lunes, 29 de noviembre de 2010

SUSÍN, EN LA TIERRA DE BIESCAS

Dentro de los pueblos de la Tierra de Biescas, dos son, sin duda, los más visitados. Ainielle, que salió de su anonimato para convertirse en el arquetipo de los pueblos deshabitados gracias a la publicación, en 1988, de la novela "La lluvia amarilla" escrita por el leonés Julio Llamazares y Susín, mucho más próximo al fondo del valle, situado camino de Ainielle y exponente perfecto de uno de los múltiples pueblos abandonados con los que cuenta esta montaña. Aunque, en realidad, Susín no está abandonado. De las tres casas que tuvo históricamente, hay dos de pie y en perfecto estado. Una, casa Ramón, la usan sus dueños unas semanas al año. La otra, Casa Mallau la mantiene en pie Angelines, que se ha convertido en la única habitante casi permanente y en el alma del pueblo. La tercera casa, Casa Canales, desapareció hace muchas décadas.
Para llegar a Susín hay que dejar el coche en Oliván y seguir andando por la pista de acceso restringido hasta una gran curva a la izquierda. Allí, un cartel de madera, nos invitará a subir por un camino precioso hasta el pueblo. Pese a lo que pudiera parecer, un pueblo con dos casas, sus edificios auxiliares, la iglesia y una ermita tiene mucho que enseñar. Casa Mallau es una casa infanzona, solar de los Villacampas que hace siglos dominaron buena parte de estas montañas. Todavía conserva su escudo heráldico y su monumental chimenea. Casa Ramón es una casa más modesta, prototipo de casa bloque pirenaica, con multitud de reformas recientes y sin elementos dignos de mención. Al norte del pueblo destaca la parroquial de Sta. Eulalia. Prerrománica, igual que muchas de las que hay en el valle, fue sometida a una intensa reforma en el siglo XVII que, entre otras cosas, cambió su orientación, amplió notablemente la nave y construyó una torre escalonada en mitad de la bóveda del ábside. Únicamente queda, del siglo XI, el ábside y parte de los muros norte y sur (éste último con una hermosa ventana geminada y dos arcos de herradura) Esta reforma, lejos de romper su armonía y estética, (como pasa en muchas) ha supuesto que la iglesia de Susín sea una de las más bonitas del valle. Pero aún hay más. En el exterior del ábside, dispersos sin orden aparente, podemos encontrar 31 sillares reaprovechados de una construcción anterior y con una extraña simbología. (Había 32, pero algún imbécil pensó que uno de ellos estaría mejor como pisapapeles en su casa y lo arrancó de una de las lesenas del ábside) Hay algunos con claros símbolos de raíz cristianas (cruces, un crismón, una omega..) pero la gran mayoría son motivos esquemáticos, espirales y ángulos de difícil interpretación. Las espirales, motivo precristiano usado por multitud de pueblos, simbolizan el eterno ciclo de la vida (Nacimiento-vida-muerte-renacimiento), el ciclo lunar y el de las cosechas. Otras culturas han visto en éste arquetipo la representación de la evolución humana, tanto física como mental en sus ciclos de evolución-involución y en otras, por fin, se ha querido figurar la rueda de las reencarnaciones partiendo del exterior hasta llegar a la plenitud interior. Los angulares, podrían asimilarse a espigas, con el mismosimbolismo. Ambos son símbolos femeninos, fecundantes y telúricos. En el dibujo adjunto, robado de la magnifica página de Románico Aragonés, salen todos reflejados. El interior de la iglesia, reformado en multitud de ocasiones, guardaba pinturas románicas en el ábside (actualmente las podemos ver en el Museo Diocesano de Jaca) y pinturas populares del siglo XVII o XVIII en las que destaca una religada. (No deja de ser curioso, pero a la vez, muy común, la presencia de símbolos paganos en el interior de templos cristianos).
Para acabar con la visita, deberíamos bajar a la ermita de la Virgen de las eras, situada al norte del pueblo y visible desde la iglesia. Edificio, probablemente del siglo XVII, que durante muchos años sirvió de cuadra. Angelines quitó el metro largo de estiercol que habia dentro y le devolvió su dignidad. El cabecero de la puerta, además del falso arco labrado en él, que le confiere un aspecto enormemente dinámico, muestra tres signos labrados a puntero dignos de tener en cuenta: una pata de oca en el medio, una cruz de doble travesaño a su derecha y otra de triple a su izquierda.
La pata de oca es un signo iniciático, hermético y de peregrinación. Medio crismón, la pata de oca, a la puerta de una iglesia está colocada para llamar la atención de lo que allí hay, sucede o comienza.
La cruz de doble travesaño es la cruz patriarcal, la de triple corresponde sólo al Papa. Ambas cruces, lo mismo la simple de un travesaño, es fácil verlas en los báculos de peregrinos de diversas clases, entre los que destacaría por inmediatez geográfica, los Romeros de Santa Orosia. A la luz de la simbología y viendo la ubicación de Nuestra Señora de las Eras, a la entrada del valle que conduce a Sobrepuerto, no me extrañaría que fuese tomada como Zoque, como inicio de una peregrinación o marcha interior, primero pagana (por lo de la pata de oca) hacia Oturia, la Montaña Sagrada del contorno, y luego cristiana (por lo de las cruces) hacia el santuario del Puerto de Santa Orosia, continuador de dicha tradicion. Pues eso...que no es poco.
Y para terminar, aunque os he dicho el camino más corto para llegar a este pueblo hay otro, precioso, que no deberías dejar de andar. Se trata de ir con el coche a Lárrede. Después de visitar su iglesia subir a la torre que veremos al este (La torraza, siglo XVI sobre una base probablemente del XII y extraordinario mirador del valle) y allí mismo coger una senda marcada como PR que nos lleva, sin pérdida, a Susín. Fijaos en los cajicos que hay. Uno, casi llegando al pueblo, es increible. La vuelta la podemos hacer bajando por la pista que sale de la ermita de las Eras, empalma con la que baja a Oliván y luego, por carretera asfaltada, pasa por San Juan de Busa (No dejéis de visitarla) y nos lleva nuevamente a Lárrede.
Hala, ya os he apañao un día tonto de estos que no sabes que hacer ¿a que sí?
Hala pues...

domingo, 7 de noviembre de 2010

AIGÜETA DE BARBARUENS Y FERRATA DE CASTELLASO

Día completo. Ayer, víspera de que la borrasca centrada en las británicas barriera la península con sus frentes asociados, aprovechamos el último día bueno para hacer algo antes de sacar definitivamente el material de invierno. Estábamos entre el Consusa o la Aigüeta de Barbaruens que intuíamos estaría espectacular por el otoño y sus colorines. Ahora, con la nueva carretera del puerto de Foradada da gusto ir a Benasque en el día. En apenas dos horas desde Biescas te plantas en Campo. Así que allí que nos fuimos. Nieblas en el fondo de los valles. "Cuan a boira paze, buena tarde hace" dice el refranero. Vamos a tener un día cojonudo. En Seira te desvías y coges la culebreante carretera que te lleva a Barbaruens. Antes de llegar, sale una pista a la derecha que baja. Apenas podemos avanzar 300 m. hasta que se pone impracticable para coches normales. Son las nueve de la mañana y hace un frío que pela. Nos cambiamos a toda prisa e iniciamos la bajada hacia el Puente de la Saca y luego la subida hacia la Aigüeta. Aquí estuve con Roberto en el año 92 y no me acuerdo, pa variar, de nada. La subida es fuerte y larga. Buen sendero, precioso en estas fechas, pero muy empinado. Vemos algunos desvíos a la izquierda que parecen bajar hacia el barranco. Uno lo seguimos durante un buen rato hasta que llegamos a un árbol colgao sobre el abismo y del que habría que rapelar para llegar abajo. Pasando, vamos a entrar como las personas civilizadas. 1 hora y cuarto desde el coche hasta que llegamos a cruzar el barranco. Nos cambiamos y empezamos a bajar. La verdad que, deportivamente hablando, tiene más bien poco. 4 o 5 rápeles obligados, algunos toboganes y numerosos saltos pero paisajísticamente...es la hostia. Por muchas fotos que hagas, por muy bien que intentes reflejarlo, nunca se podrán transmitir los olores, los sonidos, los cambios de luz, los contrastes entre las zonas umbrías y las bañadas por el sol. Es, en dos palabras, Im-prezionante. Pasillos, pozas de agua verde esmeralda, alfombras de hojas secas, paredes llenas de musgo que, cuando les da el sol, se ponen de color verde brillante, pequeñas cascadas que se descuelgan de los laterales, miles de árboles verdes, amarillos, marrones, rojos...una gozada, vamos... Casi sin darnos cuenta llegamos a un lugar donde la garganta se abre y un gran hito a la izquierda nos indica una salida. Por aquí debe ser por donde salen los que están vacunados contra el síndrome de Stendhal. Nosotros seguimos río abajo hasta salir por el puente que, aunque no haya rápeles ni saltos, el paisaje es soberbio. 2 horas y cuarto llevamos cuando vemos el puente. Salimos a la pista y, en apenas 20 min. llegamos al coche. Nos cambiamos y bajamos hacia el valle. Antes paramos en San Pedro de Tabernas, monasterio documentado desde el año 839 aunque el edificio que vemos es del siglo XVI y en Seira a fotografiar un crismón que nos había pasado desapercibido. ¡Y eso que hemos hecho varios viajes por esa carretera últimamente! Subimos valle arriba y buscamos un bar donde nos vendan una cerveza en lata. Vamos a ir a comer al pie de la ferrata del Castellazo (y luego la subiremos, claro...) Hace una temperatura buenísima. Nos juntamos con dos andaluces que la acaban de subir. Media hora dicen que cuesta. Así que, como no hay prisa, comemos tranquilamente, nos colocamos los hierros y vamos al lío. Empieza suave, después hay una placa en la que solo hay cable de vida y enseguida se empina y extraploma. Hay varios pasos en los que te tienes que estirar y subir a fuerza de brazos, nada del otro mundo, pero está bien. No es para ir de propio pero una vez allí...no está mal para acabar el día. La vista desde la punta preciosa en todas direcciones. La bajada cuesta casi como la subida, por camino cómodo pero empinao. Son las cuatro y media. Aún nos da tiempo de ir a hacer la ferrata de Foradada. Acabaremos de noche pero llevamos frontales...o eso, o cerveza en Campo...vale, pues galimba. Ya vale por hoy.
Hala pues...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

MONDICIERO, DESDE VIÚ

Ya están casi todos. Sólo me falta uno y no me da la gana de subirlo. En esta vida ya he escrito varios libros, he tenido una hija y he plantado cientos de árboles pero no he subido en globo (y he tenido más de una ocasión de hacerlo) ni he practicado la sodomía (porque no me apetece lo más mínimo) Pues esto ha sido igual. He subido todos los montes de flysch principales al sur de las sierras interiores. Desde Grosín, cerca de Jaca, a Espata, Bacún, Icún, Zerro d'as canales, Burrambalo...al oeste del Gállego y Capaniacha, Bachesango, Toronzué, Erata, Manchoya, Oturia y Mondiciero, que me faltaba, al este. Me he dejado, queriendo, el Tozal de las Comas. De la misma manera que si vuelo en globo o me dan pol culo (huy, perdón...que dije que no volvería a decir tacos) ya me puedo morir porque lo tengo todo hecho en esta vida, si no me dejo sin hacer algún monte de éstos, ya no tengo que volver y es una zona que me gusta mucho....sí, ya lo sé, listos, que sois unos listos...también hay flysch al este del río Ara, pero me cae más lejos de casa para escapadas como la de hoy.

Así que me he cogido el perrucho y, sin madrugar, nos hemos plantado en Viú de Linás. Ayer estuve mirando reseñas para subir y, la mayoría, suben, bien por el valle de Suaso o por la pista del Cebollar. Siendo montes que se han usado toda la vida de pasto...tendrá que haber camino desde cada pueblo, vamos, digo yo...El caso es que me llevo la grata sorpresa de que, desde Viú han limpiado este año el camino de toda la vida, según me dice el único vecino que veo en la calle. Cruzando el pueblo por la única calle se llega a una señal de madera que indica "Camino a Litro". El camino está perfectamente limpio. Primero sube por medio de un cajicar jóven y luego se mete, con una pendiente muy suave, en la ladera del barranco que baja desde la misma punta de Mondiciero. Camino empedrado, muy majo y muy fácil de andar hasta que se llega al cruce del barranco. Justo aquí hay una cleta con un pastor eléctrico y, desde allí hasta el límite del pinar, el camino es un barrizal amasado a conciencia por las vacas. La senda bordea todo el barranco hasta asomarse a un espolón que da vista a Linás. A partir de ahí, el camino ya está claro del todo. Consiste en subir a piñón por una arista herbosa que se descuelga desde la misma punta hasta allí. Hacia los 1800 m. empiezo a pisar nieve. Al principio sólo corros pero llevo unas botas con suela como la de las alpargatas de andar por casa. Me resbalo continuamente y subo muy mal. Luego la nieve ya es continua. Debe haber un palmo o así. 100 m. antes de la punta hay dos palmos de nieve costra y venteada. Me salen tres sarrios casi delante. El Yeti se pega un susto que pa qué y, cuando quiere reaccionar, están muy lejos bajando por una barranquera casi vertical. Al final se llega a la punta. 2 h y 20 min. 2295 m. y un aire que me baja la temperatura de golpe. Me meto encima toda la ropa que llevo. La vista soberbia. Todo el cañón de Ordesa justo en frente, la muralla de Sabocos-Tendeñera-Otal al alcance de la mano. Cojo la cresta norte (completamente pelada de nieve) con idea de bajar hasta el collado entre este monte y el Tozal de las Comas, bajar a la izquierda hacia Suaso para salir por Linás y de allí, por la carretera, a Viú. Pues el caso es que en el collado y en la bajada hacia Suaso hay casi medio metro de nieve venteada y un barranco que baja en picao. ¿Sabes que?, le digo al perro. Que paso...si fuera acompañao bajaría pero yo solo me da miedo con esta suela de bota, sin crampones y sin material adecuado. Vuelta a subir por la cresta hasta la punta. A parado un poco el viento. Echo un bocao rápido e inicio la bajada por el mismo sitio que hemos subido. Montones de vacas, que antes estaban dispersas, en medio del camino. Han pasado cinco horas justas, desde que salí esta mañana, cuando llego otra vez al coche. Pues eso, que me queda el Tozal de las Comas, que lo haré algún día de éstos. ¡Que majos son estos montes! ¡Y qué poca gente sube!. Fíjate, con la tontería, me he chupao 1000 m. de desnivel, como subir a cualquier 3000...
Hala pues...