viernes, 29 de marzo de 2013

OROEL, POR LA SENDA DE LOS LOBOS

Sorprendente y magnífico recorrido en una montaña que creía conocer. Pues no, mira por donde, no solo, pese a haber subido muchas veces, no conozco muchos de sus recovecos si no que todavía me quedan otros muchos por visitar. Me parece que Oroel va a ser uno de estos montes a los que acudir cuando este tiempo joputa  no nos deje más alternativas.
Jueves de pasión. Me levanto a las ocho de la mañana con el único afán de hacer algo por el monte. La primera visión es que está lloviendo como si no lo hubiera hecho nunca. Enciendo el ordenador y me meto directo al radar de la AEMET. No solo llueve con reflectividad (dbz) igual o mayor de 30, si no que se aproxima una mancha de precipitación azulverdosa directa a donde estamos. Mecaguenmiputacalavera. No se si echarme a llorar como los hermanos cofrades del Cristo de las Injurias o proceder a injuriar, a grito pelao y mirando al cielo, a la borrasca atlántica y sus frentes asociados. Respiro hondo, desayuno y paso la mañana mirando el radar y las diferentes previsiones. Todas anuncian una ventana de buen tiempo. A las doce deja de llover y a la una sale un tímido rayo de sol. Ni me lo pienso. Me voy sin comer a donde sea.
De hecho, me llevo el gipi sin ningún track.
Parriba nada, sigue cerrado...pal sur parece que está mejor. Bajo hasta Sabi y veo Oroel completamente despejado, solo algunas nubes agarradas en la cima oeste, la de la cruz. Carretera Jaca, Navasa, alto de Oroel y desvío por una carretera llena de baches hacia el parador. De repente se me enciende una luz. En algún sitio he leído, o he visto algún track, de una senda llamada "de los lobos" que sube a esta montaña. Así que estoy atento a posibles caminos que salgan a mi izquierda y, muy cerca del parador, veo una senda perfectamente marcada, que va en la dirección que creo correcta.
Misteriosamente, o no, la montaña que hace unos minutos estaba despejada se ha vuelto a cubrir y empieza a llover otra vez con dos cojones.
Pues ya que estoy aquí, voy a ir a algún sitio, siempre habrá tiempo de darse la vuelta.
Lloviendo a todo llover, me interno por un camino bien marcado que empieza a subir a cuchillo en medio de un espeso pinar. Hay pequeñas manchas de nieve y veo huellas de alguien ha pasado hace unos días por aquí...tiene que ser éste. Al pinar da relevo un precioso abetal con muchos ejemplares recientemente caídos o partidos. La senda se sigue bien, en algún sitio hay indicios claros de que alguien la ha acondicionado mínimamente. De hecho, hay un lugar en que un abeto gigantesco se ha caído cortándola y alguien ha tallado unos escalones en el tronco y ha colocado dos clavijas para las manos.
Sigue lloviendo y las matas de bucho que cierran algún tramo hacen que me ponga como una sopa, pero me da igual, la temperatura es cojonuda y, mientras esto siga así y no vaya a más, no me doy la vuelta hasta llegar arriba. Pues arriba llego, a la punta este, en apenas una hora y, sorprendentemente, hace sol. Hay niebla por todo pero en esa punta se está de muerte. Como parece que el tiempo aguanta, voy a intentar bajar por una senda marcada en el gipi que lleva a la ermita de la Virgen de la Cueva, a ver si es verdad que ha desaparecido. El camino en cuestión se llama de los Costillones o algo así, y consiste en seguir una mínima senda, medio comida por los erizones, que baja en picao por la ladera sur de la montaña hasta el parking donde se dejan los coches para ir a la ermita de la Virgen. De allí, ya no hay pérdida posible. La senda está perfectamente marcada, demasiado a veces. Llanea por medio de un pinar, sortea algunos escarpes de conglomerado por donde mana agua abundante (se ve desde allí un salto de agua que debe ser bastante más alto que el de Sta. Orosia) y llega a donde estaba la ermita. Pues era verdad. La ermita de la Virgen de la Cueva, la misma que dio lugar a la canción, el lugar donde cuenta la leyenda que los cristianos se juramentaron para iniciar la reconquista, de la que hay documentación desde la alta edad media, ha desaparecido. Nuestra amiga la erosión kárstica, junto con nuestra amiga la gravedad han hecho que la balma que la cubría y que formaba una sala en la que cabían
Ermita antes
Ermita ahora
alomenos cientocien personas, se haya caído destruyéndola por completo. Mirando por una ventana que queda, únicamente la zona del altar parece haberse librado de la catástrofe, aunque no se yo si habrá algún valiente que se atreva a entrar a recoger los santos y demás aparejos eclesiásticos que se ven desde fuera.
No se si es bueno o malo, si alguno verá aquí algún símbolo apocalíptico ahora que las profecías de San Malaquías no se han cumplido. Lo que si es cierto es que a desaparecido un trocito de historia, de etnología, de religiosidad popular y de arqueología pues sabido es que estos lugares vinieron a cristianizar, mediante procesos sincréticos, cultos anteriores vinculados a la Madre Tierra y a la fecundidad. Pa mí que esto tiene que ver también con los recortes de Rajoy y sus secuaces...
Echo un bocao (una barrita de muesli reseca y rancia que encuentro en el botiquín) y me subo hacia la cima por el camino normal. Empiezan a pesar ya las piernas cuando llego al collado. Aquí tengo la opción de ir directamente para abajo por el camino del parador o desviarme a la izquierda y, en poco tiempo, ganar la cima oeste, donde está la cruz. El tiempo aguanta aunque hace mucho viento y bastante frío. Veo gente que baja. Venga, ya que estamos, le digo al perro. Iniciamos una media ladera por camino perfectamente marcado. Me junto con los que bajan y, a mi saludo, no me dicen ni allá te pudras...serán gilipollas. Qué tiempos aquellos en los que todo dios saludaba por el monte. La cruz aparece y desaparece envuelta en boiras cada vez más compactas. Hay una cosa que me llama poderosamente la atención de este trozo último de camino,  y es que está plagado de sílex. Geológicamente son conglomerados deltáicos formados por cantos redondos, normalmente de arenisca y algo de caliza, como los de Sta. Orosia o Riglos. Sin embargo aquí, mezclados con esos cantos, hay muchísimo nódulo de sílex también rodado y que, si no te fijas, pasan desapercibidos al teñirse del mismo color que el cemento calizo que los aglutina.
Bueno, al cosa es que llego a la cruz, hago un par de fotos de la Canal Ancha algún rato de los que se me deja ver, me echo toda la ropa que tengo encima y empiezo a bajar que hace un frío que pela y el sol se adivina peligrosamente abajo en el horizonte.
La bajada la hago por otro camino que va paralelo a los cortados de la cara norte hasta llegar al colladito donde sale el camino del parador. Éste es el normal de subida y, como tal, está muy pateao. Hay nieve muy pisada pero está blanda de la lluvia con lo que se baja relativamente rápido. Aún encuentro un tío que sube ahora y que me dice que quiere bajar con la luna llena. Jodo, pues como no cambie esto...complicao lo tienes para ver la luna.
Conforme voy bajando sale más el sol. Ese sol de primavera radiante y que casi no hemos visto desde enero.
En el parador todavía queda gente aunque ya es casi de noche. Continúo unos metros por la carreta, que se me hacen muy largos, hasta llegar al coche al que llego cinco horas justas después de salir.
Precioso y largo recorrido. Sin duda, el mejor momento para realizarlo será finales de mayo o primeros de junio cuando aquello esté cuajado de flores de arizón y otras plantas que ahora están acojonadas con este invierno que no se acaba de ir. Si alguno lo quiere repetir, aquí está el track.
Hala pues...

11 comentarios:

Bruno dijo...

Una verdadera pena lo de la ermita, era una buena ruta donde ir con niños.

J. M. N. dijo...

Pues sí, Bruno. Aunque la ruta sigue allí y el paraje es majo, ya no será lo mismo sin poder entrar en la cueva. Las pérdidas del patrimonio histórico y cultural, aunque sean por procesos naturales, siempre son penosas. Lo bueno, en este caso, es que no le podemos echar la culpa a nadie...ni siquiera al PP y sus recortes.
Saludos!

Marta dijo...

Hola mesache! Hacía tiempo que no me pasaba por aquí (no por falta de ganas, eh!)...y ahora que he estado leyendo las últimas entradas, me doy cuenta de que he echado de menos las risas que me echo cada vez que te leo! Ya veo que por allí estáis la mar de bien (a parte del tiempo, claro) y me alegro. Aunque tengo que decir que salir al monte solo y con lluvia también tiene su punto (a nivel de sensaciones: todo se magnifica...los olores, los sonidos, las pisadas sobre el barro...al igual que los refriados, catarros y batacazos, jejeje).
Lo de la canción...es aquella de "que llueva, que llueva...la virgen de la cueva..."? Yo es que es la única que me sé que hable de vírgenes y cuevas.
Me alegro de volver por aquí...tengo que retomar los buenos viejos hábitos, y alejarme un poco (todo lo que pueda) de tanta estupidez humana que me rodea últimamente.
Besos

Chabier Lozano dijo...

Pos ixo, pa una que s'esboldrega per causas naturals. Prou que ye una pena, pero pior ye las s'espaldan per desidia humana, como la ilesia d'Otal. Salut.

J. M. N. dijo...

Hombre Marta!, se te echaba de menos por estos parajes! ¿Qué tal va la vida? Si, si, esa canción, según algunos etnólogos, surge en esta cueva que decimos. Era por las filtraciones del techo que parecía que llovía y porque, secularmente, allí se hacía rogativas para que lloviera. Este año, se les debió ir la mano, por lo visto.
Y por lo demás, aléjate cuanto puedas de esa gente y rodéate de gente sana que te aporte algo. Hay en este país un ambiente francamente asqueroso últimamente y yo creo que nadie es ajeno a él.
Bueno, ya te vendrás unos días por aquí, que aún tenemos una cena pendiente...

Chabier, a de Otal estié a primera pero como isto no cambie (y no lo ba a fer)s'esboldregarán muitas más.
Tiempo al tiempo.
Salú ta tú también.

David Naval dijo...

Hola J.M.
Desconocía esa senda de subida. Me guardo el track pero no se si llegaré a la ermita, que me dará penica verla en ese estado.

Ya se podía hundir, que se yo, el Senado por ejemplo (aunque este vacío, que tampoco le deseo la muerte a nadie) y con lo que allí malgastan en un año seguro que se podían recuperar edificios realmente importantes.
Saludos.

J. M. N. dijo...

David, subir por la de los lobos y bajar por la normal ya está bien para una mañana. Ciertamente, merece la pena la senda e ir a visitar la desconocida y poco visitada punta este.
Lo del senado...hombre, yo casi mejor el congreso...bueno,los dos...pero habría que dejar alguno dentro para que los demás escarmentaran. Y ya que estamos...también la sede del FMI y la del BCE y la del Eurogrupo y la de....bufffff, que me enciendo.
Hala, saludos.

Jarlata dijo...

Esa ruta que describes la hice yo el día del solsticio de verano,viendo salir el desde la punta de Oroel, pero en sentido inverso. En cuanto a la cueva es una pena, pero aun se podría aprovechar parte de ella.
Salu.

J. M. N. dijo...

Hola Jarlata.
Si, al pasar el track a wikiloc vi que alguien, seguramente tú, la había hecho antes a la inversa pero exactamente igual.
Lo de la cueva, no se yo si habrá alguien que, visto lo visto, se atreva a entrar. No querría ser yo el cura al que le toque subir este año...
Salú

Marian dijo...

Hola J.M.N. que pena la ermita!! con lo maja que era...
bueno, ya veo que no paras a pesar del y haces bieen!
Saludos

J. M. N. dijo...

Hola Marian!
Pues sí, una pena...Oroel ha perdido una parte importantísima.
¿Parar? ¡Cuando me corten las piernas!
Saludetes!