jueves, 5 de noviembre de 2009

ERMITA DE SAN BENITO, EN ERATA

El rey Sancho Garcés estaba muy preocupado. Los monasterios que había en su reino no estaban sometidos a ninguna regla y, en algunos, la vida de sus religiosos distaba mucho de ser un ejemplo de virtud y castidad. Aconsejado por el abad Oliba de Vic, emprende una profunda reforma monástica que habría de traer a los monjes benedictinos a estas tierras. Corría el año 1028. Fruto de esa reforma fue también la intención de erradicar, de una vez por todas, las bolsas de paganismo que subsistían en estas montañas. No debió ser fácil, ni demasiado efectivo a la vista de numerosas prácticas que han llegado hasta nosotros hasta bien entrado el siglo XX. Los cultos telúricos y solares debían estar fuertemente arraigados en la mentalidad de los hombres pirenaicos. Encomienda esta labor a los monjes benedictinos y, aunque no sabemos la forma exacta de actuación, parece claro que optaron, como siempre ha hecho la iglesia católica, por la abolición de los antiguos cultos mediante procesos sincréticos que afectarían a varias generaciones.

En las montañas de los actuales Alto Gállego y Jacetania existen cinco encomiendas benedictinas o ermitas dedicadas a San Benito, a saber; 1.-San Salvador de Leyre (monasterio benedictino), 2.-San Juan de la Peña (monasterio benedictino), 3.-Santa María de Ballarán (antiguo monasterio benedictino, hoy ermita en ruinas en término de Yebra) 4.-San Benito de Orante (ermita reconstruida al lado del pueblo) y 5.-San Benito de Erata a 2000 m. de altitud y a cinco minutos a pie de la cima del monte Erata, de la que nos ocupamos. Si un observador sitúa los cinco templos sobre un mapa, verá que forman una X en cuyo centro está la ermita de Orante. Si ese observador se sitúa, el día del solsticio de invierno en dicha ermita, verá que el sol sale por donde está situada la ermita de Ballarán y se pone por San Juan de la Peña. Si nos situamos en Orante el día del solsticio de verano, veremos como el sol sale por San Benito de Erata y se pone por San Salvador de Leyre. Parece claro que, el lugar donde está la ermita de Orante, fue un observatorio solar y todos los puntos de esa X, fueron lugares de culto pagano anteriores al cristianismo. Los monjes benedictinos, únicamente, cristianizaron lugares que ya eran sagrados desde muchos siglos antes.

San Benito de Erata, situada en la misma divisoria de aguas y a 2000 m. de altitud, debe ser una de las ermitas más altas de Aragón y, probablemente, de la península. Eran unas ruinas informes hasta hace un par de años. Desde la asociación Erata de Biescas, sabiendo que esas humildes piedras eran mucho más de lo que aparentaban, se inició una campaña de restauración que, durante cuatro fines de semana y con la colaboración de numerosas personas, volvió a reconstruir el edificio. No tiene ningún valor arquitectónico (de hecho, no podemos asegurar que la ermita original fuera así) pero el valor antropológico e histórico es incuestionable. En la actualidad, el pequeño edificio sirve también como refugio para las personas que suben a Erata. Prueba de ello son los numerosos testimonios escritos que la gente deja en un cuaderno que hay dentro. Todos los años se coloca, también, un discreto belén montañero (sin luces estrafalarias que se ven desde muchas millas a la redonda, como ocurre en otras montañas cercanas) y, desde luego, el paisaje es de una belleza extraordinaria. El hombre, la naturaleza y la historia dándose la mano, como en tantos otros sitios de estas montañas. Un lugar para visitar.
Hala pues...

2 comentarios:

angelpito injurioso dijo...

Mu bien, hombre,la iglesia,siempre tocando las narices,y luego hay que ver como se ponen cuando se las tocan a ellos,bandidos.

elales dijo...

Qué interesante!! (como todo lo que pones aquí, por cierto).
Tenía entendido que la "función" de la ermita de san Benito era proteger a Otal de las tormentas, pero tiene más sentido lo que tú comentas.
Preciosa imagen de la ermita en invierno desde Erata con todo nevado y Guara al fondo.
Salud!