lunes, 14 de julio de 2014

I ANDADA SOBREPUERTO (y 2)

Madre mía que dolor de cabeza!!!!!! ¿Será la altura? No, estamos apenas a 1300 m. ¿Habré dormido
mal? Pues no, me dicen que roncaba como un gorrino y que no me he enterado de nada en toda la noche. Y esta botella de güisky vacía??? A ver si va a ser eso???? De una forma o de otra, me arrastro dando tumbos al refugio donde han dormido la mayoría en busca de la señora de las drogas. La mayoría están moviendo ya y David hace ratos que ha preparado las mesas y está haciendo café. Joder, que gustazo!!!! La señora de las drogas me administra un ibuprofeno que, junto con el café de cafetera, me deja nuevo en unos minutos.
Desayunamos como en un buffet libre y con buen ánimo recogemos el refugio y nos disponemos a concluir estas dos jornadas intensas de convivencia y buen rollo.
De momento, toca ir de Cortillas a Sasa. Y el camino, para variar, empieza bajando que, parece que no, pero también anima... Así que en apenas una hora nos plantamos en el valle del barranco d'a Balle donde yace, cautivo y desarmado, lo que queda del orgulloso molino de Casa Cosme. Hace unos años lo visité por primera vez y se podía apreciar toda la maquinaria. Hoy, apenas se puede andar por entre las ruinas.
Unos metros nos separan de las movedizas y casi peligrosas pasarelas que cruzan el río. Hoy, sin embargo, no supone ningún problema vadearlo por un lateral aunque algún@ se arriesga a pasar por encima ante la atenta mirada del resto que esperan, como buenas personas que son, que se cruja, se caiga al agua y tengamos material para descojonarnos durante muchos días.
Una subida suave y umbría nos lleva a Sasa donde paramos un rato para ver lo que queda de las antaño altivas casas señoriales e infanzonas. Como es pronto, vamos a coger el precioso camino que parte de este pueblo y que nos llevará a la Pardina Fenérs.
La verdad es que yo tengo debilidad por este paraje. Es lo más cercano al paraíso que hay en estos contornos. Bosques, prados y ríos... no hay abismos, no hay peñas, ni riscos, ni escarpaduras.. solo bosque cerrado y montañas de perfil redondeado.
Aquí paramos a almorzar mientras se levanta viento y en el ambiente se respira esa  sensación de que, más pronto que tarde, nos va a caer la mundial.
Tampoco nos preocupa demasiado... hasta Bergua queda un corto paseo por medio de un bosque denso y tupido que nos hará de paraguas llegado el caso. Así que almorzamos, nos hacemos fotos y nos entregamos a unos minutos de asueto y holganza que nos los hemos ganado y el lugar bien lo merece.
En fin, que cogemos la pista que nos llevaría Fiscal para dejarla a nuestra izquierda y coger otra que enlaza, a su vez, con la que de Bergua va a Sasa. La seguimos un rato y nos metemos en el precisos camino que, rodeado de paredes y musgo, nos lleva directos a nuestro objetivo. Y aquí sí, aquí empieza a llover como si no lo hubiera hecho en muchos días y nos jode el final de la travesía. Más todavía, había previsto una comida campestre de todos los participantes y allegados y ahora a ver donde coño la hacemos.
Nuestra salvación se llama Teresa y su bar "La Tiendecita".  La invadimos,  la ocupamos y ella, con una sonrisa, nos deja hacer. Así que, como podemos, nos apretujamos los 30 de la travesía, más algún invitado de la Asociación Amigos de Sobrepuerto, más los Gaiters de Samianigo que habían venido a darnos la bienvenida, más alguno de los autores de la guía que se va a presentar en apenas dos horas, má algún@ allegado de uno y de otro, somos más de 50 los que disfrutamos de una ensalada y un fidegüá maridado, magistralmente, con vino rancio.
Ha dejado de llover. Ha salido un sol tibio que reconforta y que hace corta la sobremesa. Tanto que hay que recoger a toda prisa para irnos a la preciosa ermita de San Bartolomé de Bergua (afortunadamente salvada de la ruina... parece hasta raro y todo...) donde se procede a presentar, rodeados de muchísima gente, -¿Qué tendrá este paraje que no deja indiferente a nadie y el que lo conoce se enamora de él?- la Guía de Sobrepuerto donde numerosos autores hemos volcado lo mucho (o lo poco en mi caso) que sabemos de este rincón privilegiado y casi perdido del Pirineo.
Y se acabó. Lo que pretendía ser un experimento ha superado, con creces, nuestras expectativas.
La presentación de la guía a sido la excusa, pero visto lo bien que ha salido, los días tan majos que hemos pasado y la gente tan chachipiriguay que ha andado por estos caminos, ya estamos cavilando la II andada... Esto lleva camino de convertirse en un clásico.
Hala pues...

1 comentario:

cristina dijo...

Despues de leer las crónicas yo creo que para el año que viene alguno más nos apuntaremos, bueno si nos dejais!! con lo que nos gusta a nosotros esto de andar... y encima con comida!