miércoles, 14 de enero de 2015

PALA DE MONTINIER. (2593 m.) EL MISTERIO DE LAS PIEDRAS TIESAS

 
Primera salida "de verdad" desde que comenzó el presente año. Previamente, para testar mis
articulaciones y digerir los langostinos, había hecho una circular bien maja Biescas-Escuer-Yosa y un intento a la Forqueta d'os palomos abortada por la abundancia de hielo y la ausencia de acompañante. (Si exceptuamos el perro, pero no sabe llamar al 112 llegado el caso).

En una vuelta por esto de los blogs de montaña (afortunadamente, además de megamákinas chachiguays, aún hay gente que se fija en otras cosas además de desniveles, grados, tiempos y dificultad)  encontré una entrada que despertó mi curiosidad y me puso sobre la pista de un fenómeno interesante, a la par que curioso y enigmático, que me resulta útil para un trabajo que estoy haciendo.
(Aprovecho esta ventana al mundo mundial que es internete para que si alguien en su pueblo o alrededores conoce una
piedra/cantal/roca/zaborro/cueva/espluga/agujero/forato o demás elemento lítico con historia/leyenda/nombre o curiosidad me lo haga llegar para completar un trabajo titulado "`piedras sagradas" en el que estoy embarcado y que se traducirá, si el tiempo y Rajoy no lo impiden, en un libro con el mismo título que cubrirá toda el área pirenaica. Las aportaciones de Marruecos, Burundi, Kazajistán, Islas Kiribati, Kapingamarangi, o La Puebla de Alfindén también serán bien recibidas y convenientemente tratadas y procesadas  aunque no se verán reflejadas en éste trabajo.... quizá en el siguiente.)

Al lío. Sábado 10 de enero. Anticiclón perpetuo. Nos juntamos, previa quedada en Ainsa, Juan Carlos, Pol y yo. De allí, después de un café, marchamos hacia Tella. Poco antes de llegar al pueblo, a la izquierda, sale pista que en un km nos deja en una barrera. Allí aparcamos e iniciamos la marcha.
Perfectamente señalizado como GR, la senda primeramente bordea un escarpe y gira hacia sol naciente en medio de un bosque de carrascas, caxicos y otras especies termófilas hasta que enlaza con la pista.
A partir de allí, la senda, muy bien marcada, va a ir cortando la pista en varias ocasiones, rebasa una pared por el único punto por el que se puede y llega a la zona superior, justo en el límite del arbolado.
A allí, enhiesto, rasgando el cielo, entre la luna y una gabardera, aparece una de las piedras que venía buscando.. Y poco más allá otra... y otra más.... Hasta seis piedras erectas, en las que se ve la mano del hombre para erigirlas. ¿Cuando? Pues ni idea... parece evidente que no son menhires tal y como los entendemos pero, el levantar esos zaborros y ponerlos tiesos como picha de novio a orillas de lo que ahora es un Gr pero antes fue un camino ganadero muy usado, supuso un esfuerzo importante que no
parece que sea debido a un capricho... o si, vete tu a saber... también puede ser que el palista que hizo la pista se levantara un día juguetón y las erigiera para que luego, eruditos y pseudoeruditos se hagan y  nos hagamos pajas mentales mientras se descojona de nuestros razonamientos.
Lo que es innegable es que nos brindan la oportunidad de divagar y, sobre todo, nos permiten fotos impecables en un paisaje soberbio.
Pues eso, que perdemos un rato en medirlos, en localizarlos sobre el mapa, que prometo investigar sobre ellos y que los voy a incluir en el trabajo pues, pese a que no tenemos clara la data, lo que si que tenemos claro es que es una especie de "culto litolátrico" en un paisaje soberbio y que merece la pena consignarlo.
Pues nada, que allí seguimos avanzando entre campas de hierba rala hasta que, de repente, encontramos un murallón calizo que constituye la pirámide cimera del pikachu en cuestión. Y aquí se acaba la tontería. Ahora hay que subir, primero por una pedrera inestable y guarra sin traza alguna de sendero para, después, continuar por otra tapia donde la grava y la piedra suelta camuflan lajas de caliza donde poner un pie y deslizarse es todo uno. Descubro, con creciente preocupación y asombro, que los langostinos, el turrón de yema tostada y los alfajores de estepa, que yo creía procesados, digeridos y metabolizados, siguen enquistados en  mis glándulas suprarrenales de forma y manera que me empiezan a dar tirones en sitios donde ni sabía que había músculos y los cuatro quilos que me he echao a la chepa en cenas, comidas y lifaras varias (pese a que el que esto escribe se declara abiertamente antinavideño) me arrastran al abismo de los torpes y los cansaos.
He de reconocerlo, en varias ocasiones he estado tentado de arrojar la toalla (bueno, en realidad a
mandarloatomarpolculo) pero mis compañeros me han animado a continuar. Sus ánimos y que se iban a descojonar durante una temporada de mis kilos de más y mis pájaras, hacen que, más mal que bien, me encarame a una antecima y, ya mucho más animado, recorra la larguísima arista que me separa de la cima propiamente dicha situada a 2593 m. de vellón. Donde debería haber varios metros de nieve y peligrosas cornisas despeñaalpinistas solo hay un poquito de nieve testimonial (para recordarnos que estamos en enero), ni gota de viento y un calor que nos permite estar allí en manga corta... lo del cambio climático, decididamente, es una realidad aunque algunos se empeñen en seguir ampliando estaciones de esquí a costa de destrozar valles vírgenes. Al menos, los cañones de nieve que habremos pagado entre todos servirán en una década, si acaso, para regar champiñoneras.
Buen rato nos hemos pegado en la punta, buenos tragos de vino nos hemos echado y al final, para abajo. Si la subida ha sido dura, la bajada por esa tapia forrada de grava suelta es una tortura lítica y caliza. Aún así, tras muchos tropezones, resbalones y mentadas al Sumo Hacedor llegamos a la hierba con salud y bien (A.D.G).
Ahora solo nos queda buscar un sitio para comer a la sombra de una de las piedras erectas, disfrutar de una tarde de finales de primavera en pleno invierno y de buscar un bar donde nos sirvan una galimba grande o muy grande mientras hacemos proyectos para este año y vemos como el sol convierte en cobre bruñido, por unos minutos, las tapias de la peña Montañesa.
Hala pues.... aquí tenéis el track.

7 comentarios:

Chabier Lozano dijo...

Esto se avisa, hombre... Sé que un topónimo de la zona que atraviesa la pista es Piedra Ficata (no te hace falta la traducción). De las demás no te sé dar razón, pero antes de atreverme a dar teorías, preguntaría a los de la zona si el palista tuvo algo que ver. ¿Conoces la Silla de Sant Veturián, camino de A Espeñunga?

J. M. N. dijo...

Aja!!!!! Piedra Ficata.... eso les da más antigüedad de la que me imaginaba....esto se pone interesante!!!!....
Si, tengo que volver a Tella. Quisiera encontrar la cueva de Silbán y fotografiar la Piedra de San Juan y la de los novios en la ermita de Juanipablo.
respecto a la silla de San Beturián la tengo localizada y fotografiada pero tengo que volver a geolocalizarla...
Gracias por la aportación.... a ver si puedo localizar a alguien de Tella.

Arturo Gonzalez dijo...

Ve a Lamiana y pregunta por Feliciano. Es bar restaurante y Milagros te dará de comer de cojon. Dile que vas de parte de Arturo el de Mtcaja de Ainsa, le das recuerdos y le preguntas que ye ixo delpuerto de Tella. Feliciano es de Lamiana, ganadero de ovino y trabaja en el parque y sabe mucho del terreno.

Pirene dijo...

Ole que bien!! Si es que no sabemos parar. Yo también tuve pájara, pero el domingo y también subí al final a pesar de todo.

Nos vemos pronto!

Salud!

J. M. N. dijo...

Por supuesto que lo haré Arturo. Muchísimas gracias por la sugerencia. A ver si nos vemos pronto.

Pirene, jamía... que los cuerpos no están siempre igual... que hay días que te comes el mundo y otros el monte se te come a ti... pero bueno, lo importante es ir saliendo y juntándonos.
Hala, hasta dentro de nada...

Enrique Salamero dijo...

Hola.
Aunque con un poco de retraso te mando lo que me comunicó un buen conocedor de la zona y sus nombres de lugar. Esto fue lo que me dijo:

"Estas fitas u piedraficatas las fico el maquinista cuando hicieron la pista del Puerto, sin dengun criterio o intención.
Lo que si que bi ha ye una partida al cabo Buxarbala que le dizen Piedraficata, pero no he trobau rastro ni informazión de la tal piedra"

Un saludo.
Enrique Salamero

J. M. N. dijo...

Muchas gracias Enrique.
Algo así me imaginaba yo... no podía ser que aquello pasara tan inadvertido y que no haya nada publicado.
tengo yo un informante que tengo que ir a visitarlo cualquier día de estos. Si encuentro más información te la paso.
Gracias y saludos.