miércoles, 28 de mayo de 2014

IBÓN DE IP. LA MÁQUINA DEL TIEMPO.

¿Qué como podemos pasar de mayo a enero y luego otra vez a mayo en menos de dos horas??? Pues
muy fácil. Salimos al monte esta primavera, subimos un poco altos y yastá...
Nos las prometíamos muy felices nosotros... vamos a subir al Ibón de Ip y, una vez allí, en función de las condiciones meteorológicas, organolépticas, nivológicas, clínicas y acetilsalicílicas vamos, como opción A, a Collarada por el corredor de los militares y como opción B a punta Escarra y vuelta por el corredor norte hasta Izas.
Se apuntan Pol, Roberto y el Yeti a esta empresa. (Caso que hagamos algo de esto, ya veremos que hacemos con el perro que no porta piolet, ni crampones ni hay opción de colocarle un arnés y un casco...).
Paramos a la salida de Canfranc pueblo, unos metros más arriba y junto a un puente que cruza el río Aragón. Allí mismo sale el camino, llamado de La Basera  y cogemos. Solo he estado una vez en el Ibón de Ip, y subimos por la ladera de enfrente, llamada de la solana así que, por lo menos, vamos a conocer un camino nuevo.
Camino, por otra parte, cómodo en sus primeros metros, que serpentea entre bosque cerrado acompañado de numerosas plantas y variadas florecitas entre las que destacan, blancas, níveas e inmaculadas, cientos de pies de Cephalantera longifolia.
 Conforme vamos avanzando e introduciéndonos en el valle observamos dos fenómenos singulares y que comentamos:
a) Que cada vez hay menos vegetación en coyuntura primaveral.
b) Que se está nublando y que baja la temperatura a cada paso que damos.

Efectivamente, queridos y queridas amiguitos y amiguitas, conforme ganamos metros hacia arriba, vamos contando hacia atrás los meses y la vegetación que nos acompaña es la propia de finales de febrero o primeros de marzo. A la vez, turbias nubes cubren las cimas más altas, donde ya descargan, mientras que se nos viene encima un marrón desde todas direcciones.
Paramos a almorzar en previsión de no poder parar después y bien se vale, porque, a partir de entonces, el general invierno se nos echa encima y despliega todo su armamento en forma de fríos, nieves y vientos. Of course, ni corredor de militares ni punta Escarra... con llegar al refugio de Ip nos damos por satisfechos.
Nieva... pero nieva como en enero. llega un momento en que no hay camino y más de un palmo de nieve recién caída tapa todo. Afortunadamente, no hay demasiado problema y cada vez se ven más cerca las paredes que cierran por oriente el circo de Ip al que llegamos después de dos horas y media de andar.
La primera y última vez que estuve, recuerdo ver ruinas por doquier, una especie de edificio enorme estilo hotel del Resplandor, hierros, casetas y paredes por todo. Hoy, en buena medida porque la nieve lo uniformiza todo y también por la campaña que se hizo de limpieza de entornos ibones por Fundación Endesa. (si se hacen bien las cosas también hay que reconocerlo, pese a que fueron ellos mismo o sus antecesores los que lo jodieron todo...) decía que, hoy, aquello luce de otra manera y solo hay dos o tres casetones cerrados con llave y un refugio abierto al pie de la presa que da nombre al paraje. Porque sí, queridos y queridas amiguitos y amiguitas, el extraño topónimo "Ip", proviene de aquel extinto idioma prerromano (o de otros indoeuropeos posteriores) en el que "Ib" significaba río, ribera, orilla... y que ha dado vida a topónimos como ibón, Ipies, o el propio rio Ebro, Iber para los amigos... 
El refugio es majo, acogedor y todo para estar abierto y libre. Ni hay mierda, ni cristales rotos y hasta tiene una buhardilla arriba con colchonetas que apetecen probar aunque la compañía no es la más adecuada... para probar las colchonetas, quizir..,.no se si me entendéis... bueno, que me disperso....
Parada un rato y la decisión se toma rápida... para abajo. Y ya que estamos, por lo menos, vamos a cambiar de camino.
Así que, esta vez, cogemos la derecha hidrográfica del barranco y, poco a poco, vamos buscando el camino que, entre nieves primero y tasca requemada después, nos lleva a un refugio forestal en penoso estado. Hay, justo al lado del refugio, unas piedras que por sus dimensiones, su orientación y su ubicación recuerdan poderosamente a un dolmen aunque ahora sirven como basurero. Consulto después, una vez llegado a casa, duchado, peinado y cepillado, y no encuentro nada sobre un megalito en esa zona...  no se, no se, me he quedado con la mosca detrás de la oreja.
Bueno, prosigamos. La senda llanea en una faja colgada y enseguida baja en picado mientras se introduce en un bosque en el que, a cada paso, vuelve la primavera. De hecho, vemos matas de Lilium pyrenaicum a punto de florecer cuando lo normal es que lo hagan allá para mediados de junio.
Un paso por debajo la línea del tren nos indica que estamos ya muy cerca del coche al que llegamos, otra vez, en manga corta y sudando la gota gorda.
Bueno, pues eso se ha podido hacer. Al final, con la tontería, han salido casi 15 km y más de 1200 m. de desnivel. Aquí tenéis el track.
Venga va, caña en Villanúa.
Hala pues...

martes, 13 de mayo de 2014

V JORNADAS DE ORQUIDEOLOGÍA Y FLORA PIRENAICA.

 
Por quinto año consecutivo, el Ayuntamiento de Biescas organiza las jornadas de orquideología y flora pirenaica.
Sin variar sustancialmente el programa de años anteriores, el sábado nos centraremos en el estudio y la fotografía de las orquídeas y flora pirenaica y el domingo, hasta el mediodía, haremos un recorrido medioambiental y patrimonial todavía por definir.
Además, el sábado por la tarde, contaremos con Conchita Muñoz que presentará su Guía de orquídeas de Aragón.
 
Como todos los años, estaremos los guías más dicharacheros y más enrrolladotes (y más atractivos, para qué lo vamos a negar) del panorama orquideológico nacional.
 
Hala inscribiros aquí, que las plazas son limitadas.
 
Hala pues...

sábado, 3 de mayo de 2014

EXPLORACIÓN DE SENDAS EN EL MONTE DE SANTA OROSIA.

Queridos y queridas amiguitos y amiguitas de este blog, en nuestro afán de descubrir nuevos parajes
alternativos a los ya conocidos, en nuestro interés por descubrir barrancos y senderos nunca hollados por humanos del siglo XX y XXI, en nuestra pretensión por verle todas las caras a las montañas y mostrarlas a mis 105  seguidoras y seguidores, hemos dedicado este finde pasado a senderos que, aunque parezca mentira, todavía quedaban ocultos, escondidos e inexplorados a nuestras inquisitivas miradas y a nuestros inquietos pieses en una montaña antropizada desde la prehistoria y que creíamos conocer como la palma de la mano.
Así, el viernes, con la comida en la garganta, nos desplazamos Pol y el que suscribe a Yebra donde hemos quedado con Carlos, su hijo Inazio y con Tomás y Graciano que nos van a enseñar un camino por el que se baja al pueblo desde la ermita de O zoque, a decir de ellos, en 15 min. Si esto es así, ni volando en parapente bajaríamos más rápido.
Nos sube Ernesto, nos deja en el zoque y empezamos a bajar por donde nos marcan los abuelos estos que se mueven por este paraje, pese a su edad y los achaques que dicen que tienen, como auténticas crabas montesinas.
Cierto, hay hasta trazas de senda y, en algún lugar, senda de verdad delimitada por paredes. Salvamos una primera ralla de roca y llegamos a una zona de antiguos campos llamados "O Lambado". Pa flipar donde arañaban unos metros de tierra para sembrar centeno...
Localizamos un paso clave para superar otra ralla, y otra más, y llegamos a un lugar donde s imposible continuar hacia abajo. Hay que seguir el filo de la cresta a la izquierda para buscar una zona débil en la muralla que encontramos por donde discurre un minúsculo barranco. A partir de aquí, se suceden destrepes guarros sobre roca suelta hasta localizar una mínima fuente a la que había que llegar según nuestros guías. Bien, vamos bien... pero, queridos y queridas amiguitas y amiguitos, no todos los días van a ser fiesta. A partir de aquí, el camino, o lo que fuere que seguimos, desaparece y nos emboscamos en un paraje más propio de fuinas, tachugos y rabosas  que de seres humanos. Entre que el monte ha cambiado mucho en cinco décadas y que la memoria ya no es lo que era, aquello se convierte en un búscate la vida de buchos, arizones y pinos achaparrados que nos lleva un buen rato superar. Por fin, una vez estudiado el tramo que nos queda desde una eminencia rocosa, concluimos que solo se puede bajar por un sitio concreto al que accedemos de muy malas maneras. Y sí, efectivamente, aquí vuelve a haber trazas de sendero, aunque el último que anduvo por aquí, debió hacer la mili con lanza.  Siguiendo las trazas y desplegando todas nuestras dotes rastreadoras, nos lleva, ya sin pérdida, a la arruinada tiña o Ferrero y al pisadísimo y trilladísimo
camino por el que tantas veces hemos subido y bajado. Pues no ha estado mal... para ser que nos iba a costar quince minutos nos ha costado dos horas...venga va, a celebrarlo. A la salud de la memoria de Tomás y Graciano, un par de cañas de las grandes....
Por si alguno le gusta la aventura y el peeling pirenaico aquí tenéis el track... ya sabéis eso de que el camino se hace al andar...a ver si hay buebos a repetirlo...

El sábado sabadete sale un día típicamente primaveral, pero no de los de sol, florecitas y pajaritos cantando, hoy ha salido un día de los joputas. Ahora llueve, ahora sale sol, ahora llueve, ahora hace frío. Aún así, nos vamos a explorar el camino recientemente descubierto donde termina el barranco Rio salto. A ver si tiene continuidad y nos sale un recorrido majo.
Salimos de Javierren con Pol y el Yeti y, armados con tijeras, tomamos el camino del puerto. En un momento dado, nos desviamos a la derecha. Más o menos a la altura de un pino retorcido. Los primeros metros están perdidos entre monte bajo así que ponemos hitos (o fitas) y cortamos abundantes buxos. Cuando entra en el bosque la senda es mucho más evidente. Se dirige directa a las peñas para empezar a girar y cruzar el barranco por el que descendimos hace apenas una semana. Hasta aquí era terreno conocido. Ahora la senda sigue prácticamente llana y se introduce en un bonito bosque mixto donde nos sorprenden las primeras Cardamine pentaphyllos de la temporada, preciosas crucíferas propias de lugares húmedos, musgosos y umbríos.
La senda, según el GPS, va directa, como pensábamos, a cruzar el barranco de las Gargantas y coger una antigua pista hecha por los petroleros hace más de 25 años. Pero, mira por donde, que no es así... cruzamos el barranco, sí, pero encontramos una fuente arreglada y la senda continúa ahora mucho más arriba de la pista y paralela a una acequia en la que se ha puesto un tubo de polipropileno. Hemos encontrado, creemos, la toma de agua de Satué. Pues, si no fuera por el tubo (aunque muchos tramos va semienterrado y apenas se ve) sigue siendo una senda preciosa y en suave descenso que, al final, corta la trocha y continúa hasta empalmar con el camino de subida al puerto ya muy cerca del pueblo al que entramos admirando, una vez más, la perfección y simplicidad de las iglesias del prerrománico del Gállego.
De este pueblo, por sendero marcado (aunque encharcado y cubierto de juncos) accedemos a la carretera de Javierre y acto seguido al coche en el momento justo en que las nubes se abren y empieza a llover como si no lo hubiera hecho nunca.
Pues sí, queridos y queridas amiguitos y amiguitas, este es un sendero para conocerlo. Bonito y sin dificultad, si exceptuamos saltar por encima de algún pino caído y la falta de señalización... pero ¿quién quiere brochazos de pintura en los árboles teniendo GPS con tecnología de la NASA? Bueno, aquí tenéis el track.
Hala pues...