martes, 5 de marzo de 2013

LIMPIANDO CAMINOS POR GUARA

Creo que nadie, de los que habitualmente andamos por el monte, nos lo planteamos. Usamos sendas, caminos y veredas que siempre han estado allí y por donde han transitado cienes y cienes de personas. Eso es una verdad a medias. Mientras que hay sendas que, efectivamente, siempre han debido estar allí (la de la Sarra a Respomuso se me ocurre) hay kilómetros y kilómetros de caminos que alguien ha tenido que buscar, desbrozar, publicar y dar a conocer para que nosotros podamos recorrerlos una vez recuperados y puestos en servicio. 
Los caminos se mantuvieron limpios cuando había gente en los pueblos para rehacer paredes, colocar piedras que se caían y ganado para mantener a raya la vegetación. Desaparecidos ambos, durante años (mientras hubo pasta y no había puta pobre) han sido las administraciones (comarcas y ayuntamientos fundamentalmente) los que encargaban a empresas la limpieza de redes de senderos para eso tan manido de "poner en valor el territorio". Se cerró el grifo y ahora son contados grupos de amigos, asociaciones y algún club deportivo los que se dedican al asunto. Porque no solo se trata de recuperar, también hay que mantener y allí es donde está el problema ahora. Lo que durante años se desbrozó ahora requiere un mantenimiento continuo que no llegará. La red de senderos de Sobrepuerto (por poner un ejemplo que conozco bien) se desbrozó y señalizó entre 2005 y 2007. Seis años después habría que actuar nuevamente sobre ellos si no queremos que ese dinero que se invirtió allí se pierda engullido por las gabarderas.
Todo esto viene a cuento porque, el sábado sabadete estuvimos con una cuadrilla de nuevos amigos desbrozando un camino completamente perdido entre San Úrbez de Nocito y la pardina La Torre. La actuación se enmarca dentro de otra mucho más  ambiciosa en la que voy a tener el privilegio de participar esta primavera y de la que se os informará en tiempo y forma.
Así pues, salgo de casa a las siete de la mañana porque habíamos quedado a las ocho y media en el monasterio y tengo una tirada desde Biescas.
Casualmente, justo cuando corono Bail, está saliendo el sol. Atmósfera clara, sol de invierno y un dolmen cerca...esto no se puede desperdiciar. Orgía fotográfica con el sol, el dolmen de Ibirque y el Tozal de Guara como protagonistas. (No exagero hice, exactamente, 62 fotos en escasos 20 min). Solo con esto ya ha merecido la pena el día y el madrugón.
Llego al monasterio de San Úrbez. Todavía no ha llegado nadie así que me dedico a dar vueltas por fuera mientras hago alguna foto y estudio el edificio. Se trata de un monasterio del en el que se pueden ver partes nada menos que del siglo X con reformas profundas en el XVI y XVII. En cualquier caso, se trata de un edificio con muchísima historia en sus piedras y clave para entender, tanto la evolución del arte románico en el Piri, como la historia eclesiástica del norte de Huesca. De allí partieron, por ejemplo, monjes que fundaron monasterios con la misma advocación en Javierre del Obispo o en Basarán a la vez que divulgaban el culto a un santo que su hagiografía hace nacer en Burdeos y morir en Nocito después de haber pasado y obrado numerosos milagros desde Añisclo y Sercué hasta la Guarguera o San Martín de la Bal d'Onsera. No solo eso, el cuerpo que se veneraba en el monasterio se mantuvo incorrupto desde el año 802 hasta 1936 en que fue quemado por milicianos.
Sean o no ciertas las leyendas, San Úrbez vino a cristianizar, como tantos otros, rituales paganos que tenían que ver, en este caso, con cuevas, barrancos y ganados. Aún hoy, san Úrbez, santo montaráz y asilvestrado, es el patrono de los montañeros y montañeses.
Con todo esto rulándome por la cabeza, llegan Óscar, Arturo, Fernando e Ignacio en un coche y en otro Isabel y Antonio. En total siete personas armadas con tijeras podaderas, motosierras, esgarrabarzas...hay más herramienta que manos. Presentaciones, saludos y, para empezar bien la mañana, almuerzo a base de longaniza, pan y vino.
Decidimos ir directos a la pardina, ver los tramos de camino a limpiar durante la subida, y luego volver desbrozando.
La senda al principio está limpia y señalizada. Va directa al norte y empieza a subir hacia la conocida como Peña del Santo. Antes de llegar allí se desvía y se cierra completamente de vegetación. Subimos hasta la conocida como "Peña Bizcarra", desde la que hay una magnífica vista del valle de Nocito y del Tozal de Guara, y seguimos por terreno a ratos pedregoso y a ratos absolutamente emboscao. Geológicamente son estratos de arenisca de sedimentación continental en los que se puede ver multitud de piedretas rodadas (las partes pedregosas) alternados con estratos de arcilla mucho más blandos y, por tanto, cubiertos de vegetación (las partes boscosas).
Llegamos a la pardina en apenas hora y media. Poco queda de un lugar en el que vivir sería un suplicio para aquellas pobres gentes. Sin apenas agua, con suelos paupérrimos...aquello debía ser el culo el mundo. Los edificos están en ruina total, apenas algunas paredes resisten de pie al lado de tres grandísimos troncos de olmo muertos por la grafiosis. Únicamente es reconocible la diminuta iglesia (fecha de la portada 1822) y el cementerio adosado al este.
Vamos a echar un bocao que luego toca trabajar. El bocao se prolonga más de lo que debiéramos. Pero, coño, me ponen delante del hocico torteta, jamón, bispo, longaniza de jabalí y de cochín, tortillas de dos razas, vino abundante y queso de león (lo jodido fue ordeñar el león pa hacer el queso...juas, juas, juas...)Y de postre pastiello de nueces ¡como te vas a negar!
Bueno el caso es que, pa que no se diga, desde las once de la mañana hasta las seis de la tarde (con otra parada a las tres de la tarde pa comer) nos entregamos a otra orgía esta vez de tala, corta y poda de buxos, chinebros, arizones, artos y demás plantas pinchudas amén de algún pino que había osado hollar con sus raíces ese camino centenario. Unos cortan y arrancan y otros hacen hitos, fitas o cairns, labor esta en la que nos vamos relevando pues son bastante más cómodas y menos cansadas, en este caso, las labores de construcción que las de destrucción.
Satisfechos y contentos por la labor realizada, llegamos a las siete de la tarde, con el sol ya cayendo, al monasterio donde nos despedimos ante la atenta mirada del tozal. No va a ser éste el único día que vamos a coincidir en estas labores.
Bueno, aquí está el resultado. Ya podéis estrenar una senda nueva. 
Todavía me da tiempo, subiendo a toda hostia,eso sí, a ver anochecer desde el dolmen de Ibirque. Aunque hago fotos, otra vez, hasta fundir la tarjeta de memoria, no salen tan majas como esta mañana porque hay nubes altas y las luces son bastante más difusas que esta mañana.
Hala pues...

4 comentarios:

Karlos dijo...

Caminante no hay camino, se hace camino al andar, pero a veces hace falta unas tijeras de podar.
Buen trabajo.

J. M. N. dijo...

Sin haberlo preparado, me ha salido un pareado...jijijiji.
No me acordé de devolverte el libro. Ya le he echado un vistazo intenso. Cuando nos veamos otra vez recuérdamelo porfa...
Gracias Karlos.

Pirene dijo...

¡gracias mil!, se la tengo que enseñar a mi cuñado y al colega que limpió la raya d'as tiñas (famosa ya en el mundo entero). Cuando eramos jovenachos (bueno, en mi caso casi una cría) nos dábamos unos voltios los tres que no veas, siempre nos cachondeabamos con la frase "domingo aventura, embarcada segura". En los primeros años '90 no habían "senderos naturales" ni ná de ná, así que ahí nos lanzábamos nosotros a la aventureta por sitios que ahora parecen autopistas.

Lo cierto es que se agradece mucho esas labores de conservación de senderos. Pero ojo, "conservación" porque últimamente no dejo de flipar con las gamberradas que se han hecho por ahí duplicando y triplicando señalización lo cual destroza bastante el paisaje. Pero bueno, de esto ya charraremos ya.

Ale pues mozé!

J. M. N. dijo...

Cierto Pirene. El ejemplo de lo que NO se debe hacer lo tienes en la puerta de casa. Flipaba yo en el aparcamiento de la chopera de Vadiello cuando un cartel te advertía de que tuvieras cuidado con el caudal del barranco ¡Y era el de Isarre! y metros más allá otro cartel te indicaba que había que tener cuidado ¡Con la carretera de Vadiello! en la que deben pasar diez coches al día ¡si llega! (dos cartelitos en la zona de Isarre a 40 leuros unidad, montaje aparte, son.... 236'67€+IVA) Ahora, lo mejor de todo, fueron los aparcabicis al lado de la ermita de Sta. María de Belsué o en la de San Esteban de Ayera y las escaleras de troncos en una rampa en la cola del pantano. No he visto todavía lo que hicieron en el Peiro donde han debido colocar hasta barandillas pero me pasaré esta primavera que me han dicho que la flora de la zona es interesante (a no ser que se la hayan cargao, que no creo... Si no fuera porque esa actuación se hizo con dinero tuyo y mio me descojonaría...
¡Ah! y que, aunque parezca mentira, todavía hay zonas pa jabalinear... el problema es que a mi cada día me cuesta más doblar el lomo pa pasar debajo de los buxos...
Bueno, salú y primavera mesacha...