡anda que no!  
Las cámaras echan humo. Ni a Paquirrín, cuando lo presentó ante los medios la Más Grande (¿La Mas Grande era La Pantoja o la Lola Flores? yo es que cuando me hablan de folclóricas me vuelvo loco...) Decía que ni a Paquirrín ni a su Alteza Real la elefantita Doña Leonor de Todos Los Santos de Borbón y Ortiz, les han debido hacer tantas fotos como hicimos nosotros a esos montones inertes de piedras que cerraban los horizontes en todas direcciones.
Hasta nos hace, un amable francés que aparece por allí, una foto de grupo, hoy que estamos todos y todas.
¡Qué bonito! las parejitas haciéndose fotos, felicitándose, dándose besitos y yo, con el Yeti, esperando pero si hacernos arrumacos ni prodigarnos muestras de cariño, que luego todo se sabe y de todo se habla.
Bueno, que bajamos. Y lo hacemos deprisa ¡Pardiez!, en apenas tres cuartos de hora estamos otra vez en el refugio donde nos está esperando Elena.
Apenas perdemos tiempo. El sol cada vez está más bajo y nos va a venir justo el llegar con luz al parking. Eso sí, se ha despejado de todo y, entre la luz vespertina, el otoño, la conversación y la compañía desandamos el camino llegando a los coches sin enterarnos. Un cuarto de hora más y habría que haber tirado de frontal.
Pues na, que eso a sido todo.  Que desde allí, nos fuimos otra vez a Jaca donde compartimos cafeses, galimbas y/o bebidas azucaradas y refrescantes antes de hacer votos por repetir, cuanto antes, este tipo de actividades.
 
Por cierto, ¿Habéis visto que tengo ya 100 seguidores y seguidoras? (Bueno, mitad y mitad, más o menos, no cien de cada...no se si me entendéis) esto del lenguaje no sexista es un poco coñazo y te lleva a errores. Bueno, eso, que tengo 100 seguidor@s , que no entiendo como os gustan estas chorradas que escribo pero que se os agradece y que tenéis un trago pagao cuando nos veamos (en el monte a poder ser)
Hala pues...

martes, 5 de noviembre de 2013

RUTA DE LOS BUNKERS EN CANFRANC

Cuentan las crónicas que, hace muchos, pero muchos años, los partes meteorológicos acertaban con las previsiones....
También cuentan las leyendas, narradas al calor de los hogares por los más viejos del pueblo, que hace también muuuuuuchos años, Pakito el genocida, tras derrocar el régimen legalmente constituido, una guerra civil que desangró España y tras instaurar una dictadura que todavía hoy estamos pagando, estaba con el culito prieto. Europa entera estaba luchando contra el fascismo y era cuestión de tiempo que, tras derrotar al III Reich, los aliados (o las sanguinarias hordas marxistas en el decir de la época)  penetraran en España  a través de los Pirineos para acabar, definitivamente, con los fachas también en esta península nuestra. Así pues, Pakito el genocida, entre 1939 y 1948 encargó la construcción de entre 8000 y 10.000 búnkeres, de los que se construirían algo más de 4.000, a lo largo de toda la frontera Pirenaica. Lamentablemente, los aliados, una vez acabada la II Guerra mundial bastante tenían con reconstruir sus países. El General De Gaulle, en 1945, no reconoce la Junta Española de Liberación y deja en la estacada a miles de republicanos que confiaban en volver a reconquistar España tras colaborar activamente con el ejercito francés en su lucha contra los nazis. Se inicia el maquis, fenómeno éste que tiene su máximo apogeo entre 1945 y 1947 y cuyo fin lo marca la muerte en Cataluña del último guerrillero antifascista, Ramón Vila, en 1965.
¿Qué conclusión sacamos de todo esto, queridos y queridas amiguitos y amiguitas? Varias; a saber:

a) Que no hubo tal invasión y que, por tanto, los bunkers nunca se usaron.
b) Que De Gaulle se comportó como un cabrón.
c) Que hicimos caso a unas previsiones de tiempo erradas y que podíamos haber hecho alguna otra cosa de más entidad.
d) Que fuimos a hacer la ruta de los Búnkers de Canfranc con Silvia, J.C., Rubén y el Yeti.
e) Que todavía falta para que el otoño esté en su máximo esplendor y eso debe ser cosa de los recortes de Rajoy y sus secuaces.
f) Que, cuando me susurran al oído, algunas partes de mi cuerpo reaccionan de forma incontrolable e impredecible.
g) Que no tenía ganas de escribir hoy y que, por tanto, os dejo solo esta gilipollez.

Hala pues...