Hace muchos años, tantos como una veintena, subí a Erata en bicicleta desde Sabiñánigo. No deja de tener mérito la cosa, teniendo en cuenta que subí con una bici de hierro colao, con unos desarrollos de risa, por supuesto, sin suspensión ni leches y, encima, se me jodió la patilla del desviador llegando arriba. Recuerdo bajar con la cadena atada con hierbas trenzadas, llegar al puente Oliván casi de noche y hacer dedo para llegar a casa. En aquellos años (qué viejos somos ya) no había teléfonos móviles para pedir socorro ni nada por el estilo. Bueno pues hoy se me ha ocurrido volver a subir por el mismo sitio que fuí entonces, aunque he ido en coche hasta Barbenuta. Así me llevo también al perro. He salido a las doce y media (siguiendo, como veis, los consejos del ministerio de sanidad que nos dice que no hagamos deporte en horas de máximo solar...claro que también dice que no trabajemos a esas horas y lo tenemos que hacer sí o sí)
Ya conocía la pista. Por ahí subimos con un Land Rover cuando restauramos la ermita de San Benito pero jodo...de subir sentao a subir pedaleando...anda que no cambia. Los cuatro primeros kilómetros son brutales. Hay unas rampas que más que subir en bici, subes con la bici. Hay que echar pié a tierra en más de una ocasión. Pasado el km 5 desde el desvío de la carretera, se llega a un pequeño prado. Este lugar marca el cambio en la pendiente. Lo que viene, aunque se sigue subiendo, es mucho más llevadero. Llegamos a la divisoria. Hace un día precioso, sopla viento y no hace demasiado calor aunque estoy sudando como un gorrino. Ya se divisa al fondo la ermita de San Benito aunque quedan un par de km largos de sube-bajas por la cresta hasta que llegas a ella. Dos horas justas me ha costado. Se estaba como pocas veces. Brisa suave, temperatura ideal, el quebranta volando por debajo mío...echo un trago y me acerco hasta la punta de Erata. 900 m. de desnivel, 11 km...y, como todo lo que sube baja, ahora toca gozarla decarapabajo. Lo que me ha costado más de dos horas, me lo ventilo en menos de una. Muy bien, muy maja. Tengo que esperar al perro que se ha quedado atrás. ¡Mecagontuputacalavera! ¡Serás cabrón! Me llega completamente rebozao en barro. El único charco que había, grande como el mar Egeo, lo ha debido dejar seco. Menos mal que llevo un plástico que me cubre el maletero. Bueno, otra cosa más. A ido bastante mejor que la última vez
Hala pues...
4 comentarios:
Que guay, que envidia me das siempre que veo que coges la bici, a ver si la desempolvo que le estan saliendo rovellones en el asiento...
Joder 20 años, que fuerte, pero bueno, recuerda que "veinte años no es nada"... como dice el tango.
Un abrazo.
Hola Cristian!!!
Ya veo que tu tampoco paras...Tenemos pendiente Otal-Escartín-Bergüa. Ya dirás cuando te va bien.
Esto de la bici, a mi me va por temporadas. O me da por bajar barrancos, o por subir montes o cojo la bici y no paro...depende de lo que pide el cuerpo en cada momento.
Lo de los robellones en el asiento, si no te quieres montar un criadero, dale con sulfato de cobre. Se te quedará el culo verde pero no te volverán a salir.
Hala, saludos
Que actividad más guapa, hace tres semanas, me dio por hacer una parecida,a la tuya de antaño, desde sabi, hasta Oros,con todos los trastos de los barrancos, dejar la bici en oros, subir hasta la carretera de barbenuta, bajar al barranco de os lucars(o lucas)bajar el barranco y llegar y encontrarme la bici pinchada jajjaja, y sin parches ni bomba, menos mal del móvil y la parienta de buen humor dispuesta a venir a buscarme, jejejeje,aventuras pirenaicas, jejejeun abrazo y as seguir así
Hola Garbancito:
Anda que no tendremos batallitas que contar, cuando seamos viejos en la residencia...
Como aquella cuando bajamos del Pico de Otal y entre el cansancio y el solecico nos quedamos fritos al lado del coche y nos despertamos ¡A las 11 de la noche!. Cuando llegamos a casa, nuestras respectivas familias, ya estaban organizando nuestro rescate y casi nuestro funeral (claro que, siguiendo las más elementales normas de prudencia, no habíamos dicho a dónde íbamos y no sabian por dónde empezar a buscar)
O aquella otra que me puse a "explorar" por la Guarguera, encontré un silo subterráneo y al ir a entrar me metí una hostia en la cabeza y estuve inconsciente no sé cuanto tiempo...
Con todo y con eso, mola más esta vida que no ver pasar los días jugando al guiñote en el bar, con una faria en la boca y discutiendo de fútbol ¿No crees?
Saludicos...
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