Planta herbácea, anual, de la familia de las ranunculáceas. (Aconitum sp.) Existen dos especies en el Pirineo, el A. napellus, de color azul oscuro y el A. vulparia de color amarillo. Ambos tienen en común medrar en zonas encharcadas y sobre substrato silíceo. Especie extremadamente venenosa, dos gramos de cualquier parte de la planta bastan para matar una persona. Se usó profusamente para envenenar lobos y osos y, probablemente, para cometer asesinatos.
La mitología cuenta que la planta nació de la baba del can Cerbero – perro tricéfalo guardián de las puertas del infierno en la mitología griega- cuando Hércules, en el último de sus doce trabajos encargados por su primo Euristeo, lo capturó. El héroe, se presentó con la bestia atada ante el gobernante tebano y éste huyó horrorizado. El semidios, ante esta reacción, devolvió al perro a las puertas del Hades donde continúa guardándolas por toda la eternidad.
Como todas las plantas tóxicas, también ésta a sido relacionada con prácticas brujeriles aunque no presenta propiedades enteógenas y su uso, y aún manejo, resulta muy peligroso.
El acónito lo podemos encontrar a orillas de ríos y barrancos en valles pirenaicos cuyo sustrato sea ácido. Normalmente cerca de los batolitos graníticos (Cabecera del río Aguaslimpias y Caldarés en la Bal de Tena y Bal de Benás.)
Ya veis. 2 gramos de planta (preferiblemente raíz) y se acabó pagar la hipoteca, discutir con la parienta, preocuparse por si los hijos llegan tarde a casa o fuman porros...es o no es útil la hierba en cuestión.
Hala pues....
1 comentario:
Madre mía... la de veces que habré visto esa planta y yo tan tranquilo.
Entre la mandrágora y el acónito, podemos preparar unas ensaladas de muerte. ;-D
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