Sin embargo, a las nueve de la noche me llama Kankel y me dice que me acompaña. ¡Pues cojonudo tú! Aunque no me importa ir solo al monte y mantener largas conversaciones con el Yeti, la verdad es que siempre se agradece la compañía... y más si es un tío como Kankel.
Ocho y media de la mañana en Biescas. Salgo a la calle y hace una temperatura que no la ha hecho ni en agosto. (De hecho, para las fiestas había que ir con abrigo y ahora se puede estar perfectamente en manga corta.... este tiempo está pirao)
Carretera a la Bal y aparcamos en Formigal que a estas horas es como Chernóbil.... ni un alma, ni un coche, ni un gato por la calle.
Cogemos una senda a la derecha que, enseguida, nos lleva a la zona conocida como La Pecariza. Corrales, casetas de falsa bóveda, portillos... todo este entorno nos habla de otros usos de las montañas, mucho más respetuosos que los que ahora se practican a muy pocos metros en línea recta y en la otra ladera. Afortunadamente (o no) la naturaleza y el clima pondrán a cada uno (a las vacas y al director de Arramón, quizir) en su sitio tarde o temprano.
Continuamos por una senda más marcada. Incluso vemos algún brochazo azul en alguna piedra. El camino sube a coger altura y después llanea haciendo una travesía que nos deleita con vistas cambiantes del todo el valle hasta llegar al collado entre Foratata y el emboscado pico Baladrás.
Paramos a echar un bocado con una temperatura y un día que lo que apetece, de verdad, es echarse una siesta en esta hierba tan mullida y con este sol tan tibio.
De una forma o de otra, nos encaramos hacia el pico de la Laña que se yergue enhiesto, pinchudo y orgulloso en lontananza.
Una vez llegados a su base, lo bordeamos e iniciamos una subida por canchal hasta el collado entre éste y las paredes de Foratata.
Y llegados a este punto, cambiamos de orientación, de mundo y de estación. Así es, queridos y queridas amiguitos y amiguitas. Si hasta ahora habíamos andado por prados, hierbas y pedregales, ahora, nada más cruzar el collado, nos encontramos con un mundo frío, yerto y nevado que parece sacado de otras latitudes o, al menos, de otras fechas.
Incómoda. Así es la travesía por estos pagos. Habíamos pensado subir a la Foratata occidental pero, visto lo visto, lo dejamos para mejor (y más seca) ocasión.
Con algún exabrupto y mentando (para mal) al Sumo Hacedor, ganamos el collado entre Foratata y el pico Barzapuchera e iniciamos un flanqueo penoso por la cabecera del recién nacido barranco del Ministirio que nos deja, a la postre, en otro collado, el que separa la arista occidental de Foratata con el pico del Forato.
Estando pues en el collado del forato, vuelve a cambiar el ambiente, vuelve a desaparecer la nieve y vuelven las altas temperaturas. Tenemos apenas media hora hasta el coche pero no apetece nada irse a casa. Así que, haciendo el remolón, comemos en unos bloques mientras hacemos la fotosíntesis y nos empapamos de vitamina D, que en el tiempo en el que estamos y hacia donde nos encaminamos, cada vez va a ser más cara y menos abundante.
Pues ya está. Galimba en Formigal y pa casa que aún hay cosas que hacer hoy sábado.... sabadete....
Aquí tenéis el track.
Hala pues...