Dicen los que entienden de esto, que en el Piri hay 50 picos imprescindibles y que, para ser pirineista, hay que subirlos todos, al menos una vez. Yo ya llevo bastantes, y, aunque no estoy muy de acuerdo con la lista en cuestión,
de vez en cuando me la miro para sacar ideas. Bueno, pues éste al que subimos el sábado sabadete, es uno de los que son imprescindibles junto con otro que tiene casi al lado, el Grand Gaziés.Vayamos por partes. Quedamos con Kankel a las ocho ya que yo el viernes trasnocho y empiezo a estar un poco hasta los peltreques de dormir cinco horas diarias. Pues carretera hacia la frontière. Justo hasta la divisoria de aguas entre el Mediterráneo y el Atlántico hace un día radiante, espléndido, maravilloso, wonderful...pero amigo mío, en que empezamos a bajar el valle de Ossau se nos echa la niebla encima y el día se torna, en poquísimos minutos, en un día típicamente francés de cielos plomizos y humedad por todas partes. Jodeeeeer...bueno, no passa naaa, llevamos el track en el gipi y con un poco de suerte ¿Cuánto tiene ese monte? ¿2613? a lo mejor hasta tenemos sol y mar de nubes. La cosa es que pasamos Laruns, cogemos carretera al Col del Aubisque y no solo no tiene intención de despejar si no que empieza a llover. En Eaux bonnes vemos un montón de gente que se está preparando para andar...esto es una buena señal ¿no? alguno de estos francaises habrá mirao la previsión pa este côté...al final llegamos a Gourette. Ya no llueve y la
niebla, parece, es menos espesa. Hala, sin pensarlo...Aparcamos en un parking lleno de randoneurs que se dispersan en todas direcciones menos hacia donde tenemos que ir nosotros.
Pues hombre, el principio de la ruta, maja, lo que se dice maja, no es...hay que subir a cuchillo por medio de las pistas de ejkí buscándote un poco la vida ya que el palomo que grabó el track éste estaba muy fuerte y subía de frente.
mas de una hora subimos así, sin una gota de viento, entre niebla, sudando como cochinillos y sin saber exactamente a donde vamos...hasta que, de repente, rebasamos la niebla y aparece, como si fuera una manifestación celestial, el peñasco a donde queremos subir. A nuestras espaldas, un espeso mar de nubes cubre toda la France. Joderrrrr ¡Qué majo tío! Pues la verdad es que si, que pese a los hierros, cañones, cables, sirgas, edificios, desmontes, balsas, vallas y todos los trastos que son imprescindibles para practicar este deporte y que hemos dejado atrás, el Pic de Ger se presenta como una mole caliza con paredes verticales y extraplomadas, macizo y aparentemente inexpugnable. Llevamos un track para subir por lo que llaman la échelle d'es isards ...¿que? ¡ah!, que no sabéis idiomas...pobrecicos míos... pues la escala de los sarrios ¡hombre!, eso significa. Jodo, pues, por donde aparentemente va (la mentada escala), es poco menos que imposible subir...Aparece un señor. Bonjour Monsieur, vous savez où es le chemin pour aller a le échelle d'es isards? no, no, ye suis español, ye ne comprenpá, contesta. Joder, y yo también, aunque, como esto siga así, me voy a empadronar en Liechtenstein. Charramos un rato y llegamos a la conclusión que la echelle dichosa tiene que ser esa fisura que escasamente se marca en medio de una pared vertical y por donde se nos acaban de quitar las ganas de subir.
Vamos a almorzar, a ver si después de dos tragos de vino lo vemos más claro....
Pues pa mí que no, que vamos a subir por donde suben las personas y déjate de por donde suben los sarrios que ellos tienen cuatro patas y cuernos y nosotros tres y no tenemos cuernos....creo.
A partir de allí, se alcanza un collado, se deja atrás definitivamente la estación y entramos en un valle pedregoso en cuyo fondo vemos, todavía helados, dos ibones. Son los ibones de Pláa de Ségouné. Hemos entrado, de repente en un terreno lunar, sin apenas vegetación excepto pequeñas manchas de Salix pirenaica, la muy rara Ranunculus parnassifolius y la extraordinaria, bellísima y buscada Dryas octopetala. Ésta última abunda extraordinariamente y, aunque está un poco pasada la flor, todavía hay ejemplares que se dejan fotografiar, cosa que hago con sumo gusto contando con la paciencia de Kankel que me espera cada vez que me echo largo entre exclamaciones de asombro.
Lo que costaría pasar media hora casi nos cuesta una, pero es que la ocasión lo requiere.
La senda se empina, asciende por medio de una canchalera penosa, flanquea el pico de Rognon de Ger y nos lleva a un collado donde nos juntamos con varios franceses que ya bajan. En el collado se cambia de vertiente, incluso se baja un poco, para volver a coger otra enorme canchalera que flanquea toda la montaña por su cara oeste.
Se sube a otro colladito y se llega un pequeño plano herboso completamente cubierto de Armeria alpina, y que también fotografío, por supuesto. Desde allí se ve, desafiante e enhiesta como picha de novio, la pirámide cimera del Pic.
Ese tramo es muy inclinado y, sin ser difícil, hay que apoyar las manos en alguna ocasión, incluida una pequeña chimenea que te deja en la misma cima. Joooooooooodo....ahora se por qué hay que subir este pico pese a la estación de ejkí. La vista es sublime, maravillosa, perfecta, ideal. Toda la face nord del Piri en Full HD mientras que un espeso mar de nubes se pierde hacia el norte divisándose, perfectamente, la curvatura de la tierra.
Casi una hora estamos en la cima. Hasta me echo un minisueño con una temperatura ideal, sin nada de viento y sin perder el tiempo mandando guachas y gilipolleces de esas que hacemos últimamente cuando subimos a un pico pues, en la France, como no estés agudo, te meten una clavadas que lo flipas cuando llega la factura.
Al final, aunque esto es algo bastante cercano al paraíso, decidimos que deberíamos bajar ya, cosa que hacemos tras desentumecer los músculos que ya se habían acostumbrado a la apatía y dejadez que nos embargaba.
Pues la bajada, sin misterio. Volvemos a recorrer el camino de subida, parando otra vez a hacer alguna foto, y bajamos por las pistas que esquí acortando las lazadas de forma y manera que, cuando nos queremos dar cuenta, estamos otra vez en el parking de Gourette más contentos que chupilla. Mientras nos cambiamos tenemos una docena de maromos, depilaos, musculaos, aceitaos de crema solar y haciendo poses al lado nuestro mientras se abrazan y se hacen gestos procaces. Sin duda se trata de una delegación del Circuit Festival de Barcelona que ha debido venir a la France a publicitar el evento.
Sin prisa, pero sin descuidarnos y sin agacharnos, nos cambiamos e iniciamos la vuelta. ¿Galima aquí o en la Frontera? En la frontera, por supuesto, pero en el lado español. Y no es por patriotismo, es que aquí te meten unas clavadas que la última aún me duele (que es muy cara la cerveza en Francia, quería decir, no me refería a otra cosa...).
Largas retenciones dos km antes de la frontera ya que ha habido un accidente. Una moto, que subía, se ha empotrao contra un coche y la moto y sus dos ocupantes están en el fondo del barranco atendidos por les pompiers y la gendarmerie mientras un helicóptero aterriza en un lugar que parece imposible que quepa.
Pues aún se nos ha hecho más sed después de esta retención...Pa mí una de litro, que el día lo ha merecido.
Hala pues...
3 comentarios:
Hola JM,
Ese lo tengo yo pendiente también, en mi lista particular.
Lo voy dejando precisamente porque lo de atravesar la estación de esquí me tira un poco para atrás.
Pero por lo que cuentas merece la pena por las vistas.
Saludos!
¡ Como está el monte que hasta cambiarse de ropa en el aparcamiento sea una actividad de riesgo! Habrá que ir con doble calzoncillo por si acaso.
Llamativa la foto del ibón helado a estas alturas de agosto, lo de subir por una estación de esquí es lo mas triste del mundo para un amante de las montaña.
Saludos.
David, hay otra ruta para subir al Ger desde Eaux chaudes. No se por donde va pero debe ser bastante más largo y bastante más majo, también. De cualquier forma, no te lo pierdas, la última hora de ascensión y, sobretodo las vistas, son insuperables.
Saludos.
Bruno, si a todo. Incluido lo del doble calzoncillo. X-D
Y es verdad, lo de las estaciones de esquí son la peor lacra del Piri. Afortunadamente, queda mucho monte todavía sin hierros...
Gracias por pasaros.
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