domingo, 18 de septiembre de 2011

BARRANCO DE CONSUSA INFERIOR

Recuerdo, como si hubiera sido ayer mismo, (si, esto es otra batallita del agüelo cebolleta), la primera vez que bajé el Consusa. Fue el 7 de octubre del año 1989. Aquellos años fueron años intensos. Marchábamos con una furgoneta 4L, con 19 años, neoprenos de 3 mm. de bucear en el mar y sin apenas referencias. (La única guía de barrancos que había era la de Bierge y Pontroué y no es que fuera demasiado fiable, de hecho te ponía, por ejemplo, que, caso de intentar el Sorrosal, tenías que llevar una cuerda "de muchos metros"). Recuerdo que el Consusa era un barranco que teníamos idealizado. Uno de los más difíciles, más bonitos y más deportivos del Pirineo, decíamos y el día que lo bajamos, sería sábado, nos cogimos después, para celebrarlo, una buena tajada. Después han venido muchos más barrancos, tantos que ni me acordaría de todos si no fuera porque me lo apunto en un cuaderno. Me apetecía volver, pese a que, después lo he bajado un par de veces y otras dos el superior. Bueno, pues ayer, decidimos volver para enseñárselo a Pol que entró en este mundo de los barrancos, piedras y demás gaitas años después que yo. Pensamos que, para aprovechar el día, lo suyo sería pegarte una buena madrugada, hacer el Consusa superior, el medio y el inferior. Si no me fallan las cuentas, serán sobre 10 horas de actividad. Así que salimos de Biescas a las seis de la mañana y a las ocho estamos aparcando en Revilla. Daban cambio de tiempo para hoy pero no pensábamos que iba a llegar tan pronto...nubes de evolución a estas horas de la mañana, muy nublado hacia el oeste...Este no es un barranco para meterte con tiempo inestable ¿No has oído hablar de la "Ola del Consusa"? Se cargan los acuíferos y te los suelta de golpe. Ya ha pasado más de una vez y creo que a habido algún muerto. Así que, confiando en el Sumo Hacedor, pero sin ponerle nuestras inestimables vidas a güebo, decidimos que, con hacer el tramo medio y el inferior será más que suficiente. Cuando esto quiera empezar a llover estaremos fuera.
Cruzamos Revilla, cogemos el camino y, en apenas 15 min estamos en el cauce, completamente seco. El tramo medio se resuelve en apenas 30 min. Un par de estrechamientos, un par o tres de rápeles...vemos que las pozas, pese a que no corre una gota, están llenas de agua limpia. En poco rato llegamos al puente que marca el inicio del tramo inferior. Aquello enseguida se ahonda. Rápeles prácticamente continuos, algunos muy largos pero sin ninguna dificultad reseñable. No se llega a encajonar como otros barrancos pero la caliza es sólida, pulida y marmórea. Llegamos a dos marmitas trampa completamente secas. En la primera, caemos como dos ratones en una perola. Hay una cadena que te permite subir a fuerza de brazos. La segunda es bastante más jodida. Pol sale bien pero a mi me cuesta sudar un buen rato...me he debido engordar y, encima, pierdo flexibilidad a marchas forzadas...es lo que tiene la puta espondilitis. Poco después llegamos a la cueva. Quizá sea el lugar más majo de todo el recorrido. Enormes bloques empotrados se han desprendido de las paredes laterales cerrando el cauce y formando una especie de cueva. Realmente es un sitio para ver. A partir de ahí, sigue bajando en picao aunque, cada vez, se abre más. Varios rápeles largos nos dejan en la cabecera del último, de 30 metros, volao y espectacular. En apenas tres horas estamos en el camino que une Revilla con Escuaín. Se ha despejado y hace un calor de flipar. Subimos al coche y nos vamos a Lamiana a echar el trago de rigor. 30 belgas, con unos pedazos de bicis de flipar, han tomado el pueblo. Llegan a comer y a alojarse al único hotel-bar-restaurante que hay. Están haciendo una ruta en BTT, ellos y cuatro guías. Esto si que es turismo sostenible y de calidad.
Como queda tarde, cogemos el coche y, aunque ya habíamos estado alguna vez, vamos a visitar Jánovas. No voy a contar nada que no sepa la gente de lo que pasó en ese pueblo convertido en un símbolo. Solo decir que, manda cojones que todavía hoy sigan en pie en algunos lugares las inteligentísimas políticas hidráulicas que llevaron a la ruina este y otros muchos pueblos. El que quiera más información que pinche aquí y aquí. Me he llevado una grata sorpresa al descubrir la fuente del pueblo (la debí ver ya en su día, pero entonces no le presté atención). Una losa con dos culebras talladas nos habla de antiguos cultos a la fertilidad vinculados al agua, a las serpientes y a la Madre Tierra. Acojonante, claro como un libro abierto. La tormenta, al final, nos pilla dentro del coche cerca de Fiscal. Podíamos haber hecho el Consusa integral, pero tampoco ha estado mal el día...
Hala pues...

1 comentario:

Chabier Lozano dijo...

Ya fa anyos que el fayé, e recuerdo sobre tot las marmitas trampa e el zaguer rapel volato. Bien chula tota ixa zona, pero como bien dices muit periglosa en caso de tronata.
Aprofita, que ya queda poco tiempo pa navatiar per ixes barrancos.