domingo, 13 de junio de 2010

NUEVO DEPORTE, JABALINING EN BICICLETA

Hoy, después de haber estado todo el sábado lloviendo, ha amanecido un día cojonudo. Me despierto a las ocho y, en pocos minutos y sin hacer ruido pa no despertar a la familia, me preparo. ¿A dónde me voy? ¿A andar o en bici? El caso es que me pasa por la cabeza hacer una de esas rutas que llevo hace años en la cabeza y que por una cosa o por otra no la había hecho. Cojo el perro y la bici y me bajo con el coche a Oliván. Allí dejo las cuatro ruedas y cojo las dos. Empiezo a subir hacia Sobrepuerto. La pista al principio empieza fuerte, hasta que pasas el segundo desvío a Susín. Luego, hay un trozo llano y en bajada hasta que cruzas el barranco por el puente d'a Molina. A partír de allí se empina de cojón. Hay rampas que hacen sudar de recio y otras más llevaderas hasta llegar a la Cruz de Basarán. 11 km hasta aquí. Una hora y cuarto. Echo un bocao. El día cojonudo se está jodiendo rápidamente. Se están formando boiras negras como mi conciencia, se levanta aire y empieza a hacer frío. De la Cruz de Basarán (de la cruz no queda nada) cojo la pista que me lleva al cuello Ainielle. Al principio son rampas pedregosas en las que me tengo que desmontar porque la bici patina pero cuando me meto en la cara norte....hay mama mía. La pista se convierte en una especie de piscina llena de barro, mierda y meao de vaca amasado a conciencia por las pezuñas de los bichos estos. Imposible pedalear. Pie a tierra y me hundo hasta más arriba del tobillo en este caldo. Deben ser dos o tres kilómetros pero se me hacen eternos. No se puede ir por los laterales porque está todo lleno de broza y gabarderas. Hay que ir por medio la pista. Encima es un barro viscoso que se mete por todos los resquicios, orificios u pliegues tanto de mi anatomía humana y antropomorfa como de la bici frenándola. El único que se lo está pasando de cojón es el perro que va galopando y revolcándose como si fuera un gorrino en una ciénaga. Se me mira de vez en cuando y me dice ¿No te lo podías imaginar, capullo,? Lleva cinco meses lloviendo casi sin parar...Envuelto en barro y caca de vaca llego, por fin, al Cuello de Ainielle e inicio la bajada hasta el pueblo. Me acuerdo perfectamente, hace no demasiados años, que se podía entrar en todas las casas y subir hasta la falsa. Hoy, es imposible pasar y las casas han desaparecido. En diez años más aquí no quedará ni rastro de presencia humana. Cojo el sendero para bajar hacia Berbusa.Para ser un camino que lo recorre tantísima gente al cabo del año, está muy cerrao. Se pedalea de puta pena por aquí. Enseguida llego al desvío del camino de Berbusa y me tiro por allí. La senda es maja, tiene tramos técnicos entre otros más llevaderos pero es que está totalmente cerrada. Hay trozos en los que tienes que intuir por dónde va. Pero no está cerrada por margaritas, jacintos y narcisos silvestres no... está cerrada de allagas, artos, gabarderas y demás plantas pinchudas. Y yo en pantaloncito corto. Llevo punchas hasta en el cielo al boca. Y si el camino estaba mal, los alrrededores de Berbusa son la hostia. Árboles caídos, paredes derrumbadas y para colmo, mis amigas las ortigas (u chordigas para los fabloparlantes) Pero es que éstas son arborescentes... me he chordigau en el cuello y en la cara de la altura que tenían (a parte de los brazos, piernas, la chorra etc, etc...). Desde antes del pueblo hasta la pista hay que hacerlo andando (incluido cruce de barranco con agua hasta la rodilla). Llego hasta la pista y, con gran alivio, me monto en la burra. Bajo deprisa porque está poniéndose feo de cojones. Aún me da tiempo a echarme en Biescas una cerveza con mis mujeres. Voy hecho un gorrino pero, como ya me conocen...
Mucho tiempo hacía que me rondaba esta vuelta por la cabeza pero no ha sido, ni de coña, lo que me esperaba. Entre 0 y 10, un 4, y siendo muy generoso.
Hala pues.

1 comentario:

Gaby dijo...

Bueno, es lo que tiene innovar, a veces te sale una excursion mala ;)

Gracias por el enlace, hago lo propio en mi blog.

Saludos