Sábado 8 de diciembre, puente de la prostitución inmaculada. Todo el Pirineo está ocupado por los almendr...turistas ¿todo? ¡no! Montañas pobladas de jabalíes y buitres resisten todavía y siempre al invasor humano.Y la subida a ellas no es fácil. Más de 1300 m de desnivel y cerca de 30 km andando para llegar a un monte que no llega a 2000 m. de altura no invitan a la mayoría de los mortales a visitar sus cumbres.
Con esas premisas, pues, teniendo claro que todavía hay paraísos muy cerca de casa que no tienen nada que envidiar y mucho más que ofrecer que una bajada soul rider o un ssssuper freestyle in the snow park, Borjamari, quedamos a las siete y media en Sabi tres de los históricos. De esos que empezamos a hacer monte en el paleoceno medio y que, años después, nos distanciamos por diversas circunstancias laborales/deportivas y/o vitales. Con Roberto aún hemos ido haciendo monte estos años pero con Raúl, con el primero que subí a picos tan emblemáticos como el Aneto, el Midí o al Taillón, no habíamos coincidido desde hace más 15 años. Hoy va a ser, sin duda, un gran día.
Lo que no acompaña demasiado es el tiempo. Nubes en cara norte descolgándose hacia meridión garantizan frío, viento de norte y ventisca en zonas altas, lo que los que tienen estudios llaman efecto foehn de toda la vida. Mirando mirando, Canciás es una alternativa muy digna. Además éstos no habían estado y yo, por ese camino, tampoco. Siempre había subido por el sur.

Con la nueva carretera, estamos aparcando en Borrastre poco antes de las nueve. Solo hay movimiento de perros y cazadores. El camino, señalizado como Pr, parte unos metros más allá del pueblo y enseguida se mete por una pista pisada y repisada por vacas y todoterrenos. Dejamos atrás un repetidor y nos metemos en un pequeño valle por donde se despeña el barranco de San Juste. Hay charcos como el Índico (Ya verás a la bajada que estarán deshelados). La pista cada vez se deteriora más hasta que, bastante arriba, se convierte en senda. Senda preciosa, por otra parte. En su día debió ser un camino muy transitado ya que está perfectamente empedrado en algunos tramos y con un trazado bien pensado para evitar cortados o barrancos. La vegetación, una vez dejado el bosque de caxicos y pino silvestre, nos acompaña un tupido bosque de hayas y abetos mezclados con algunos tejos y acebos gigantescos. Subimos con ganas ya que, al ser cara norte, el sol nos va a pegar tarde y si paramos nos enfriamos. Al final, muy arriba, donde ya se adivinan los cortados orientales de la peña, paramos a echar un bocao y a ponernos polainas y demás aditamentos pues, a partir de aquí, la nieve empieza a ser ya continua.

Seguimos subiendo, pasamos una zona llana donde en primavera debe haber un bucólico prado con varias hayas centenarias dispersas y volvemos a subir unas rampas muy fuertes y cubiertas de nieve hasta llegar a un cruce de caminos. A la izquierda a Laguarta, a la derecha, en descenso, a Canciás. Héte aquí que el track que llevamos nos manda, en vez de por el camino habitual señalizado perfectamente con mojones, por otro un poco más a la derecha y, de momento, bien marcado y fácil de seguir. Craso error, amiguitos y amiguitas. Resulta que también los jabalises deben llevar un GPS implantado en el lomo y deben colgar luego los tracks para que incautos como nosotros piquen y les abramos camino. Pa que te fíes de esto del internete. Al principio transitamos por un remedo del Bosque de Mordor, agachándonos para esquivar traicioneras ramas cruzadas hasta que llegamos a lo que vulgarmente se llama un pericueto por donde tenemos que destrepar. Lo que se presenta ante nosotros ahora es una ladera inclinada cubierta de arizones, erizones o
Echinospartum horridum por la que hemos de subir si queremos culminar con éxito nuestra excursión. Nosotros lo pasamos mal pero el perro va como meretriz por bálago pues sabida es la aversión de los cánidos a estas pinchudas papilionáceas.

Con paciencia, buena letra y, porqué no decirlo, algún improperio y/o blasfemia mirando al cielo, (supuesta morada del Sumo Hacedor y hacia el que van dirigidas nuestras imprecaciones) cuando nuestras piernas se hunden en un, aparente, trozo de nieve que esconde tres metros de planta pinchuda debajo.
Cuatro horas cuarentaicinco minutos después llegamos a la cresta cimera desde la que se domina un espectáculo pasmoso. Todo el Piri en full HD y tecnicolor desde el Bisaurín hasta el Posets, hoy cubierto de nieblas, nubes, borrascas y ventiscas.
Contra todo pronóstico, se está allá arriba como un cura en el infierno. Ni gota de aire, ni frío ni ná de ná.
Echamos un bocao y buenos tragazos de vino e iniciamos el descenso, esta vez sí, siguiendo escrupulosamente los hitos.
Si la subida nos ha costado casi cinco horas, la bajada la hacemos en apenas dos y media disfrutando de una tarde clara, con temperatura ideal y por un paraje absolutamente bucólico y desierto. Para hacerlo perfecto, ni los charcos se han deshelao, con lo que llegamos al coche hechos un pincel todos menos el puñetero perro éste que se ha bañado y revolcado en todos los que ha visto con agua.

La jornada no ha acabado (al menos lo que se puede relatar), como otras veces, con una cerveza en la mano. Aunque la hemos echado en el camping de Fiscal mientras hacíamos planes para esta nueva época montañeril que se avecina, una vez llegado a casa me ducho, me peino y me maquillo para formar parte de una mesa redonda sobre blogs de montaña a la que me han invitao en las jornadas montañeras de Biescas. ¡Glup! El salón de actos petao de gente y yo tengo que hablar de estas chorradas que escribo con gente como los de
Sendero Límite y La
Meteo que viene. Pues en un ambiente absolutamente cordial y relajado, vamos contando el porqué, el cuándo y el como de esto de los blogs mientras la gente nos hace alguna pregunta. Para terminar de redondear el día, amigos venidos de más allá de las brumosas llanuras meridionales, nos invitan a cenar. Lo que ocurrió más allá de las doce de la noche ya no es, os lo aseguro, de vuestro interés.
Hala pues...