Así pues, salimos a las siete y media de VillaCloro Pol, Roberto y yo. El perro, esta vez, se queda en casa ya que no tenemos crampones ni piolet para él. Aparte de los alimentos y bebidas propios para la actividad, llevamos ropa de sobra (no en vano nos vamos a meter en un corredor orientado al norte en el que no vamos a ver el sol hasta que lleguemos arriba), cuerdas, hierros variados, piolets y demás artilugios para llevar a feliz término la actividad.
Antes de llegar, conforme vamos subiendo valle arriba, nos tememos que, o mucho cambia el panorama, o vamos a tener el corredor regular tirando a mal por falta de hielo y nieve.
Pues mal no está, no....está peor... más seco que el ojo un tuerto. En estas condiciones los resaltes serán paredes extraplomadas en las que un espondilítico como yo las va a pasar de a metro....afortunadamente teníamos un plan B.
Hace tiempo que había visto en una revista una circular bien maja por el Pic d'Acué, al otro lado de la muga...pallí que vamos.
Cruzamos raudos y veloces el túnel de Somport (bueno, veloces no, a 80, que hay ráderes y si no te crujen) y nada más salir nos desviamos a la izquierda, hacia las Forges d'Abel. Dos o tres km de carretera cubierta de hielo y nieve nos dejan en una pequeña central eléctrica metros antes del parquing de Espelunguère hasta donde está permitida la circulación...ya veremos a la bajada que risa nos va a dar rodar por aquí.
Empezamos a andar por una pista mientras descubrimos y sufrimos el desconcertante fenómeno de la inversión térmica según el cual, conforme vamos ganando altura, cada vez hay menos hielo y nieve, el suelo está cada vez más seco y cada vez hace más calor...y eso que aún no nos pega el sol. La pista sube con ganas, nos mete dentro de los límites del Parc National des Pyrénées paralela (nos hemos dado cuenta después) al HRP (Haute Randonnée Pyrénéenne) que en este sector forma parte de la famosa Senda de Camille. Muy arriba, en el plateau de Caillabère, nos coge el sol y paramos a echar al cuerpo un bocao. Calor de mayo...bajan los barrancos como si fuera esto el deshielo. Una vez saciados e hidratados, continuamos hacia el collado de Couecq. La senda sube muy suave, pasa al lado de una cabane de berger situada a 1700 m., donde empezamos a pisar nieve de forma continua, y serpentea entre grandes bloques de conglomerados permotriásicos. En realidad, todo lo que estamos recorriendo, está formado por esas rocas rojizas, originadas por el desmantelamiento de un primitivo Pirineo que encontramos, sobre todo, en la zona oriental de la cordillera. Por solidaridad con Roberto no nos hemos cogido raquetas y la verdad es que se anda bastante bien. Hay una capa muy dura debajo y otra, de apenas cuatro dedos, encima de ésta. Pues así, chino chano, hundiéndonos alguna vez hasta la rodilla pero comodamente la mayor parte del recorrido. Conforme subimos vemos que, el agreste pico que tenemos a la izquierda y que pensábamos que era el Acué, va quedando abajo. Se trata del Pico Gabedaille, apenas 19 m. más bajo.
En el collado los horizontes se abren hacia el oeste dejándonos ver todo el sector pirenaico que va desde el Anie hasta el Bisaurín. Justo al lado nuestro, pero muchos metros más abajo, culebrean los meandros de Aguas tuertas de Echo. A nuestra espalda, hace ratos que asoma Collarada, Anayet o el Midí.
Bordeamos el Gabedaille por el oeste. Pese a estar en una umbría donde la nieve está dura como el cristal, la temperatura sigue siendo primaveral. Hacemos un flanqueo hasta llegar a una arista que se descuelga del pico (ahora si que lo vemos) y subimos por ella. Los ultimos metros se afila notablemente y, sin ser peligrosa, nos hace ir con cuidado porque la caida es acojonante hacia ambos lados. Un pequeño resalte rocoso y nos plantamos en la diminuta cima.
Excepto hacia el sur, donde tenemos todo el cordal del Bisaurín, Bernera y Aspe, hacia las otras tres direcciones la vista se pierde en el infinito. Hacemos alguna foto, comemos algo y disfrutamos de un día de enero a más de 2200 m. de altitud sin gota de viento.
Para hacer la circular que nos hemos propuesto hay que destrepar unos metros y tirarnos por una pala muy inclinada al principio que baja directa hacia el Puerto de Escalé. Aquí ya se hunde bastante más la nieve lo que ralentiza la bajada notablemente. Además, hay que destrepar numerosas barreras rocosas lo que, con crampones, no resulta nada cómodo. Nos llama la atención que, en una zona con nieve, algún bicho a excavado dos trincheras de más de un metro de profundidad y dos y medio de largo. ¿marmotas? ¿jabalises? ¿sarrios buscando raíces? ¿alienígenas buscando minerales misteriosos? ¿Rajoy y sus secuaces empezando a desmantelar, como están haciendo con todo, también las montañas? Ni puta idea... pero no habíamos visto algo así nunca.
Al final llegamos a una zona llana donde vamos a comer al sol. Acojonante tú. Nos podemos quitar camisetas y todo, como si estuviéramos en la playa.
Lo malo viene luego. Nos pega una galbana que cualquiera mueve con lo bien que se está aquí...De todas formas, el sol está empezando a esconderse tras la Sierra Bernera y vas a ver tú lo que es bajar la temperatura en picao...hala, vámonos.
Un trozo llano nos lleva a un nuevo collado, esta vez el de Escale d'Aigue Torte por donde cruzamos nuevamente la frontière y nos volvemos a meter en la France. Justo en el collado salen dos senderos, uno a la izquierda y otro a la derecha. Ambos parecen confluir bastante más abajo. Nos vamos por el de la izquierda que está orientado al sur y que tiene bastante menos nieve. Nos introducimos en un precioso hayedo, donde hay ejemplares espectaculares en tamaño y edad, y llegamos a la cabane de Espelunguère hasta donde llega una pista. Solo hay que seguirla en descenso, para empalmar con la que hemos subido esta mañana y de allí, en pocos minutos, al coche.
Mientras que por donde hemos andado hacía una temperatura cojonuda, aquí abajo no ha entrado el sol en todo el día y sigue haciedo un frío que pela. A ver si no hacemos la risa ahora para bajar por esta carretera helada. Pues no, la Kangoo se comporta como una campeona y nos deja sin percance y sin cantearse en la boca norte del túnel de Somport. Solo nos queda pasar a Canfranc y echarnos una buena cerveza para dar por concluido un día en el que hemos constatado, sin ninguna duda, que el cambio climático es un hecho y que dentro de poco, estas montañas, serán algo parecido al Atlas marroquí...de momento, los camellos y los cabrones (Ammotragus lervia) ya hace días que han llegado por aquí.
3 comentarios:
Vaya envidia sana nos das!
Chula salida os marcásteis y encima con un tiempo excepcional. Y pensar que nosotros estuvimos penando por las tinieblas leridanas y encima de rebajas, buaj!! como te hubiera cambiado el puesto!
Cierto es que no hicimos monte porque la menda se puso malita el 6 y había que reposarse un poco el 7, que si no...
Afortunadamente se acaban las navidades y las comilones, que a mis tripas les van de cu..
Me han gustado mucho las fotos.
Este finde dan malote, pensábamos ir por allá arriba pero pa otra vez será.
Saludos.
Ole qué bien! que apañaus estos zagales.
Yo pretendía darme un homenaje el finde subiendo al Canciás (sí, que me diste envidia) y a Erata al día siguiente (este no porque tú vayas mucho sino porque yo aún no he ido), pero no pudo ser. A cambio me pasé el finde visitando a Mr. Roca con una gastroenteritis del copón, por lo visto hay epidemia aquí en Güeskonsin.
Total, que con este tipo fino que me ha quedado, a ver si consigo hacer algo el domingo que viene... ¡aaaaiiiinnnsss!.
Ale pues!
Silvia y Pirene pero ¿qué me hacéis por tierra baja???? Las dos con problemas gastrointestinales...debe ser la boira que aplatana al personal y les baja las defensas???? hala, subir paquí arriba que hace unos días radiantes. Da gusto salir a hacer monte.
Silvia, la previsión ha cambiado, no dan tan malo como al principio pero no se si voy a poder hacer algo este finde...tengo trabajos pendientes. Si me queréis llamar cuando lleguéis...hablamos.
Pirene, me ofrezco de guía dicharachero y enrrolladote para subirte a Erata (bueno, subir subirás tú, yo te acompaño a tí y a quien quieras traer). Casi me esperaría pa primavera que se pueden hacer travesias bien majas en vez de subir y bajar por el mismo sitio.
Pues eso, cuidaros las dos, comer arroz hervido y zumo de limón que creo que va bien para la cague....para eso.
Salú
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