jueves, 29 de agosto de 2013

BARRANCO GABIETO

Supongo que a todos nos ha pasado alguna vez...hay días (la mayoría), en que no tienes a nadie para
ir al monte (si exceptúo al perro, que siempre está dispuesto) y otros, sin embargo, tienes tantas opciones que no sabes a donde acudir.
Eso es lo que pasó el domingo. Por un lado habíamos hablado con J.C. y Silvia de volver al barranco Gabieto, en Bujaruelo, ya que la semana pasada nos la tuvimos que envainar por la gran cantidad de agua que bajaba. Otra opción nos la da Pirene que sugiere paseo tranquilo al ibón y pico de Bernatuara, lugar de esos mágicos y magicos, que todo buen pirineista debe visitar al menos una vez. Pol, por su parte se marcha a la Pala de Ip con los críos-sarrio y David nos invita a realizar una travesía integral por la Sierra de Partacua, desde Retona hasta peña Parda. Vamos a ver...En Bernatuara y en la pala de Ip ya he estado. La travesía de la Partacua es algo especialmente atrayente pero los ¡¡¡2600 m de desnivel!!! y los ¡¡¡¡¡41 km!!!!! acojonan al más pintao. Desde hoy mismo, David pasa a ser uno de mis héroes, solo detrás de Maradona y de el torero Joselito...al final gana por goleada el Gabieto, que a mi esto de que se me resista un pico o un barranco me sabe un poco mal. Además, la primera idea siempre suele ser la correcta.
Así que reunión matutina en Biescas en el bar de siempre. Hoy nos acompaña también Kankel que,
pese a haberse desprecintado en esto de bajar barrancos tardíamente, se mueve en ese medio como tritón en el agua.
La ida hacia Bujaruelo la hacemos mirando todos los barrancos para constatar que bajan todos bastante mansos. Justo antes de llegar al parking podemos ver prácticamente todo el desarrollo del barranco en cuestión. En eso estamos cuando salta un guasap en nuestros teléfonos 4g ultramodernos y chipiriflaúticos. Se trata de Pirene, que está llegando al parking y que nos espera allí mismo. Pues allí nos juntamos. Besos, presentaciones y poco más porque hace un frío que pela y, o empezamos a andar y cada uno a lo nuestro, o nos metemos en el mesón, almorzamos un par de huevos con longaniza y ya si eso esperamos a que se haga la hora de comer y por ahí...
Varias furgonetas de barranquistas, alguna de espeleólogos, mucho senderista es lo que hay en el parking. Nos cambiamos en 0, nos quedamos en bañador y con los dientes casi castañeteando, cruzamos el puente para coger inmediatamente un sendero llano que discurre paralelo al río Ara. Oye tú, ni uno solo de los grupos de barranquistas viene para aquí...qué raro ¿no?.
Cuando llevamos apenas diez minutos andando, sale una senda a nuestra izquierda, marcada con una flecha roja pintada en un abeto. Se acabó lo bueno. Nos han dicho que es una senda empinadísima como picha de novio y jabalinera y vestida como axila de gipi. Pues lo primero si, lo segundo no. No es una senda, desde luego, como la que sube a la Cola de Caballo pero se ve claramente el trazado. Está pisada, hitada y han cortado abundantes ramas de forma que, con
un mínimo de intuición, se sigue bastante bien. Eso si, empinada lo es un rato. El frío de hace unos minutos se convierte en calor, calor que se convierte en sofoco y sofoco que se convierte en bochorno que nos hace sudar (a mi, por lo menos) abundantemente.
Otra cosa es saber donde podemos, o donde debemos, meternos en el barranco que llevamos todo el rato a nuestra derecha. Ya muy altos, tras una hora de ascenso y ante la atenta mirada de los picos Fenés y Otal a los que tenemos casi en frente, vemos un lugar más o menos propicio para bajar al cauce...y mira tú por dónde, que es por donde hay que entrar. Nos dejamos el rápel de inicio, de 52 m, pero en seco y de salida guarra así que no nos perdemos nada.
Parada al sol, un bocao y un trago vino y nos calzamos el neopreto para llegar en unos minutos al cauce en el que baja un hilo de agua.
Lo primero que vemos y que sufrimos es que resbala un huevo y la yema del otro. Los rápeles son largos, con destrepes delicados e instalaciones manifiestamente mejorables. Llevamos ya un rato cuando un afluente, el Grau de Gabieto, aporta abundante agua por nuestra izquierda lo que hace mejorar la estética y la deportividad del barranquillo en cuestión. Además, justo en la confluencia de los dos cauces, hay una hermosa colonia de Swertia perennis, florecilla rara  que siempre alegra encontrar. (si te interesa la botánica, claro. Si lo que te interesa es el fúmbol, o la historia del arte, pues supongo que ni te alegrará ni te entristecerá...simplemente no te dirá nada el hierbajo ese).
Bueno, pues a partir de este punto, si antes resbalaba ahora parece que esté todo untao con jabón. Voy que parece que piso huevos y en permanente tensión. No se si lo he contado alguna vez, pero el calzado que llevo para barranquiar no son unas five ten canyoneer xtrem ni nada parecido.  Soy bastante más cutre y perrillero y uso las botas que se me joden tras dos o tres temporadas de andar por el monte con la suela lisa como el culito de un bebé y descosidas en todas sus costuras.
Aunque el cauce no llega a estrecharse, hay algunas zonas más cerradas, algunos pasos de agua canalizada y alguna cascada en abanico francamente bonita...pero vamos, no como para echar cohetes, ni mucho menos...sin ir más lejos, el desconocido barranco de San Clemente, que bajamos la semana pasada, es bastante más bonito. Claro que esto de la belleza ya se sabe que es muy subjetivo, que yo, aunque soy y me considero extremadamente atractivo, hay chicas a las que, inexplicablemente, no les gusto. Supongo que será porque les parezco un adonis inalcanzable, por mi casi metronoventa, mi melena leonina, mi torso bien formado, mi trasero duro apolíneo y respingón y mis abdominales definidos...bueno, estoooo, ejem, ejem...que me vuelvo a dispersar.
Bueno pues que tras varias cascadas largas y resbaladizas pero sin dificultad y agradeciendo a J.C y Silvia el cursillo acelerado que nos han dado de manejo de cuerdas y nudos (hay que joderse, llevo más de 20 años bajando barrancos y he evolucionado menos que el Homo heidelbergensis. Yo me quedé en poner las cuerdas en doble y eso ahora, por lo visto, está más que superado...) Decía que tras varias cascadas resbaladizas aparece una senda a nuestra derecha que marca el fin del barranco y la proximidad del río Ara del que es tributario. Pues qué queréis que os diga...que ni fu ni fa. Que pa no repetir. Que bueno, que vale, que me alegro pero que no merece la pechada de subir para lo que te aporta luego y que hay rincones francamente bonitos pero que no volveré, casi seguro...

Con esta sensación volvemos a Bujaruelo donde encontramos a varios barranquistas recién salidos del barranco estrella del valle, el Lapazosa (ese si que merece la pena repetirlo, de hecho, yo lo habré bajado una docena de veces). Entre ellos está Alex, al que no conocía y autor de uno de los mejores blogs de montaña que conozco: A0 a vista, El blog es muy bueno, no sólo por las actividades que se curra, fuera totalmente de mis menguadas posibilidades, si no por los extraordinarios y trabajados artículos sobre toponimia, historia o reseñas de escalada.
Bueno pues charramos unos minutos (ahora ya le pondré cara cuando lo lea) y nos cambiamos para bajar al camping de abajo donde damos buena cuenta de la comida (son las cuatro y pico de la tarde) mientras nos apretamos una cerveza talla XL. Justo cuando estamos terminando, nos llama Pirene que, tras cumplir holgadamente con lo que se había propuesto, baja a nuestro encuentro para tomar el trago de la victoria. Así que allí estamos, entre magnífica compañía y mejor conversación hasta que decidimos que ya es hora, que cada uno tenemos nuestra vida y nuestra familia que nos esperan (o no) en casa y que ya está bien, que vivimos más en el monte que los jabalises y que mañana es lunes y hay que currar.
En la conversación, por supuesto, han salido proyectos a corto, medio y largo plazo que, no os quepa duda, llevaremos a cabo...otra cosa no, pero cabeza dura....
Hala pues...

2 comentarios:

Pirene dijo...

Pos ya es verdad que las fotos dan sensación de que sea una maravilla de Barranco, pero bueno tal como lo pones... ¡este tampoco será el de mi desacartonamiento neoprenil!

A ver si coincidimos otro día de estos... a lo mejor a fin de mes ¿no? jejeje ;-P

silvia dijo...

Pues el barranco bien feo, pero yo no me hubiera ido pa casa...
Un día bien majo!