miércoles, 1 de octubre de 2014

PICO DE LA ZAPATILLA EN CANDANCHÚ

Que los humanos somos seres gregarios y aborregados, eso está fuera de toda duda. Que donde va uno vamos todos, como las ovejas, también, pero que hay lugares que hay que conocer tarde o temprano pues también es así. Efectivamente, parece que esta ruta se ha puesto de moda y a todo el mundo le ha dado por recorrerla. En nuestro caso, aunque hace días que estaba en cartera, fue la completa y actualizada reseña de Bruno la que nos invitó (casi obligó) a ir ya. Este año, sin falta, antes de que empiece a nevar.

Lo cierto es que no es una ruta de senderismo ni tampoco de escalada ni tampoco de espeleología pero reúne todas esas disciplinas, con una dificultad muy moderada y en un entorno que si obviamos los hierros, sirgas, cables, desmontes y basuras de Candanchú, merece la pena. Está a la altura de otras rutas sorprendentes como la de las Escaleretas del Vero o la de la Fênetres del valle de Ossau por mencionar un par de las que ya conocemos.
Al lío. Sin madrugar, que empieza a hacer fresco, quedamos en Villalindano Silvia y J.C, Pol con Chaime y yo mismo. Carretera a Candanchú donde aparcamos al lado de un cuartel militar que se cae (aparentemente) a trozos... (Bueno todo no, la casa del coronel, o teniente o lo que sea está bien y recién pintada.). Desde allí ya vemos el pico de la zapatilla llamado así por la evidente forma de este aditamento que nos ponemos en los pieses. Para los listos, eso se llama una pareidolia y, aunque no vamos a entrar en el tema, esta tontería, la de ver formas reconocibles en montañas o paredes rocosas, ha jugado un papel muy importante en algunas creencias donde los fieles ven caras de dioses, demonios o santos en determinadas piedras o formaciones naturales.
Bueno, pues que nos desviamos a la izquierda y vamos a buscar un corredor que se desarrolla, nuevamente, a la izquierda del pico. Al principio la pendiente es moderada y se anda por hierba y senda pero luego la pendiente se acentúa y la hierba deja paso a la roca movediza y cascajera.
Afortunadamente se sube bastante bien y no hay que llegar al final. Después de comernos el primer tercio, justo donde las calizas grises que bajan desde la cima cabalgan sobre una veta de areniscas calcáreas, mucho más blandas ergo mas erosionables, veremos a nuestra derecha una cuerda fija. Por allí vamos a subir, aprovechando la erosión de la arenisca y sus estratos solapados.
Nos pertrechamos de hierros, arneses, cascos y demás aparejos e iniciamos unas trepadas que, sin ser difíciles, son entretenidas. La cuerda, roñosa, rota y con abundantes flores, nos sirve de guía  y de seguro psicológico ya que aguantar una caída, creemos que no la aguanta.
Esta primera parte se hace muy bien, tirando de gemelos pero sin mayores problemas hasta llegar a una hermosa campa donde termina la cuerda. Allí, entre flores de nieve, festucas, gencianas y Horminum pyrenaicum hay abundante hierro y chatarra de bombas y demás artefactos incendiarios y/o matadores. Manda cojones en qué nos gastamos el dinero público (aunque haga ya muchos días de eso) y, sobre todo, como se puede ser tan cerdo de no mandar un escuadrón, una compañía, un pelotón o lo que coño quieran mandar a recoger todo esa mierda que hay dispersa por allí... claro que, en el entorno de una estación de esquí (que desde aquí no se ve ¡ojo!) casi da igual.
Venga, que seguimos. Lo siguiente es una ladera con un lapiaz de libro en la que salen pasos de IV o buscar una vira herbosa que nos sube al mismo sitio previo rodeo. Como vamos con menores y a los mayores (algunos) tampoco nos apetece, por la hierba que vamos.
De una forma u de otra, llegamos a un nuevo pedregal donde se insinúa una mínima senda que nos lleva a un agujero situado en una pared arriba. Para allí que vamos y nos introducimos en una minicueva. En todo momento vemos luz. Trepando por terreno fácil, en dos patadas salimos desde la cara oeste donde estamos, nuevamente, a la norte a través de este curioso, simpático y dicharachero paso subterráneo.
Aquí vuelve a haber cuerda fija que nos guía casi por medio de la ladera, entre gravas, pasos de adherencia y lapiaz rompebotas hasta la cima de la montaña.... ¡si! ¡los cojones! eso es lo que os creíais.... La cima de verdad, la de 2225 m., se encuentra más al sur, previo paso de un simpático collado en el que, manda buebos, tenemos que sacar la cuerda para rapelar una grieta de chichinabo pero de mal subir y peor bajar.
Ahora si, cima herbosa de areniscas cretácicas conseguida. Fotos y pabajo.
Volvemos sobre nuestros pasos, trepamos lo que habíamos rapelado, y nos desviamos a la derecha por lo que debe constituir la vía normal de subir al pico equipado, igualmente, con cuerdas fijas.
Hasta aquí la primera parte. Continuamos hacia sol naciente, disfrutando de los desmontes, cables y demás mierda de la estación hasta llegar a un collado, enseñoreado por una integradísima y bellísima telesilla donde paramos a comer. La verdad que se está francamente mal. Hace viento y no demasiado calor así que comemos enseguida y nos tiramos a buscar la conocida sima de Tortiellas, una cueva con entrada y salida que, en tres rápeles, nos va a bajar casi al coche.
Oye pues si... recorrido bonito, curioso y espectacular a partes iguales. Muy bien equipada a base de parabolt de a 10, lo que parece una gatera al principio se convierte en un tubo escalonado que nos lleva a la base del pico de Tortiellas.  Casi una hora nos ha costado bajar a todos, disfrutando del sitio, haciendo fotos y explorando todos los recovecos (que tampoco son muchos, la verdad.)
A partir de allí, bajada guarra, muy guarra y guarrísima por piedra y barro a coger una de las pistas y al coche donde llegamos sobre las tres de la tarde. Galimba (grande) en Canfranc y pa casa.
Oye, muy majo. No creo que sea la última vez. Es un recorrido, sin duda, para sorprender a alguien. Quizá cuando Letizia vuelva a pedirme que la saque de palacio, en vez de llevármela al Gran Golf Spa&resort "Monasterio de Zerzito" como la última vez, igual me la traigo por aquí y la canso, que si no, luego se pone muy pesada....
Hala pues...

4 comentarios:

Bruno dijo...

Me alegro de que os gustase, tal y como están esas cuerdas había que ir cuanto antes, la que también debe estar algo precaria es la ruta de Les Fenetres que nos enseñaste hace algún tiempo.
Un saludo.

Enrique Martínez Labalsa dijo...

Ala!! Buen meneo, no estáis conforme con nada. Esta actividad se debe llamar bragafajasostenboina. La cantidad de trastes que arrastráis. Y mientras Sobrepuerto bien puerco. Bien se vale de Enrique Vidania y nosotros. Un abrazo y enhorabuena por vuestro programa de actividades.

Pirene dijo...

Que majo!! ya vi la entrada de "Hoy costra..." y la de Bruno. Lo de rapelar la cueva sí que me llama pero el resto seguro que me da miedito...

Bueno, nunca se sabe...

Salud!

Eduardo Pardo dijo...

En un par de ocasiones cuando hemos ido a Candanchú con mi hijo a tirarnos con el trineo, me he fijado en este pico, quien me iba a decir que se podía subir, Ahora ya para la primavera que viene, aunque las cuerdas, me da a mi, que se habrán desintegrado para entonces. Un saludo