miércoles, 27 de mayo de 2015

PUNTA COCHALDO (2213 m), DESDE LACUNIACHA.

Cima olvidada donde las haya. Todo lo que se encuentra a la izquierda de Telera (según se mira desde el norte) no existe... o eso parece. Lo cierto es que allí, la sierra de Partacua inicia un descenso vertiginoso hacia el valle del Gállego y no hay, ni sendas claras, ni apenas reseñas de alguien que se aventure por allí... porque sí, queridos y queridas amiguitos y amiguitas... adentrarte por esos territorios (y más por su versant sud) garantiza el no encontrar caminos evidentes y, por lo tanto, aventura, destrepes guarros, desarrollar el sentido de la orientación y algún tropezón o resbalón sin consecuencias.
Así pues, con este convencimiento, el sábado sabadete, nos juntamos en Biescas David, Irene y su cuñado Chema, Kankel el Yeti y yo. Tras las presentaciones y los cafeses iniciamos marcha hacia el norte para dejar un coche en Sta. Elena y con los otros ir hasta el parquing de Lacuniacha, desierto a estas horas pese a no haber madrugado demasiado.
Cogemos la conocida pista, con parada en el crómlech de As Lastras, y desvío hacia plana Terrosa para encarar la canal del burro que ya conocemos de otras ocasiones.
Más bien que mal, nos encaramamos a la divisoria. habíamos llevado hierros variados para pasar por dos neveros grandes que se veían pero llegados a ellos, los podemos sortear sin nigún problema... así que hemos acarreado peso solo como entrenamiento, que tampoco está mal... el que no se consuela porque no quiere.
Pues resulta, queridos amiguitos y amiguitas, que llegados arriba, al collado, la peña a la que pretendemos encaramarnos  se sitúa muchos metros más abajo y, al menos desde aquí, presenta un aspecto altivo y casi inexpugnable pese a ser chiquitina con respecto a las que la rodean. (más o menos como yo, que soy chiquitín pero tengo muy mala hostia).
Pues bajamos justo por el filo de la cresta, dejando a nuestra derecha inclinadísimas laderas de hierba y a nuestra izquierda abismos que haría que, un tropezón tonto, nos llevaran a disfrutar de los placeres del Tártaro, junto con las meretrices, los juerguistas y los apostatas  (y con Rajoy y Rato y buena parte de cúpula del PP conforme vayan llegando).
Bueno, pues que colocados debajo de la cúpula cimera, nos queda trepar por una pendiente muy inclinada de hierba y piedras hasta dar con la amplia, redondeada y ventosa cima de Cochaldo y sus 2213 m. de vellón.
Buscamos un lugar a resguardo del viento y nos echamos un bocao, mientras saboreamos, por este orden, el paisaje, la conversación y el chorizo de jabalí maridado magistralmente con vino pelaire.
Nos queda el descenso. Sin sendero, por laderas inclinadísimas de hierba (sin duda peligrosas si están mojadas) vamos bajando más mal que bien hacia la brecha de Cochaldo muy evidente pero muy abajo, la puñetera.
Llegados a ella (terreno ya conocido, al menos por el que esto escribe que había llegado a este singular paraje de agujas calizas enhiestas y hierba verde y crujiente, en un par de ocasiones y por diferentes lugares), decía que, llegados a ella hacemos un descanso largo y relajante para nuestras doloridas piernas mientras nos miramos, de reojo, lo que se nos viene encima. Si hasta ahora las laderas eran inclinadas pero de hierba jugosa y mullida, ahora viene una ladera de canchal afilado, de gravas sueltas y resbaladizas y de erizones erizados de punchas.
Bueno, pues na... vamos a ello.
Lo resolvemos con toda la dignidad que nos permiten los 500 m. de desnivel que nos comemos de frente, entre resbalones y algún pinchazo, para terminar en la guinda final, el paso del Forato, singular cueva con entrada y salida que nos permite atravesar (ayudándonos de manos, pies y culo) el último de los impedimentos que encontraremos antes de llegar a los verdes, bucólicos y orgásmicos prados que rodean el refugio de Furcunfiecho.
Ahora ya está todo hecho aunque queda una calcetinada elegante hasta el coche.
Así que, nos descalzamos, nos tumbamos y comemos disfrutando del sol, de la buena temperatura y del hormigueo en las piernas producto, a partes iguales, del desnivel y de los erizones que nos han acariciado en el descenso.
La pista del puerto hace multitud de curvas para ganar o perder desnivel que se soslayan con atajos marcados con hitos. Aprovechándolos todos, y desviándonos definitivamente en los prados de Plan d'Isús, llegamos a la carretera a una hora decente pese a la distancia recorrida, las paradas abundantes y el desnivel acumulado.
Ahora solo queda ir a buscar el los coches y cumplimentar el ritual atávico de hidratarnos con una galimba como mi cabeza de gorda.... todos menos una que se empeña en beber la chispa de la vida y así le va después... que las agujetas se le cronifican.... si es queeeeee.
Bueno, aquí tenéis el track.
Hala pues...

jueves, 14 de mayo de 2015

PONIÉNDOME AL DÍA.

No tengo tiempo. Supongo que alguien lee estas chorradas que escribo, pero estoy seguro que nadie espera una periodicidad en las entradas.

Me he metido en un montón de embolaos que me dejan tiempo apenas  para dormir y para currar así que, si hay algo que hay que dejar a un lado, es esto del blog...

Pero bueno, como desde el principio me lo planteé como un diario de actividades montaraces y montañeras, aquí estoy, escribiendo cuatro líneas para ponerme al día.

DÍAS 22-23-24 Y 25 DE ABRIL

TRAVESÍA SAN URBECIANA.

Hace dos años la hice entera, en un recorrido inolvidable rodeado de gente que realmente merece la pena conocer... Pues este año mejor todavía... A la gente que merece la pena conocer, se le une más gente que merece la pena hasta completar un grupo excepcional con el que conviví durante cinco días mientras atravesábamos sierras, barrancos y collados en busca de ermitas, senderos y paz interior. También he conseguido material interesante e inédito para el trabajo que estoy haciendo así que, mejor que mejor.
Días preciosos, en lo meteorológico y en las vivencias... Todas, pero la noche en San Martín de la Bal d'Onsera tardaré en olvidarla.... si es que lo hago.

DÍAS 8-9 Y 10 DE MAYO

AL MONTE CON GENTE.

Uno, que además de paseante y observador montaraz y montañero, le gusta compartir sus limitados conocimientos, es requerido en numerosas ocasiones para llevar gentes de toda índole y condición por senderos y villas mientras explico la flora, la fauna, la geología y divertidas anécdotas chipiriflaúticas para regocijo, solaz y  entretenimiento de los que tienen a bien acompañarme.
Así que el viernes estuve dando un rulo por Ordesa con los adolescentes de un instituto de Sabiñánigo y ¿sabéis que? que me sorprendieron... Para bien...

El sábado tocaba excursión con mis alumn@s de educación de adultos. El recorrido fue el clásico de los acantilados de Cifuens , florecido, exuberante, magnífico... día muy interesante y del que me llevo, entre otras cosas, dos puntos de aproximación en el cerebro de una hostia que me pegué con una estalagtita en la cueva de la Artica.

Y el domingo, mis buenos amigos Silvia y J.C. me invitan a que guíe a un nutrido grupo del Club Montisonense de Montaña en una excursión medioambiental. Elegimos la ruta Lárrede-Oliván-Casbas. 
Como juego en casa, ni me la preparo.
Después de todo el día charrando, observando florecitas, piedras, bolos erráticos y sillares tallados,
aún sobra tiempo para ir a San Chuan de Busa y a la cascada de Orós donde damos por finalizado un finde intenso, interesante y donde he convivido con gentes de toda naturaleza con un denominador común:  Nos gusta el monte más que a los del PP el dinero sucio.
Bueno, pues eso... que ahora estamos liados preparando la Feria de Primavera a la que os invito a venir y enseguida nos pondremos con las Jornadas de Orquideología, que este año prometen ser muy interesantes...
Hala pues...