Se sale de Biescas y, por el camino el cementerio, se coge la pista que sube a Gavín. Hay un desvío que, por senda ciclable y pegada al cámping, nos lleva hasta la cafetería de éste. De allí por la carretera, se sube a la general y al pueblo. (Todo este tramo se puede obviar yendo por la carretera pero es más majo así.) Pasamos Gavín, dirección Cotefablo, y a los doscientos o trescientos metros sale una pista a la izquierda que pasa al lado del cementerio. (Joder, que fijación con los camposantos). Seguimos llaneando, dirección oeste, y la primera pista que sale a nuestra derecha la cogemos. Desciende suavemente hasta el depósito del agua y, a partír de allí, empieza a subir con ganas. Son apenas dos kilómetros (igual ni llega) y luego empieza a llanear. Allí empieza el tramo chulo. Completamente llanos, cruzamos la cabecera del barranco Larbesa y llegamos al sitio más espectacular del recorrido. La senda, de apenas tres palmos de ancha en ese trozo, vuela literalmente por los despeñaderos situados encima del túnel de Gavín. Un resbalón, una piedra que nos haga girar la bici a la derecha, un enganchón del manillar en la pared izquierda y ya no nos tendremos que preocupar más de si sube o baja el euribor. Pasado este trozo (Yo desmontao, los güebecillos hay veces que me los dejo en casa) la senda vuelve a ser ancha y a faldear, entre un magnífico bosque, hasta desembocar en la pista que sube de la ermita de San Bartolomé. Allí, giramos a la derecha, y bajamos a la ermita en cuestión. Restaurada, en un paraje idílico, es un ejemplar atípico dentro de las iglesias del Gállego. La descripción del templo, como siempre aquí: http://www.romanicoaragones.com/0-Jacetania/89-GavinSBart.htm. Salvo la iglesia, nada queda un poblado cuyas gentes debieron malvivir en estas latitudes durante la alta edad media. Una vez visitada la iglesia (las llaves las deja el cura de Gavín) y descansado en un merendero recientemente construido en sus inmediaciones, cogemos en descenso la pista, ahora asfaltada, hasta llegar a la carretera general. De aquí, podemos volver a Biescas por la carretera (cosa no muy recomendable ya que pasar el túnel de Gavín en bici y sin luz es un deporte de riesgo de todos conocido en estas tierras) o irnos a la izquierda hasta Yésero. Son apenas tres km hasta el desvío y casi todo en descenso. Una vez pasado este trozo de carretera, nos desviaremos a la derecha y subiremos, muy fuerte, hasta Yésero. Pueblo remozado, con buenos ejemplos de arquitectura popular, con la cárcel recién restaurada (pa museo dedicado a la elaboración de la pez, hombre, no pa encerrar biciclistas ni domingueros). La iglesia, restaurada en el XVII y XVIII, guarda restos prerrománicos, muy alterados, en el campanario. http://www.romanicoaragones.com/0-Jacetania/99001-Yesero.htm Cruzamos todo el pueblo, dirección este, y cogemos la pista que va al cementerio (si, si, la ruta los cementerios se puede llamar también esta vuelta). De allí, en descenso, bajamos varios km. a buena velocidad (40 km/h se llega a coger con buena suspensión delantera) hasta llegar a un desvío a la izquierda. En apenas 200 m., llegaremos a las ruinas del monasterio de San Pelay. Cubiertas por una estructura metálica, languidece lo que debió ser el centro espiritual y económico de la Tierra de Biescas en la alta edad media. Tuve la suerte de trabajar en su descubrimiento y excavación. ¡Que bien nos lo pasábamos! Subíamos los fines de semana y currábamos bastante más que si nos hubieran pagado. Cada piedra que movíamos, cada carretillo que sacábamos, era un descubrimiento...hasta que llegó la benemérita y nos sacó de allí. Hubo denuncias por expolio arquéológico, estuvimos apunto de pasar una temporada en la trena pero al final todo quedó en un susto. (Pa algunos más que pa otros). Si nos hubieran dejado continuar San Pelay estaría completamente excavado y sería un atractivo turístico de primer orden en la comarca. De esta manera, son unas ruinas cada vez más ruinosas. Algún día, cuando me entre el rollo metafísico contaré cosas de ese monasterio. Hay allí bastante más de lo que se ve.. Para ir abriendo boca puncha aquí: http://www.romanicoaragones.com/0-Jacetania/90-GavinPelay.htm Una vez visitado, y de verdad que merece la pena, se vuelve a la pista principal. Cien metros más abajo, señalizada con un hito, sale una senda a la izquierda que nos ahorra un par de curvas en la pista, y es bastante más entretenida, hasta desembocar, nuevamente, en ella. De allí se baja a coger la carretera de Barbenuta y luego, por la orilla derecha del Sía, a la carretera de Orós y a Biescas. 26 km. aprox, dos horetas sin forzar y sin parar a ver los monumentos. Una ruta más que recomendable.
Hala pues....
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