También llamado, barranco Pinzas. Otra vez hemos vuelto a Guara a barranquiar. Una vez que el mirlo culidorado (Turdus culiaureus) y el buitre carroñero (Gyps politicobanqueriensis) han hecho sus cosas de follar y demás, se han reproducido y han sacado adelante a sus retoños (Hace falta valor para reproducirte en este mundo que se nos viene encima) se levantan las prohibiciones que pesan sobre este espacio a la hora de barranquiar. En la zona de Vadiello, labrados a favor de las fracturas que presentan los paquetes de conglomerados oligocenos, se han formado increíbles barrancos, estrechos como el pichín de la Nancy y de una belleza única. El problema es que, para bajarlos, hay que buscar una fecha que no les jodamos el rollo romántico-sexual a nuestros amiguitos plumíferos, que respetemos las fechas y normativa, que haya llovido lo suficiente como para que no haya pozas estancadas, que no haga demasiado frío y que haya horas suficientes de luz porque son recorridos largos y bastante complejos. Todos estos factores se aliaron ayer y nos decidimos por el que dicen que es el mejor barranco de toda la cuenca del Guatizalema (del árabe Wadi "río" y de Salama, linaje de nobles oscenses por cuyas tierras discurría el río). El barranco de Escomentué (Ni idea de dónde procede dicho topónimo. Únicamente deciros que el sufijo -ué- da idea de pertenencia).
Cruzamos el pelado lomo de Ligüerre, evitando entrar en el cauce del barranco de Lazas y enseguida llegamos a la cabecera del nuestro.Echamos un bocado, nos cambiamos y vamos al lío.
Después de pasar estos dias algo parecido al ciclón tropical Jessika por el Alto Aragón, el barranco lleva abundante agua que no sabemos de donde la saca pues apenas tiene cuenca de recepción.
Enseguida se cierra enre altas paredes, con resaltes y estrechos típicos de conglomerado. Para ser que no debe ser un barranco frecuentado, las instalaciones están muy bien. Algunas tienen pinta de ser nuevas y hay bastantes más de las que marcan las reseñas con lo que nos evitamos rápeles muy largos y problemas de recuperación de la cuerda. Por contra, hacemos bastantes más, lo que implica que los tiempos pueden alargarse notablemente.
La verdad que, salvo lo que pesan las cuerdas por el roce del agua, y algún nudo cabrón que se hace en el sitio más inoportuno, no tenemos demasiados problemas y vamos bajando por un paraje único y espectacular.
Al acabar el último rápel de las rampas, paramos a descansar los brazos y a echarnos un par de tragazos de vino, -Bonum vinum laetificat cor hominis- , mientras contemplamos el desarrollo de todo lo que acabamos de bajar.
Ahora, pese a que el barranco continúa, ya nos podemos relajar. Los rápeles son bastante más cortos, el sol nos pega de lleno llenándolo todo de luz y calor y el paisaje sigue siendo igual de impresionante.
En cuatro horas justas llegamos a la confluencia con el barranco de Isarre. Se acabó el grandioso Escomentué. Ahora hay que bajar por otro barranco, que se estrecha en algunas ocasiones y que tiene badina en las que incluso tenemos que nadar. Dejamos el barranco de Lazas a nuestra derecha, hacemos un corto rápel en un sitio muy majo donde hay una cueva formada completamente en tosca, y al poco llegamos al coche. Han transcurrido más de seis intensas horas desde que hemos salido esta mañana
Comemos, aprovechando los últimos rayos de sol mientras vemos a numerosos escaladores evolucionando en las parede de encima nuestro, nos damos un corto paseo para desentumecer mientras Pol coge arañones para hacer pacharán y flipamos con la inflación de cartelitos des e informativos que hay allí. Desde uno que te describe los bichos que pululan por allí, hasta otro que te señala la ubicación y forma de subir por la Canal del Palomo pasando por el que te advierte del peligrosísimo paso del barranco de Isarre (hoy, que baja crecido, se puede cruzar de un salto), otro que te indica (viéndose desde allí) la proximidad de la carretera por la que debe haber una media de tráfico de 0,3 vehículos/h. Hay que ver en qué gilipolleces se gastaron los dineros las administraciones cuando los había...
Bueno, para terminar el día, cómo no, nos falta una buena cerveza. Vamos a por ella.
Hala pues...