martes, 16 de septiembre de 2014

POR LA CATEDRAL DEL SENDERISMO Y MÁS.

Vaya por delante que no se como coño he acabado en Benidorm. Quizá el matriarcalismo
imperante en mi casa, con dos mujeres con los ovarios bien puestos, tenga algo que ver y el hecho de que, el resto del año, hago, previo acuerdo, lo que me sale de los mismísimos. De una forma o de otra, después de los Alpes, se impone una semana de playa con la familia (la directa y la política) y allí que estamos.
Constato con creciente sorpresa y admiración que Alicante, donde no había estado, es un territorio montañoso, con profundos barrancos labrados en calizas, abundancia de ferratas, recorridos más o menos interesantes y mucho arte rupestre escondido en los recovecos de esas peñas... pues mira igual no va a estar mal la semana.
Ola de calor africano que aplatana al más pintao... chiringuito, playa, chiringuito, playa, sobrinos echando arena a los ojos, ducha, paseo en calles atestadas, playa, sobrinos echando agua con el p*t* cubito por encima, tetas, chiringuito, terracica, tetas, playa, sobrinos pidiendo a gritos un helao.... hasta que el jueves decido que, si o sí, hay que cambiar de rutina.
Me decido, entre varias opciones, por la llamada, pomposamente, "Catedral del senderismo" Vamos a ver si es para tanto.

Me levanto a las cinco de la mañana .
 Joder... ya hace calor. Cojo el coche y, previo pago de 3 lereles en el peaje y recorrer retorcidas carreteras de montaña,  me planto en un lugar llamado Fleix, uno de los pueblos que conforman la Vall de Laguart justo cuando empieza a amanecer.
Fleix es un pueblo pequeño, encalado, colgado de un barranco. No hay ni un alma por las calles. Aún así, localizo enseguida señales de PR que me llevan, tras unos metros por carretera, a la antigua fuente y al lavadero, seco como el chichi de la barriguitas. Enseguida la senda se desvía a la derecha y empieza a bajar en picado por la pared del barranco que tengo a la derecha.
Sorprendente el trazado, buscando las viras y haciendo largas zetas, sorprendente el mantenimiento de la senda, perfecto, empedrado y muy bien señalizado y sorprendentes los cientos (bueno, en realidad dicen que hay 6800) escalones que nos ayudan a bajar o subir las pendientes.
Más tarde, (tengo la mala costumbre de primero ir a los sitios y luego informarme de lo que he visto) me enteraré que esos caminos son herencia morisca cuando éstos fueron arrinconados en las zonas más escarpadas tras la conquista cristiana de ese territorio en 1244.
De una forma o de otra, llegamos al fondo del barranco Girona una enorme extensión de gravas blancas y cegadoras. Aguas arriba se desarrolla el Barranc de l'Infern, una de las joyas barranquistas de la península, que también quería hacer antes de llegar a la conclusión que allí solo y con esas temperaturas, si me pasa algo, me encontrarán como la momia de Ramses IV. Lo dejo para ocasión más propicia, más cuando, después de terminar el recorrido, veo que en una zona muy reducida hay, al menos, cinco barranco equipados.
Continuamos ahora hacia arriba y con la misma tónica. Sendero perfectamente mantenido y señalizado y cientos de escalones por superar. Afortunadamente, las numerosísimas curvas de la senda hacen que la pendiente sea muy moderada, cosa que se agradece porque son las ocho de la mañana y hace un calor que te cagas... no quiero ni pensar la que va a hacer a las doce.
Llego a las ruinas de lo que antes fue algo parecido a un minipueblo. Es el Pou de Juvea  donde la senda se convierte en pista. Paso por una zona de huertos cultivados (aquí se puede llegar con coche desde algún lado), un pozo, una fuente de la que no bebo porsiaca, (que estoy fuera de mi ecosistema y mi estómago no estará acostumbrado a virus meridionales) y enseguida llego a un pequeño pueblo, este habitado y más o menos mantenido. Es Juvees d'enmig donde abandono la pista y vuelvo a coger
la senda. Ésta baja otra vez en picado, pasando al lado de unas paredes que reflejan el calor de forma agobiante y una fuente  de la que, esta vez si, bebo y relleno la cantimplora mientras me como todos los higos que tengo al alcance de la mano en una higuera gigante al lado del camino.
Vuelvo a estar en el cauce seco del barranco. Lo que he hecho ha sido salvar, por arriba, la parte deportiva que ahora, me queda aguas abajo aunque hacia arriba veo un hermoso estrechamiento del cauce.
Vuelta a subir por una ladera pedregosa y reseca, entre fajas de antiguos cultivos hasta que llego a las ruinas de otro pueblo, Juvees d'alt. Nada que ver, ruinas y basuras por doquier y esa sensación de mal rollo que me asalta en algunos lugares y a la que siempre le hago caso poniendo tierra de por medio. Nueva bajada, esta vez al fondo del barranco de Racons (equipado también para descenderlo) y vuelta a subir a ganar la altiplanicie donde está asentado Benimaurell. Afortunadamente, en esta última subida, tengo una pared muy alta, muy cerca y situada al sur que me tapa el sol porque, las pocas veces que me pega, es casi insoportable el calor. Hasta las plantas, que deberían estar acostumbradas a esta tostada, florecen solo bajo estos acantilados. Hay cientos de espigas de Urginea marítima, bellísima planta que me recuerda a los abozos de mis queridas montañas norteñas.
Un esfuerzo más, medio litro de sudor tirado y llego a Benimaurell, pueblo vecino a Fleix, desde donde he salido hace ya un rato y al que llego por una pista asfaltada entre huertas.
Pues hombre, catedral, lo que se dice catedral.... estos no han visto Sobrepuerto o Guara u Ordesa, por poner dos o tres catedrales de las de aquí... pero vamos... que ha estado bien... quizá, en vez de catedral vamos a dejarlo en iglesia parroquial.
Y como sobra día (es lo que tiene madrugar) y estoy relativamente cerca, me decido a rematar la jornada en la llamada por las guías "Capilla sixtina del arte neolítico" ( Lo que si es cierto es que estos alicantinos no tienen agüela que los pondere).
Carretera hasta el llamado Pla de Petracos donde se abren varios abrigos, muy parecidos a los de Guara, pero con arte macroesquemático y declaradas, hace no mucho, patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Interesantes, más que nada porque las pinturas son enormes y la simbología (cuando te la explican) bastante evidente. Por ponerle un pero, que la valla está muy lejos y hay que tirar de zoom a tope para poder hacer una foto en condiciones.
La verdad es que paso mucho rato allí yendo de uno a otro y del otro al uno. Curiosamente (o no) no hay ni Dios.
Aún visité algún yacimiento cercano, bastante menos interesante, más vallado y con pinturas peor conservadas. Me quedé con ganas de más arte rupestre pero la temperatura es insufrible y la tentación de la playa, el chiringuito y el sobrino echándote agua por encima es muy grande así que lo dejamos para otra ocasión.
Hala pues...

7 comentarios:

silvia dijo...

Pues nada chiqué, la otra ocasión que sea en marzo o abril y entonces que no hará caló y habrá llovido, te acompañamos un finde y nos bajamos el barranco ese infernal y nos subimos unas ferratas de esas molonas que dices, y por supuesto, terminamos de ver el arte rupestre que se te quedó sin ver. Aunque pensándolo bien, demasiada cosa...casi que habrá que bajar un puente o un acueducto para que de tiempo a todo. Ya la estamos liando otra vez!
Venga, hasta pronto!!

Óscar Martín Estallo dijo...

La segunda foto, la de Benidorm, es estremecedora... No obstante, de cualquier sitio se puede sacar algo bueno, ya lo ves. Lo que pasa es que el calor a mi también me mata, no valgo para nada...
Independientemente de eso, a veces pienso si puede ser legal vivir tan bien... Me refiero a, en menos de un mes, colgar fotos de barrancos, la Pala Rayos, Monte Rosa, el Perdido, Alicante.... No sé, ten cuidado que tal y como está la cosa, cualquier día igual te multan por exceso de calidad de vida o algo así... ;-)

Eduardo Pardo dijo...

Pues yo estuve en Altea hace tres años, y la verdad que es una zona bien maja para hacer senderismo, eso sí, el calor insufrible, y a mi en verano no me ven más. Allí mismo en Benidorm, está el faro de Albir, una ruta muy buena, pero 100% con sol, cuando pregunte en información para hacerla en Agosto, se me quedaron flipando, jaja. Un saludo

Pirene dijo...

Una pena el calor, pero yo doy fe de que esa zona tiene su aquel. Bueno, todo el mediterráneo tiene su aquel cuando no hace calor y sólo pensando en andar plácidamente... nada de actividad macro-deportiva ni paisajes súper espectaculares (aunque a veces sí). Uf! que me enrollo.

David Naval dijo...

Hola JM,
Oye, pues aun te cundió el día. Tal y como describes lo tórrido del ambiente me da calor solo de leerlo.
Muy ameno el texto, como de costumbre.
Pues nada, espero que ya estés disfrutando de los frescores en las tierras altas. Saludos

J. M. N. dijo...

Silvia, hay que volver en primavera u otoño. Esta es una a tener en cuenta que la zona promete.

Oscar. Yo también tengo miedo... creo que algo malo tiene que pasar... no puede ser vivir tan bien, es cierto :-D

Eduardo, también fliparon cuando les pregunté por el barranco del infierno... lo primero que me dijeron es que allí se había matado no sé cuanta gente!!! Y cuando les pregunté por las pinturas rupestres (patrimonio de la humanidad, ojo) se quedaron mirándome como si fuera un marciano... no tenían ni idea en la ofi de turismo de Benidorm de lo que les estaba hablando.

Pirene, Yodos los sitios tienen posibilidades. Si hasta en Salou logré hacer monte!!!! Juas, juas... solo hay que proponérselo...

David, ya hace días que hemos vuelto a la rutina (bueno, mucho no... apenas 4 días) Para entrar con alegría me toca esta semana guardia así que me voy a olvidar del monte, por lo menos, hasta octubre.
Saludos a tod@s

Arturo Gonzalez dijo...

Eres un crack jabali.......