Ni un duro dábamos por este día cuando salíamos de casa a las siete de la mañana. De hecho, además de crampones y piolet, nos habíamos echado la mochila de barrancos, las cuerdas, los disipadores de ferrata... y el perro, por supuesto. Es decir, estábamos dispuesto a hacer cualquier cosa en el monte (deportivamente hablando, se entiende), menos volver a casa. Aunque el día sale despejado, hace un frío que pela y sopla mucho viento norte. Dudamos si ir hacia arriba, al monte, o abajo, a barranquiar. Al final, decidimos ir al valle de Aragüés, ha intentar subir el Puntal de Secús, uno de esos montes olvidados, eclipsados por otros cercanos a ellos y un poco más altos. En este caso, está situado justo al norte del Bisaurín por lo que, el punto de partida, será el mismo, el refugio de Lízara. Hasta allí llegamos en una hora y pico. Un frío que pela y un viento que pa qué. Cogemos por la senda por detrás del refugio y, en seguida, se abandona la que va al
collado de lo Foratón para cojer otra, a la derecha, que nos llevará, por el barranco de Audelca, a pasar por dos refugios. El segundo de ellos, que se encuentra metros antes de entrar en una zona llana conocida como Plana Mistresa, es muy curioso. redondo, con una chimenea central, tiene un aire a las estupas tibetanas. Algún ingeniero forestal de la época, se levantó un día con el cuerpo jotero y se le ocurrió hacer aquello en medio de la nada. Paramos a echar un bocao y a plantearnos seriamente el continuar o volver a bajar e irnos al barranco de Fago. Hace un viento que casi no te deja andar, entran boiras de Francia que tapan todos los picos de alrededor y hace, cada vez, más frío. Aún así, pa cabezones nosotros, llegamos hasta la Plana Mistresa. La sierra de Bernera, que la tenemos justo en frente, nos tapa el viento y, pese a que está muy nublado, la temperatura es bastante más soportable. A nuestra izquierda se abre un valle flanqueado a la izquierda por el Bisaurín y a la derecha po
r el Puntal de Secus. Parece que la niebla levanta. Incluso sale el sol algún rato. Esto anima...hala, vamos p'arriba. Desde la Plana Mistresa, hay una subida elegante por un barranco cubierto de nieve. Está dura como en enero asi que, para evitarnos disgustos, nos ponemos los punchos. Conforme subimos, vemos que el día está mejorando a marchas forzadas así que nos planteamos, una vez hecho el Puntal, bajar al collado y subir al Bisaurín para bajar por la sur. Llegamos a un collado, desde el que se ve ya mucho mundo pese a las nubes, y en un pequeño empentón llegamos arriba. Acojonante the north face of Bisaurín desde aquí. Y acojonante el frío que hace para ser mayo. Nos vamos para abajo echando hostias. Decididamente, el día mejora. No se para el viento pero las nubes se deshacen y hace sol. ¿Y si intentamos bajar a Estanés y volver por el valle de los Sarrios? Chachi tío, es
a zona casi no la conozco. Solo he estado en Estanés dos veces, desde Aguas tuertas y hace muchos años. Así que buscamos la brecha de Bernera y nos tiramos para abajo por un nevero muy inclinado. Flanqueamos a la derecha, pasamos por encima de numerosos aludes y descubrimos el escondido Ibón de Orna. Más allá, ya tenemos a la vista el Ibón de Estanés. No bajamos hasta el, vamos flanqueando a la derecha, sin perder demasiada altura, para coger la senda, perfectamente marcada, que nos mete en el Valle de los Sarrios. Por cierto, abundantes estos bichos. La subida, hasta el valle se hace dura. Más que nada porque llevamos ya buen rato andando y el cuerpo pide comida...así que, nos buscamos una piedra para resguardarnos del aire y echamos un bocao. El valle, pequeño, se cierra con majestuosas paredes que forman el circo de Olivón, según los mapas y de Lo ibón según la gente del país (verdad que tiene más lógica???, si es que...lo de
la toponimia hay que cuidarla, ¡hombre! ¡Que esto es patrimonio también!). En medio del valle, detrás de un peñasco para protegerse del viento, nos encontramos con un grupo de abuelos franceses que están ahí comiendo. Seguimos subiendo y llegamos al collado. A partir de aquí, ya es todo bajada. Enseguida nos plantamos en Plana Mistresa y cogemos el camino de bajada para llegar otra
vez al refugio. Nos entretenemos haciendo fotos a las gencianas, las dactylorhizas, las androsaces y las saxífragas. Hay que hacer una docena de fotos para que te salga una decente. Las demás, todas movidas con este puto viento que ya está empezando a cansar. Cuando ya tenemos el refugio a la vista, en medio de un pequeño pinar con enebros, vemos a la izquierda del camino cuatro pies de
Aceras anthropophorum. Quizá suene pedante, pero son muy pocas las plantas pirenaicas que me faltan de ver y esta era una de ellas. La orquídea del hombre ahorcado. Se llama así, porque sus flores son iguales que hombrecitos colgados. Lo raro es que es de bastante más abajo. ¿Qué coño pinta esta aquí, a más de 1600 m.? No la hubiera venido a buscar aquí ni en broma. Solo por esto ya ha merecido la pena el día...Hoy si que hay que celebrarlo con una buena galimba en el refugio.
4 comentarios:
de flores y plantas, la verdad es que no entiendo mucho, pero el sitio es precioso. Hace años q subi al ibon de estanes muuuuuchos años y espero volver pronto. Saludetes
Una chulada de sitio, si señora. Llevo años recorriendo el Piri, me moriré de viejo y no lo veré todo. Había estado tres veces en el Bisaurín pero estos pequeños valles escondidos nunca los había visitado. Si subes a Estanés, hazlo por Aguas Tuertas. Además del paisaje, disfrutarás de numerosos megalitos. A la bajada no te olvides de visitar la corona los muertos, en Oza. Vas a flipar con lo que allí hay.
Saludos
la corona de los muertos la visite el año pasado que pase unos dias por la selva de Oza. Una pasada... bueno todo el valle de hecho es una pasada..
O mesmo diya que ixa chen de Pirineosimás, los que iban por debán u los que ya yeran cuasi alto? O mundo ye chicotón.
Salú
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