Domingo 2 de febrero. Entre borrasca y borrasca, se intuye una ventana de buen tiempo. Y a dónde vamos??? Por arriba ni de broma. Aparte de que no apetece (que bastante frío pasamos ya en el día a día en el fondo de valle) hay una ventisca fina filipina que se resiste a marchar. Sobrepuerto es un valor seguro. Además, tengo pendiente recorrer un camino nuevo que ha redescubierto y limpiado (él solo muchos días y con algún amigo/a los menos) el incansable Enrique. Así que lo llamo para confirmar que está transitable y me dice que, si quiero, me acompaña. Hombre que no!!! Cojonudo tú. Al final, somos Enrique, Mamen, Kankel y yo los que nos juntamos en Bergua en una de las pocas mañanas soleadas que nos ha brindado este año. Nos acompaña, claro, el Yeti.
Para ir a Cillas desde Bergua hasta ahora, solo se podía cogiendo el Pr que sale dirección oeste paralelo a la pista. Es un camino majo, apto para cualquier época menos el invierno ya que discurre mucho rato por la umbría y hay que cruzar el barranco d'a Pera por unas inestables y acojonantes (dícese de lo que produce acojono, miedo o congoja) troncos a modo de pasarela. Este lo recorrí hace ya un tiempo. Lo tenéis reseñado aquí.
Bueno, pues el caso es que, esta senda, se llama la senda d'o Solán d'Arrás y se caracteriza, como su propio nombre indica, que discurre por un solano. Arrás, voces mucho más autorizadas que la mía, nos dicen que probablemente, proceda de lenguas preindoeuropeas
donde el sufijo Arr- indica lugar áspero y agreste. La
abundancia de estratos rocosos que vuelan sobre nuestras cabezas, quizá
confirmen esta afirmación.
Porque si, queridos y queridas amiguitos y amiguitas, para coger esta nueva senda hay que bajar hasta las archiconocidas y archipateadas pasarelas de Bergua y coger la senda que nos lleva a Basarán por la umbría d'o barranco A Glera. A los pocos minutos, Enrique colocó un poste con una señal que nos indica que, por allí, iremos a Cillas en apenas 70 min.
Al principio sube con ganas mediante cortas lazadas pero enseguida coge cota y, mucho más suave, rodea la base de la corona de Cillas. Al final, entre pinos al principio y caxicos y fajas después, teniendo justo en frente el lugar de Sasa, llegamos a empalmar (o confluir) con el PR antedicho a pocos metros del barranco Arnitio. A partir de ahora la senda ya es común. Le recorremos y llegamos en breve a la ermita de San Bartolomé donde paramos a echar un bocao que, entre pitos y flautas, llevamos casi dos horas andando.
Una vez almorzaos y con buenos tragazos de vino en el cuerpo, Enrique y Mamen se van a explorar nuevos caminos y Kankel y yo nos vamos de rulo pues éste buen mozo no conoce los secretos de estos parajes y uno, que ya lleva días andando por aquí, se los pretende mostrar.
Así, con Oturia cubierta de nubes como testigo mudo (boira en a Outuría, augua a l'otrol día se decía por estos parajes) llegamos al arruinado lugar de Cillas donde cada vez hay menos que ver. Si acaso, la ermita de San Vicente resiste con dignidad, aunque herida de muerte, los embates del invierno, los expoliadores y las vacas que se refugian en ella y se rascan en sus jambas hasta que la tiren.
A mi me parece bien lo de subir las vacas a estos parajes en verano, por supuesto. Y que hay que apoyar la ganadería y todas esas milongas, claro que sí. Pero que las vacas campen absolutamente por todas partes, pues no me parece bien, qué quieres que te diga. Todavía vive gente que tiene a sus padres o abuelos enterrados en esos cementerios donde ahora se cagan esos bóvidos que no se caracterizan, precisamente, por su inteligencia y discernimiento. Quizir, que ya que hay monte más que suficiente, tampoco estaría de más que los ganaderos que suben allí los bichos éstos, se molestaran en evitar que circulen por dentro de pueblos, cementerios e iglesias...es una cuestión, a mi modo de ver, de respeto elemental.
Bueno, pues comentando estos razonamientos, y otros que no vienen al caso, salimos del pueblo en dirección a septentrión por el antiguo camino que abandonamos al poco para coger la pista que nos llevará, con nieve abundante, a pasar por al lado de las ruinas de la ermita de San Blas (Pa Santa Aguedeta -5 de febrero- a nieu hasta a bragueta, pa san Blas -3 de febrero- un palmo más...) y poco después a la Cruz de Basarán donde cogemos la senda que, en pocos minutos, nos lleva a este pueblo.
Justo llegando nos juntamos, sorprendentemente, con unos conocidos con los que charramos un rato hasta que el aire que se ha levantado nos invita a marchar cuanto antes, que empieza a hacer un frío que pela.
En Basarán, ruina, ruina y más ruina, cogemos otra senda (cada vez más desdibujada) que baja a buscar el barranco d'a Glera al que llegamos tras hacer cientos de lazadas (bueno,...igual cientos no hay pero ochenta seguro!!!) paralelos al barranco Abe que bajamos este otoño y que ruge a nuestra derecha.
Como me temía, baja furo de cojones y para cruzar nos las vamos a ver. Más si cabe, cuando las dos orillas están heladas y un salto desafortunado dará con nuestros cuerpos (y nuestras mochilas, y nuestros teléfonos, y nuestras cámaras, y nuestras gafas y nuestra comida...) en una poza que cubre suficiente como para amargarnos el día. Kankel se la juega y salta. El Yeti también. Yo, mucho más comedido y prudente, opto por descalzarme. Jodo...pues no se lo que ha sido peor. Salgo con los pies moraos y con el agua que me ha llegado bastante más arriba de la rodilla mojándome todos los pantalones. Venga va, no passssa ná. A disfrutar d'o Puen d'as Crabas.
Después de hacer fotos y asomarnos al inicio de la garganta, cogemos la senda que va por la orilla izquierda orográfica y que, en poco más de 30 minutos nos lleva a la confluencia del barrando d'a Glera con el d'a Pera justo en el único momento del día que entra el sol. Este va a ser el colofón perfecto a la jornada. Paramos, nos descalzamos, nos echamos largos en esas losas que están tibias y nos solazamos un rato (por separado, que os veo venir) antes de comernos los bocadillos y rematar las existencias de vino y té que portamos.
Ahora ya está. Una subida de pocos minutos a Bergua, un vistazo a ver si hay alguien conocido (que no hay), llamada a Enrique para asegurarnos que están bien y no se han caído en algún pozo y bajada a Fiscal donde cae una galimbaza mientras el sol declina y nos calentamos la riñonera en el hogar del bar.
Hala pues...
3 comentarios:
Da gusto leer tus crónicas, y si son del Sobrepuerto aun más. Te estaría agradecido si me dijeses una circular por está zona que cogiera lo mejorcito de esta zona, que yo apenas he realizado un par de rutas. Un saludo
Pufff, pues anda que no es complicao!!!
A mi me gusta mucho la de Bergua-Escartín-Otal por el sendero de Matils y vuelta por el fondo del barranco. Esa para primavera o principios de verano.
Si lo que quieres es ver pueblos, Bergua-Sasa-Cortillas-Cillas-Basarán y vuelta a Bergua, bien por o paco o bien por o Puén d'as crabas. Ambas son durillas pero se pueden hacer muy bien en un día largo de primavera-verano.
De todas formas, te voy a dar una primicia. Todavía no es seguro, pero hay muchas posibilidades de que en mayo o junio organicemos, con motivo de la presentación de un libro sobre este espacio, una ruta de dos días durmiendo en el albergue de Cortillas. La guiaría yo y alguno más y pasaremos por todos los pueblos y por los lugares más significativos. Habrá vehículo de apoyo, seguro de participación, y cena colectiva a base de carne a la brasa, que nos lo habremos ganao... Ya iremos informando.
Saludos.
¡AIBA TÚ! que no me había leído este post... si es que últimamente estoy tan ocupada que ni leo ni escribo ni voy al monte ni ná de ná... ¡uuuff!
Maja ruta, no esperaba menos de tí.
Ale pues!
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