Hoy, queridos y queridas amiguitos y amiguitas vamos a hablar de las florecillas que anuncian la primavera y que, en algunos lugares, ya empiezan a dejarse ver. Quizá su propia abundancia las haga pasar desapercibidas pero, un paseo por cualquier bosque cercano a casa (los que viváis en una ciudad grande os jodéis, que vosotros tendréis cines, teatros y tiendas de chinos pero de ésto no) nos mostrará una variada flora ya en esta época postinvernal. Veremos prímulas, cuyo nombre, como sagazmente habréis adivinado, significa "primavera". Hay varias especies, la más comun es la
Primula acaulis a la que corresponde la primera foto. Para los fabloparlantes esto son "cuculetas". Estas son
propias de bosques umbríos y de l
ugares donde no da demasiado el sol. Dentro de este género están también la
P. elatior y la
P. veris. (Foto 2 y 3). Estas son de floración muy temprana pero las encontraremos, normalmente, en pastizales alpinos al poco de que se haya ido la nieve con lo que florecen en torno a mayo-junio. Que no, que no son iguales. Todo los véis amarillo y verde pero fijaros y veréis que hay diferencias notables. Para acabar con este género de florecillas, queridos y queridas amiguitos y amiguitas también podemos encontrar, esta ya en pleno verano, en zonas altas y cerca del agua la
Primula farinosa de color rosa y más
pequeña que las anteriores (foto 4). Otras que veremos en esta época florecidas son las hepáticas, del griego
épatos "hígado". Y es que la forma de la hoja, con mucha imaginación y mucho tiempo para cavilar, recuerda vagamente la forma de esta víscera que debéis tener todos echa polvo ¡Borrachos! (Foto 5) ¡Más os valdría salir más al monte e ir menos a los bares a chupar garrafón! Las hay moradas y blancas siendo más comunes las primeras. Otras florecillas tempraneras son las violetas que, como su propio nombre indica, son de color violeta. Hay un montón
de especies diferentes y algunas, por joder, no son de este color si no blancas o amarillas. Todas tienen un espolón lleno de néctar para atraer insectos y las podemos encontrar en bosques umbríos, al lado de las paredes y orillas de camino siempre que no les de el sol directo. Aunque, si hablamos de flores tempranas la que se lleva la palma es la rompenieves o
Galanthus nivalis. Preciosa florecilla propia de hayedos (o fabares pa los fabloparlantes) que florece incluso antes de que se funda la nieve. No es abundante y siempre resulta una alegría encontrarla. Es la de la última foto. No es que estén pochas ni que agachen la
cabeza avergonzadas al verme acercar pues su belleza palidece ante mi porte varonil, mi elegancia, mi saber estar, mi....¡Abuelo, la pastilla!!!! ¿Que? ¡Ah, si!, decía que tienen la "cabeza", o corola para los que tienen estudios, invertida para proteger lo más valioso que tienen que es, como en la mayoría de vosotros, los órganos reproductores (llamados androceo y gineceo en las florecitas del campo y pilila y pichín en el resto de los seres vivos que, con ellas, compartimos este planeta). Al florecer tan temprano, una tormenta, una nevada, una ciclogénesis explosiva o cualquier otro fenómeno meterorológico adverso podría estropear dichos órganos dando al traste con las esperanzas reproductoras de la florecilla en cuestión. ¿Veis? He tardado pero ha merecido la pena...¡Cuantas cosas aprendéis conmigo!
Hala pues....
1 comentario:
De esta última tengo un montón florecidas en la ciudad del cloro, y también me ha salido un narciso chicotón y amarillo (puede estar ese que encontramos en San Chuan de la Peña?)
Salú libro abierto
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