Pues otro día a darle al pedal. Ha estado toda la mañana nublado y amenazando lluvia pero la tarde se ha quedado chachipiruli, con la temperatura ideal. Así que salgo de casa y me dirijo, por el camino del cementerio, a coger la carretera que sube a Barbenuta. Sube bastante suave, en 9 km se ganan casi 300 m. de desnivel. No hay que llegar al pueblo. En una curva cerrada a izquierdas sale una pista a la derecha cerrada con una valla. Hasta aquí ha sido asfalto, a partir de aquí tierra, piedras, barro y allagas. Bajamos a cruzar el barranco d'os Lucars y empezamos a subir, suavemente, por el paco de Barbenuta. Hay unas balsas como el Océano Índico. En la primera me meto hasta los ejes de la bici y, claro, me atasco en medio. Barro hasta cerca de la rodilla. Las otras, con el poquito de habilidad que me queda, las esquivo desmontado por las orillas. Por esta pista podríamos subir (si el corazón y las garras nos aguantan) hasta la ermita de San Benito y a la punta Erata. Yo continúo hasta una curva cerrada a izquierdas. A la derecha, aunque parezca imposible, sale una tiradera convertida ahora mismo en un vivero de pinos, allagas y gabarderas. Fijarse en una cuerda azul para evitar que pasen las vacas. Al principio es imposible bajar montado pero, poco a poco, se va clarificando una senda. Trialera cañón, hay que esquivar una variada flora pinchuda y numerosas piedras. Llego a un lugar muy erosionado en el que se aprecia, perfectamente, una morrena lateral del glaciar del valle de Tena y, muy abajo, el dique donde empieza el descenso del barranco d'os Lucars. A partir de aquí, ya rodaremos por una pista más o menos decente. Hay que estar atentos a una senda, marcada con dos hitos y con señales blanquiamarillas de Pr a la izquierda. (Km. 13 aprox). Me desvío por ella e inicio una senda magnífica en la que, además de esquivar bolos y pinos, hoy había que esquivar robellones que nacen en medio del camino. En algunos trozos ha habido que echar pie a tierra ya que hay sitios descarnados en los que si se te va una rueda te vas a comer buchos dos o tres metros más abajo. Al final, a nuestra derecha veremos las ruinas de la ermita de la Birchen d'as Canals (O virgen de las canales para los que vivan más al sur de Monrepós). Que pena. Un magnífico inmueble gótico está completamente arruinado y expoliado. Lejos quedan los tiempos en los que R. Leante decía que el templo tenía 8 m. de longitud por 3'5 de latitud
y poseía un coro elevado y un retablo de pan de oro donde lucía una talla de la virgen de 50 cm. de altura. Lo cierto es que, estando donde está, es prácticamente imposible restaurarla. (Bueno, si que se puede pero sería carísimo y ya se sabe que el dinero público es mejor destinarlo a ampliar estaciones de esquí, comprarse trajes los políticos, vacaciones y yates para Su Majestad o pañales para la inmensa prole del principito y las elefantas o infantas que Dios guarde). El caso es que va a desaparecer en breve. Una grieta en la pared sur y el expolio del cabecero la han condenado a muerte. Seguimos por la senda y, al poco, salimos a otra más ancha. A la izquierda iríamos, en poco tiempo, a Oliván y, a la derecha, por el zoque de la Virgen Chica, a Orós bajo. Esta senda es perfectamente ciclable en su totalidad y, pese a que se rueda mucho por ella, cada vez está más cerrada de barzas y allagas. De Orós bajo, por la carretera, a Orós alto y de ahí a Biescas que está empezando a llover.
21 km, 400m. de desnivel acumulado, dos horas, la bici hecha un cristo de barro, tres pinchazos
Hala pues...
No hay comentarios:
Publicar un comentario