miércoles, 2 de mayo de 2012

UNA VUELTA (larga) POR LA FOZ DE SALINAS

Al mal tiempo, buena cara. No hay mal que cien años dure. El invierno no se lo comen los ratones...anda queeeeeeee ¿no querías invierno? ¡Pues toma invierno!!!!! ¡Tres puentes seguidos pasados por agua!.... Ya aprendereis a rezar y hacer rogativas, ya. Como viene siendo habitual, de cuatro días de fiesta se ha podido aprovechar uno a medias. Ayer, después de tres días lloviendo y nevando sin parar las previsiones daban bueno, así que había que marchar para algún lado. Claro que, para arriba, nada. Han debido caer sus buenos 50 cm a partir de 2000 m. y el monte debe estar de mírame y no me toques. ¿Otra vez pal sur? Si en verano nos vamos a empadronar en la France, en invierno lo haremos más allá de las sierras exteriores a la marcha que llevamos. Nos estamos pateando Guara y aledaños como nunca. Hay un paraje, al oeste del Gállego al que no hemos ido nunca. ¿Has oído hablar de la Foz de Salinas? ¿no? Pues pallá que nos vamos, a ver que nos depara el destino. Salimos de Biescas a las ocho de la mañana lloviendo. Las previsiones esta vez han fallado. Cogemos el puerto de Oroel. Está muy nublado y sigue lloviendo...mecaguen las borrascas atlánticas, los frentes asociados y el pantano barométrico ¿será posible?. En estas estábamos, despotricando del tiempo, cuando salta un pájaro al lado del coche y, durante unos segundos, nos sigue volando, paralelo y a muy poca distancia. ¿Lo has visto? ¡¡Si era un Pito negro!! Es un bicho muy escaso en el Pirineo y, según los listos que saben de estas cosas, viven en bosques viejos de haya y abeto. Pues mira por dónde, lo vemos al lado de una carretera y en una ladera sur con alguna carrasca y algún pino raquítico. Es lo que tiene la naturaleza, que nunca hace caso a nada y los bichos, las plantas y la atmófera van a su puto rollo (como debe ser, por otra parte).
Solo con ésto, fíjate si nos conformamos con poco, ya ha merecido la pena madrugar.
Con otro ánimo llegamos a Villalangua, al lado del pantano de la Peña, donde dejamos el coche. Desde allí se ve perfectamente la Foz por donde vamos a pasar. Bajamos del pueblo, cruzamos el río Asabón por un puente y primero entre campos y luego atravesando un bonito bosque de caxico, seguimos una senda perfectamente marcada y limpia. Es una senda de estas antiguas, hecha de "calzada", como se hacían los caminos muy transitados antes, lo que da idea de la importancia del trazado. Además, aquí también, se han ido colocando carteles de esos didácticos y chiripitiflaúticos que tan de moda se han puesto últimamente. El camino cruza una zona francamente bonita. estratos verticalizados, paralelos entre sí, dejan pasar un pequeño barranco y la senda paralela a él. Un lugar muy majo que recuerda a la  Foz de Escalete, situada muy próxima y que también visitamos este invierno. Multitud de buitres y variada flora rupícola nos amenizan el camino hasta llegar al pueblo de Salinas Viejo, llamado así para distinguirlo del Salinas nuevo, situado al lado de la carretera. ¿Que porqué se llama Salinas? Pues, como sagazmente habréis adivinado, en el pueblo hubo (y aún debe estar, pero no sabemos dónde) un manantial salado del que se extrajo cloruro sódico, al menos, desde el año 1056. Aunque, a tenor de la toponimia que nos envuelve, nos dá que aquí ha habido gente mucho antes de esa fecha...Aquí tenéis un poco de historia del pueblo éste del que hoy solo se mantiene la iglesia en pie.
En su día fue un templo amplio, cubierto por bóvedas estrelladas típicas del gótico y con capillas laterales en las que se conservan escudos tallados en piedra. Se nota que la sal en la antiguedad era un negocio próspero. A los soldados romanos, parte de la paga se les daba en sal, de allí lo de "salario". Al lorito que, como siga el PP con su inteligentísima política de empleo, volveremos a cobrar parte del jornal en sal. Eso, el que tenga trabajo, el resto de la chusma será esclavo o vasallo del rey Froilán I "el cojo".
El camino bordea las ruinas del pueblo por el oeste y se encamina decididamente a un paso que vemos en la cima de la Sierra de Santo Domigo en forma de W llamado Achar de la osqueta. Acojonante la toponimia redundante. Achar es una palabra prerromana no indoeuropea para denominar a un paso estrecho entre montañas. Solo se ha conservado en la parte occidental del Pirineo. Osqueta, por su parte, es una palabra latina para referirise a una hendidura, en este caso, entre rocas. Es decir, pasamos  a la vertiente sur de la Sierra de Santo Domingo a través del paso entre rocas de la hendidura de la cresta (más o menos vendría a ser como hablar del río Flumen o de la fortaleza de Alquézar). Almorzamos al otro lado, buscando un sitio en el que no pegue el aire porque el día, lo que es arreglarse, no se arregla. Hace ratos que no llueve pero hace un frío que pela.
Toda la cara sur de la sierra es como el espinazo de un dinosaurio (de un dinosaurio grande, muy grande.) aunque los listos que saben de geología nos dirían que es el flanco subvertical norte de un anticlinal desmantelado formado por calizas duras de Keuper mientras que los procesos erosivos han vaciado el núcleo del anticlinal formado por yesos y arcillas mucho más blandos. Por la base de esa pared nos vamos a acercar al pico de Sousa de 1285 m. No hay camino pero no hay pérdida. Alguna trepada, alguna jabalineada entre buchos y llegamos al pico coronado por una caseta de vigilancia de incendios. Como en toda caseta de vigilancia que se precie, en ésta también hay un vigilante. Un tío majo. Muy amable, nos invita a pasar y nos ofrece agua o comida si queremos. Charramos un rato con él. De su trabajo, del paisaje...da gusto encontrar gente así. Aunque nos apetecería estar más rato (el tío tiene ganas de hablar...debe tener pocas ocasiones para hacerlo en ese paraje) nos vamos porque aún nos queda buen rato de andar y el día no está, para nada, seguro. Bajamos hasta el corral de la Rabosera (etimología clara y evidente "Lugar donde crían las rabosas o raposas o zorras"). Hay un refugio de chapa prefabricado muy bien cuidado y limpio. Estos son sitios a tener en cuenta para venirte una noche a comulgar con Pachamama o con Lug o con quien tú quieras. Allí parte una pista larguísima dirección oeste que, por debajo de la muralla, nos lleva a pasar por otro lugar de la cresta más bajo (llamado también el Achar) y que seguimos para meternos otra vez en la cara norte de la sierra. Vueltas y revueltas por medio de un espeso pinar de repoblación hasta situarnos otra vez encima de Salinas. Aquí existe la opción de coger una senda para bajar al pueblo en pocos minutos y volver por donde habíamo subido (el interior de la foz) o continuar pista abajo para hacer la excursión bastante más larga bordeando el flanco oeste de la sierra. Hasta aquí llevamos sobre 10 km, el tiempo aguanta, es pronto y aún no nos hemos cansado...venga seguimos por la pista. Nos volvemos a introducir en un espeso pinar y, después de muchos km, llegamos a un prado en el que hay una paridera de ovejas que en su día fue reconvertida para hacerla servir como campamento de verano. Es el campamento de los Juanes. Precioso el sitio y muy recomendable para ir a pasar una noche en buena compañía y con el maletero lleno de chuletones, vino y...lo que queráis. Comemos tranquilamente sabiendo que ya nos queda poco y emprendemos la bajada que, tras pocos km más, nos lleva nuevamente a Villalangua. En el pueblo hay una posada que tiene muy buena pinta y en la que pedimos dos cervezas. Nos las sirven en sendos vasos de barro. Así da gusto. Largo rato charrando en la terraza de la posada mientras Yeti intenta ligar con una perra que hay por ahi y ella no le hace ni puñetero caso (bueno si, le hace. Cuando se le acerca demasiado le enseña los dientes, le muerde y le gruñe...mismamente como al amo cuando salía por ahí a buscar novia en sus tiempos mozos). Pues eso...que al final se ha podido aprovechar el día, que la excursión ha estado bien para conocer un paraje nuevo y que, por ponerle un pero, quizá ha habido demasiada pista y poco sendero pero el paisaje merece la pena. El track, por si os apetece repetirla aquí   
Hala pues...

2 comentarios:

Bruno dijo...

¡ Que bonito!..haciendo bromas sobre un pobre niño herido de bala cuando hace poco compartiais excursión con su abuelo S.A.R., no tienes corazón.
Es un placer leer tu blog que es como el libro gordo de petete.

J. M. N. dijo...

Hola Bruno.
Gracias, me alegro que te guste.
Y que sepas que lo de la excursión con SAR fue un compromiso. Se lo había prometido a Leti un día que estuvimos por ahí de tragos y se nos lió la noche...no se si me entiendes. Bueno, el caso es que le prometí que me llevaría al suegro de casa pa que Felipín se reuniera con un tal Urdangarín pa no sé qué de destruir unos papeles...