lunes, 29 de abril de 2013

TRAVESÍA DE SAN ÚRBEZ 1. AÑISCLO-BUERBA

Pues resulta que uno, de vez en cuanto y pese a su secular misantropía, conoce gente extraordinaria.
Ayuda esto del internete que te comunica y te pone en contacto con gentes con tus misma aficiones, gustos y visión de la vida  que, de otra manera, sería muy difícil, si no imposible, llegar a contactar con ellos. Aunque no se porqué os cuento esto porque no es este caso que nos ocupa. Conocí a Arturo González y a Óscar Ballarín porque ambos dos son hombres instruidos, autores de varios libros, pero sobre todo son montañeros y montañeses, con una visión de la vida y de la extinta cultura pirenaica tan próximas a la mía que, tarde o temprano, el destino nos tenía que juntar y darnos a conocer. Al fin, el interés por las piedras viejas, los viejos caminos y la huella antrópica en el Pirineo solo interesa a cuatro piraos. Los mayoría de los que visitan el Piri, bastante tienen con hacer cola en el remonte de Crestas, coleccionar tresmiles o subir cada vez más alto, más difícil y más lejos, Borjamari...
El caso es que estos dos hombres (a partir de ahora amigos), se embarcaron en la aventura de escribir un libro sobre la vida de uno de los santos pirenaicos más desconocidos, San Úrbez. Pero no se han quedado en eso, en escribir una magna obra que va a ver la luz de forma inminente y que marcará, sin duda, un hito fundamental dentro de la bibliografía pirenaica de todos los tiempos como lo fueron en su día obras de Briet, de Satué o de Gari. Además, llevan años recuperando y limpiando viejos caminos de forma que unen todos los lugares vinculados de una u otra manera con este santo pirenaico. El resultado es un camino de casi 140 km, más de 6500 m. de desnivel positivo acumulado y que une lugares tan bellos, tan señeros y a la vez tan dispares como el Cañón de Añisclo y la iglesia románica de San Pedro el Viejo, en Huesca.
Este año he tenido el enorme placer y el privilegio de acompañar a un grupo de personas que, por quinto año, recorren esas ermitas, esos pueblos y esos viejos senderos.
Domingo 21. 8 am. Hora Zulu. Hotel Sánchez de Ainsa.
Llegamos desde Sabiñánigo Isabel, Antonio, Fidel, Pedro, Eduardo (que va a grabar, una vez finalizados sus trabajos sobre Compairé y sobre el 25 aniversario de la novela "La Lluvia amarilla" un documental relacionado con el libro y con la hagiografía de San Úrbez) y yo. Allí nos juntamos con gentes ya conocidas como Óscar, Arturo, Víctor (u León), Ignacio (u La Bestia de Sietamo) y Alfredo. Me presentan a Make a Iván a Álvaro a Leticia a Miguel Ángel y a José Luis.
Buen ambiente y buena conversación (cosa difícil de conseguir en estos tiempos) desde el primer momento.
Está todo perfectamente organizado. Subimos con dos furgonetas hasta Bestué y después, por la pista de Plana Canal, hasta la barrera que marca el límite del Parque Nacional de Ordesa. El motivo de empezar rodeados de este paisaje soberbio es que la primera mención de San Úrbez se produce en la Ripareta, en el interior del Cañón de Añisclo. El día, como si quisiera animarnos a iniciar la travesía, no puede ser mejor. Sol e inmejorable temperatura.
La pista bordea el impresionante tajo abierto por el Bellós sin ganar ni perder prácticamente altura pasando por el refugio de Plana Canal y el de San Vicenda. Aquí paramos a almorzar antes de bajar al fondo del cañón por el vertiginoso y espectacular camino de Foradiello. Hacía más o menos de 20 años que no pasaba por esta senda y casi no la recuerdo.
Aunque el día es inmejorable, ha hecho frío la noche pasada y hay abundante hielo.
Apenas hay flores. Las hayas aquí todavía no han brotado y solo algunas hepáticas, algunas prímulas y, sobre todo, varias matas de rompenieves y algunos tejos gigantescos  nos sorprenden durante este tramo del recorrido.
La bajado por Añisclo, no por conocida es menos espectacular. Algunas de las personas que nos acompañan nunca había estado aquí y son constantes las exclamaciones de asombro y las paradas para hacer fotos o contemplar el paisaje.
 Entre el día que hace y la conversación, sin darnos cuenta estamos en la ermita de San Úrbez, a la entrada del cañón. Aquí paramos a comer y a descansar mientras esperamos a alguien que vendrá a abrirnos una ermita que yo, nunca había visto por dentro. Además, me muestran deterioradas, inéditas y desconocidas pinturas rupestres y algunos detalles de arquitectura que me habían pasado completamente desapercibidos en otras visitas.
Nos abren la ermita, la visitamos por dentro, comentamos el retablo, entramos en el sanctasanctórum dejándonos empapar de siglos, de historia y de tradición mientras algunos oran y cantan los gozos al santo y otros, más prosaicos, hacemos fotos y tratamos de procesar todo lo que llevamos visto y lo que nos queda por ver.
Una vez visitada la ermita, cruzamos el puente llamado, como no podía ser de otra manera, de San Úrbez e iniciamos el camino llamado de Badina que, en franca subida, nos lleva a Vió.
En este lugar visitamos la casa donde, según la tradición, sirvió de pastor el Santo. Visitamos también su iglesia lombarda, pequeñita, preciosa, enmarcada con el sinigual telón de fondo de las Treserols nevadas.
De Vió a Buerba, final del recorrido de hoy, hay un paseo por un camino empedrado de esos que cada vez quedan menos.
En Buerba nos hospedamos en el acogedor Albergue Guardafuentes. Instalación en habitaciones con literas corridas, duchas comunes (que no compartidas), cerveza abundante y tertulia precena dan paso a una espectacular colación compuesta fundamentalmente por carne, carne y carne. De postre queso. Para bajarlo, por supuesto, hay que tirar de vino y orujo mientras la conversación se alarga.
Primer día de siete...anda que no pinta bien esto ni nada...aquí está el track de esta primera etapa
Hala pues, continuara...

10 comentarios:

Chabier Lozano dijo...

Chusto dimpués de leyer la tuya entrata m'ha dito la muller que una companyera suya de treballo (Ana) ye venita hue de vacacions e que ha estato fendo parte d'el camín con vusaltros, mira-te qué casualidat.
Fa anyos que conoixco el prochecto d'esta chent, e saca muit buena pinta. Esperaré a leyer las siguients etapas :-)

J. M. N. dijo...

Si, Ana mos acompañó as cuatro zagueras etapas. Bien maja ixa zagala (bueno y toz os demás también). Todo ro recorrido fue una gambada inolvidable...ya iré metiendo entradas agora que o tiempo iste no dixa fer atra cosa.
Salú

Karlos dijo...

Buena ruta y que el tiempo os acompañe amigo.

J. M. N. dijo...

Gracias Karlos.
Nos acompañó el tiempo, casi hasta el final. El último día nos levantamos blancos pero eso no hizo mas que añadirle belleza a la ruta...ya os iré contando, ya.

Pirene dijo...

Bien bien! ya me gusta ya!
Esperaré ansiosa la siguiente etapa y la siguiente y la siguiente...

J. M. N. dijo...

Pirene, imposible contar todas las vivencias, todo el cachondeo y todo el buen rollo que vivimos. Os haré un resumen apañao para poneros los dientes bien largos...
Salú mesacha...

silvia dijo...

Los dientes largos nos pones, no te quepa la menor duda...
Tuvimos la oportunidad de conocer a parte del grupo tan sólo un día, y nos bastó para saber qué ibas a pasarlo muy pero que muy bien con todos ellos.
Está claro que no podrás contarlo todo y tendremos que hacernos una ligera idea de todo lo vivido, lo que si sabemos perfectamente es lo bien alimentados que habréis estado.
Nos vemos!!

J. M. N. dijo...

Silvia, me da vergüenza reconocerlo pero tras 140 km, más de 6000 m. de desnivel y jornadas de andar de ocho de la mañana a seis de la tarde ¡¡¡me he engordao!!! casi dos kilos. Eso sí, realmente ha merecido la pena.
Vosotros ya veo que seguís sin parar. Ese corredor del Bisaurín lo hice yo hace un montón de años...bien majo que es!
Hala, a ver si es verdad y nos vemos pronto!!

David Naval dijo...

Hola J.M.
Seguiré atento esta serie por entregas, que la hace más emocionante, e intentaré descubrir a través de tus narraciones los andurriales por donde discurrió la vida de San Úrbez.
Gracias por compartirlo.
Algún día nos cruzaremos por alguna de esas sendas !!

J. M. N. dijo...

Gracias David por tu interés.
Sí, no te quepa duda que algún día coincidiremos...
Saludos