sábado, 30 de julio de 2011

LE LURIEN, 2826 m.

2826 m., 1600 m. de desnivel, unos parajes impresionantes y a una hora de casa. Y no habíamos oído hablar de este monte hasta hace muy poco...Habremos repetido diez o doce veces Collarada, Monte Perdido o el Aspe y tenemos montes al lado de casa igual o más espectaculares. Lo que pasa, supongo, es que están l'autre côté y tenemos cierto "miedo" a pasar al otro lado de la güega. Bueno, el caso es que el viernes, el primer día que anunciaban bueno, nos hemos ido con Roberto y el Yeti a pegarle un tiento a este monte. ¡Y de qué manera! A sido un buen sobo pero hemos conocido lugares realmente preciosos.
A las siete hemos salido de Biescas y en 45 min. nos hemos plantado en el lago de Fabrèges, cerca de donde se coge la telecabina para Le petit train d'Artouste. Si en la vertiente sur hace un día cojonudo, en la norte, como casi siempre, está nublado. Es niebla que está entorno a los 1400 y llega a los 1700, como luego pudimos comprobar, afortunadamente. Dejamos el coche al lado de unos carteles que te dan la bienvenida o te dicen au revoir, depende por qué lado conduzcas, y buscamos un cartelito cutre de madera en el que pone Col de Lurien. Empieza a subir sin compasión desde el primer momento. Enseguida nos metemos en la niebla pero el camino está muy bien marcado. Sudamos como pollos entre la humedad y la temperatura. Más o menos una hora después, salimos del bosque pero sigue sin verse nada. Eso sí, de repente la temperatura ha bajado un montón de grados y empieza a soplar viento. Seguimos subiendo y, poco a poco, la niebla se va disipando dejándonos imágenes espectaculares de lo que nos rodea. Aunque la pendiente se ha suavizado, sigue sin dar tregua. Eso sí, con el frío que hace, casi apetece andar deprisa... A las dos horas justas, después de habernos chupao casi 1000 m. de desnivel, encontramos una especie de barracón de chapa donde paramos a almorzar y nos pega el sol por primera vez. El barracón en cuestión es una especie de refugio abierto con habitaciones separadas (llenas de colchones mohosos y pulgosos), cocina con fregadera y agua y comedor con mesas y bancos. Aunque está todo bastante destartalao y sucio, es un lugar muy chulo para venir a pasar una noche en buena compañía. Después de almorzar, reconfortados por el sol, seguimos subiendo con ganas hasta llegar a un llano con una balsa y, tras superar un resalte en el que el barranco se encajona, al lago de Lurien. ¡Que sitio más majo!. Rodeados de montañas, vemos el pico por primera vez. Aparentemente, está todavía a tomarpolculo de allí. Se rodea el lago (sin respirar, había millones de mosquitos formando nubes y era imposible pasar sin que se te metieran una docena en cada inspiración por la nariz y/o boca) y se sigue subiendo. A partir de aquí el panorama cambia. Lo que antes eran verdes y bucólicos prados tapizados de gencianas y otras florecillas silvestres, se convierte en un paisaje lunar donde imperan las piedras, bolos y zaborros en sus más variados diámetros y / o formas. Enseguida vemos el Col de Lurien, que nos llevaría al lago de Artouste y al que no hemos de llegar y un camino que se desvía a la derecha muy bien marcado con hitos. Si hasta aquí habíamos subido sin contemplaciones, ahora aquello se empina como la picha un novio. Hay ratos que el sendero se returce de forma que la lazada de arriba la tienes apenas a un metro por encima tuyo. Hay un par de pasos en los que hay que apoyar las manos pero nada del otro mundo. Nos juntamos con tres que ya bajan. Nos dicen que han salido a las siete de la mañana. Seguimos subiendo hasta llegar a una antecima donde el paisaje se abre hacia el este. La vista es soberbia. Una arista muy sencilla nos lleva a la cima donde hay una señora que ni responde a nuestro saludo ni se mueve ¿será una estatua? ¿estará sorda?, ¿estará muerta? ¡Ah, no! que se ha movido cuando le ha pasao el Yeti por al lado. ¡Amos, no me jodas! ¡Si se ve Biescas desde aquí!!!. Efectivamente, hacia el sur, además de todos los montes desde el Pico de Otal hasta el Anie se ve, perfectamente, el estrecho de Sta Elena, el valle de Biescas, Santa Orosia o Erata. Hacia el este lo domina todo el mazacote del Balaitús-Frondiellas y hacia el oeste la vista se pierde destacando, justo delante, la pirámide de Jean Pierre, perdón, del Midí. Hacia el norte, por fin, un precioso mar de nubes cubre toute la France. (mar de nubes, que dicho sea de paso, nos proporciona en la versant sud, el viento que nos está jodiendo el mes de julio. Efecto foehn, lo llaman los que tienen estudios.) Estamos buen rato sur le somme. No sopla viento y hace una temperatura cojonuda. Cuando empieza a llegar más gente a la cima nosotros nos bajamos. El primer trozo hay que hacerlo con cuidado pero luego los pies se van solos por aquellos pedregales. Casi sin enterarnos, llegamos al lago y poco después al refugio donde vamos a comer. Mientras comemos vemos como sube la niebla valle arriba. Aunque no llega a cerrarse, nos piramos para abajo rápidamente para intentar ver lo que nos hemos perdido esta mañana. Antes de venir había mirado si esa zona era parque nacional y no lo es. Así que he podido traer el perro y puedo azuzarlo para que practique su deporte favorito; perseguir marmotas. Nos descojonamos viendo como casi pilla a una, se le revuelve y le mete un viaje en el hocico que le hace pegar un brinco hacia atrás (Si, ya lo sé. Qué mala persona soy. Torturo a los animales indefensos. Pues yo creo que no. Esos bichos son una plaga y prácticamente no tienen depredadores. Las marmotas se extinguieron de forma natural y fue el hombre el que las volvió a introducir. Ahora, por lo menos, las hago correr porque, como todo el mundo sabe, el sedentarismo es muy malo y provoca ataques al corazón, diabetes e hipercolesterolemia. Además, potencio en el chucho este su instinto sesino y criminás, que nunca se sabe lo que nos va a tocar).
Así, entre risas, buena conversación (hacía días que no nos veíamos con Roberto) y fotos a florecitas llegamos al coche con los cuádriceps, los isquiotibiales, el dorsal interno y el ligamento cruzado anterior tensaos como cuerdas de piano.
Ha sido una paliza, pero qué contentos estamos. Cervecilla en la frontera y pa casa...aun nos da tiempo a echar un baño en la piscina.
Hala pues....

domingo, 17 de julio de 2011

FAJA DE LAS FLORES

Hace ya días que me hice el firme propósito de no repetir rutas. Uno está llegando a una edad en la que te planteas el que hay muchas cosas para ver y hacer todavía y que, probablemente, no vas a tener ni tiempo, ni dinero ni salud para hacerlas. Aunque siempre hay excepciones, claro. Hay lugares a los que hay que volver, una y mil veces si hace falta. Por cercanía, por comodidad, por belleza... y este, sin duda, es uno de ellos.
Además hace días que se lo había prometido a Ana, Javier y Begoña. Así que el sábado, aprovechando que dan bueno nos vamos a uno de los recorridos más sorprendentes, espectaculares y bonitos de los que se pueden hacer en el Piri, la faxa d'as flors, en Ordesa. A las seis y media de la mañana, contrariamente a lo que anunciaban todos los pronósticos, está nublao en Biescas. A las siete y media, cuando cogemos el autobús en Torla sigue nublao. Empezamos a andar a las ocho, por el camino del circo de Carriata. Hasta el refugio de troncos no sopla ni pizca de aire y sudamos de cojón. El recorrido, desde el primer momento, hace honor a su nombre. Martagón florecido y rarezas como la Astrantia major dentro del bosque dan relevo, cuando se sale de él a una espectacular ladera cubierta de erizón florecido del que salen, a millares, Iris latifolia. La combinación del amarillo con el azul intenso de los lirios es, simplemente, hermoso. Paramos a almorzar donde se cruza el barranco y arranca, en dirección contraria, la faja que ya recorrimos hace un par de años. Seguimos subiendo, adelantamos a un grupo de franceses y llegamos al paso de la fajeta que nos permite franquear la pared del circo sin necesidad de subir por las clavijas. Una vez arriba, un esfuerzo más nos deja en la entrada de la faja de las flores. Hasta aquí 1100 m. de desnivel y tres horas de marcha, contando el almuerzo. La faja de las flores es sencillamente espectacular. Aún en la misma entrada, parece imposible que se pueda pasar por allí. Es apenas un resquicio en medio de la pared. Y, sin embargo, se puede pasar cómodamente. Con las manos en los bolsillos si quieres. Cuesta recorrerla sobre hora y media y comunica los circos de Carriata con el de Cotatuero. Cuando estamos llegando al final, varios sarrios se nos dejan acercar hasta extremos que resultan ofensivos. Vamos a ver, señor sarrio, usted, por muy habitante de un parque nacional que sea, debería huir cuando vea a un ser humano, no acercarse como si fuera un perrito faldero para que le rasquemos el cogote. No solo no huye si no que, encima, ¡viene hacia nosotros! amos, no me jodas...aquí debería yo tener el Yeti, ibas a ver lo que es bueno. Al final, por puro aburrimiento, nos vamos nosotros mientras el bicho se queda allí comiendo hierba. Una vez llegados a este punto, hay que tomar una decisión. O bajamos por las clavijas de Cotatuero ¡Ni de coña!, contestan mis tres acompañantes al unísono o vamos hasta Goriz y bajamos por la Cola caballo con lo que se alarga esto una barbaridad y, además se está nublando cada vez más, o volvemos por donde hemos venido. Hala pues volvemos por donde hemos venido. El recorrido de la faja, en otra dirección, nos muestra otras prespectivas. Nos juntamos con bastante gente que la hacen en uno u otro sentido. Nos damos cuenta porqué se llama aquello la faja de las flores. Hay millones de flores de nieve. Es casi como una mala hierba, hay lugares que, de lejos, se ven blancos. Al final el día se está poniendo feo de verdad. Se ha nublado mucho y sopla un viento muy frío. Habíamos barajado la posibilidad de, una vez aquí, ir hasta el Tozal del Mayo que lo tenemos a tiro de piedra pero cuatro gotas y el frío que hace nos convencen de dejarlo para otra vez. Destrepamos el paso de la fajeta, comemos en el mismo sitio en el que habíamos almorzado y tiramos para abajo. Ahora, la bajada hasta la carretera, se hace larga y dura. Llevamos, con la tontería, más de siete horas de marcha. Por supuesto, galimba en el bar de la pradera y cogemos nuevamente el autobús que, pese a que dicen que sale cada 15 min. nos tiene allí más de media hora. Al final, la gente se mosquea y empiezan a protestar. Pese a que tiene razón, las formas, señor mío, no son las correctas y ya está....ya hemos arrancado...gracias por erigirse en el defensor de los oprimidos pero no me de un mitin detrás de la oreja todo el trayecto que me está empezando a poner un pelín nervioso.
Hala pues...

domingo, 10 de julio de 2011

GARGANTA DE MIRABAL

Pues no era esta la intención. Habíamos hablado con Pol y Kankel de hacernos la cresta de las Frondiellas, incluida la aguja Cadier, pero problemas de salud de unos y otros (a Kankel se le ha roto noséqué de la pierna y yo llevo cinco días que me voy porlapatabajo) nos han hecho, muy a nuestro pesar, cambiar de marchas...Vamos ha hacer algo relajao y tranquilo. ¿Has hecho el Mirabal?, le pregunto a Pol. ¿No? Pues p'allí que nos vamos. Hay que ir con dos coches, pero vamos a buscar la forma de ir solo con uno. En todas las guías, reseñas e indicaciones nos dicen que es obligatorio ir con dos coches pero a mi me suena que hay un camino que vertebra todo el valle...
Llegamos al Hospital de Tella y, efectivamente, al lado del puente hay un poste de señalización que marca "Mirabal-Estaronillo". Este nos sirve. El camino es muy majo. Apenas salva desnivel y en una hora y cuarto nos deja en el molino de Mirabal. Lástima de lo poco que se transita y de que la vegetación punchuda, punchante y pinchuda esté ganándole terreno. Es una alternativa muy buena para alargar la jornada que, de otra manera, se quedaría un poco corta.
Bueno pues, después de almorzar, nos calzamos el neopreto e iniciamos el descenso. Si no me equivoco es la quinta vez que bajo por aquí. Baja muy majo de agua y, pese a lo caluroso del día, casi está fría. Al poco ya cogemos un grupo de franceses. Todos perfectamente uniformados excepto el guide que va con un neopreno diferente y, en vez de casco, una gorra p'atrás estilo rapero. Mu mal, señor guide, hay que dar ejemplo entre sus clientes y ponerse casco.
El barranco es muy majo. No hace falta la cuerda, pero hay multitud de resaltes y toboganes. Hay zonas muy estrechas y otras un poco más anchas, pero, en general, es un lugar en el que no querría que me pillara una tormenta. Adelantamos hasta cuatro grupos, todos franceses. Todos los guías van con gorra y gafas de sol. Hay que joderse, nosotros vamos a bajar barrancos para la France y los franceses vienen para l'Espagne. No estamos contentos con nada. Bueno, pues eso...que nos ha costado tres horas y cuarto bajarlo, pero muy, muy relajaos. Hemos hecho abundantes fotos y ha habido muchos sitios en los que nos hemos dejado llevar por el agua como si fuéramos trozos de madera. Ya teníamos ganas de hacer algo sin correr, disfrutando del entorno. Al final todo se acaba y nos queda veinte minutos de glera hasta llegar al Hospital de Tella. Cuando llegamos acaban de salir como 50 o 60 adolescentes y adolescentas (francaises también) que se están cambiando al lado de la carretera. No tardará mucho que el gobierno y la DGT prohibirán estas exhibiciones de carne al lado de las carreteras porque provocarán algún accidente...y no sé que más contaros....que estoy mu flojo...¿el baño, por favor?
Hala pues...

lunes, 4 de julio de 2011

AIDY, OURDAYBI, OILLOKI ETA ARRAKO

Que no, que no, que no estoy bolinga ni está aporreando el teclado el perro ni estoy poseído por el maligno, padezco el don de la glosolalia y estoy escribiendo en arameo antiguo. Estos son los barranquillos que hemos bajado este finde y, como sagazmente habréis adivinado, no son de Guara, ni siquiera de Huesca. Esta vez, nos hemos ido, depende a quién preguntes dónde estás, al Pirineo Vasco francés, a Zuberoa, a Iparralde, a les Pyrénées Atlantiques o a Soule-Xiberoa. Al otro lado de la güega, vamos...
La idea inicial era hacer Althagneta, uno de los barrancos estrella y, junto con el Olhadubi, de lo mejorcito del Piri. Problemas de logística, dolores reumáticos de algunos de los que iban a venir y la previsión para el domingo de risque élevé de orages nos hicieron cambiar de itinerarios. Aún así, nos ha salido un finde perfecto...más ya no se puede pedir.
Salimos con Pol a las siete de Biescas. El túnel de Canfranc estaba cerrado así que, por el puerto de Somport bajamos hasta Bedous donde cogemos un desvío a la izquierda que nos lleva a Osse-en Aspe. Allí, cogemos una carretera estrecha y zigzageante que nos habrá de llevar a la estación de la Pierre Saint Martin. Antes, en medio de un bosque mixto precioso (le Forêt d'Issaux) un pequeño arroyo de montaña, sin ninguna entidad aparentemente, ha labrado una garganta espectacular. Es la Gorge d'Aidy. La bajé el año 92 con Santi y Roberto. No me acordaba de nada pero se me quedó la sensación de que había que volver...y no me equivocaba.
Nada más entrar, las paredes se cierran, aquello se encajona y te sumerges prácticamente en una cueva. Lástima que no bajaba agua. Lo majo de estos barrancos de la versant nord es el ambiente amazónico que se respira. Es todo verde, de diferentes tonalidades y matices pero verde. Hasta las rocas están cubiertas de musgo y líquenes (verdes, claro). No hay escapatoria posible...aquello es un callejón cada vez más estrecho y más oscuro con numerosos rápeles cortos. Casi al final, a la izquierda, se abre la boca enorme de una cueva. Conforme te acercas se oye un murmullo que cada vez va a más...al final, parece que dentro de aquel agujero hay un camión acelerando. Es el agua que circula por dentgro y que, por lo que se ve, debe salir de vez en cuando como surgencia. Jodo, que acojono...imagínate que le dá por salir cuando estamos aquí haciendo el moñas...Ya me veo cabalgando sobre la ola hasta Olorón. Varias marmitas llenas de agua (una de ellas es una marmita trampa que me hace sudar más de la cuenta para salir) y algún estrecho más nos llevan hasta donde habíamos dejado el coche. Muuuu bien. Es pronto ¿Vamos tirando hacia Sta. Engracia a ver si nos da tiempo de hacer algo por ahí? Hala pues...
Por la misma carretera, se llega al Col de Labays, muy cerca de la estación de la Pierre de Saint Martin, donde dormiremos. Ahora nos tiramos valle abajo por una carretera estrecha y llena de curvas. Paramos a comer en un restaurante al lado de la carretera y, de paso, planear la estrategia para lo que queda de finde...Este de Ourdaybi tiene buena pinta, una hora de aproximación, tres de recorrido, estrecho, acuático... además hay que hacerlo fuera de época de lluvias y ya hace días que no llueve...al menos en Biescas, aquí no lo sé. Venga, vamos pallá.
Dejamos el coche y empezamos a andar por una carretera estrecha que lleva a multitud de granjas dispersas. De vez en cuando hay pequeños cartelitos verdes de madera que nos confirman que vamos en la dirección correcta. Al final, después de 40 min de andar con un calor agobiante llegamos a la cabecera. Efectivamente, baja agua abundante. Llama la atención en estos barrancos que, lo que parece un pequeño cauce entre bosque y piedras, de repente, se hunde de forma acojonante en apenas unos metros de recorrido. Pasas de ver el sol a estar completamente en penumbra, envuelto de humedad y helechos. Lo malo del barranquillo en cuestión es que no hay escapatoria posible, lo bueno, que no hay escapatoria y eso le da emoción. Eso sí, resbalar, resbala como una pista de hielo. Muy, muy estrecho, el agua justa para darle emoción....es una preciosidad. Es como el Olhadubi o el Bitet pero más corto y quizá sin los pasos técnicos del último. El punto álgido es, sin duda, un rápel de 25 m. por medio de una cascada mientras un afluente se descuelga a tu derecha desde más alto. Es uno de los sitios más majos que he visto en mi vida...y ya tengo cierta edad. Que lástima que ni las fotos ni los videos hacen honor al sitio. Eso es para estar ahí y verlo. Después de ese lugar, todavía nos queda más de 1 km de río hasta el coche. Este trozo se hace pesao y eso que el entorno no pierde ni un ápice de belleza. Al final, los restos de dos coches completamente retorcidos y oxidados, nos dicen que, ahora sí, tenemos la carretera al lado. Una vez secos y cambiados, todavía nos da tiempo de entrar en Santa Engracia a ver la iglesia. Románica, triabsidial, con capiteles historiados y policromados, con un cementerio plagado de estelas discoideas...es un lugar que merece la pena ver si estás por ahí, más todavía cuando nos enteramos que durante unos años, fue propiedad de nuestro rey, Sancho Ramírez. La descripción, como siempre, en la magnífica web de Románico Aragonés. Subimos otra vez por la carretera hasta la estación de esquí a buscar el refugio Jeandel, donde vamos a dormir. Mientras esperamos a Teo y Urbez, caen abundantes galimbas en la terraza con vistas al Anie mientras charramos con el guarda. La mujer del guarda ¿la guardesa? nos pregunta que ¿pourquoi le roi d'Espagne ne va pas a le mariage le Prince Alberto de Monaco? Pufff...ni puta idea, señora...de todas formas nous sommes republicains y lo que haga nuestro roi, siempre que no nos cueste perras, nos la pela bastante. Así, entre chapurreaos y risas llega la hora de la cena. Justo entonces llega Teo y Urbez. Les ha costao, desde Biescas por Echo, Ansó, Zuriza y Belagua dos horas...jodo os ha cundido.
La cena, abundante y contundente, a base de judías, carne de ternera guisada y chocolate.
A las diez estamos en el sobre. Yo, la verdad, es que estoy très fatigué.
A las seis de la mañana se levanta una ventolera de flipar. Ya tenemos aquí la orage. Se jodió hacer barrancos hoy. El caso es que, cuando nos levantamos, está completamente nublado pero no tiene pintas de llover. Es, más bien, ese nublao típico de la France. ¿Nos arriesgamos ha hacer algo? Vanga....Desayunamos, recogemos y nos piramos otra vez valle abajo. El barranco de Oilloki tiene buena pinta. Además pone en la guía que se puede bajar con agua abundante. Pues nada...vamos allá. Con dos coches la cosa es una gozada. Aproximación de 5 min. escasos. Baja cargao de agua y, encima, tiene una presa en cabecera...joder...como llueva ya podemos correr.
Como todos los demás empieza de 0 a 100 en 0,2. Y como todos los demás, resbala que da gusto. Quizá, de los tres que llevamos hechos este sea el más flojo. Aún así, tiene rincones preciosos, cascadas elegantes y son dos horas y media de esfuerzo intenso. Desemboca en el río que drena el valle y aún hay que bajar un rato por medio de una garganta (aquí, cualquier curso de agua, por pequeño que sea, por lo visto, labra una gorge...) y vamos a dar al segundo coche. No solo no hay orage si no que, encima, se ha despejado y hace un día cojonudo...vamos a comer en el mismo sitio que ayer y luego, pasamos a Navarra y nos hacemos Arrako, que está al lado y se va, tambien, de coche a coche. Nos metemos un menú du montagnard a base de panceta, longaniza, morcilla (o algo que se le parece) y huevo frito entre pecho y espalda que, junto con el vino, nos da un jamakuko acojonante ¿Y ahora nos vamos a meter otra vez en el agua????. Cogemos los coches, pasamos a l'autre côté. Bajando por la carretera de Belagua, al poco de pasar por un cuartel abandonado, está el restaurante de la Venta de Juan Pito, famoso por sus costillas asadas. Aquí hay que dejar un coche y, con el otro, bajar cinco km hasta donde desemboca el barranco en el río Esca. De lo que ocurrió desde que dejamos el coche hasta que entramos en el barranco prefiero no entrar en detalles...únicamente decir que Pol ha perdido, definitivamente, el título de guía-rastreador. Pues la verdad es que el barrancucho en cuestión, después de ver los del otro lado, se queda en nada, pobrecico. Hombre, tiene rincones majos pero es muy corto y con poca agua...para pasar el rato, sin más. Se ha ido nublando durante el descenso y, justo cuando salimos, empieza a tronar. Cervecica en la venta y cogemos carretera ya, hacia casa. Olemos a rana que matamos...tengo unas ganas de meterme una ducha de agua caliente...La orage, la que nos habían prometido desde el sábado, al final nos cae entre Jaca y Sabiñánigo. Granizo, rayos, truenos y viento huracanado, Kortatu dixit...que tiempos.
Otro finde inolvidable. Estoy hecho polvo, pero muy contento, esto ha sido la traca fin de fiestas...mañana a currar.
Hala pues...