Boiras y nieve en le Piri. Se veía desde Monrrepós. De la punta para abajo, día completamente despejado pero con una ventolera que meneaba la kangoo en los estrechos de Arguis. Llegamos a Vadiello. Las ocho y media de la mañana, ni un alma. Una airera, traida directamente de Siberia, barría los mallos de Liguerri. Marejada a fuerte marejada, con ratos de mar arbolada, en el embalse. Había unas olas como las que hundieron el Poseidón. Nos cambiamos y nos metemos en el agua. Joder, si me obligaran ha hacer esto para ganarme el pan, los denunciaría a la comisión de derechos humanos de la ONU, pero ya se sabe que sarna con gusto.... Nos cuesta cruzar el embalse una media hora luchando contra el viento que nos echa el agua a la cara. Al otro lado, en el mallo de San Cosme, pega el aire que nos obliga a hablar gritando y, a veces, casi te tira al suelo. Subimos a un colladito, buscamos el mejor sitio para seguir subiendo sorteando panzas de conglomerado (había algún hito) y en menos de una hora estamos en el barranco. Baja un hilito de agua. Empieza suave. Rápeles cortos, poco encajado pero enseguida se verticaliza y encaja. Al final, la cosa se anima. Los rápeles son largos, limpios y en un entorno espectacular. El último te deja a las puertas de las cuevas de la reina. Se trata de antiguos eremitorios, probablemente ocupados desde el siglo VIII, donde la leyenda cuenta que vivía recluída una hermosa princesa. Hoy, los únicos recluídos por un ratito, hemos sido nosotros que, aunque también hermosos (no hay más que ver la foto), tenemos de príncipes lo mismo que de analistas financieros. Mucho rato para recuperar las cuerdas y mucho rato para volver nadando. El viento se ha calmado un poco, estado del embalse: marejadilla. Da un poco de mal rollo nadar en estas aguas. Anda que si llega un siluro o algún monstruo de las profundidades y se nos come algo...claro que también puede salir la hermosa princesa e invitarnos a quedarnos en su palacio submarino rodeados de bellas y cimbreantes huríes bailoteando alrededor mientras escancian olorosos vinos en una copa de oro y diam....José Miguel, cooooo!!!! que ya hemos llegado a la otra orilla. Joder, iba de espaldas y ni me enterao... no sé en qué pensaba.
Salimos, nos cambiamos echando ostias y nos bajamos a comer a la chopera. Esta es la segunda vez, y probablemente la última, que bajo este barranco. No ha estado mal, pero no creo que vuelva.
Después de comer, con los mallos de Liguerri protegiéndonos del viento, nos vamos a la canal del Palomo. Le advierto a Pol. La subí hace 20 años. Igual no tengo güebos ha terminarla. Entonces faltaban clavijas en algunos sitios y sudamos de cojón para subirla. Coge una cuerda porsiaca hay que rapelar. Llegamos a la base y ¡Oh sorpresa! ¡La han equipado como una ferrata! ¡Si tiene cable de vida y todo! ¡Esto es otra cosa! ¡Y le han repuesto las clavijas que faltaban! Pues vaya...yo que pensaba acojonarte aquí.... La cosa es que la canal (que en verdad es un barranco) está cosida entre clavos, clavitos, sirgas y grapas. Decidimos subirla sin agarrar las clavijas nuevas, usando solo las viejas. Al principio lo logramos pero, en algún paso, después de estirarnos todo lo que mi espondilitis me permite, tenemos que agarrarnos a las brillantes. Me fijo en los famosos tritones que viven en las pozas y por los que está prohibido meterse dentro. (y porque el agua está mojada y moja las botas y calcetines y luego es un coñazo andar con el calcero mojao). Hay dos o tres en cada poza. Parece un bloque de pisos, cada uno con su inquilino. Me imagino las conversaciones en la escalera. La tritona de la segunda poza se junta con la de la 4ª B y le dice ¿Sabes que el del quinto se ha liado con la lagarta esa que vive bajo aquella sabina? ¿Qué me dices? ¡Lo que oyes, anfibia! Y además, han denunciao al de la 6ª A porque le baja humedad de arriba.....Ahuu! que ostia me he dao por estar pensando en las avutardas (bueno, en las tritonas). Al final, la canal se acaba y llegamos al pie de un circo ciego por donde, hoy, también se descuelga un hilo de agua. ¿Pero como tuvimos güebos a subir esto hace 20 años sin sirgas y faltando la mitad de las clavijas? Pues eso...porque tenías 20 años y eras un descerebrao, capullin (reflexión en voz alta). La vuelta, equipada con metros y metros de sirga, bordea unas cornisas hacia el este hasta coger una senda que nos vuelve a dejar en el coche. Hay un par de pasos de clavijas antiguas entretenidos pero protegidos por sirga.
Un poco de historia de este barranco lo podemos ver aquí: http://personal.telefonica.terra.es/web/p-guara/canal_palomo02.htm Eran otros tiempos. los escaladores iban con abarcas y todavía no se habían afeminado con tanto goretex, neopreno, simpatex, windstoper y chorradas que nos compramos ahora. En fin, no somos nada...
Desde las ocho y media son las dos y media, con media hora para comer... cinco horas y media sin parar. Oye, que día más majo. He hecho cosas que, cuando las hice la primera vez, todavía no tenía pelo en las orejas. Vamos a echar una galimba pa celebrarlo.
Hala pues...
4 comentarios:
¡menuda odisea digna del Ulises,eso si,luego vas a la playa y te jodes los dedos en un zaborro..
Efectivamente angelpito,los únicos huesos que me he roto han sido jugando a balonmano (la única vez en mi vida) y en Portaventura en un bordillo. Si es que...
Espero estés bien de tus achaques ..., hoy tenía endoloridos los gemelos, eso de bregar con marejada y de espaldas no puede ser bueno. Por cierto, eso de circo ciego con un montón de agujeros en la pared no se lo cree nadie, je, je
Me puedes poner una foto, mía, en seguidores?, es que a mi no me deja .... A ser posible que sea maja. Gracias
Publicar un comentario