Finde bien completo y bien majo el que hemos pasado, si señor. Como el año pasado, Paco había organizado una ruta con sus amigos de Madrid. La tenía pensada desde enero y el refugio de Bachimaña reservado desde esa fecha. Al final vienen dos menos pero las plazas sobrantes las cubren Urbez y Teo.
Siete de la mañana en Biescas. Llega Pepe, Alfonso y Jacinto por parte de los madrileños, Paco por parte de los almendr...zaragozanos y Urbez y Yo por parte de los pelaires. Teo, que tiene que currar por la mañana, subirá esta tarde.
Aparcamos en el balneario e iniciamos la concurridísima ruta que sube al refugio nuevo de Bachimaña y en el que yo, todavía no he estado.
El año pasado por estas fechas bajamos el barranco de Caldarés en un día bien majo y bien intenso. Este año, mucho tiene que cambiar la cosa para que se pueda bajar éste con el mangazo de agua que llevamos a nuestra derecha.
Con toda tranquilidad, disfrutando del paisaje, del frescor salvaje del caribe y de la compañía llegamos a la cuesta el fraile y poco después al refugio de Bachimaña.
Escasamente entramos. Confirmamos la reserva, nos dejan unas taquillas para que dejemos sacos y demás aditamentos que no vamos a emplear hoy y nos vamos senda arriba bordeando el gigantesco ibón hasta el cruce de caminos que lleva al collado de Tebarray a la izquierda y el de Marcadau a la derecha. Como tenemos intención de subir a los Infiernos (O quixada de Pondiellos que ye como se clama n'aragonés ixe món) el domingo vamos a subir al pico de Marcadau, situado a la derecha del collado homónimo, paso natural que debió ser a la France de paqueteros o contrabandistas, huidos de guerras, legiones romanas y hoy de macuteros. montañeros y paseantes. Además, hay una cresta con pasos de II, a ver como se desenvuelven mis acompañantes en esos entornos antes de meterlos en berenjenales mayores.
El camino flanquea una ladera que se desprende desde la Punta Zarre, llanea e incluso baja a ratos hasta llegar a la altura de los ibones de Pezico todavía medio helados.
Aunque el día es bueno y apenas hay nubes, de un rato a esta aparte, se ha levantado un viento que va a más. El tramo de camino que hay desde el ibón de Pezico hasta el collado es ododoso...madre de Dios ¿de dónde coño ha salido este viento? Viento racheado, de sur, que tratamos de esquivar como podemos hasta llegar al llamado en los mapas Pico de Marcadau Norte o pico de la Muga norte (2676 m. de vellón).Por supuesto, en estas condiciones ni nos planteamos hacer la cresta. Ha habido ratos subiendo que casi nos tiraba. Curiosamente, a pocos metros que bajes por el lado norte (y pocos que se puede bajar antes de despeñarte) se está de muerte. Así que amallatamos allí un rato, nos echamos cuatro tragos mientras disfrutamos del magnífico paisaje y decidimos que sí, que ya vale y que nos vamos para abajo tranquilamente.
Desandamos el camino hasta el cruce de sendas. Pues hambre, lo que se dice hambre, no hay mucha, pero aún así, vamos a comer algo. Paramos allí mientras desfilan delante nuestro decenas de personas y algunos animales. Los que bajan del collado de Tebarray, los que bajan de Marcadau, los que suben de Bachimaña...ese es el sitio ideal para ver la variada fauna estival que puebla estas montañas.
Después de comer, se apodera de nosotros una pereza acojonante. Si es que alguno se ha levantao a las cuatro de la mañana y otro se ha acostado a las dos...jamakuko que nos pega y que nos deja a todos fritos un rato.
Nos despertamos, nos desperezamos como los osos e iniciamos, otra vez el camino al refugio al que llegamos en apenas media hora.
Oooooooooohhhhhhhh!!!!!!!! ¡Pedazo refugio tíííío!!!!.
Me vais a permitir, llegados a este punto, una reflexión de abuelo cebolleta. Cuando empecé a subir por estos montes, allá por los años 80 y pico, los refugios eran eso. Apenas cuatro paredes con tejados con goteras, camastros (donde los había), mierda en el suelo, ratones que se te comían los bocatas y estanterías roñosas con sacos medio vacíos de sal, alguna botella de aceite rancio y pedazos de vela. En algunos, lujo supremo, había una emisora (que nunca supimos si funcionaba o no) para llamar a no sé quien en caso de marrón. Si excluimos los ratones y algún armiño, estaban poblados, por individuos del género masculino y muy pocas féminas aquejadas de androginia con lo que, aquello, olía a una mezcla de testosterona, sudor, tabaco y porros.
El refugio de Bachimaña, sin embargo, es un edificio grande, amplio, limpio, con habitaciones con literas donde te puedes cruzar dos si frotarte, taquillas nuevas con monedita estilo carro del mercadona y lleno de especímenes en los que abundan, afortunadamente, los del género femenino bien proporcionadas y con los atributos, propios de su sexo, muy bien puestos. Of course, no se puede fumar y como incluso ¡¡Tiene duchas con agua caliente!!! aquello no huele a nada característico.
La tarde la pasamos charrando con unos y con otros, echando cervezas, buscando cobertura como gilipollas (por suerte, no somos los únicos todos hacen el mismo gesto cuando salen...poner el teléfono en alto y andar como sonámbulos en busca de una rayita) y esperando a Teo que llegará para cenar. Yo, hasta bajo al refugio viejo (del que guardo muy gratos recuerdos) en un acto de nostalgia.
Cena a las ocho en un comedor atestado de gente. Mesas de a seis personas. Menú compuesto de macarrones como pa una boda, ensalada y un muslo de pollo per cápita. Agua ¡¡¡¡Y vino sin pedirlo!!!!. Decididamente los tiempos, abuelo, han cambiado a mejor.
Poco más da de si el día. Un té en la terraza, donde se está de muerte, y algunos nos subimos a dormir mientras otros se quedan charrando un rato.
No me entero cuando llegan pero a la mañana siguiente el primer comentario es, como no podía ser de otra forma, de lo bien y a gusto que duermo, de lo que resoplo y de que joder macho que envidia dormir así...pues que le vamos a hacer...tengo la conciencia tranquila y tengo facilidad para dormir...eso malo no es ¿no?
Después de desayunar, salimos del refugio una procesión enorme, yo calculo unos 60 a ojo y casi todos y todas en la misma dirección, a buscar nuestro momento de gloria en los dominios de Belcebú.
Hasta los ibones azules vamos todos en reata, como las ovejas, pero allí ya se van haciendo grupos y se va partiendo la caravana. Un primer nevero hace de esclusa. Muchos se quedan a equiparse con pinchos y demás y otros, más chulos que un ocho, subimos a pelo por una nieve que está blanda y suave como un osito de mimosín. Un trozo en seco, otro nevero y sin apenas darnos cuenta nos
plantamos en el collado de Tebarray, lugar espectacular donde los haya y donde los de la capital se quedan ojipláticos ante el espectáculo que se les ofrece.
Echamos un bocao y Jacinto dice que se queda, que a sus 68 años ya le vale y que ya ha hecho demasiado. Joder, ya me gustaría a mi llegar a esa edad como tú estás.
Después de almorzar emprendemos esa ladera a mala cara. No es difícil pero es un poco coñazo tanta piedra suelta y el camino tan empinado.
La normal presenta un nevero alargado y nostros nos desviamos a la izquierda para llegar al pico de Garmo Blanco, de 2980 m. y desde donde la arista hacia el infierno occidental acojona. Pues no se si será por eso, o por que hace viento o por otra cosa, pero Teo y Alfonso dicen que no pasan de aquí y que se bajan. Nos quedamos pues, Paco, Urbez, Pepe y el que suscribe. Destrepamos una chimenea y vamos a coger la normal que va por el sur, por una vira justo donde contactan las corneanas calcáreas que forman la famosa marmolera con los esquistos, mucho más blandos y erosionables, que son predominantes. Nos unimos, nuevamente, a la romería y sin problemas llegamos a la cumbre occidental (3073 m. cm. arriba, cm. abajo). Fotos, apretones de mano y felicitaciones a Urbez pues hoy se ha desprecintao en esto de subir tresmiles y, como en otros eventos de esta vida, hay cosas que solo se pueden hacer una vez por primera vez. De allí al central, a donde se encamina la romería, hay un paseo aéreo por una cresta que merece la pena recorrer para sentir en tus carnes la llamada del abismo. Cosa que hacemos, claro. Infierno central (3082 m.) donde paramos a hacernos fotos y a charrar con unos y con otros durante un buen rato.
Se instala la relajación y el abandono en nuestros cuerpos serranos así que, mientras todo el mundo va a hacer el Infierno oriental, nosotros nos quedamos con tres chicas que, abandonadas por sus compañeros en pos de ganar unos metros más, tienen ganas de charrar con nosotros en vez de trepar y destrepar otro peñasco que, por lo demás, está allí mismo.
Bueno, que nos vamos, que nos están esperando abajo los demás.
Vuelta por el mismo sitio, esta vez solos, nuevo paso por la vira, nuevo trepe al Garmo blanco, donde paramos a comer mientras cientos, sí, sí, cientos de milanos planean sobre nuestras cabezas y bajada mortal romperrodillas al collado de Tebarray. Ya está todo hecho. Paseo hasta los ibones azules, petaos de gente y descenso al cruce de caminos donde nos están esperando los demás (durmiendo) para comer al sol.
Pues ya está. Bajada al refugio, recogemos algunas cosas que habíamos dejado allí, pagamos y por la cuesta el fraile colorín colorao esta andada se ha acabao...
Pa mí una jarra de litro, helada si pué ser.
Hala pues...
¿Rescates de pago o gratuitos? ¿Incluso en imprudencias graves?
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El fin de semana pasado en el Teide, en 3 días se tuvo que rescatar a 130
personas, por no ir preparadas ni equipadas. Justo ese mismo fin de semana
en Ara...
Hace 11 horas
5 comentarios:
¡Que razón tienes con lo de los refugios! esto no es lo que fué jejeje. Yo he llegado hasta a pillar pulgas en uno, concretamente en el de ... ¡ostras tú! el alzheimer... bueno, uno que hay por encima de Añisclo, en pasar los sestrales...
Pero bueno, a todo esto, lo de las féminas de entonces, que eso de la androginia no era mi caso ni el de mis compis que las tenemos todas bien puestas, si eso.
Los Infiernos los recuerdo, como su propio nombre indica, como un auténtico infierno... viví la peor tormenta que se puede vivir jamás en la vida, a rastras tú que bajé hasta los azules ¡pabernos matau! aquello era como estar dentro de una lavadora centrifugando. Pero luego recuerdo también la calma tras la tormenta, se quedó una tarde limpia y preciosa. Valió mucho la pena el sufrimiento... en fin.
Ale pues! a ver si hay c*j*n*s de pasarse por Güeskonsin pa las fiestas, no es un reto, es una amenaza jejeje.
Salud!
Dende que es refugios ya no puten a choto no ye el mismo :-D
La zaguer vegata que durmié yo en un, en Lavasar, baixemos que espantanos a's chabalins.
Qué pena no conoixer millor la Val de Tena, pero no me sé rematar las mías montanyas...
Salut.
Estimada Pirene:
No tuve la fortuna de coincidir ni contigo ni con tus compis en aquellos años...probablemente la percepción que tengo de los refugios (y de la gente que los habitaba) hubiera cambiado.
Y por lo demás, no, no voy a tener c*j*n*s de bajar a Güeskonsin...el cupo de fiesta-baile-alcohol lo tengo rebasado ya con las de Sabiñánigo y aún me quedan las de Biescas...que me conozco y cuando se me calienta el morro....
Hala, disfruta de San Lorenzo.
Chabier...ya lo te e dito bella begata...yo foi de guía en a Bal de Tena y tu me fas o propio en a Bal de Bielsa...ye cosa de ponernos d'alcuerdo...un diya (o dos) cada añada nos poderbanos escapar ¿no?
Ixo ye feto, quan torne a estar temporada de flors el femos, encara que no m'importaría mica que m'amostrases es fabolars este agüerro. Salut.
Fantastic!
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